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TESIS DOCTORAL DINUCCI

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR
TESIS DE DOCTORADO EN GEOGRAFIA
DIVISIÓN TERRITORIAL DEL TRABAJO Y CIRCUITOS DE LA
ECONOMÍA URBANA: BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS
SABORIZADAS EN BUENOS AIRES, MAR DEL PLATA Y TANDIL
JOSEFINA INES DI NUCCI
BAHIA BLANCA ARGENTINA
2010
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR
TESIS DE DOCTORADO EN GEOGRAFIA
DIVISIÓN TERRITORIAL DEL TRABAJO Y CIRCUITOS DE LA
ECONOMÍA URBANA: BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS
SABORIZADAS EN BUENOS AIRES, MAR DEL PLATA Y TANDIL
JOSEFINA INES DI NUCCI
BAHIA BLANCA ARGENTINA
2010
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR
Secretaría General de Posgrado y Educación Continua
La presente tesis ha sido aprobada el …/…/…, mereciendo la calificación
de......(……………………)
PREFACIO
Esta Tesis se presenta como parte de los requisit os para optar al grado A cadémico de Doctor
en Geografía, de la Universidad Na cional del Sur y no ha s ido presentada p reviamente para la
obtención de otro título en esta Universidad u otra. La misma contiene los resultados
obtenidos en investigaciones llevadas a cabo en el ámbito del Departamento de Geografía y
Turismo durante el período comprendido entre el 23 de ma yo de 2006 y el 12 de julio de
2010, bajo la dirección de la Doctora María Laura Sil veira Investigador Independiente de
CONICET en el Instituto de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
Nacional d e Buenos Aires y P rofesora en la Universidade de São Paulo , y de l a Doctora
María Amalia Lorda como directora asistente, en el marco del Pro yecto de Investigación
“Estrategias de gestión y formación para el desarrollo local en los espacios urbanos,
periurbanos y rurales en el Suroeste Bonaerense” (24/G056), del Departamento de Geografía
y Turismo de la Universidad Nacional del Sur.
Josefina Di Nucci
Departamento de Geografía y Turismo
Universidad Nacional del Sur
AGRADECIMIENTOS
Al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET) por el ot orgamiento de una
beca doctoral gracias a l a cual he tenido la oportunidad de poder seguir formándome en esta
carrera académica y profesional.
A mi directora la Do ctora María Laura Silveira c on quien he tenido el pri vilegio de
trabajar en los últ imos años. Agradezco enormemente su dedicación, su pa ciencia, su
acompañamiento y en especial la generosidad qu e ha tenido en compartir conmigo todos sus
conocimientos y experiencias. Sus indicaciones y ens eñanzas han sido centrales y
enriquecedoras en mi camino de formación intelectual.
A mi directora asistente l a Doctora María Amalia Lorda por su constante colaboración
y acompañamiento durante estos años de estudios de doctorado.
Esta tesis es también resultado de todos los años de trabajo compartidos con la
Magister Diana Lan, quien me ha iniciado en la investigación y s e ha oc upado, y lo si gue
haciendo, por brindarm e oportunidades de trabajo, experiencias profesionales, y
especialmente po r acompañarme en todas las decisiones profesionales y personales a lo largo
de mi vida.
Al Magister S antiago Linares, por la paciencia, predisposición y colaboración en la
elaboración de los mapas y tablas. Ha sido mi acompañamiento incond icional en todo el
proceso de trabajo de tesis doctoral.
A la Doctora Claudia Mikkelsen por su completa ayuda en di versas tareas de esta
investigación, por alojar me durante el trabajo de campo en Mar del P lata pero esp ecialmente
por su amistad y generosidad.
A m is compañeros del Centro de Investigaciones Geográficas de la Facultad de
Ciencias Humanas en especial a su Director el Doctor Guillermo Velázquez por sus consejos
y oportunidades brindadas a lo largo de estos años.
A di ferentes personas que colaboraron con info rmación im prescindible para esta tesis,
en especial el Magister Jorge Blanco, la Doctora Verónica Holl man, la Doctora María Elisa
Gentile, la Profesora Elda Fernández de Gentile y la Profesora Anabella Dibiase.
A la Facultad de Ciencias Hum anas de la Universidad Nacional del Centro de la
Provincia de Buenos A ires, que me ha otorgado distint as licencias y apoyo económico
(pasajes de ómnibus) para realizar los cursos de Doctorado.
A mi familia, mis padres y hermanos quienes siempre han estado atentos e interesados
por mis estud ios y m e han apoyado y alentado en este apasionante trabajo de tesis doctoral.
En especial a mi hermano Javier y su familia que me han alojado y acompañado durante el
trabajo de campo en Buenos Aires.
A mi amiga Magdalena Roa qu ien siempre ha estado preocupada por mi bienestar y
por mi felicidad. Agradezco sus consejos, sus charlas y también sus silencios.
A Lucio quién con s ólo seis años me h a acompañado en la escritura de l a tesis, se ha
preocupado conmigo por los errores, correcciones y apu ros, y se ha alegrado por los logros.
Lucio y S antiago son l os pi lares de mi vida, sin la paciencia y el amor de ell os este trabajo n o
hubiera sido posible. Gracias por tolerar tantas ausencias…
Por último a todas las personas que directa o indirectamente confiaron en la
posibilidad de realización de esta investigación
A todos, muchas gracias.
Para Santiago
RESUMEN
El espacio geográfico m uestra la exist encia de divisiones del trabajo superpuestas según la
capacidad y poder d e diversos actores, como s on las empres as, que particip an en las di stintas
fases de los circuitos espaciales de producción. Esas divisi ones del trabajo coexistentes en l as
ciudades pueden s er estudiadas como un circuito s uperior y un circui to inferior de la
economía (Santos, M. 1 975, 1979) que se distinguen por el grado d e tecnología, capital y
organización, con el cual fabrican, distribu yen y consumen productos y servicios.
En las ciudades de los países subdesarrollados esos circuitos son responsables no sólo
del proceso económico sino también del proceso de organización del espacio. Exi sten en ellas
diferencias profundas en la accesibilidad al consumo y al empleo: una mi noría con altos
ingresos y elev ado consu mo, al lado de la m asa de la población con bajos salarios y, por
consiguiente, menor accesibilidad para el consumo.
Para la compr ensión d e los circuitos de la econom ía el proceso de u rbanización de
Argentina es fundamental debido a que nos permite ir observando la distrib ución del trabajo y
la producción y las dife rentes maneras en que las sucesivas modernizaciones impactan en el
territorio, fuertemente si gnadas por vectores externos e internos, tanto económicos como
políticos.
En la p resente Tesis Doctoral, el objetivo c entral es reflexionar y comprender la
coexistencia de divisiones territoriales del trabajo en ciudad es del área concentrada de
Argentina, desde la perspectiva de la existencia de un circuito superior y de un circuito
inferior de la e conomía urbana de bebidas gaseosas y a guas saborizad as. El primero es
resultado directo de la modernización de activi dades en constante unión con el progreso
tecnológico, existiendo un grupo de pobla ción que de él se beneficia, ya sea por l a
producción o por consumo. Es el circuito conformado por las grandes compañías
trasnacionales y algunas nacionales asociadas, que elaboran bebidas de primeras marcas, y
por las nuevas formas de dist ribución y consumo, como son los s upermercados. Pero junto a
este cir cuito superior, ex iste otro, el inf erior, qu e t ambién es el resultado d e la m odernización
y del pro greso tecnológico, p ero un resultado indirecto. Incluye empresas locales que
elaboran terceras marcas, una amplia red de pequeños comer cios minoristas, como almacenes
y despens as y el sector de la población que ingresa a este circuito por la producción, la
distribución o el consumo.
Entre las variables que se han tomado para el estu dio de esos circuitos de l a economía,
son destacables la t écnica, la organización, el capi tal, las finanzas y la pub licidad. La difusión
y el uso desigual de las t écnicas han si do determinantes para explicar la coexist encia de
circuitos de la economía de estos produ ctos esp ecíficos. La organización de las empresas ha
llevado a un uso jerárquico y corporativo del territorio tanto en la elaboración como en el
consumo en las ciudades estudi adas. Por último, se estudian la concentración del capital y las
finanzas como su principal soporte y el rol pro tagónico que h a adquirido la publicidad
acompañada de discursos light y de «vida sana».
La di námica de estos circuitos se analiza a partir de las características distin tivas del
medio construido y del mercado (Silveira, M. L. 2004) en las ciudades de Buenos Aires, Mar
del Plata y Tandil. Est as ciudades rev elan l a coexistencia de empresas globales, nacionales y
locales en las fases de producción, distribución y comercialización de bebidas gaseosas y
aguas saborizadas, permitiendo la formación de mercados únicos, aunque segmentados.
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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR 
 
 
 
 
 
 
TESIS DE DOCTORADO EN GEOGRAFIA 
 
 
 
 
 
DIVISIÓN TERRITORIAL DEL TRABAJO Y CIRCUITOS DE LA 
ECONOMÍA URBANA: BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS 
SABORIZADAS EN BUENOS AIRES, MAR DEL PLATA Y TANDIL 
 
 
JOSEFINA INES DI NUCCI 
 
 
 
 
 
 
BAHIA BLANCA ARGENTINA 
 
 
 
 
2010 
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR 
 
 
 
 
 
 
TESIS DE DOCTORADO EN GEOGRAFIA 
 
 
 
 
 
DIVISIÓN TERRITORIAL DEL TRABAJO Y CIRCUITOS DE LA 
ECONOMÍA URBANA: BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS 
SABORIZADAS EN BUENOS AIRES, MAR DEL PLATA Y TANDIL 
 
 
JOSEFINA INES DI NUCCI 
 
 
 
 
 
 
BAHIA BLANCA ARGENTINA 
 
 
 
 
2010 
 
 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR 
Secretaría General de Posgrado y Educación Continua 
 
La presente tesis ha sido aprobada el …/…/…, mereciendo la calificación 
de......(……………………) 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PREFACIO 
Esta Tesis se presenta como parte de los requisitos para optar al grado Académico de Doctor 
en Geografía, de la Universidad Nacional del Sur y no ha sido presentada previamente para la 
obtención de otro título en esta Universidad u otra. La misma contiene los resultados 
obtenidos en investigaciones llevadas a cabo en el ámbito del Departamento de Geografía y 
Turismo durante el período comprendido entre el 23 de mayo de 2006 y el 12 de julio de 
2010, bajo la dirección de la Doctora María Laura Silveira Investigador Independiente de 
CONICET en el Instituto de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad 
Nacional de Buenos Aires y Profesora en la Universidade de São Paulo, y de la Doctora 
María Amalia Lorda como directora asistente, en el marco del Proyecto de Investigación 
“Estrategias de gestión y formación para el desarrollo local en los espacios urbanos, 
periurbanos y rurales en el Suroeste Bonaerense” (24/G056), del Departamento de Geografía 
y Turismo de la Universidad Nacional del Sur. 
 
 
Josefina Di Nucci 
 
 
Departamento de Geografía y Turismo 
 
 
Universidad Nacional del Sur 
AGRADECIMIENTOS 
Al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET) por el otorgamiento de una 
beca doctoral gracias a la cual he tenido la oportunidad de poder seguir formándome en esta 
carrera académica y profesional. 
A mi directora la Doctora María Laura Silveira con quien he tenido el privilegio de 
trabajar en los últimos años. Agradezco enormemente su dedicación, su paciencia, su 
acompañamiento y en especial la generosidad que ha tenido en compartir conmigo todos sus 
conocimientos y experiencias. Sus indicaciones y enseñanzas han sido centrales y 
enriquecedoras en mi camino de formación intelectual. 
A mi directora asistente la Doctora María Amalia Lorda por su constante colaboración 
y acompañamiento durante estos años de estudios de doctorado. 
Esta tesis es también resultado de todos los años de trabajo compartidos con la 
Magister Diana Lan, quien me ha iniciado en la investigación y se ha ocupado, y lo sigue 
haciendo, por brindarme oportunidades de trabajo, experiencias profesionales, y 
especialmente por acompañarme en todas las decisiones profesionales y personales a lo largo 
de mi vida. 
Al Magister Santiago Linares, por la paciencia, predisposición y colaboración en la 
elaboración de los mapas y tablas. Ha sido mi acompañamiento incondicional en todo el 
proceso de trabajo de tesis doctoral. 
A la Doctora Claudia Mikkelsen por su completa ayuda en diversas tareas de esta 
investigación, por alojarme durante el trabajo de campo en Mar del Plata pero especialmente 
por su amistad y generosidad. 
A mis compañeros del Centro de Investigaciones Geográficas de la Facultad de 
Ciencias Humanas en especial a su Director el Doctor Guillermo Velázquez por sus consejos 
y oportunidades brindadas a lo largo de estos años. 
A diferentes personas que colaboraron con información imprescindible para esta tesis, 
en especial el Magister Jorge Blanco, la Doctora Verónica Hollman, la Doctora María Elisa 
Gentile, la Profesora Elda Fernández de Gentile y la Profesora Anabella Dibiase. 
A la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro de la 
Provincia de Buenos Aires, que me ha otorgado distintas licencias y apoyo económico 
(pasajes de ómnibus) para realizar los cursos de Doctorado. 
A mi familia, mis padres y hermanos quienes siempre han estado atentos e interesados 
por mis estudios y me han apoyado y alentado en este apasionante trabajo de tesis doctoral. 
En especial a mi hermano Javier y su familia que me han alojado y acompañado durante el 
trabajo de campo en Buenos Aires. 
A mi amiga Magdalena Roa quien siempre ha estado preocupada por mi bienestar y 
por mi felicidad. Agradezco sus consejos, sus charlas y también sus silencios. 
A Lucio quién con sólo seis años me ha acompañado en la escritura de la tesis, se ha 
preocupado conmigo por los errores, correcciones y apuros, y se ha alegrado por los logros. 
Lucio y Santiago son los pilares de mi vida, sin la paciencia y el amor de ellos este trabajo no 
hubiera sido posible. Gracias por tolerar tantas ausencias… 
Por último a todas las personas que directa o indirectamente confiaron en la 
posibilidad de realización de esta investigación 
 
A todos, muchas gracias. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Para Santiago 
 
 
 
RESUMEN 
El espacio geográfico muestra la existencia de divisiones del trabajo superpuestas según la 
capacidad y poder de diversos actores, como son las empresas, que participan en las distintas 
fases de los circuitos espaciales de producción. Esas divisiones del trabajo coexistentes en las 
ciudades pueden ser estudiadas como un circuito superior y un circuito inferior de la 
economía (Santos, M. 1975, 1979) que se distinguen por el grado de tecnología, capital y 
organización, con el cual fabrican, distribuyen y consumen productos y servicios. 
En las ciudades de los países subdesarrollados esos circuitos son responsables no sólo 
del proceso económico sino también del proceso de organización del espacio. Existen en ellas 
diferencias profundas en la accesibilidad al consumo y al empleo: una minoría con altos 
ingresos y elevado consumo, al lado de la masa de la población con bajos salarios y, por 
consiguiente, menor accesibilidad para el consumo. 
Para la comprensión de los circuitos de la economía el proceso de urbanización de 
Argentina es fundamental debido a que nos permite ir observando la distribución del trabajo y 
la producción y las diferentes maneras en que las sucesivas modernizaciones impactan en el 
territorio, fuertemente signadas por vectores externos e internos, tanto económicos como 
políticos. 
En la presente Tesis Doctoral, el objetivo central es reflexionar y comprender la 
coexistencia de divisiones territoriales del trabajo en ciudades del área concentrada de 
Argentina, desde la perspectiva de la existencia de un circuito superior y de un circuito 
inferior de la economía urbana de bebidas gaseosas y aguas saborizadas. El primero es 
resultado directo de la modernización de actividades en constante unión con el progreso 
tecnológico, existiendo un grupo de población que de él se beneficia, ya sea por la 
producción o por consumo. Es el circuito conformado por las grandes compañías 
trasnacionales y algunas nacionales asociadas, que elaboran bebidas de primeras marcas, y 
por las nuevas formas de distribución y consumo, como son los supermercados. Pero junto a 
este circuito superior, existe otro, el inferior, que también es el resultado de la modernización 
y del progreso tecnológico, pero un resultado indirecto. Incluye empresas locales que 
elaboran terceras marcas, una amplia red de pequeños comerciosminoristas, como almacenes 
y despensas y el sector de la población que ingresa a este circuito por la producción, la 
distribución o el consumo. 
Entre las variables que se han tomado para el estudio de esos circuitos de la economía, 
son destacables la técnica, la organización, el capital, las finanzas y la publicidad. La difusión 
y el uso desigual de las técnicas han sido determinantes para explicar la coexistencia de 
circuitos de la economía de estos productos específicos. La organización de las empresas ha 
llevado a un uso jerárquico y corporativo del territorio tanto en la elaboración como en el 
consumo en las ciudades estudiadas. Por último, se estudian la concentración del capital y las 
finanzas como su principal soporte y el rol protagónico que ha adquirido la publicidad 
acompañada de discursos light y de «vida sana». 
La dinámica de estos circuitos se analiza a partir de las características distintivas del 
medio construido y del mercado (Silveira, M. L. 2004) en las ciudades de Buenos Aires, Mar 
del Plata y Tandil. Estas ciudades revelan la coexistencia de empresas globales, nacionales y 
locales en las fases de producción, distribución y comercialización de bebidas gaseosas y 
aguas saborizadas, permitiendo la formación de mercados únicos, aunque segmentados. 
ABSTRACT 
The geographical space shows the existence of work divisions superposed according to the 
capacity and power of different actors, as enterprises. They participate in the different phases 
of the space circuits of production. Those divisions of work that are coexistent in the cities 
may be studied in a superior circuit and in an inferior circuit of the economy. 
They are distinguished by the grade of technology, capital and organization that they 
employ to manufacture, distribute and spend products and services. 
In the cities of the underdevelopment countries those circuits are responsible for the 
economical process as well as the organization of the space. There are deep differences in the 
way to access to consume and work. 
We have two parts: one, a minority with the high incomes and great consume; on the 
other hand most of the population, with low salaries, with less possibility to access to 
consume. 
To understand the economical circuits, it’s important to know the process of 
urbanization of Argentina. It let us have a look at the distribution of work and production and 
the different ways in which the different changes break in the territory strongly signed by 
external and internal vectors, as well as economical and political ones. 
In the present doctoral thesis, the main object is to think and understand the 
coexistence of territorial divisions of work in cities in the area concentrated in Argentina 
from the perspective of the existence of a superior circuit and of an inferior circuit of the 
urban economy of sodas and flavored waters. 
The first is the direct result of the modernization of activities, joined to the technology 
process. There is a group of people that gets benefits from it, by production or by consume. 
It is the circuits formed by the great companies that produce Premium brands and by 
the new form of distribution and consume like supermarkets. But, close to this circuit, there is 
another, the inferior one, that it is also the result of the modernization and the technological 
progress, with an indirect result. It includes enterprises that manufacture second brands a big 
network of retail shops like local stores and people who enter this circuit by the production, 
distribution and consume. 
Among the variables taken to the study of those circuits of economy, we may mention 
the techniques, the organization, the capital, the finances and the publicity. 
The diffusion and unequal use of the techniques have been very important to explain 
the coexistence of circuits of the economy in these specific products. 
The organizations of the enterprises has led to a corporative and hierarchical use of 
the territory, both in the elaboration and the consume of the mentioned cities. To end, the 
concentration of capital and finances are considered the principal support and leading rol that 
publicity has got with terms like light and good health. 
The dynamics of these circuits is analyzed after the clear characteristics of the place 
built and of the marked (Silveira, M. L, 2004) in the cities of M del Plata and Tandil. These 
cities reveal the coexistence of global, national and local enterprises in the phases of 
production, distribution and commercialization of sodas and flavored water. This permits the 
formation of unique markets, though they are segmented 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INDICE GENERAL 
 
 
INTRODUCCION ---------------------------------------------------------------------------------------- 1 
PRIMERA PARTE 
URBANIZACIÓN Y ESPACIO DIVIDIDO: LA FORMACIÓN DEL MEDIO TÉCNICO-
CIENTÍFICO-INFORMACIONAL EN ARGENTINA --------------------------------------------11 
CAPITULO 1 
ARGENTINA Y SU ÁREA CONCENTRADA ENTRE LAS DÉCADAS DE 1950 Y 1990: 
GÉNESIS DEL MEDIO TÉCNICO-CIENTÍFICO-INFORMACIONAL .............................. 12 
1.1. GÉNESIS DEL MEDIO TÉCNICO CIENTÍFICO INFORMACIONAL EN ARGENTINA Y SU ÁREA 
CONCENTRADA: A MODO DE INTRODUCCIÓN ............................................................................. 12 
1.1.1. Fin de la Industrialización interna e inicios de la industrialización transnacional: la 
necesidad de modernizar el territorio ............................................................................... 14 
1.1.2. Normas “aperturistas”, movimientos de capital y desindustrialización ................ 18 
1.1.3. Una nueva división interna del trabajo industrial: el acontecer jerárquico en las 
áreas de promoción industrial .......................................................................................... 20 
1.1.4. Una nueva división territorial del trabajo y una misma repartición geográfica: la 
conformación del área concentrada del país .................................................................... 23 
1.1.5. Los sistemas de ingeniería públicos e inversiones estatales: densificación del 
medio técnico-científico .................................................................................................. 25 
1.2. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN ARGENTINO Y LA FORMACIÓN DEL ÁREA CONCENTRADA 
DEL PAÍS .................................................................................................................................... 26 
1.2.1. Tendencias de la urbanización en Latinoamérica y Argentina: la urbanización 
terciaria y el papel de la industria en la urbanización argentina ...................................... 26 
1.2.2. La conformación de la red urbana argentina y del área concentrada. La primacía 
de Buenos Aires y los vacíos urbanos ............................................................................. 29 
1.2.2.1. El crecimiento de las ciudades en Argentina y en el área concentrada .......... 37 
1.2.3. La metropolización de Buenos Aires ..................................................................... 40 
1.2.4. Estructura demográfica y estructura económica terciaria: algunos ejemplos en el 
área concentrada del país ................................................................................................. 44 
 
CAPITULO 2 
EL PERÍODO DE LA GLOBALIZACIÓN EN ARGENTINA Y SU ÁREA 
CONCENTRADA: OBJETOS, ACCIONES Y NORMAS DEL TERRITORIO DESDE 1990
 --------------------------------------------------------------------------------------------------------------46 
2.1. EL PERÍODO ACTUAL Y SUS VARIABLES DETERMINANTES: INFORMACIÓN, CONSUMO Y 
TÉCNICA .................................................................................................................................... 46 
2.1.1. Sociedad de consumo y sociedad excluyente en Argentina, en el período actual . 49 
2.1.2. El valor simbólico del consumo ylos discursos “light” del período ..................... 52 
2.2. NUEVAS RELACIONES CONSTITUTIVAS DEL TERRITORIO ARGENTINO Y SU ÁREA 
CONCENTRADA .......................................................................................................................... 53 
2.2.1. Neoliberalismo y uso desigual del territorio en la actividad industrial ................. 58 
2.2.2. Concentración, centralización y transnacionalización de la economía argentina y 
del circuito espacial de producción de bebidas ................................................................ 59 
2.2.3. La producción de bebidas en la década de los noventa, nuevas formas técnicas y 
organizacionales en el territorio ....................................................................................... 61 
2.2.3.1. El poder de las firmas globales en el lugar: bebidas gaseosas en Mar del Plata
...................................................................................................................................... 63 
2.3. CRISIS POLÍTICO-ECONÓMICA, INCIPIENTE REINDUSTRIALIZACIÓN, HIPERCONCENTRACIÓN Y 
CENTRALIZACIÓN DEL CAPITAL: ARGENTINA POST-CONVERTIBILIDAD ...................................... 65 
2.3.1. Verticalidades y uso racional del espacio: nuevas formas técnicas y 
organizacionales ............................................................................................................... 68 
2.3.1.1 Producción de preformas y especialización espacial: Área Aduanera Especial 
de Tierra del Fuego (AAEdTF).................................................................................... 70 
 
CAPITULO 3 
EL PROCESO ACTUAL DE URBANIZACIÓN Y LA DENSIFICACIÓN DEL MEDIO 
TÉCNICO-CIENTÍFICO-INFORMACIONAL EN ARGENTINA Y SU ÁREA 
CONCENTRADA ---------------------------------------------------------------------------------------72 
3.1. EL CRECIMIENTO DE LAS CIUDADES ARGENTINAS BAJO EL NEOLIBERALISMO .................... 72 
3.1.1. La red urbana de Argentina en las últimas décadas ................................................... 74 
3.2. NUEVOS CONTENIDOS MATERIALES Y ORGANIZACIONALES EN ARGENTINA Y SU ÁREA 
CONCENTRADA .......................................................................................................................... 79 
3.3. LA ORGANIZACIÓN ESPACIAL DE LAS CIUDADES DE BUENOS AIRES, MAR DEL PLATA Y 
TANDIL : FORMA, FUNCIÓN, ESTRUCTURA Y PROCESO................................................................ 85 
3.3.1. Urbanización, inversiones y renovación del territorio en Buenos Aires, Mar del Plata 
y Tandil ................................................................................................................................ 92 
3.4. POBREZA, DESIGUALDAD SOCIAL Y FRAGMENTACIÓN TERRITORIAL ................................ 101 
3.4.1. Las ciudades grandes como abrigo de la pobreza y del circuito inferior de la 
economía: Buenos Aires y Mar del Plata ........................................................................... 102 
 
SEGUNDA PARTE 
DIFUSIÓN Y USO DESIGUAL DE LAS TÉCNICAS EN EL CIRCUITO ESPACIAL DE 
PRODUCCIÓN DE BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS SABORIZADAS ......................... 107 
CAPITULO 4 
DIFUSIÓN Y USO DESIGUAL DE LAS TÉCNICAS EN EL CIRCUITO ESPACIAL DE 
PRODUCCIÓN DE BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS SABORIZADAS ------------------ 107 
4.1. PRODUCCIÓN, FLEXIBILIDAD Y RIGIDEZ DE LA TÉCNICA: DEL VIDRIO AL PET, DEL PET AL 
VIDRIO .................................................................................................................................... 107 
4.1.1. Crisis económica, limitaciones y soluciones técnicas internas. La posibilidad de 
flexibilizar las técnicas de las grandes empresas: la vuelta al vidrio y los nuevos envases 
PET ................................................................................................................................ 113 
4.1.2. La solidaridad técnica entre bebidas gaseosas y aguas saborizadas .................... 116 
4.1.3. El factor técnico en la producción y los circuitos de la economía ....................... 118 
4.2. ENTRE “LO VIEJO” Y “LO NUEVO”: INNOVACIONES TÉCNICAS, VERTICALIDADES Y 
HORIZONTALIDADES EN LAS INSTANCIAS DE DISTRIBUCIÓN Y CONSUMO ................................ 119 
4.2.1. El aumento de la producción y la necesidad de transformarlas en flujos: las nuevas 
formas modernas de distribución y consumo ................................................................ 119 
4.2.2. La interdependencia entre la ciencia, la técnica y la información en la distribución 
y comercialización ......................................................................................................... 122 
4.2.3. Generalización de la técnica autoservicio versus diversificación de las técnicas 
tradicionales en el cotidiano homologo ......................................................................... 124 
 
CAPITULO 5 
CAPITAL, FINANZAS Y PUBLICIDAD EN LOS CÍRCULOS DE COOPERACIÓN DE 
BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS SABORIZADAS ------------------------------------------- 128 
5.1. CAPITAL Y PODER EN EL USO DEL TERRITORIO: TIPOS, ORÍGENES Y ESCALAS ................... 128 
5.2. EL SISTEMA FINANCIERO COMO NEXO Y DIVISIÓN DE LOS CIRCUITOS DE LA ECONOMÍA ... 132 
5.3. LA PUBLICIDAD COMO “ INFORMACIÓN”: LOS DISCURSOS LIGHT ....................................... 136 
 
CAPITULO 6 
ORGANIZACIÓN DE LAS EMPRESAS Y USO JERÁRQUICO Y CORPORATIVO DEL 
TERRITORIO PARA LA ELABORACIÓN Y EL CONSUMO ------------------------------- 141 
6.1. ORGANIZACIÓN INTERNA Y ESPACIAL DE LAS EMPRESAS: CONCENTRACIÓN, 
DESCENTRALIZACIÓN Y FORMACIÓN DE OLIGOPOLIOS ............................................................ 141 
6.1.1. Uso jerárquico y concentrado del territorio: la difusión espacial de las redes 
modernas de comercialización ....................................................................................... 147 
6.2. LA DIVERSIFICACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y LOS OBJETOS CONVERTIDOS EN «MARCAS» .. 151 
 
TERCERA PARTE 
DIVISIÓN DEL TRABAJO Y SEGMENTACIÓN DE LA ECONOMÍA URBANA EN 
BUENOS AIRES, MAR DEL PLATA Y TANDIL: BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS 
SABORIZADAS --------------------------------------------------------------------------------------- 154 
CAPITULO 7 
ESPACIO BANAL, DIVISIONES TERRITORIALES HEGEMÓNICAS DEL TRABAJO Y 
SEGMENTACIÓN DE LA ECONOMÍA URBANA EN BUENOS AIRES ........................ 155 
7.1. CIRCUITO SUPERIOR Y DIVISIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO DE BEBIDAS GASEOSAS Y 
AGUAS SABORIZADAS: COCA-COLA, PEPSI-COLA, NESTLÉ Y DANONE ................................... 155 
7.1.1. Localización, sistemas de ingeniería y uso privatista del territorio ..................... 157 
7.1.2. Las divisiones del trabajo particulares de las firmas de marcas globales: 
distribución y comercialización ..................................................................................... 161 
7.1.3. Innovación técnica, gran capital y organización racional: la formación de 
oligopolios y mercados concentrados ............................................................................ 163 
7.1.3.1. Ciencia y técnica: la innovación como eje central de la competencia 
interempresarial y de la monopolización del mercado .............................................. 165 
7.1.3.2. Tecnoesfera y psicoesfera: la importancia de la publicidad para las grandes 
empresas ..................................................................................................................... 167 
7.2. CIRCUITO SUPERIOR MARGINAL Y DIVISIÓN NACIONAL DEL TRABAJO: PRITTY Y PRODEA
................................................................................................................................................ 168 
7.2.1. Configuración territorial y medio construido ...................................................... 169 
7.2.2. Las posibilidades técnicas y organizacionales en la división del trabajo de las 
firmas nacionales: crecimiento e inestabilidad ..............................................................171 
7.2.2.1. La circulación y el movimiento como límites al uso del territorio en el área 
concentrada ................................................................................................................ 173 
7.2.3. La producción de marcas diferenciales del circuito superior marginal ............... 175 
7.2.3.1. La publicidad y su uso coyuntural ................................................................ 177 
7.2.3.2. Los problemas de las empresas nacionales: competencia, trabajo, normas y la 
lucha por mantener su posición.................................................................................. 177 
7.3. SEGMENTACIÓN, MARCAS, COMERCIALIZACIÓN Y CONSUMO ........................................... 179 
7.3.1 Medio construido y mercado en los barrios de Palermo y Villa Lugano.............. 179 
7.3.1.1. Circuitos de la economía urbana, comercialización y consumo ................... 185 
 
CAPITULO 8 
DIVISIÓN REGIONAL Y LOCAL DEL TRABAJO EN MAR DEL PLATA: ENTRE EL 
CIRCUITO SUPERIOR MARGINAL Y EL CIRCUITO INFERIOR ------------------------ 192 
8.1. CIRCUITO SUPERIOR MARGINAL Y DIVISIÓN NACIONAL Y REGIONAL DEL TRABAJO: 
NUTRECO ALIMENTOS Y MAR DEL PLATA SODA .................................................................... 192 
8.1.1. Práctico-inerte y formas heredadas en la división del trabajo de las firmas regionales
 ............................................................................................................................................ 194 
8.1.2. La división particular del trabajo de las empresas regionales: técnica, capital, 
organización y mercado de trabajo .................................................................................... 196 
8.1.2.1. Distribución y circulación en la división del trabajo del circuito superior 
marginal ......................................................................................................................... 200 
8.1.2.2. Publicidad y contigüidad espacial: el papel del cotidiano y la co-presencia .... 203 
8.2. CIRCUITO INFERIOR Y DIVISIÓN LOCAL E INTRAURBANA DEL TRABAJO: EMBOTELLADORA 
SIERRAS DEL ATLÁNTICO/ SPRING-UP .................................................................................... 205 
8.2.1. Técnicas artesanales, organización familiar y trabajo intensivo: fluctuación y crisis
 ............................................................................................................................................ 207 
8.3. TIEMPOS RÁPIDOS Y TIEMPOS LENTOS EN LA DISTRIBUCIÓN, COMERCIALIZACIÓN Y 
CONSUMO DE BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS SABORIZADAS DE MAR DEL PLATA ..................... 210 
8.3.1. Ciudad turística, medio construido y circuitos de la economía urbana en los barrios 
de La Perla, Güemes y San Martin .................................................................................... 214 
8.3.1.1. El circuito superior y superior marginal de supermercados: superposición de 
escalas de capitales ........................................................................................................ 218 
8.3.1.2. Comercio tradicional y circuito inferior ........................................................... 221 
 
CAPITULO 9 
TANDIL EN LA DIVISIÓN TERRITORIAL DEL TRABAJO DE LAS BEBIDAS 
GASEOSAS Y AGUAS SABORIZADAS --------------------------------------------------------- 225 
9.1. PRODUCCIÓN Y CIRCUITO INFERIOR DE BEBIDAS GASEOSAS: TANDIL JUGOS- TIX ............ 225 
9.1.1. Limitaciones técnicas, capacidad ociosa, deterioro del capital y “otras 
racionalidades” organizacionales: incertidumbre e inseguridad ........................................ 227 
9.2. LOS CIRCUITOS DE LA DISTRIBUCIÓN DE BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS SABORIZADAS ..... 230 
9.2.1. El circuito superior en la distribución de bebidas de marcas hegemónicas ............. 231 
9.2.2. La distribución de bebidas de terceras marcas: entre la venta directa y los 
distribuidores locales ......................................................................................................... 231 
9.3. VERTICALIDADES Y HORIZONTALIDADES EN LA COMERCIALIZACIÓN Y EL CONSUMO...... 234 
9.3.1. Horizontalidades, comercio tradicional y consumo de bebidas gaseosas ................ 237 
 
CONCLUSIÓN ----------------------------------------------------------------------------------------- 244 
FUENTES UTILIZADAS ---------------------------------------------------------------------------- 252 
PÁGINAS WEB CONSULTA DAS ---------------------------------------------------------------- 257 
BIBLIOGRAFÍA --------------------------------------------------------------------------------------- 258 
ANEXO -------------------------------------------------------------------------------------------------- 271 
INDICE DE MAPAS 
 
MAPA 1: ARGENTINA. DISTRIBUCIÓN DE LAS AGLOMERACIONES DE TAMAÑO INTERMEDIO. 
(ATIS: 50.000 HASTA 999.999 HABITANTES). 1950. ................................................................. 33 
MAPA 2: ARGENTINA. DISTRIBUCIÓN DE LAS AGLOMERACIONES DE TAMAÑO INTERMEDIO. 
(ATIS: 50.000 HASTA 999.999 HABITANTES). 1980.............................................................36 
MAPA 3: ARGENTINA. DISTRIBUCIÓN DE LAS AGLOMERACIONES DE TAMAÑO INTERMEDIO. 
(ATIS: 50.000 HASTA 999.999 HABITANTES). 2001. ................................................................. 78 
MAPA 4: CONFORMACIÓN DE LA REGIÓN METROPOLITANA DE BUENOS AIRES........................88 
MAPA 5: PARTIDO GENERAL PUEYRREDON. MAR DEL PLATA . 2009.. ...................................... 90 
MAPA 6: CIUDAD DE TANDIL . 2009....................................................................................92 
MAPA 7: ARGENTINA. LOCALIZACIÓN DE SUCURSALES DE LAS SEIS GRANDES CADENAS 
NACIONALES Y TRANSNACIONALES. 2010…….......................................................................149 
MAPA 8: EMBOTELLADORAS DE BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS SABORIZADAS DEL CIRCUITO 
SUPERIOR Y SUPERIOR MARGINAL. RMBA. 2009... ................................................................. 159 
MAPA 9: CIUDAD DE BUENOS AIRES: BARRIOS PALERMO Y VILLA LUGANO..........................181 
MAPA 10: MAR DEL PLATA . EMPRESAS PRODUCTORAS Y DISTRIBUIDORAS DE BEBIDAS 
GASEOSAS Y AGUAS SABORIZADAS. 2009.…….......................................................................196 
MAPA 11: CIUDAD DE MAR DEL PLATA , SUPERMERCADOS EN CADENA. 2009…...................216 
MAPA 12: TANDIL . SUPERMERCADOS. 2009............................................................................236 
MAPA 13: TANDIL . APERTURA DE ALMACENES ENTRE 2004-2007.........................................239 
INDICE DE TABLAS Y GRAFICOS 
 
TABLA 1: ARGENTINA. TASA TOTAL Y TASAS REGIONALES DE URBANIZACIÓN. AÑOS 1947, 
1960, 1970 Y 1980 .................................................................................................................... 28 
TABLA 2: ARGENTINA. POBLACIÓN EN AGLOMERACIONES DE TAMAÑO INTERMEDIO. (ATIS: 
50.000 HASTA 999.999 HABITANTES) DE 1950 A 1980 .............................................................. 32 
TABLA 3: ARGENTINA. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN TRES CATEGORÍAS DE TAMAÑO DE 
AGLOMERACIÓN, 1950 A 1980. VALORES ABSOLUTOS (MILES DE HABITANTES) Y PORCENTAJES 
(ENTRE PARÉNTESIS)…………………….................................................................................39 
TABLA 4: CONSUMO DE BEBIDAS NO ALCOHÓLICAS (EN MILLONES DE LITROS) ........................ 62 
TABLA 5: EMPRESAS PRODUCTORAS DE PREFORMAS PET, 2002...............................................70 
TABLA 6: ARGENTINA. TASAS REGIONALES DE URBANIZACIÓN. AÑOS 1991 Y 2001………......72 
TABLA 7: ARGENTINA. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN TRES CATEGORÍAS DE TAMAÑO DE 
AGLOMERACIÓN, 1991 Y 2001. VALORES ABSOLUTOS (MILES DE HABITANTES) Y PORCENTAJES 
(ENTRE PARÉNTESIS)…………………….................................................................................73 
TABLA 8: ARGENTINA. POBLACIÓN EN 2001 DE AGLOMERACIONESDE TAMAÑO INTERMEDIO 
(ATIS: 50.000 HASTA 999.999 HABITANTES) ............................................................................ 76 
TABLA 9: EMBOTELLADORAS DE COCA-COLA EN ARGENTINA. 2010.....................................143 
TABLA 10: PRIMERAS Y SEGUNDAS MARCAS DE BEBIDAS GASEOSAS. ARGENTINA.….……....151 
TABLA 11: PRIMERAS MARCAS DE AGUAS SABORIZADAS. ARGENTINA...................................152 
 
 
GRÁFICO 1: PRODUCCIÓN ARGENTINA DE BEBIDAS. 1998........................................................62 
 
INDICE DE IMAGENES 
 
IMAGEN 1: PRODEA, PARQUE INDUSTRIAL DE PILAR . 2009………......................................170 
IMAGEN 2: IMITACIÓN DE BOTELLAS DE TERCERAS MARCAS..................................................176 
IMAGEN 3: COMERCIOS MINORISTAS. BARRIO VILLA LUGANO. 2009.....................................191 
IMAGEN 4: NUTRECO ALIMENTOS. SIERRA DE LOS PADRES. MAR DEL PLATA . 2009..............193 
IMAGEN 5: LÍNEA DE PRODUCCIÓN DE GASEOSAS. PLANTA PRODUCTORA MAR DEL PLATA 
SODA………………………………………………………………......................................199 
IMAGEN 6: EMBOTELLADORA SIERRAS DEL ATLÁNTICO SPRING-UP. MAR DEL PLATA . 
2009...............................................................................................................................206 
IMAGEN 7: SUPERMERCADOS MAYORISTAS. MAR DEL PLATA . 2009……..............................213 
IMAGEN 8: BARRIOS LA PERLA, GÜEMES Y SAN MARTIN. MAR DEL PLATA . 2009.................218 
IMAGEN 9: ALMACENES BARRIOS LA PERLA Y GÜEMES. MAR DEL PLATA . 2009...................223 
IMAGEN 10: ALMACENES BARRIOS SAN MARTÍN. MAR DEL PLATA . 2009………………......224 
IMAGEN 11: ALMACENES BARRIO VILLA AGUIRRE. TANDIL .2009………………..................241 
 
PRINCIPALES SIGLAS UTILIZADAS 
 
RMBA: Región Metropolitana de Buenos Aires. 
UNCPBA: Universidad nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. 
PET: Polietilen-Tereftalato. 
AAETdF: Área Aduanera Especial de Tierra del Fuego. 
PVC: Policloruro de Vinilo. 
CEP: Centro de Estudios para la Producción. 
CAIP: Cámara Argentina de la Industria Plástica. 
PBI: Producto Bruto Interno. 
YPF: Yacimientos Petrolíferos Fiscales. 
INDEC: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. 
ATIs: Aglomerados de Tamaño Intermedio. 
AGBA: Aglomerado Gran Buenos Aires. 
AMBA: Área Metropolitana de Buenos Aires. 
CFI: Consejo Federal de Inversiones. 
PEA: Población Económicamente Activa. 
SAGPyA: Secretaría de Agricultura Ganadería, Pesca y Alimentos. 
MERCOSUR: Mercado Común del Sur. 
PYMES: Pequeñas y medianas empresas 
FMI: Fondo Monetario Internacional. 
EPH: Encuesta Permanente de Hogares. 
IED: Inversión Extranjera Directa. 
PBG: Producto Bruto Geográfico. 
TICs: Tecnologías de la de la Información y Comunicación. 
CAME: Confederación Argentina de la Mediana Empresa. 
HD: Hard Discount o Tiendas de Descuento. 
IVESS: Instituto de Verificación de Elaboración de Soda en Sifones. 
CADIBSA: Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin Alcohol. 
NTIC: Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. 
SUTIAGA: Sindicato Unido de Trabajadores de Aguas Gaseosas y Afines. 
1 
 
INTRODUCCION 
 
En la presente Tesis, el objetivo central es reflexionar y comprender la coexistencia de 
divisiones territoriales del trabajo en ciudades del área concentrada de Argentina, desde la 
perspectiva de la existencia de un circuito superior y de un circuito inferior de la economía 
urbana (Santos, M. 1975, 1979) de bebidas gaseosas y aguas saborizadas. La dinámica de 
estos circuitos se analiza a partir de las características distintivas del medio construido y del 
mercado (Silveira, M. L. 2004) en las ciudades de Buenos Aires, Mar del Plata y Tandil. 
Estas ciudades revelan la coexistencia de empresas globales, nacionales y locales en las fases 
de producción, distribución y comercialización de bebidas gaseosas y aguas saborizadas, 
permitiendo la formación de mercados únicos, aunque segmentados. 
Consideramos en primer término introducir aquello planteado por A. N. Whitehead 
(1919, 1994) respecto a la separación del espacio y del tiempo. Señala que ésta ha sido 
adoptada para una mayor simplicidad en la exposición, pero la idea de período intenta buscar 
esa unión inseparable entre estas dos dimensiones de la sociedad: “aquello que discernimos 
es el carácter específico de un lugar a través de un período de tiempo. Es eso que entiendo 
por “evento”. Discernimos algunos caracteres específicos de un evento. Pero, al discernir un 
evento, también somos conscientes de su significado en cuanto término relacional en la 
estructura de eventos” (Whitehead A. N. 1919, 1994, p. 64). El período es, entonces, un 
conjunto de eventos, de posibilidades a ser realizadas. 
Este estudio, sobre los circuitos de la economía urbana, trata del período actual, 
denominado por M. Santos (1996, 2000), como período técnico-científico-informacional. 
Argentina se encuentra sin dudas en un nuevo período en el que una serie de eventos se 
materializan como objetos, acciones y, también, como normas, generando nuevas y diferentes 
relaciones constitutivas de su territorio. Para reconstruir la historia actual del territorio 
argentino y de su área concentrada, como sucesión de eventos, se considera ir a la génesis del 
medio técnico científico informacional que se encuentra en la segunda mitad del siglo XX. 
Las variables claves que permiten comprender este período son la información, la ciencia, las 
finanzas, el consumo y la técnica, las que se combinan de una forma particular para estudiar 
estos productos específicos, como son las bebidas gaseosas y las aguas saborizadas. 
Comprender la existencia de una variada y amplia diversidad de tipos y marcas de 
esas bebidas, con diferencias sustanciales entre actores participantes en la elaboración, pero 
también en la comercialización y, especialmente, en el consumo, ha llevado a indagar en un 
2 
 
sistema de ideas que sea descriptivo e interpretativo de esta realidad. El mismo es encontrado 
en la Teoría de los Circuitos de la Economía Urbana, formulada por el Profesor Milton 
Santos en los años setenta (1975, 1979), y continuado en las formulaciones teóricas 
posteriores, centradas en el enfoque constitucional y relacional del entendimiento del espacio 
geográfico (Santos, M. 1996 a; 1996, 2000). 
Esta teoría considera que en las ciudades de los países subdesarrollados surgen dos 
circuitos económicos que son responsables no sólo del proceso económico sino también del 
proceso de organización del espacio; son los denominados circuitos superior e inferior de 
la economía (Santos, M. 1975, 1979, p. 16). Existen, en estas ciudades, diferencias profundas 
en la accesibilidad al consumo y al empleo: una minoría con altos ingresos y elevado 
consumo, al lado de la masa de la población con bajos salarios y, por consiguiente, poca 
accesibilidad para el consumo. 
Estas diferencias son causa y efecto de la existencia en estas ciudades de dos circuitos 
que tienen el mismo origen: el circuito superior y el circuito inferior de la economía. “Dos 
circuitos que afectan la fabricación, la distribución y el consumo de bienes y servicios. Uno 
de estos dos circuitos es el resultado directo de la modernización y se refiere a actividades 
creadas para servir al progreso tecnológico y a la población que de él se beneficia. El otro es 
también un resultado de la modernización, pero un resultado indirecto, ya que concierne a 
aquellos individuos que solo se benefician parcialmente del reciente progreso técnico y de sus 
ventajas” (Santos, M. 1996 a, p. 83). 
Cada circuito se define por el conjunto de actividades realizadas, y por el sector de 
población que se asocia a ésta, ya sea por la actividad o por el consumo. De este modo, el 
circuito superior, estaría constituido por los bancos, comercios e industrias de exportación, 
industria urbana moderna, servicios modernos, mayoristas y transportistas;mientras que el 
circuito inferior está compuesto esencialmente, por producciones intensivas en mano de obra 
(no en capital), por servicios no modernos, comercio no moderno y de pequeñas dimensiones. 
M. Santos (1975, 1979) plantea que las actividades de fabricación del circuito superior 
poseen dos organizaciones, la primera correspondiente al circuito superior propiamente 
dicho, y la segunda es el circuito superior marginal , constituido por formas de producción 
menos modernas desde el punto de vista tecnológico y organizacional, con características 
propias de cada uno de los circuitos. “El circuito superior marginal puede ser el resultado de 
la sobrevivencia de formas menos modernas de organización o la respuesta a una demanda 
incapaz de suscitar actividades totalmente modernas. Esa demanda puede venir tanto de 
actividades modernas, como del circuito inferior. Ese circuito superior marginal tiene, por 
3 
 
tanto, al mismo tiempo un carácter residual y un carácter emergente” (Santos, M. 1975, 1979, 
p. 80). 
Estos dos circuitos de la economía urbana no son dos sistemas aislados e 
impermeables entre sí, sino que, por el contrario, están en interacción permanente. “Por un 
lado, la propia existencia de una clase media impide hablar de circuitos cerrados. Su consumo 
se dirige a uno u a otro circuito con frecuencias variables. Por otro lado, el funcionamiento de 
cada circuito comprende una articulación interna u horizontal con diferentes grados de 
integración y una articulación vertical que se realiza por la comunicación entre actividades de 
los dos circuitos” (Santos, M. 1975, 1979, p. 204). 
Desde esta perspectiva, los circuitos de la economía urbana son subsistemas del 
sistema urbano, que poseen relaciones de complementariedad, de competencia y de 
jerarquías; se trata de una “oposición dialéctica: uno no se explica sin el otro” (Silveira, M. L. 
2007, p. 150). Esta idea pone en jaque la asociación equivocada de la existencia en una 
ciudad de un único mercado moderno. Como indica M.L. Silveira (2004, p. 2), al estudiar las 
ciudades “sus funciones más modernas, aquellas que orientan su inserción en la actual 
división internacional hegemónica del trabajo, no pueden ser confundidas con la ciudad en sí 
misma. Conjunto de todos los instrumentos de trabajo y de todas las formas de hacer, la 
ciudad solamente podrá ser entendida al considerar la coexistencia de divisiones territoriales 
del trabajo” (Silveira, M.L. 2004, p. 2). 
Es posible afirmar que la ciudad es el espacio banal por excelencia, es decir, el 
espacio de todos, todo el espacio (Santos, M. 1996), donde es posible encontrar “divisiones 
de trabajo superpuestas” (Santos, M. y Silveira, M. L. 2001, p. 290), tanto en la producción, 
como en la distribución y en la comercialización. Esas divisiones del trabajo coexistentes en 
las ciudades pueden ser estudiadas como circuitos de la economía urbana (Santos, M. 1975, 
1979) que se distinguen por el grado de tecnología, capital y organización, con el cual 
fabrican, distribuyen y consumen productos y servicios. 
Desde este enfoque, la urbanización, como proceso, pasa a ser fundamental en la 
comprensión de los circuitos de la economía, ya que la urbanización es un fenómeno social, 
económico, político y espacial y “como toda y cualquier otra forma de repartición en el 
espacio, depende de la manera como los instrumentos de trabajo y los factores de producción 
se distribuyen” (Santos, M. 1994, p. 117). 
El proceso de urbanización en Argentina, en el período actual, va mostrando las 
diferentes maneras en que las sucesivas modernizaciones impactan en el territorio, 
fuertemente signadas por vectores externos e internos, tanto económicos como políticos. La 
4 
 
preeminencia de la tradicional región pampeana argentina nos lleva a pensar en la existencia 
de un área concentrada, tal como M. Santos y A. C. Torres Ribeiro (1979), la detectaron para 
Brasil. Se hace referencia a la concentración de variables económicas, demográficas, urbanas, 
de infraestructuras, de empresas, de finanzas, de mercado, entre otras. 
El estudio de la urbanización argentina y del área concentrada, desde mediados del 
siglo XX hasta la actualidad, ha recibido aportes fundamentales de investigaciones realizadas 
por C. Vapñarsky y N. Gorojosvsky (1990). Éstos permitieron distinguir hasta inicios de los 
años noventa, que Buenos Aires era la única ciudad millonaria que vivía un lento proceso de 
decrecimiento y que las ciudades grandes y medias argentinas eran las que más crecían. 
Hemos seleccionado para este estudio tres ciudades de diferente tamaño que se 
distinguen actualmente en la división territorial del trabajo de bebidas gaseosas y aguas 
saborizadas pero en las que divisiones del trabajo pretéritas de esa actividad constituyen el 
trabajo muerto sobre el que se realiza el trabajo vivo. Buenos Aires, Mar del Plata y Tandil se 
diferencian por su dinamismo económico; características de medio construido y del mercado; 
existencia de empresas de diferente tamaño y poder produciendo esas bebidas; presencia 
diferencial de grandes superficies comerciales; densidad de funciones urbanas; participación 
en redes, conexiones e infraestructuras; entre otras. 
En estas ciudades, de diferente tamaño y jerarquía, su medio construido y mercado 
crean condiciones distintas para la existencia y la superposición de los circuitos de la 
economía y la consecuente segmentación en todas las fases del circuito espacial de 
producción1. 
Se han estudiado las fases de fabricación, distribución y comercialización de esas 
bebidas a través de la selección de empresas del circuito superior propiamente dicho, del 
circuito superior marginal y del circuito inferior. 
Cabe destacar que si bien se han tomado esas tres ciudades señaladas, la localización 
de algunas empresas en varios casos sobrepasa los límites de los municipios, lo cual pone en 
evidencia que en nuestro enfoque son centrales los procesos explicativos de los lugares y no 
sus límites. En algunos casos las plantas elaboradoras se encuentran situadas en la Región 
Metropolitana de Buenos Aires (RMBA), o en otra localidad menor del Partido de General 
Pueyrredón, pero sin embargo sus sedes centrales y la producción se organizan desde las 
ciudades cabeceras, Buenos Aires y Mar del Plata, respectivamente. Es que en oposición a lo 
 
1 Los circuitos espaciales de producción están formados por las diversas etapas que atraviesa un producto, desde 
el inicio del proceso de producción hasta llegar al consumo final. Hoy tales etapas no se dan necesariamente en 
la contigüidad y pueden abarcar el planeta, dependiendo de la fuerza de los actores involucrados (Silveira, M. L. 
2007). 
5 
 
que muchas Geografías posmodernas creen, los lugares no se explican por ellos mismos, “no 
es, en un cuadro estático la parte y el mundo, la totalidad. El lugar no es un fragmento, es la 
propia totalidad en movimiento que, a través del evento, se afirma y se niega, modelando un 
subespacio del espacio global” (Silveira, M. L. 1995, p. 56). Es la totalidad, es decir, la 
formación socioespacial la que explica los lugares, y estos son atravesados por procesos que 
los trascienden, llegando a ser mundiales. 
Recalcamos que no pretendemos hacer un análisis exhaustivo de esas ciudades, sino 
que hemos tomado situaciones ilustrativas del fenómeno urbano relacionadas a la producción, 
distribución y comercialización de bebidas gaseosas y aguas saborizadas. 
Para la fase de producción, se ha realizado un trabajo de campo con entrevistas a las 
empresas, que para el caso de Buenos Aires consistió en seleccionar empresas representativas 
del circuito superior y del circuito superior marginal y, para el caso de las ciudades de Mar 
del Plata y Tandil, se entrevistó a la totalidad de las empresas productoras, pertenecientes al 
circuito superior marginale inferior. 
Para las ciudades de Mar del Plata y Tandil se ha incluido también en el trabajo de 
campo entrevistas a empresas distribuidoras de esas bebidas, porque estos actores participan 
como verdaderos intermediarios, en especial, del circuito inferior de la comercialización. 
Se ha realizado un recorte espacial para esta investigación al seleccionar en cada una 
de esas ciudades barrios bien diferentes en cuanto a su medio construido y sus mercados. Esto 
resulta central al considerar la comercialización minorista de gaseosas y aguas saborizadas de 
diferentes marcas, entre los agentes típicos del circuito superior y los del circuito inferior, 
como son los supermercados y, los almacenes y despensas, respectivamente. 
Con respecto a las entrevistas efectuadas a estos pequeños comercios se realizó una 
muestra cualitativa, la que por lo general, estudia un individuo o una situación, unos pocos 
individuos o unas reducidas situaciones ya que pretende profundizar en un mismo aspecto, 
aunque no sea generalizable a otros similares. Respecto al número de entrevistas, se utilizó el 
nivel de saturación de la muestra, es decir se termina de adicionar fuentes cuando la 
información provista por los anteriores comienza a repetirse, por lo que es probable que el 
añadir nuevas fuentes sólo proporcionaría informaciones de interés secundario en relación al 
objeto de la investigación (Ruiz Olabuénaga, J. I. 1996). 
Además de la información primaria relevada, se ha usado una gran cantidad de 
informes oficiales, en especial de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos; 
Documentos escritos de prensa nacional, provincial y local; revistas especializadas en 
economía y mercado e información existente en los sitios web oficiales de las empresas. 
6 
 
Esta investigación se divide en tres partes, cada una de las cuales está compuesta, a su 
vez, por tres capítulos. La primera parte se denomina: “Urbanización y espacio dividido: la 
formación del medio técnico-científico-informacional en Argentina”. 
En el primer capítulo se estudia la génesis del medio actual en Argentina y su área 
concentrada, es decir el período que va de 1950 a 1990. Ocurre en esos años lo que podemos 
denominar el fin de la industrialización interna y el inicio de la industrialización 
transnacional, siendo necesario modernizar el territorio y crear sistemas de ingeniería 
públicos, en el sentido de densificar el medio técnico-científico. Se pretende resaltar la 
existencia de dos áreas en la nueva división del trabajo: las de promoción industrial y el área 
concentrada del país. Se centra la atención en procesos y normas económicas y políticas y, 
especialmente, en el proceso de urbanización en el que las actividades terciarias ocuparon un 
rol central, junto a las industriales. La conformación de la red urbana argentina va mostrando 
la primacía de Buenos Aires, la existencia de vacíos urbanos y el aglutinamiento de ciudades 
grandes y medias en el área concentrada del país, como son Mar del Plata y Tandil. Durante 
esos años resulta significativo el proceso de metropolización de Buenos Aires, es decir, la 
formación de su región metropolitana. 
El capítulo dos se inicia con el estudio de las características del período actual de la 
globalización en el que, algunas de sus variables centrales, resultan explicativas del circuito 
espacial de producción de bebidas gaseosas y aguas saborizadas: la técnica, la información y 
el consumo, entre otras. La sociedad contemporánea es denominada generalmente sociedad 
de consumo, la que en Argentina se conforma junto a una sociedad excluyente. El consumo, 
la publicidad y la técnica actual van acompañados de un discurso relacionado a la «vida 
saludable», el «estar en forma» y el «consumo light». Desde 1990 y hasta la actualidad, 
consideramos un mismo periodo del territorio argentino. Sin embargo, existen dos momentos 
en relación a los cambios económicos y políticos del país, separados éstos por la crisis 2001-
2002. En estas dos etapas encontramos también modificaciones en el circuito espacial de las 
bebidas estudiadas ya que aparecen esos nuevos discursos, hay cambios en algunas técnicas 
usadas, se encarecen los costos de producción por la devaluación y se crea un nuevo 
producto, las aguas saborizadas. Se analizan en este capítulo esos dos momentos del país y 
sus implicancias en la actividad estudiada. 
El tercer capítulo presenta el actual proceso de urbanización acompañado de la 
densificación del medio de la globalización, en especial en el área concentrada del país y en 
las ciudades seleccionadas en esta investigación: Buenos Aires, Mar del Plata y Tandil. 
Resulta central estudiar aquí además de las características de ese proceso otros nuevos 
7 
 
contenidos materiales y organizacionales del territorio que llevan a que se convierta en un 
«espacio de la globalización» reticular, en el que las desigualdades regionales existentes en 
Argentina, se mantienen y se profundizan. Nos detendremos en dicha área concentrada, 
donde algunas variables que caracterizan al medio técnico-científico-informacional poseen 
mayor presencia y densidad que en otras áreas de Argentina. Nos interesa buscar algunas 
situaciones urbanas que nos permitan ver, en parte, la reorganización del espacio en Buenos 
Aires, la mayor metrópolis nacional, en Mar del Plata, ciudad grande (ATIs mayor) y en 
Tandil, ciudad media (ATIS menor) a partir de las categorías analíticas del espacio 
geográfico propuestas por M. Santos (1985, 1992): forma, función, estructura y proceso. En 
esas ciudades las inversiones por parte de empresas privadas, nacionales y extranjeras han 
asumido un rol central porque han sido importantes y tendientes a la modernización espacial 
de algunas partes selectivas de aéreas urbanas, en especial metropolitanas. La conformación 
de un denso y moderno medio construido se convierte en un factor destacado de explicación 
de los circuitos espaciales de las bebidas gaseosas y aguas saborizadas. 
La segunda parte se denomina: “Circuitos de la economía urbana de bebidas gaseosas 
y aguas saborizadas: técnica, capital y organización”. En el capítulo cuatro se analiza 
particularmente el papel central y determinante de la técnica en el circuito espacial de 
producción de las bebidas gaseosas y aguas saborizadas. Entre otras innovaciones fue la 
botella PET la que permitió ampliar la capacidad de producción tanto en las empresas 
embotelladoras de marcas líderes, como en las nuevas empresas pequeñas y medianas que 
nacieron bajo esta tecnología. Sin embargo, la casi absoluta generalización del PET no llevó a 
la homogenización en la elaboración ya que existen enormes diferencias entre las empresas 
productoras de estas bebidas, según tamaño y poder. Es la difusión y el uso desigual de las 
técnicas, una variable determinante para explicar la coexistencia de circuitos de la economía 
de estos productos específicos. Además, se observa que en los años posteriores a la crisis de 
inicios de este siglo algunas grandes empresas tienen posibilidades de flexibilizar las técnicas 
en relación a la vuelta al vidrio, crear nuevos envases PET y aprovechar la solidaridad 
técnica entre bebidas gaseosas y aguas saborizadas. Por otra parte, el aumento de la 
producción y del consumo no hubieran sido posibles sin cambios transcendentales en las 
fases intermedias de los circuitos espaciales de producción: distribución y comercialización. 
Las nuevas técnicas y los progresos en esas fases son centrales en la explicación del proceso 
de circulación del capital. Aparecen nuevos actores hegemónicos que utilizan varias técnicas 
modernas muchas de éstas facilitadas por la interdependencia entre la ciencia, la técnica y la 
información. Sin embargo, queremos evidenciar, por último, que junto a la generalización de 
8 
 
la técnica autoservicio se diversifican las técnicas tradicionales en el cotidiano homologo,en 
el que cada vez más ciertos agentes del circuito superior aprovechan las relaciones de 
proximidad, que eran una condición y una ventaja de los comercios del circuito inferior. 
En el capítulo quinto se presentan otras de las variables distintivas de los circuitos, el 
capital, en relación a las finanzas y a la publicidad que, en estas bebidas adquieren un rol 
protagónico en especial en los círculos de cooperación. El capital en Argentina se caracteriza 
por su concentración y transnacionalización, lo que evidencia diferente poder de las empresas 
que usan el territorio. La actividad productiva de las bebidas no es la excepción, se encuentra 
dominada por verdaderas empresas globales y es posible reconocer los diferentes tipos de 
concentración estudiados por S. Labyni (1956, 1966): concentración técnica, concentración 
económica y concentración financiera. Se plantea luego, como los flujos de todo tipo y en 
particular los vinculados al consumo, acompañados indefectiblemente de los flujos 
monetarios se aceleran rápidamente. El sistema financiero que constituye uno de sus 
principales soportes para comprender la lógica de la circulación y acumulación del capital, 
actúa como nexo y división de los circuitos de la economía. En las bebidas gaseosas y en las 
aguas saborizadas, la publicidad siempre ha sido un componente central del producto, en 
especial para las marcas globales. Pero, cada vez más, las actividades del circuito superior 
están basadas en la publicidad, siendo la marca un componente de altísimo peso y poder, por 
el valor y apreciación que el consumidor hace de las mismas. La publicidad, que 
generalmente no era un medio muy utilizado por las pequeñas empresas, ha llegado también 
al circuito inferior, aunque siguen siendo centrales allí las relaciones de cotidianeidad y la 
vinculación con sus clientes. 
En el capítulo seis se estudia la tercera variable determinante de los circuitos de la 
economía, la organización de las empresas que lleva a un uso jerárquico y corporativo del 
territorio tanto en la elaboración como en el consumo en las ciudades estudiadas. La 
organización interna y espacial de los agentes del circuito superior está centrada en la 
búsqueda de racionalidad económica, mientras que la de los agentes del circuito inferior 
puede calificarse de irracional o, mejor aún, con otras racionalidades. Se observa que en las 
bebidas gaseosas y aguas saborizadas la concentración económica es acompañada de la 
concentración espacial siendo el oligopolio la condición más general del mercado en la 
actualidad. Estas formas del mercado también se presentan en la comercialización 
principalmente en hipermercados y supermercados. Éstos son actores privilegiados del 
circuito superior que se convierten en oligopolios territoriales y usan de manera jerárquica y 
concentrada el territorio. Por último, en ese capítulo se comenta brevemente otra de las 
9 
 
características de esta actividad como es la diversificación de la producción y de marcas, 
diferenciando marcas propias, primeras, segundas y terceras marcas de bebidas. Se observa 
que cada vez más algunos objetos se convierten en «marcas». 
La tercera parte se denomina “División del trabajo y segmentación de la economía 
urbana en Buenos Aires, Mar del Plata y Tandil: bebidas gaseosas y aguas saborizadas”. El 
capítulo siete estudia Buenos Aires desde la concepción de espacio banal donde actúan 
divisiones territoriales hegemónicas del trabajo, con una fuerte segmentación de su economía 
urbana. Se diferencia el estudio en la fabricación de estas bebidas, entre un circuito superior 
con características internacionales y, un circuito superior marginal, con un fuerte componente 
nacional, para luego llegar a la segmentación en la comercialización y consumo, en dos 
barrios de esta ciudad, Palermo y Villa Lugano, que varían entre otras cosas por las 
características de su medio construido y su mercado. 
El capítulo ocho analiza situaciones significativas en Mar del Plata, en cuya actual 
división territorial del trabajo de estas bebidas, se encuentran importantes rugosidades 
resultado de pretéritas divisiones del trabajo. La existencia de un importante circuito superior 
marginal en la fabricación de estas bebidas y un desarticulado circuito inferior, le da a esta 
ciudad una enorme importancia regional y local. Se han seleccionado tres barrios, La Perla, 
Güemes y San Martin, en los que la función turística, la superposición de capitales y su 
propia configuración territorial permiten encontrar características distintivas en la 
comercialización en especial en el circuito inferior. 
El noveno y último capítulo presenta a la ciudad de Tandil en la división territorial del 
trabajo de bebidas gaseosas y aguas saborizadas. Se halló un débil circuito inferior en la 
fabricación de esas bebidas con importantes limitaciones técnicas, capacidad ociosa, deterioro 
del capital y “otras racionalidades” organizacionales, en las que la incertidumbre e 
inseguridad económica dominan. Se observa cómo en esa ciudad aún el componente local 
juega un importante rol, en la distribución y comercialización tanto en el circuito superior, 
como en el inferior. Se estudió la comercialización minorista en la ciudad y particularmente 
en dos barrios, Centro y Villa Aguirre, que nos permitieron ver el accionar conjunto de 
cadenas de supermercados, de un circuito superior marginal en crecimiento, compuesto por 
supermercados orientales y supermercados independientes y de un denso circuito inferior 
compuesto por almacenes y despensas en el que priman las relaciones de co-presencia y 
solidaridad, reunidos por un territorio compartido. 
Presentamos por último algunas conclusiones que las hemos reunido en tres ejes: el 
período actual y la centralidad de la técnica; circuitos de la economía urbana de productos 
10 
 
específicos y, urbanización y división del trabajo. Pensamos que es necesario que la 
Geografía actual retome los estudios de la economía política de la ciudad, siendo la Teoría de 
los Circuitos de la Economía Urbana (Santos, M. 1975, 1979) una de las propuestas más 
significativas. 
 
 
 
11 
 
 
 
 
 
 
PRIMERA PARTE 
 
 
 
 
URBANIZACIÓN Y ESPACIO DIVIDIDO: LA FORMACIÓN 
DEL MEDIO TÉCNICO-CIENTÍFICO-INFORMACIONAL EN 
ARGENTINA 
 
 
 
 
 
 
 
 
12 
 
CAPITULO 1 
ARGENTINA Y SU ÁREA CONCENTRADA ENTRE LAS DÉCADAS 
DE 1950 Y 1990: GÉNESIS DEL MEDIO TÉCNICO-CIENTÍFICO-
INFORMACIONAL 
1.1. GÉNESIS DEL MEDIO TÉCNICO CIENTÍFICO INFORMACIONAL EN ARGENTINA Y SU ÁREA 
CONCENTRADA: A MODO DE INTRODUCCIÓN 
La interdependencia de tres categorías como son modo de producción, formación social y 
espacio resultan centrales en este estudio. M. Santos (1996 a, p. 23) plantea que “la 
localización de los hombres, las actividades y las cosas en el espacio se explica tanto por las 
necesidades “externas”, aquellas del modo de producción “puro”, como por las necesidades 
“internas”, representadas esencialmente por la estructura de todas las demandas y la 
estructura de las clases; es decir, la formación social propiamente dicha”. 
En Argentina, desde la crisis financiera internacional de 1929 como «vector externo» 
y el modelo de industrialización sustitutiva de importaciones como «vector interno» 
(especialmente a partir de los años 1940, con el gobierno peronista), se resguardaron las 
actividades industriales como ejes centrales de su política económica y su organización 
territorial. En esos años, a pesar del aliento a las pequeñas y medianas firmas industriales de 
capitales argentinos, también actúan empresas de capitales extranjeros, en especial algunas 
filiales. Así, en 1942 inicia sus actividades Coca Cola de Argentina S.A., siendo Reginald 
Lee S.A. el primer embotellador independiente de nacionalidad argentina en la zona sur del 
Gran Buenos Aires (Partidos de Quilmes, Florencio Varela, Berazategui y AlmiranteBrown), 
con depósitos en Quilmes. 
Con respecto a la industrialización doméstica, su expansión fue permitida por el 
desarrollo previo de estas actividades productivas en lo respectivo a bienes de consumo 
(alimentos, bebidas, textiles, confecciones), electrodomésticos, maquinarias, metalúrgicas 
sencillas e industrias asociadas a la construcción. Sin embargo, la actividad industrial 
orientada casi exclusivamente hacia el mercado interno “encontró obstáculos para mantener 
su dinamismo a medida que creció su obsolescencia tecnológica y que no tuvo posibilidades -
empresariales y tecnológicas- de avanzar hacia procesos productivos más complejos, en un 
contexto de permanentes restricciones en sus balances de pagos” (Kosacoff, B. 2007, p. 15). 
13 
 
Frente a la crisis interna de los primeros años de 1950, algunos países de América 
Latina, incluida Argentina, consideraron como una salida iniciar la apertura al capital 
extranjero, comenzando a resquebrajarse, en muchos sentidos, la lógica de «crecimiento 
cerrado» de la industrialización sustitutiva de importaciones. Este modelo económico 
encuentra su última fase entre los años 1950 y mediados de 1970, orientada hacia los 
complejos petroquímicos y metal-mecánicos, especialmente automotriz, en los que ya era 
masiva la participación de filiales de empresas transnacionales. 
Así, a partir de la década de 1950, Argentina presenta nuevos componentes en el 
espacio geográfico, es decir en los sistemas de objetos, en los sistemas de acciones y lo que 
es fundamental en las normas que median la conformación de esos sistemas (Santos, M. 
1996, 2000). 
Se inicia la difusión del medio técnico-científico “que tiende a superponerse, en todos 
los lugares, aunque diferencialmente, al llamado medio geográfico” (Santos, M. 1994, 1997, 
p. 139). La categoría conceptual medio pertenece a las concepciones más antiguas y clásicas 
usadas por la Geografía. Así, A. Demangeon (1942, 1963) ya señalaba que la expresión de 
medio geográfico es más comprensiva que la de medio físico ya que abarca la acción del 
mismo hombre sobre la naturaleza, la cual sería permitida por la ciencia y por el dominio 
sobre las distancias que los avances en los transportes le han asegurado. Este mismo autor 
señala que “así, las obras humanas, resultantes de todo el pasado de la humanidad, 
contribuyen ellas mismas a constituir el ambiente, el contorno, el medio geográfico que 
condiciona la vida de los pueblos” (Demangeon, A. 1942, 1963, p. 13). Por su parte, M. Sorre 
(1961, 1967) señalaba también que es la victoria de la técnica sobre la Naturaleza, la que ha 
permitido sumarle al estudio del medio natural, el del medio social, o mejor dicho, de los 
medios sociales. 
Pero fue M. Santos (1996, 2000) quien propuso dividir la historia del medio 
geográfico en tres etapas: el medio natural, el medio técnico y, el medio técnico-científico-
informacional2. La génesis del medio actual se inicia después de la Segunda Guerra Mundial, 
pero se va a desenvolver en los países del Tercer Mundo a partir de la década de 1970. Así, 
M. L. Silveira (1999) explica que desde 1950 y hasta la década de 1970, se ha desarrollado en 
Argentina el medio técnico-científico, momento en el que se inicia una transferencia de 
capitales internacionales hacia los países periféricos, destinados en especial a la industria y 
más tarde, a las finanzas. 
 
2 Se puede encontrar un desarrollo de los medios anteriores al actual en M. Santos (1996, 2000, cap. 10, p. 197). 
14 
 
Se observa en Argentina la necesidad de densificar técnicamente el territorio, 
iniciándose un proceso de «modernización productiva» basado en la incorporación de 
tecnologías de los países desarrollados bajo el modelo «fordista». Esto es acompañado por la 
«modernización del territorio» a los fines de ir configurando un espacio delineado para estas 
nuevas inversiones internacionales, siendo central aquí el rol del Estado. 
A pesar de que algunos mecanismos políticos en las décadas del cincuenta y del 
sesenta permitían el inicio de un control «externo» de la economía argentina, va a ser a 
mediados de los setenta cuando las normas del Estado mutan para otorgar una mayor libertad 
a los mecanismos del mercado, en la liberalización y el proceso de apertura externa. 
El contexto internacional había cambiado. El shock petrolero de 1973 llevó a una 
elevada liquidez financiera y a la expansión de un nuevo mercado financiero poco regulado 
que estaba dispuesto a prestar dinero. Así, con la introducción del enfoque monetarista en 
economía y de un Estado «subsidiario», Argentina abandonó finalmente el modelo semi-
proteccionista, pro-estatista y mercado-internista. A partir del Golpe Militar de 1976 se inicia 
en el país esta nueva versión de la economía abierta, la Escuela Monetarista, con reducción 
de los aranceles de importación y la reforma financiera en 1977 que libera la tasa de interés y 
crea un mecanismo totalmente distinto para la asignación de los créditos (Kosacoff, B. 2007). 
Consideramos que en la historia territorial argentina de las décadas de 1950 a 1990, 
existen significativos cambios e inflexiones políticas y económicas, con eventos centrales que 
fueron delineando la constitución del medio geográfico actual de la globalización3. 
1.1.1. Fin de la Industrialización interna e inicios de la industrialización transnacional: 
la necesidad de modernizar el territorio 
A partir de la década de 1950 comienza una etapa que tiene como intención mantener el 
sistema vigente, pero abriendo las puertas a las inversiones extranjeras que lograría el 
resurgir del crecimiento industrial. “La producción no crecía por falta de máquinas; éstas sólo 
podían venir del exterior pero el país no generaba las divisas para comprarlas (…). La única 
fuente visible eran las empresas transnacionales, en la medida en que estuvieran dispuestas a 
aportar esos equipos bajo la forma de inversiones directas” (Schvarser, J. 1996, p. 221). 
Así, se tomaron medidas para intentar otro tipo de relación con los países poderosos, 
en especial, con Estados Unidos, siendo centrales: la Ley de Radicación de capitales (1953); 
los nuevos contratos petroleros; el ingreso al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al 
 
3 No pretendemos aquí realizar un análisis exhaustivo de la historia política, económica y social de Argentina, ni 
de los modelos económicos del país, ya que esto escaparía al objetivo de esta investigación. 
15 
 
Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). Estas disposiciones fueron 
explícitamente más desarrolladas por el gobierno de la Revolución Argentina (1966), 
realizando profundas transformaciones necesarias para la libre y eficaz acción del capital 
internacional (Rofman, A y Romero, L.A. 1973, 1998). 
A partir de 1953, la Ley Número 14.122 fomentó las inversiones de capitales 
extranjeros en las actividades mineras e industriales, oponiendo ciertas restricciones para el 
giro extraterritorial de las utilidades y rendimientos del capital. Sin embargo, las normas 
posteriores fueron siendo cada vez más permeables a la acción del gran capital, ya que, en 
1955 se eliminaron esas restricciones, en 1958 se autorizó la libre transferencia de utilidades 
y capitales y, a partir de 1963, se avalaron las garantías a las inversiones (Rofman, A. y 
Romero, L.A. 1973, 1998). Junto a esta norma es destacable también la promoción industrial 
de algunas actividades en particular4. 
Durante la década de 1950, apareció en el mundo una nueva industria petroquímica, 
con productos, calidades y cantidades desconocidas que podía abastecer a otras industrias 
como la automotriz, la aeronáutica, la de materiales de la construcción, la textil, entre otras 
(Centro de Estudios para la Producción. 2004). En Argentina nace la industria petroquímica, 
cuyos primerospasos fueron dados por YPF y Fabricaciones Militares5, instalándose luego, 
algunas plantas petroquímicas acordes a un mercado interno incipiente6. Junto al avance de 
esta industria, surgieron fabricantes de máquinas que construyeron las primeras inyectoras, 
máquinas para moldeo al vacío y máquinas para soplado, relacionadas a la elaboración de 
envases de plástico. 
Entre los años 1958 y 1969 se incentivó la entrada de empresas extranjeras, que 
destinaron mayoritariamente sus capitales a la industria y a la extracción petrolera, en 
particular la petroquímica, la automotriz, la siderurgia y la electrónica (Centro de Estudios 
para la Producción. 2004). Los avances técnicos y científicos de la industria plástica serán 
fundamentales para el sector de las bebidas gaseosas y aguas, ya que a partir de la década de 
 
4 J. Schvarser (1996) señala que la Ley dio lugar a tres radicaciones de importancia, Fiat e IKA (Industrias 
Kaiser Argentina) en Córdoba, y Mercedes Benz en el Gran Buenos Aires (González Catán). También la Ley 
permitió la concesión de una enorme zona en Neuquén a un consorcio de los Estados Unidos para que explotara 
petróleo. 
5 Sus plantas fueron desarrolladas con recursos locales y con el apoyo técnico de profesionales emigrados de 
Europa, que luego participaron de distintos emprendimientos químicos y petroquímicos. 
6 Como resultado de ese crecimiento, a principios de la década del 1940 se conformó la Asociación de 
Moldeadores Plásticos, entidad que nucleaba a los fabricantes de manufacturas. Luego esta institución cambió 
su nombre por el de Cámara Argentina de Moldeadores Plásticos, para luego adoptar su nombre actual: Cámara 
Argentina de la Industria Plástica (CAIP). 
16 
 
1970 se comienzan a usar, en dicha industria, los envases de plástico (PVC: policloruro de 
vinilo) retornables y luego, descartables. 
La industria en general, entre los años 1964 y 1974, creció al 7% anual e incrementó 
su participación en el PBI del 25% al 28% por el aumento de la tasa de inversión. Este 
crecimiento fue acompañado por mayor y mejor empleo, productividad, salarios y caída de 
los precios relativos. Así, a mediados de los años 1960, los complejos metalmecánicos, 
petroquímicos y alimenticios, representaban más del 60% del producto industrial (Kosacoff, 
B. 2007). 
Se puede observar en estos años, cómo el proceso de evolución de la totalidad del 
espacio en Argentina supone una confrontación y conflicto entre factores externos e internos, 
en relación especialmente a las inversiones extranjeras. Éstas fueron protagonizadas por un 
nuevo actor económico a escala internacional, las empresas multinacionales7, las cuales 
participan de la división internacional del trabajo al poseer en general, su casa matriz en 
algún país del extranjero, en especial en Estados Unidos, y separar espacialmente algunas de 
las fases de su circuito de producción como por ejemplo la planta productora, de la gerencia, 
o de los grupos técnicos. 
La instalación de estas filiales en Argentina provocó también modificaciones en la 
localización y organización de la industria. Poseían plantas de gran tamaño, con una 
consecuente relocalización espacial, en especial en Buenos Aires, al trasladarse desde el 
interior de la ciudad, hacia áreas más alejadas, en los alrededores de las zonas urbanas. 
J. Schvarser (1996, p. 254) explica la forma particular que en Argentina adquirieron 
estas empresas: “la estrategia de las transnacionales tendía a reinvertir una parte de las 
ganancias locales y girar el resto al exterior. La expansión de las filiales se financiaba con la 
acumulación local (apoyada por créditos en pesos); la matriz recuperaba su aporte real en 
plazos muy breves y, a partir de entonces, recibía un flujo continuo de ganancias”. 
Si bien estos flujos externos aumentaron, también acentuaron la dependencia general 
de la formación socioespacial argentina, de manera tal que “lo interno aparece como la 
internalización de lo externo” (Santos, M. 1985, 1992, p. 77). Estas firmas con diferentes 
capacidades productivas y grados de modernización, poseían disímiles posibilidades de 
acción, combinando, tiempos rápidos y tiempos lentos (Santos, M. 1996, 2000). Sus distintas 
lógicas se vieron plasmadas en nuevas divisiones del trabajo, en las que la innovación 
 
7 Son empresas privadas o públicas de carácter multinacional y transnacional, que tienen un carácter de 
empresas multilocalizada. Crecen para abastecer a mercados internos para luego exportar. Iniciaron su actuación 
internacional desde 1929 pero encuentran su mayor desarrollo después de la Segunda Guerra Mundial (Méndez, 
R. 1997). 
17 
 
tecnológica cumplió un rol fundamental provocando importantes cambios cualitativos y 
cuantitativos en la mano de obra usada y la reducción de puestos de trabajo obreros. 
En la industria de bebidas sin alcohol, en particular en las bebidas gaseosas, las 
grandes empresas transnacionales licenciaban sus marcas para ser embotelladas, 
comercializadas y distribuidas por empresas argentinas referentes en la elaboración de estas 
bebidas o en aguas y vinos. Las empresas fabricantes de sodas poseían las técnicas y 
maquinarias necesarias para la elaboración de gaseosas, en particular los envases de vidrio, 
siendo también conocedoras del circuito espacial de distribución y comercialización. 
Una de las empresas transnacionales más destacadas de la década de los sesenta fue la 
empresa Schweppes Holdings Limited, con las marcas Crush, Gini y Bidú-cola. Esa empresa 
dividía su trabajo en el territorio argentino a partir de varias embotelladoras nacionales, que a 
mediados de 1970 llegaron a ser seis incluyendo una en la ciudad de Buenos Aires, siendo las 
más destacadas, la cordobesa Pritty y la sanjuanina Peñaflor8. 
Las filiales de las empresas transnacionales en Argentina tenían un lugar secundario y 
dependiente de la casa matriz ya que no estaban autorizadas a exportar, sino que sólo debían 
explotar los reducidos mercados internos. De esta manera, la transferencia de capital y 
tecnología fue menor que la imaginada y prometida. 
En este sentido, J. Schvarser (1996, p. 254), explica que “el flujo de inversión directa 
apenas fue positivo los primeros años del fenómeno y se hizo negativo desde mediados de la 
década del sesenta porque las salidas de beneficios eran mayores que las nuevas entradas de 
capital externo”. Por ello estas empresas no resolvieron el problema de la balanza de pagos 
sino que lo agravaron9. 
Respecto a la introducción de técnicas modernas ocurrió que, dada la obsolescencia de 
las maquinarias de la industria nacional, los avances tecnológicos traídos por las filiales de 
las empresas transnacionales parecían importantes progresos técnicos. Pero en realidad “las 
lógicas productivas de las filiales quedaban así condicionadas al ritmo de la actividad de las 
 
8 Resulta significativo hacer una referencia especial a estas empresas argentinas por la importancia que 
adquirirán en la década de 1990 en la elaboración de gaseosas con marcas propias. Pritty inicia sus actividades 
en el año 1950 como empresa familiar, con una pequeña fábrica de sodas en sifones, para luego fabricar sodas 
en botella, agua mineral y gaseosas. En el año 1969, la empresa adquirió una planta de Agua Mineral en Saldan 
(Córdoba), y desde principios de 1970 embotellan Crush y también la marca Seven-up (de Pepsi-Cola). Peñaflor 
era una empresa familiar de inmigrantes italianos -Familia Pulenta-, que poseían desde 1920 una finca 
productora de vinos. Entre las marcas que esta empresa produjo a lo largo de su historia cabe mencionar los 
jugos Cepita (1969), los vinos Bordolino, adquiriendo en 1970 Bodegas Trapiche y Agua Mineral Villa del Sur. 
En bebidas gaseosas, elaboraban, fraccionaban y distribuíanla línea de bebidas de la empresa transnacional 
Schweeppes. 
9 Ese autor señala además que “un estudio mostró que las filiales de las transnacionales norteamericanas sólo 
habían exportado el 6% de sus ventas totales en 1966; al mismo tiempo, remitían al exterior 220 millones de 
dólares anuales bajo la forma de ganancias y otros rubros” (Schvarser, J. 1996, p. 257). 
18 
 
matrices. Si estas cambiaban más rápido de modelos, más rápido era el reemplazo de modelos 
en la filial” (Schvarser, J. 1996, p. 259). 
Un importante avance tecnológico, referido a las bebidas gaseosas, fue la introducción 
en la década de 1970 de maquinarias para envasar aguas y gaseosas en PVC, las que eran 
importadas y muy costosas. La empresa Pritty S.A, embotelladora de marcas internacionales, 
fue una de las precursoras de esta nueva tecnología, ya que en el año 1975 construyó una 
nueva planta con maquinaria europea que le permitió lanzar agua mineral y gaseosas en 
plástico descartable de 1500 cm3. 
Desde esos años, las empresas transnacionales, requieren un espacio más racional a 
sus fines, ya que las nuevas diferentes formas de producir necesitan y a la vez generan nuevas 
formas espaciales. Entre algunas de las nuevas lógicas, las más destacadas son: la 
accesibilidad a las principales vías de comunicación terrestre o fluvial; la cercanía a los 
puertos; la necesidad de grandes volúmenes de agua para los procesos productivos y/o para la 
refrigeración; la provisión de abundante energía; el fácil acceso a un gran mercado 
comprador; la existencia de vías de eliminación de desechos y sobrantes; la existencia de 
grandes espacios libres para construir depósitos, entre otras. 
En Argentina, este espacio racional va a estar asociado especialmente a las grandes 
ciudades, en particular a Buenos Aires y su área metropolitana, donde el proceso de 
desclocalización y relocalización de la industria generó el crecimiento de varias localidades 
en dicha área. 
1.1.2. Normas “aperturistas”, movimientos de capital y desindustrialización 
Desde mediados de 1970 Argentina retoma de manera exabrupta las políticas liberales, a 
partir de la liberación del sistema de precios, la disminución de los aranceles de importación; 
la supresión de las retenciones a la exportación de bienes del sector primario, la eliminación 
de precios sostén para las cosechas de cereales, la paulatina apertura del mercado de cambios 
hasta su completa liberación en 1980, la ampliación de la libertad de acción de las empresas, 
el abandono de políticas de intervención en las regiones extrapampeanas, la Reforma 
Financiera de 1977, que abandonó el control por parte del Banco Central de la política 
financiera y, la política de estabilización de precios (Rofman, A y Romero, L. A. 1973, 
1998). 
Así, el territorio nacional argentino comienza a transformarse en un “espacio nacional 
de la economía internacional” con la construcción de modernos sistemas de ingeniería mejor 
19 
 
utilizados por firmas transnacionales que por la propia sociedad nacional (Santos, M. 1996, 
2000, p. 206). 
Como indica M. Schorr (2004, p. 63) “desde allí en adelante ya no fue la vinculación 
entre la producción industrial y el Estado el núcleo central del proceso económico, sino la 
valorización financiera y la salida de capitales al exterior vinculadas a otro tipo de Estado, 
modificación que derivó en la contracción y en la reestructuración de la producción 
industrial”. 
Esta política económica llevó a los inicios de la desindustrialización del país, que se 
agravará en la década de los noventa, permitió la entrada masiva de productos importados y 
afectó la balanza comercial. 
Al respecto de este proceso, D. Azpiazu, et. al. (1986, p. 97) señalan que el PBI 
industrial de 1983 fue equivalente al 90% del generado una década atrás (1973) o al 85% si 
se lo contrasta con el de 1974. Asimismo, B. Kosacoff (2007) plantea que entre los años 1975 
y 1990 la actividad industrial disminuyó en un 25% con muy baja productividad en la 
economía y un importante cierre de establecimientos fabriles de mayor tamaño (20%). Si bien 
se produjo un incremento considerable de la productividad de la mano de obra, ésta estuvo 
más relacionada con la «racionalización» de su uso que con un cambio tecnológico 
(Kosacoff, B. 1989). 
Entre 1983 y 1990 bajo el gobierno democrático fueron los mismos actores 
económicos que habían experimentado una importante expansión durante la última dictadura 
militar, quienes lograron acaparar el poder económico interno, en especial, algunos grupos 
económicos nacionales y conglomerados extranjeros10. 
A escala internacional este período es la fase en la que la ciencia y la técnica 
interactúan dominadas por el mercado, ocurriendo por ejemplo, la transición de la 
electromecánica a la electrónica. Sin embargo, en la formación socioespacial argentina 
dominan y crecen aún, actividades industriales asociadas a las ventajas comparativas 
existentes como son la dotación de recursos «naturales» y el desarrollo de grandes plantas de 
insumos, pero sin los encadenamientos hacia bienes diferenciados con mayor valor agregado 
(Kosacoff, B. 2007). 
 
10 M. Schorr (2004, p. 69) señala que se “incrementaron significativamente la cantidad de sus empresas 
controladas y vinculadas (Pérez Companc, Bunge y Born, Soldati, Bridas, Macri, Techint, Deutsch, Arcor y 
Ledesma -en conjunto, las compañías relacionadas a estos conglomerados pasaron entre los años de referencia 
de 336 a 491- ). En paralelo, las firmas controladas por y vinculadas a un número reducido de holdings 
relativamente pequeños (Schcolnik, Bagley, Intemendoza-Taturales y Corcemar) y Celulosa Argentina (que a 
comienzos del período era uno de los principales grupos del país) pasaron de 81 a 46”. 
20 
 
La producción de alimentos y bebidas aumentó su participación en el producto 
industrial del 21,7% al 26,5% entre 1970 y 1990 (Kosacoff, B. 2007), siendo destacable que 
la competencia externa11 no fue tan fuerte para algunos de estos productos específicos como 
son los cigarrillos, golosinas y bebidas gaseosas, manejados por empresas conocedoras de las 
redes de comercialización y de distribución. 
Si bien las políticas monetaristas y las leyes aperturistas implantadas en Argentina en 
esos años generaban condiciones favorables para la expansión de las empresas 
transnacionales, no se registra la entrada de casi ninguna nueva firma extranjera de 
importancia y las inversiones de las firmas ya radicadas fueron de escasa magnitud 
(Kosacoff, B. 1989). Para estas grandes corporaciones, los espacios nacionales (o de escalas 
menores) se convierten en una plataforma de actuación sólo cuando las condiciones internas 
les son favorables, contando además, con cierta autonomía en la toma de decisiones con 
respecto a la política económica gubernamental12. 
1.1.3. Una nueva división interna del trabajo industrial: el acontecer jerárquico en las 
áreas de promoción industrial 
En Argentina, desde la década de 1940, han existido leyes y decretos, que promueven 
actividades industriales, siendo pionera la sanción de la Ley 14.780 del año 1958 y algunos 
decretos derivados, que promocionaron sectores industriales específicos, como el siderúrgico, 
el petroquímico y el celulósico. Confiando en que «la mano invisible del mercado» iba a 
equilibrar y resolver todos los problemas, el gobierno del presidente Frondizi toma medidas 
laxas dejando que varias empresas entraran a producir al mercado nacional13. 
M. L. Silveira (1999, p. 110) señala que “las funciones de la división internacional del 
trabajo no se instalan ignorando las características jurídicas de los lugares, sino por su 
 
11 Las ramas industriales más afectadas fueron las que estaban expuestas a la competencia internacional, como la 
producción de textiles, ropa y calzado, lade madera y muebles y, la de productos metálicos, maquinarias 
eléctricas y material de transporte (Kosacoff, B. 1989). 
12 Así por ejemplo, la participación del capital extranjero en la industria descendió del 31,2% en 1973 al 28,3% 
en 1981, dándose el cese de actividades de una decena de las firmas transnacionales más importantes del país. 
Se destaca la desaparición de cuatro firmas automotrices (General Motors, Citroën, Peugeot, que cedió su 
licencia a Fiat, y Chrysler, que vendió su planta a Wolkswagen) y dos siderúrgicas en el marco de los procesos 
de reestructuración de estos sectores. Asimismo, se produjo la nacionalización de algunas firmas y el cierre de 
plantas de empresas transnacionales, estimándose que en conjunto se afectó la producción de algo más de un 
centenar de establecimientos de firmas de capital extranjero, que ocupaban a mas de 50.000 personas y que 
representaban aproximadamente el 24% del empleo y el 17% de la producción del total de empresas industriales 
transnacionales radicadas en el país (Kosacoff, B. 1989 y Schvarser, J. 1996). 
13 “En menos de dos años, de julio de 1958 a mayo de 1960 se aprobaron 138 propuestas de radicación de capital 
externo por un monto nominal de 271 millones de dólares. Seis de ellas sumaban el 60% de dicho monto y con 
las tres siguientes se alcanzaban los dos tercios del total. En el otro extremo de la escala, 86 propuestas 
representaban apenas el 4% de la inversión aprobada” (Schvarser, J. 1996, p. 227). 
21 
 
intermedio. Así como los objetos no funcionan aisladamente tampoco las normas trabajan 
fuera de los conjuntos de los que forman parte”. Así, más tarde en el año 1977 el gobierno 
militar sanciona la Ley 21.60814 correspondiente a un régimen de promoción industrial en 
todo el territorio nacional que sufrirá modificaciones en el gobierno democrático de Alfonsín, 
con la ley 22.876 del año 1983. A partir del año 1979, se inicia una forma de promoción 
industrial diferente que consiste en promover la localización industrial por parte de los 
propios gobiernos provinciales en zonas específicas como fueron el Territorio Nacional de 
Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur (ley 19.640 del año 1972), y las provincias de La 
Rioja (ley 22.021 del año 1979), San Luis y Catamarca (ley 22.702 del año 1982) y San Juan 
(ley 22.973 del año 1983)15. 
Frente a un aumento de la propensión en el consumo de bienes electrónicos y 
electrodomésticos, en particular la decisión oficial de lanzar la televisión color en 
Argentina16, la industrialización en ese territorio nacional, asume un rol central, 
modificándose algunos de los procesos productivos preexistentes, seleccionando nuevas 
tecnologías y desarrollando actividades de ensamble, entre otras. Sin embargo, en opinión de 
J. Schvarser (1996, p. 296) Tierra del Fuego “no era un núcleo productivo sino una 
plataforma de armado ligada a la provisión externa”. También fueron importantes, aunque en 
menor escala, producciones textiles y de confecciones y productos de plástico, como envases, 
que a partir de los años noventa, serán centrales en la elaboración de todo tipo de productos 
alimenticios y de bebidas, en particular, gaseosas. 
Los regímenes de promoción especiales otorgados en las provincias de La Rioja, San 
Luis, Catamarca y San Juan fueron un sistema inédito de decisión ya que eran aprobados por 
los gobiernos provinciales pero los fondos eran otorgados por el Tesoro Nacional. 
D. Azpiazu (1989, p. 62), señala que entre los años 1973 y 1985 “las cuatro provincias 
denotan un similar comportamiento intercensal: incremento más o menos significativo en la 
cantidad de establecimientos medianos y grandes; creciente diversificación de la producción 
 
14 Entre los tipos de beneficios promocionales más relevantes, cabe destacar los arancelarios, tributarios para la 
industria promovida y los inversionistas; beneficios adicionales a la exportación y restricciones temporarias a las 
importaciones de bienes competitivos. 
15 Los criterios de selección de estas provincias fueron arbitrarios ya que no fueron las provincias con mayores 
signos de retraso económico relativo, sino que dicha elección de debió a acuerdos políticos y grupos de presión 
de poder local (Rofman, A. y Romero, L.A. 1973, 1998). 
16 La introducción de la televisión color en el país alentó la adopción de tecnologías del tipo SKD o CKD. SKD 
(Semi-Knocked Down), armado a partir de la compra a un sólo proveedor de un número muy reducido de 
subconjuntos ya ensamblados y ajustados; CKD (Completely-Knocked Down), armado a partir de la compra a 
un sólo proveedor de los componentes y las partes separadas (Kosacoff, B. 1989, p. 53). 
 
22 
 
industrial; crecimiento notable de la ocupación sectorial y aumento considerable en el tamaño 
medio de la planta”. 
Este conjunto interdependiente de normas promocionales provocó cierta 
relocalización industrial, pues gran cantidad de empresas se trasladaron desde otras 
provincias, generando una nueva división del trabajo al interior de las empresas, que en 
muchas ocasiones fue acompañada de cambios tecnológicos significativos, en el 
equipamiento, la maquinaria y en nuevas líneas de producción17. 
En estos subespacios promocionados puede definirse la existencia de un acontecer 
jerárquico “que es uno de los resultados de la tendencia a la racionalización de las actividades 
y se hace bajo una dirección, una organización, que tienden a estar concentradas” (Santos, M. 
1996, 2000, p. 140)18. Como indica este autor, se trata de un cotidiano dirigido por una 
información privilegiada, en las que existe la primacía de las normas con relevancia de la 
política. Así, fue escasa la implicancia local en lo respectivo al uso de bienes y servicios 
ofrecidos, ya que dicha solidaridad no dependió de la contigüidad espacial, siendo mínima la 
articulación entre las industrias promocionadas y las respectivas economías provinciales. 
Además, dominaron las fuerzas centrífugas ya que este tipo de industrialización llevó a la 
preferencia de capitales extralocales con escasa retención provincial del excedente y por lo 
tanto, dependencia y subordinación de las actividades desarrolladas, a empresas de escala 
nacional o internacional. 
Si bien es el acontecer jerárquico el que crea este subespacio, también se realizan en 
estos lugares los otros tipos de aconteceres, el homólogo y el complementario, ya que existen 
de una u otra forma, contigüidades funcionales y relaciones entre espacios, por ejemplo con 
ciudades vecinas en lo referido a la mano de obra, insumos, algunos servicios, etc. 
De esta manera, las diversas normativas puestas en funcionamiento en estos años 
reestructuraron la industria argentina, produciendo una configuración territorial basada en 
una reorganización productiva y técnica. 
 
17 J. Schvarser (1996, p. 296) señala críticamente que “la herencia del equipo económico que se negaba a 
promover la industria auténtica fueron las “fábricas con rueditas”; las leyes de promoción regional fueron uno 
de los mayores ejemplos de lo que no debía hacerse por la enorme desproporción entre los subsidios y los 
resultados obtenidos”. 
18 M. Santos (1996, 2000) señala que el acontecer solidario que define un sub espacio, región o lugar, se 
presenta bajo tres formas en el territorio actual: un acontecer homólogo, un acontecer complementario y un 
acontecer jerárquico. “El acontecer homólogo es aquel de las áreas de producción agrícola o urbana, que se 
modernizan mediante una información especializada y generan contigüidades funcionales que dan los contornos 
del área así definida. El acontecer complementario es aquel de las relaciones entre ciudad y campo y de las 
relaciones entre ciudades, consecuencia igualmente de necesidades modernas de la producción y del intercambio 
geográficamente próximo. Finalmente, el acontecer jerárquicoes uno de los resultados de la tendencia a la 
racionalización de las actividades y se hace bajo una dirección, una organización, que tienden a estar 
concentradas” (Santos, M. 1996, 2000, p. 140). 
23 
 
1.1.4. Una nueva división territorial del trabajo y una misma repartición geográfica: la 
conformación del área concentrada del país 
La producción y difusión del medio técnico-científico presentó una difusión diferencial, 
como también había ocurrido con el medio técnico anterior, conformándose un “área o región 
concentrada” en Argentina, al igual que en otros países latinoamericanos y en particular en 
Brasil, estudiada por M. Santos y A. C. Torres Ribeiro (1979). El primer autor señala que 
para el caso brasileño “se trata de un área continua, donde una división del trabajo más 
intensa que en el resto del país garantiza la presencia conjunta de variables más modernas –
una modernización generalizada- al paso que, en el resto del país la modernización es 
selectiva, inclusive en aquellas manchas o puntos cada vez más extensos y numerosos donde 
están presentes grandes capitales, tecnologías de punta y modelos elaborados de 
organización” (Santos, M. 1993, 2008, p. 42-43)19. 
 Lejos de querer aplicar mecánicamente ese proceso reconocido por M. Santos y A. C. 
Torres Ribeiro (1979) para el caso brasileño, creemos que puede identificarse para Argentina 
una difusión concentrada de las variables que consideramos centrales para estudiar y explicar 
este período. Así, el área concentrada en Argentina abarcaría, a grosso modo, el Área 
Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la provincia de Buenos Aires y Córdoba, y el 
centro y sur de la provincia de Santa Fe. 
Entre las décadas de 1959 a 1980 se fue dando en el país una nueva división territorial 
del trabajo, con un fuerte componente transnacional pero manteniendo una misma repartición 
geográfica. Observamos que el mayor monto de las inversiones públicas y privadas, de 
capitales nacionales y extranjeros, continuó centralizado en el área concentrada del país, con 
la excepción de algunas áreas de la Patagonia. 
 
19 La denominación usada aquí “área o región concentrada” no se opone a la vasta y rica discusión, realizada en 
la Geografía Argentina, sobre las diferentes regionalizaciones; sino que por el contrario éstas han sido centrales 
para pensar en Argentina esa categoría propuesta por M. Santos y A.C. Torres Ribeiro (1979) para Brasil. 
Al estudiar la difusión del medio técnico-científico-informacional en el período actual, y la coexistencia de 
divisiones territoriales del trabajo y circuitos de la economía urbana de productos específicos, como son las 
bebidas gaseosas y las aguas saborizadas, se irán tomando variables de estudio que no son contrarias a las 
usadas para las regionalizaciones argentinas, sino que son parcialmente coincidentes, habiendo un solapamiento 
de variables e ideas. 
Hablamos aquí de “área o región” porque los límites son difusos y no son centrales en este planteo, más 
preocupado por los procesos y formas-contenidos de este sub espacio que por sus límites. 
No se pretende realizar una discusión sobre la región ni las regionalizaciones argentinas, y tampoco podría 
llevarse a adelante en esta ocasión de investigación, centrada en otras discusiones y planteos teóricos y 
empíricos. Al respecto pueden verse algunos de los últimos libros de G. Velázquez (2001 y 2008) que son una 
contribución central para el estudio de esas cuestiones. 
 
24 
 
Las normas fueron posibilitando esta concentración ya que las políticas crediticias 
jugaron un papel central en la localización de empresas e inversiones en ese área. Se dio así, 
un predominio en la entrega de créditos a la industria en la Capital Federal y en el Gran 
Buenos Aires, con respecto al resto del país: “en 1965, el 30,7% de tales créditos 
correspondieron a la Capital Federal y el 22,6% a la zona de los partidos del Gran Buenos 
Aires, lo que suma un 53,3% para toda el área metropolitana” (Rofman, A y Romero, L.A. 
1973, 1998, p. 225). 
También, las inversiones realizadas a partir de algunas leyes de promoción de las 
décadas de 1950 y 1960 favorecieron a las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Capital 
Federal, Santa Fe y Chubut, lo que indica que a excepción de algunas zonas de la Patagonia, 
las radicaciones se dieron en el área que ya poseía un más alto desarrollo relativo. 
A mediados de la década de 1960, la provincia de Buenos Aires reunía la mitad de las 
inversiones, en tanto que las actividades químicas y petroquímicas superan el 40% del total, 
en particular alrededor de tres ciudades: Bahía Blanca, Campana y La Plata. En la provincia 
de Córdoba las inversiones preponderantes fueron en «productos metálicos y material de 
transporte», con una agrupación del 80% de las radicaciones centradas en la industria 
automovilística. En Santa Fe las actividades estaban ligadas también a las rama químicas y 
petroquímicas, con el 80% de las radicaciones extranjeras, en especial en las cercanías de 
Rosario contiguamente a la cabecera del poliducto Campo Durán-San Lorenzo y a la planta 
de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Rofman, A y Romero, L.A. 1973, 1998). 
Si bien las políticas de promoción industrial implementadas desde los años 1960 
tenían como objetivo atender las problemáticas regionales y minimizar los desequilibrios 
espaciales, “la sexta parte de los proyectos aprobados y poco menos de un tercio (30,6%) de 
la inversión y de la ocupación media por establecimiento y una superior intensidad media de 
capital” (Azpiazu, D. 1989, p. 74) fueron en el área concentrada del país. En la mayoría de 
los casos corresponden a los sectores siderúrgicos y petroquímicos, que necesitan la provisión 
de ciertos insumos ya existentes en esa área o provistos en esos años, como por ejemplo el 
Polo Petroquímico de Bahía Blanca y el de Ensenada en el Gran La Plata. 
De esta manera, la promoción industrial que fue una medida política clave de esas 
décadas, permitió igualmente el aglutinamiento de esta actividad en dicha área central del 
país20. 
 
20 Fueron aprobados 115 proyectos que corresponden al 16,6% del total del país, con 9.570 personas ocupadas 
que corresponden al 17,8% del total del país. Cabe destacar que las provincias de Chubut, La Pampa, Neuquén, 
Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego, fueron las que mayor número de proyectos aprobaron (237 
25 
 
1.1.5. Los sistemas de ingeniería públicos e inversiones estatales: densificación del medio 
técnico-científico 
Entre las décadas de 1950 y 1990, el contexto económico y político externo e interno, con 
una economía basada en la industrialización, primero sustitutiva de importaciones y luego 
transnacional, llevó a que el Estado participara de manera activa para modernizar el territorio, 
tanto en la producción de fijos, con destacados sistemas de ingeniería, como en la 
construcción de las bases para una verdadera fluidez del territorio “permitiendo que los 
factores de producción, el trabajo, los productos, las mercaderías, el capital pasen a tener una 
gran movilidad” (Santos, M. 1993, 2008). 
Los sistemas de objetos y de acciones públicos llevados a cabo por el Estado 
manifiestan una modernización territorial selectiva, en especial, la construcción de vías de 
comunicación y circulación en el litoral, infraestructuras petrolíferas y gasíferas, 
hidroeléctricas en el Nordeste y en la Patagonia y usinas térmicas y termonucleares (Silveira, 
M. L. 1999). 
Se construyen en el país “macrosistemas técnicos”, que son “aquellos sistemas 
técnicos sin los cuales los otros sistemas no funcionarían” (Gras, A, citado por, Santos, 1996, 
2000 p. 150). Se realizaron grandes obras de ingeniería21 para dotar de energía al espacio 
nacional (Central Hidroeléctrica El Chocón y Central Nuclear Atucha, por ejemplo), no 
solamente através de la ampliación de las ya instaladas en el área metropolitana, sino 
también, por medio de la instalación de nuevas centrales hidroeléctricas y termonucleares. 
Cabe destacar algunas de las otras grandes obras que conforman ese macrosistema técnico 
como son la construcción de las Hidroeléctricas Futaleufu, Salto Grande y de la Central 
Costanera; los puentes Resistencia-Corrientes y Posadas-Encarnación; la autopista Rosario-
Santa Fe; la construcción del gasoducto Comodoro Rivadavia-Bahía Blanca; el complejo 
ferroviario Zarate-Brazo Largo; Petroquímica Mosconi22; el puerto de la ciudad de Puerto 
 
correspondiendo al 34,2% del total del país), con mayor cantidad de ocupados (16.331, correspondiendo al 
30,4% del total del país), pero con una menor inversión que las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe 
(1.957.301 miles de U$S, correspondiendo al 26,9% del total nacional). 
21 Las grandes obras de ingeniería llevadas a cabo en estos años permitió la participación en estas obras públicas 
de grandes empresas transnacionales y nacionales, llevando a la consolidación de algunos grupos económicos. 
J. Schvarser (1996) señala que fue extensa la lista de los convenios firmados con empresas europeas, siendo 
destacable la opción por Siemens para la provisión de equipos para la primera central nuclear (Atucha), la 
provisión de equipos telefónicos y de control local de toda el área de comunicaciones desde 1968 y los mayores 
beneficios de las empresas italianas como por ejemplo Impregilo una empresa constructora del Grupo Fiat, ganó 
la obra de El Chocón. 
22 J. Schvarser (1996, p. 276), señala que “cabe destacar este proyecto de la rama petroquímica, el cual se 
decidió realizar y se concretó en muy poco tiempo ya que en 1974 ya operaba. La planta se ubicó en Ensenada, 
junto a la refinería de YPF que la proveía de insumos, formándose una sociedad anónima estatal donde se 
26 
 
Madryn23 y el Polo Petroquímico Bahía Blanca24, entre otras obras. (Rofman, A. y Romero, 
L. A. 1973, 1998 y Silveira, M. L. 1999). 
M. L. Silveira (1999, p. 105) señala que “el triángulo Rosario-Buenos Aires-La Plata 
se afirma como una zona luminosa por excelencia de la formación socioespacial nacional” y 
agrega que “la expansión de los servicios, vinculada a las necesidades de una industria más 
tecnificada y las exigencias de un planeamiento de las actividades se concentra en las 
ciudades de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, La Plata, Santa Fe, Mar del Plata y Bahía 
Blanca”. Observamos como las inversiones públicas con dinero social tocan diferencialmente 
el territorio nacional, hasta el punto que todas estas localidades corresponden a las ciudades 
más importantes del área concentrada del país. 
1.2. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN ARGENTINO Y LA FORMACIÓN DEL ÁREA 
CONCENTRADA DEL PAÍS 
1.2.1. Tendencias de la urbanización en Latinoamérica y Argentina: la urbanización 
terciaria y el papel de la industria en la urbanización argentina 
Durante el período 1950-1970 los cambios ocurridos en el territorio, en la economía y en la 
sociedad, implicarán también nuevas tendencias en la urbanización latinoamericana en 
general y argentina, en particular. Como vimos, es destacable primero el papel del modelo de 
industrialización sustitutiva de productos de consumo y después de la industrialización 
transnacional acompañada de todo un proceso de terciarización de la economía urbana, que 
llevó a engrosar la población residente en las ciudades, ensanchar los sectores urbanos de la 
economía y modificar y alterar las relaciones urbano-rurales. 
 
asociaron Fabricaciones Militares e YPF; su planta se convirtió en un polo de atracción de empresas que se 
fueron instalando a su alrededor para procesar sus productos”. 
23 Se renovó el puerto de la ciudad de Puerto Madryn por el proyecto militar de fabricar aluminio, la empresa fue 
Aluar, ya que se necesitaba importar materia prima y exportar los excedentes posibles; además debía localizarse 
relativamente cerca de una fuente de energía eléctrica para lo cual se construyó Futaleufú. “Las inversiones en 
infraestructura realizadas por el gobierno para que ese proyecto se llevara a cabo incluyeron al construcción de 
Futaleufú, la línea de alta tensión hasta Puerto Madryn, la ampliación del Puerto local y la construcción de la 
carretera hacia el norte. Además los bancos públicos concedieron créditos, avales y subsidios para la instalación 
de la empresa, que comenzó a producir en 1978” (Schvarser, J. 1996, p. 274). 
24 El proyecto de mayor amplitud fue el Complejo Petroquímico de Bahía Blanca que se decidió instalarlo allí 
porque pasaba el gasoducto Comodoro Rivadavia-Buenos Aires y estaba el puerto, ofreciéndose subsidios, 
créditos, avales y otros apoyos a las empresas que se instalaran. La adjudicación de las empresas satélites, a su 
vez socias en del Polo, recayó en varios grupos existentes como Ipako, Induca y Electroclor, que se repartieron 
los distintos productos a elaborar (Schvarser, J, 1996). 
27 
 
Se considera, por lo tanto, que la urbanización es un dato central para caracterizar este 
período y para estudiar las diferencias regionales de Argentina, siendo centrales las variables 
relacionadas a ese proceso en la formación del área concentrada del país. 
A. Quijano (1973) plantea que, en los países latinoamericanos, puede hablarse de un 
proceso de «urbanización de la economía», ya que crecen y se modifican los sectores urbanos 
de la estructura económica de la sociedad, debido a las nuevas tendencias que orientan la 
expansión y cambio de las relaciones económicas de dependencia. A la generalización del 
proceso de urbanización de la economía, correspondió la generalización de la urbanización 
ecológico-demográfica, expresada por el aumento relativo de la población urbana, y del 
número y tamaño de las localidades urbanas. Plantea así, que éstas son dos dimensiones 
particulares de un mismo proceso conjunto, que puede denominarse «urbanización de la 
sociedad» y «urbanización del espacio». Es ésta la dimensión más material de esa sociedad. 
M. Santos (1981, p. 11) señala que “no hubo, en los países subdesarrollados, como 
ocurrió en los países industrializados, un pasaje de población del sector primario para el 
secundario y, en seguida, para el terciario. La urbanización se hizo de manera diferente: es 
una urbanización terciaria. Solamente después, evidentemente con excepciones, es que la 
gran ciudad provoca la creación de industrias”. A su vez, M. Castells (1973, p. 74) plantea 
también que “en la base del reciente proceso de urbanización no se encuentra el paso de una 
economía agraria a una economía industrial, sino un aumento vertiginoso del sector 
«terciario», junto a un débil crecimiento del sector secundario que se da, sobre todo, en el 
campo de la construcción”. 
G. Germani (1971) denomina a este fenómeno como «urbanización sin 
industrialización o con industrialización retrasada», remarcando que una gran parte de la 
población urbana es marginal en lo respectivo a su actividad económica y en consecuencia a 
las formas de consumo. De este modo, el comercio y los servicios no se corresponden con 
actividades modernas sino a formas tradicionales no modernas y de baja o nula 
productividad, por lo cual el crecimiento de este terciario incluye actividades precarias, 
instituciones públicas repletas de ocupados, cuentapropistas, servicios personales, etc. 
Entre los años 195025 y 1980, la población total de Argentina aumentó de casi 17 
millones a casi 28 millones de habitantes, creciendo algo más de 65% en treinta años, 
observándose así, una tendencia mayor a la aglomeración de lapoblación y a la urbanización. 
 
25 Se debe señalar que el Censo Nacional de Población y Vivienda se realizó en el año 1947, aunque se usará en 
ocasiones el año 1950 para referirse a datos de dicho censo. 
28 
 
La población urbana argentina26 crece a una tasa más alta que la población total y que 
la población rural. Si bien esta última fue disminuyendo su importancia relativa en el total 
nacional durante todo el siglo XX, sólo comienza a decrecer en números absolutos a partir de 
1947 (Lattes, A. 1975). 
Como se observa en la Tabla 1, Argentina ya poseía un porcentaje de población 
urbana de 62,2% en 1947, pasando a 72% en sólo 13 años (1960) y a 83% en 1980. Sin 
embargo, presenta importantes diferencias regionales e interprovinciales. 
TABLA 1: ARGENTINA. TASA TOTAL Y TASAS REGIONALES DE URBANIZACIÓN. AÑOS 1947, 1960, 1970 Y 1980 
 1947 1960 1970 1980 
Metropolitana 98,33 98,96 99,51 99,43 
Pampeana 55,70 71,42 77,37 82,09 
Noroeste 38,14 48,05 58,22 66,32 
Nordeste 33,79 43,85 51,23 61,45 
Cuyo 46,70 57,41 63,93 69,79 
Patagonia 31,26 45,73 62,70 75,32 
Total país 62,20 72,00 79,00 83,00 
 
Fuente: Elaboración propia en base a INDEC. 1947, 1960, 1970 y 1980. 
Entre las décadas de 1950 y 1980 (Tabla 1) se va dando el crecimiento general del 
nivel de urbanización, la disminución de la heterogeneidad entre las regiones y la completa 
urbanización de la región metropolitana. Hasta 1947 una sola región, la pampeana, 
presentaba un nivel de urbanización superior al 50% mientras que ya para 1970 en todas las 
regiones la tasa de urbanización era superior al 50%. Sin embargo, algunas regiones 
presentaban aún valores bajos de urbanización como la región Noroeste con 58% y Nordeste 
con 51%. Si bien, la Tabla 1 pretende mostrar un cuadro general de la urbanización argentina 
en ese período, cabe señalar que los crecimientos urbanos de las regiones se deben, en 
general, al incremento de algunas de sus provincias y en particular a ciudades, mostrando así, 
fuertes disparidades intrarregionales27. En ese año cuando la población urbana total llegaba a 
casi el 80%, sólo la región metropolitana superaba ese índice (99,5 %). 
La década de 1980 encuentra a las regiones con una aceleración en el crecimiento de 
las tasas de urbanización, aunque son aún dispares, siendo más elevadas en la región 
 
26 Una localidad es urbana, cuando supera los 2000 habitantes y es no urbana o población rural agrupada cuando 
su población es inferior a dicha cifra (INDEC. 2001). 
27 Z. Recchini de Lattes (1975a) señala que desde mediados del siglo XX se agranda el espectro de provincias 
que alcanzan grados relativamente altos de urbanización, destacándose Buenos Aires (ciudad y provincia), Santa 
Fe y Entre Ríos (que más tempranamente habían alcanzado grados relativamente altos de urbanización), 
Córdoba, Mendoza, San Juan, Tucumán y todas las provincias patagónicas (Chubut, Neuquén, Santa Cruz y Río 
Negro). 
29 
 
metropolitana y pampeana, que coincide con lo que denominamos aquí área concentrada del 
país. 
1.2.2. La conformación de la red urbana argentina y del área concentrada. La primacía 
de Buenos Aires y los vacíos urbanos 
Numerosos geógrafos se han preocupado por el estudio de la red urbana en los países 
subdesarrollados ante la ausencia de redes con similares características a las de los países 
desarrollados de occidente. A grandes rasgos, se podría considerar que dos han sido las 
grandes propuestas explicativas: la teoría de los lugares centrales formulada por W. 
Christaller28 (1933) y la regla del rango-tamaño (rank-size correlation), de carácter más 
empírico, concebida por Auerbach (1913) y acreditada por K. Zipf (1941) quien le dio dicha 
denominación29. 
Otro antecedente es el estudio de M. Jefferson (1939) sobre la primacía urbana para 
quien, en muchos países estudiados existían ciudades primadas que no sólo eran la capital 
político-administrativa, sino que poseían destacada importancia económica, cultural y 
política. R. L. Corrêa (1989, p. 17) señala que, en la década de 1950, “el desarrollo es 
asociado a la existencia de una distribución de tamaño de ciudad según la propuesta de Zipf; 
el subdesarrollo, por otro lado, es asociado a la existencia de la primacía urbana”. Lo común 
entre todos esos modelos era la tesis de que el proceso de desarrollo de los países centrales se 
repetiría en breve en los países subdesarrollados30. 
Si bien las formulaciones precedentes han dejado un legado imprescindible para el 
estudio de las redes y jerarquías urbanas en los países subdesarrollados, sus estructuras 
urbanas poseen particularidades históricas que necesitan de explicaciones propias. Así por 
 
28 De una manera sintética cabe la explicación de R. L. Corrêa (1989, p. 21): “según esta teoría existen 
principios generales que regulan el número, tamaño y distribución de los núcleos de poblamiento: grandes, 
medias y pequeñas ciudades, y aún minúsculos núcleos semi-rurales, todos son considerados como lugares 
centrales. Todas son dotadas de funciones centrales, esto es, actividades de distribución de bienes y servicios 
para una población externa, residente en la región complementaria (hinterland, área de mercado, región de 
influencia), en relación a la cual la localidad central tiene una posición central. La centralidad de un núcleo, por 
otro lado, se refiere a su grado de importancia a partir de sus funciones centrales: mayor el número de ellas, 
mayor su región de influencia, mayor la población externa atendida por el lugar central, y mayor su 
centralidad”. Para un desarrollo más profundo se recomienda la lectura de H. Carter (1972, 1983), capítulos 4, 5 
y 6. 
29 Según Zipf, la distribución del tamaño de las ciudades puede ser vista a través de una ecuación de series 
armónicas, por medio de la cual se podría encontrar una relación empírica entre el tamaño de cada ciudad y su 
lugar en la ordenación de todas las ciudades de mayor a menor. Esta regla dio como patrón que en algunos 
lugares la mayor ciudad es dos veces más grande que la segunda en tamaño, tres veces mayor que la tercera y 
así sucesivamente (Carter, H. 1972, 1983 y Corrêa, R. L. 1989). 
30 N. Meichtry (2007) explica que C. Vapñarsky ha sido en Argentina quien ha establecido que ambos modelos, 
el de primacía y el rango-tamaño, no son fenómenos contradictorios, ni mutuamente excluyentes, si el análisis se 
refiere a las ciudades mayores del sistema. 
30 
 
ejemplo M. Castells (1973, p. 79) afirmaba que un rasgo del proceso de urbanización de 
Latinoamérica es la “formación de un tejido urbano truncado y desarticulado, cuya 
característica más sorprendente es la preponderancia de las grandes aglomeraciones y en 
particular la concentración del crecimiento urbano en una gran región metropolitana, que 
concentra la dirección económica y política del país”. 
Para el caso argentino, C. Vapñarsky y N. Gorojovsky (1990), han realizado una 
importante y sustancial clasificación de las ciudades según el dato demográfico, 
distinguiendo a las ciudades en función de su volumen de población. En Geografía urbana 
este tipo de clasificación y la funcional31 de carácter más descriptivo, han sido comúnmente 
usadas. Podemos agregar otra clasificación diferente realizada por M. Santos para estudiar 
ciudades brasileñas en la década de 1970 que considera “que la capacidad de organización del 
espacio por la ciudad depende de su nivel funcional” (Santos, M. 1975, 1979, p. 223). Así 
clasificó las ciudades en: locales, regionales, metrópolis incompletas y metrópolis completas. 
La red urbana de Argentina entre los años 1950 y 1970 posee algunas características 
que son comunes a las que M. Santos (1981) señalo para los países subdesarrollados: son 
redes poco desarrolladas en su trazado; heterogéneas, por encontrarsemal conectadas entre sí, 
ya que entre zonas de elevada densidad, aparecen «desiertos urbanos», y vulnerables, por ser 
sometidas a una sucesión de cambios muy rápidos. 
Como indica R. L. Corrêa (1989, p. 48) “la red urbana se constituye simultáneamente 
en un reflejo de y una condición para la división territorial del trabajo”. Así, en 1950 la red 
urbana argentina reflejaba aún la división del trabajo correspondiente al modelo 
agroexportador. Buenos Aires era la primera ciudad y el principal puerto, con una substancial 
macrocefalia en relación a su cuantía demográfica pero sobre todo, a la económica. Para M. 
Santos (1975, 1979) la macrocefalia es el resultado del progreso tecnológico y de las 
tendencias a la concentración que ella provoca y tienen su «climax» con lo que se llama 
ciudades primadas: “las ciudades inicialmente privilegiadas se benefician con una 
acumulación selectiva de ventajas y, así, acogen las nuevas implantaciones” (Santos, M. 
1975, 1979, p. 240). La primacía urbana de Buenos Aires se mantuvo relativamente estable 
entre las décadas de 1950 y 1970, cuando comenzó a disminuir muy lentamente. 
 
31 G. Chabot ha sido uno de los pioneros de estos estudios en Francia y se puede encontrar una extensa y 
completa clasificación funcional en Beajeau-Garnier, J y Chabot, J (1963, 1975). 
31 
 
N. Meichtry (2007) elabora un índice de primacía sobre el total de la población 
urbana, para demostrar la fuerte concentración demográfica en el Aglomerado Urbano 
Buenos Aires (Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires)32. 
Si bien es posible «medir» la macrocefalia de Buenos Aires y su situación de ciudad 
primada, cabe remarcar que “es un grave error limitar la definición del término a una 
ecuación entre efectivos demográficos, como si la primacía fuese antes que todo un fenómeno 
demográfico” (Santos, M. 1975, 1979, p. 242). Debe tenerse en cuenta las realidades 
históricas que han llevado a que se acumulen en una sola ciudad todos los sectores de 
actividad económica, social y política, generando cierta selectividad para las posteriores 
instalaciones y acumulaciones del capital. Este es el caso de Buenos Aires, cuya centralidad 
generó también la difusión aglutinada del capital en el área concentrada. 
En la jerarquía urbana de 1950 (Tabla 2) a Buenos Aires le seguían unas 15 
aglomeraciones de tamaño intermedio (ATIs)33, siendo la mayor Rosario valorizada cómo el 
segundo puerto del país. Estas dos ciudades eran mucho mayores que cualquier otra 
aglomeración argentina. Luego continuaban las ciudades de Córdoba y La Plata con 
funciones administrativas y universitarias. Estas tres ciudades del área concentrada del país 
sumaban la mitad de la población del total de las aglomeraciones de tamaño intermedio 
(ATIs). Le siguen otras importantes ciudades de las economías tradicionales del Noroeste, 
Tucumán, Cuyo y Litoral. El resto de las ciudades corresponde a capitales provinciales: San 
Juan, Salta, Santiago del Estero, Corrientes, Paraná y Resistencia (Tabla 2 y Mapa 1). 
De la red urbana de los años 1950 ligada a la Argentina agroexportadora formaban 
parte Bahía Blanca, Río Cuarto y Mar del Plata34. Como señala R. L. Corrêa (1989, p. 49) “es 
a través de las funciones articuladas de sus ciudades (…) que la red urbana es una condición 
para la división territorial del trabajo”. 
La función urbana turística de Mar del Plata se relacionaba a lo que se denominó 
turismo de masas que adquirió, en esta ciudad, características de turismo interno y 
vacacional. Poseía, además, otra función la de ser puerto pesquero para flotas costeras, 
 
32 Los valores son: en 1947, de 47,8%; en 1960, de 46,8%; en 1970, de 43,2% y en 1980, de 42,9%. Establece, 
además, otro índice que permite ver la primacía de las grandes ciudades y es denominado “dos ciudades”, que 
mide la relación entre Buenos Aires y la segunda ciudad. Asimismo, Buenos Aires era en 1947: 9,9 veces 
Rosario; en 1960: 10,6 veces Rosario; en 1970: 10,4 veces Rosario; y en 1980: 10,1 veces Córdoba. 
33 Denominación de C. Vapñarsky y N. Gorojovsky (1990), para las aglomeraciones de 50.000 habitantes y 
más, excepto Gran Buenos Aires. 
34 De manera particular, la ciudad de Bahía Blanca era considerada un puerto triguero, Río Cuarto ocupaba una 
importante función como nodo de transportes en la Pampa Húmeda occidental, y Mar del Plata fue desde su 
origen lugar de veraneo de la clase alta, para convertirse luego en el balneario predilecto de la clase media de 
Buenos Aires (Vapñarsky, C. y Gorojovsky, N. 1990). 
 
32 
 
ocupando así hasta mediados de 1960, un rol central en relación al consumo interno. Sin 
embargo “desde 1963 la pesca en altura supera a la costera y ya en 1986 sobre un total de 
299.152,2 toneladas que se capturaban, el 82% pertenecía a la pesca de altura” (Cignoli, A. 
1997, p. 77). Esto llevó a que algunos establecimientos industrializadores se trasladaran y 
otros nuevos se radicaron en la costa patagónica, en particular en Puerto Madryn y Puerto 
Deseado, reduciéndose así la importancia de Mar del Plata como puerto pesquero. 
TABLA 2: ARGENTINA. POBLACIÓN EN AGLOMERACIONES DE TAMAÑO INTERMEDIO 
(ATIS: 50.000 HASTA 999.999 HABITANTES) DE 1950 A 1980. 
 
1947 1960 1970 1980
2. Córdoba 411 577 793 983
3. Rosario 536 655 813 957
4. Mendoza 225 344 492 613
5. La Plata 298 405 491 566
6. Tucumán 228 310 362 501
7. Mar del Plata 135 216 305 415
8. San Juan 122 154 224 292
9. Santa Fe 180 211 249 292
10. Salta 77 117 177 261
11. Bahía Blanca 121 143 182 224
12. Resistencia 75 112 148 220
13. Santiago del Estero-La Banda 66 111 138 196
14. Corrientes 65 98 133 181
15. Paraná 87 111 128 162
16. Posadas 72 99 144
17. Neuquén-Cipoletti 131
18. San Salvador de Jujuy 83 125
19. Río Cuarto 54 74 93 113
20. San Nicolás de los Arroyos 51 69 98
21. Comodoro Rivadavia 76 97
22. Concordia 57 72 94
23. Formosa 61 72 94
24. Catamarca 54 64 89
25. Tandil 53 65 79
26. San Rafael 60 73
27. San Luis 51 71
28. Pergamino 56 69
29. Villa María 51 59 68
30. Zárate 56 67
31. La Rioja 67
32. Olavarría 52 64
33. Necochea-Quequén 63
34. Junín 54 59 62
35. San Francisco 59
36. Coronel Rosales 51 56
37. Campana 54
38. Rafaela 53
39. Trelew 52
40. Santa Rosa (La Pampa) 52
41. Gualeguaychú 51
42. Villa Mercedes (San Luis) 51
Aglomeración
Población (miles de habitantes) en:
 Totales 2.680 4.091 5.772 7.959
 
Fuente: elaboración propia en base a Vapñarsky, C. y Gorojovsky, N. (1990) 
33 
 
MAPA 1: ARGENTINA. DISTRIBUCIÓN DE LAS AGLOMERACIONES DE TAMAÑO INTERMEDIO 
(ATIS: 50.000 HASTA 999.999 HABITANTES). 1950. 
 
 Fuente: elaboración propia en base a Vapñarsky, C. y Gorojovsky, N. (1990) 
Como se observa en el Mapa 1, la configuración espacial resultado de la permanencia 
del modelo agroexportador agrupaba en el área concentrada del país más de la mitad y el 65% 
de la población de las aglomeraciones de tamaño intermedio (ATIs). Este aglutinamiento 
urbano existió junto a todo un conjunto de fijos como son rutas, vías de ferrocarril y otras 
infraestructuras que permitían la creación de flujos de personas, mercancías y capitales 
34 
 
propios de dicha economía, los cuales también se difunden de manera concentrada en dicha 
área. 
Cabe destacar la existencia de importantes vacios urbanos (Kayser, B. 1964, 1980) en 
las diferentes regiones argentinas (Tabla 2), en especial en la Patagonia. Fue recién en el 
Censo del año 1970 cuando se registran aglomeraciones de tamaño intermedio menores en 
esa región, como son Neuquén-Cipolletti y Comodoro Rivadavia. 
La existencia de la ciudad primada llevó a la necesidad de intervención del Estado 
capitalista en los mecanismos de mercado para descentralizar espacialmente la acumulación 
del capital (Singer, P. 1973). La teoría de los «Polos de Desarrollo» del economista francés F. 
Perroux (1955) fue muy aplicadaen las décadas de los sesenta y setenta en Argentina, en 
busca de un desarrollo más equilibrado social y espacialmente de la red urbana. En este 
sentido, se verifican la implantación de las medidas de «desarrollo regional»35 y diferentes 
políticas en áreas promovidas industrialmente36. Sin embargo, el desarrollo de ciertos polos 
no llevó al desarrollo de sus respectivas áreas de influencia sino que ha sido a expensas de 
ellas, incrementando así la desigualdad intrarregional (Velázquez, G. 2008). 
Hacia 1980, C. Vapñarsky y N. Gorojovsky (1990) indican que se hacen evidentes 
indicios de modificación del sistema urbano argentino. La red urbana, que era reflejo de la 
división del trabajo pretérita, comienza a responder a la implementación de una 
industrialización transnacional, convirtiéndose así, en una condición para el desarrollo de la 
nueva división del trabajo. 
Como se observa en la Tabla 2, en 1980 hay mayor cantidad de ciudades grandes que 
coinciden con centros regionales, como Mendoza, Tucumán, Mar del Plata y La Plata37. La 
nueva división del trabajo valoriza ciertos lugares en detrimento de otros que lo poseían 
anteriormente, como por ejemplo Santa Fe, antigua capital de provincia, centro ferroviario y 
puerto sobre el Rio Paraná, con una industrialización menos intensa y diversificada. 
 
35 “La más destacada es, durante la década del sesenta, la creación del Consejo Nacional de Desarrollo 
(CONADE), que se proponía contribuir a un desarrollo regional mas “equilibrado” a partir del establecimiento 
de “Regiones de desarrollo”, con sus respectivos “Polos” en el Noroeste (Salta), Nordeste (Corrientes-
Resistencia), Centro (Córdoba), Cuyo (Mendoza), Pampeana (Rosario), Metropolitana (Buenos Aires), 
Comahue (Neuquén) y Patagonia (Comodoro Rivadavia)” (Velázquez, G. 2008, p. 140) 
36 G. Velázquez (2008, p. 251), señala que “bajo esta concepción, el espacio está compuesto por centros, polos, 
o focos de los que emanan fuerzas centrífugas y a donde concurren fuerzas centrípetas. Dichos polos de 
crecimiento poseen dinámica propia otorgada por la interacción funcional con el resto del sistema productivo, en 
el que las relaciones interinstitucionales, financieras, administrativas, de transporte, etc. Juegan un papel 
fundamental en el mecanismo de decisión de los impulsos propulsores de las actividades líderes. Así el espacio 
estaría compuesto por una trama de polos que se crean, expanden o declinan y que implicarían el desarrollo o la 
declinación de sus respectivas áreas de influencia”. 
37 El crecimiento de la ciudad de La Plata, de debió también a la incorporación de la actividad industrial en el 
Gran La Plata, Berisso y Ensenada 
35 
 
Continúan destacándose Córdoba y Rosario, que para 1980 eran ya casi ciudades millonarias 
y que se fueron convirtiendo en centros económicos con diversificación productiva permitida 
por las políticas industriales de esas últimas décadas. 
Para 1980 fueron 25 nuevas localidades las que alcanzaron el umbral de aglomeración 
de tamaño intermedio (ATIs) y que no completaban ese tamaño en 1950 (Tabla 2). Algunas, 
crecieron como resultado de la descentralización y promoción industrial, como Catamarca, 
San Luis, La Rioja y Mercedes; y otras, de la política de polos de desarrollo, como en la 
región Patagónica, Comodoro Rivadavia, Trelew y Neuquén-Cipolletti, que casi duplicó su 
población entre 1970 y 1980. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
36 
 
MAPA 2: ARGENTINA. DISTRIBUCIÓN DE LAS AGLOMERACIONES DE TAMAÑO INTERMEDIO 
(ATIS: 50.000 HASTA 999.999 HABITANTES). 1980. 
 
 Fuente: elaboración propia en base a Vapñarsky, C. y Gorojovsky, N. (1990) 
La ciudad de Mar del Plata en 1950 era una aglomeración de tamaño intermedio 
(ATIs) menor con 135.000 habitantes y pasó a ser en 1980 una ATIs mayor superando los 
400 mil habitantes y convirtiéndose en la sexta ciudad más grande del país. Hasta 1970 la 
ciudad de Mar del Plata concentraba cerca del 95% de la población urbana del Partido de 
General Pueyrredón. Recién en 1980 se registran localidades menores de ese partido con 
características urbanas. 
37 
 
En 1950 Tandil (provincia de Buenos Aires) era una ciudad pequeña con cerca de 36 
mil habitantes, cuyo partido reunía una población rural de un poco más de 22 mil personas. 
Como se indica en la Tabla 2, Tandil para 1960 ya era una ATIS menor que para el año 1980 
reunía aproximadamente 80 mil habitantes38. 
En estos años al compás del proceso de industrialización nacional, la ciudad de Tandil 
comenzó a formar parte de la división del trabajo transnacional y nacional debido a la 
producción de partes para terminales de automotores39. Esta actividad atrajo población de los 
desplazados del campo a causa de la mecanización de las cosechas y algunos pocos 
trabajadores que quedaban en la actividad minera canteril40. Otras de las producciones 
destacables eran las agroindustrias centradas en lechería, quesería y manteca y el curtido de 
cueros para producción de prendas de vestir41. 
Ahora bien, la primera acción gestada localmente y con cierta trascendencia regional 
fue la fundación de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires 
(UNCPBA)42, por la cual Tandil fue obteniendo una nueva función urbana cultural como una 
ciudad universitaria43. 
1.2.2.1. El crecimiento de las ciudades en Argentina y en el área concentrada 
Los trabajos de C. Vapñarsky y N. Gorojovsky (1990) y de G. Velázquez (2008) indican que, 
durante las décadas de 1950 a 1980, a pesar de la preponderancia de Buenos Aires, aumenta 
la participación relativa de población residente en aglomeraciones de tamaño intermedio 
(ATIs), y el incremento y dispersión espacial de este tipo de ciudades. 
 
38 Si bien hasta mediados del siglo XX la población rural del Partido de Tandil aún era elevada, se inicia un 
proceso de crecimiento de residentes en la ciudad de Tandil que representaban el 61% para 1947, elevándose al 
88,7% para 1980. 
39 Según C. Lorenzo (1979) para mediados de 1950 el 10% de su producción local se colocaba en mercados 
internacionales 
40 Las características «naturales» de la sierras del Sistema de Tandilia, permitieron la explotación canteril. Entre 
fines del Siglo XIX y principios del XX, la ciudad fue desarrollándose progresivamente con el impulso 
económico que le brindó la pujante actividad de la explotación de la piedra; esta actividad extractiva se 
caracterizaba por el volumen de las extracciones así como por la cantidad de trabajo asociada (especialmente 
pobladores de origen español y yugoslavo). Grandes volúmenes de piedra fueron destinados al empedrado de 
numerosas calles en toda la Provincia, al puerto de Buenos Aires y a la construcción de la base militar Puerto 
Belgrano en Coronel Rosales. Aproximadamente, entre 3.000 y 4.500 personas participaban de la actividad 
canteril. En la década del 1920 se puede señalar el fin de este ciclo, por el creciente reemplazo tecnológico de 
los adoquines por el hormigón, en un marco de duros enfrentamientos entre sectores gremiales, sindicalistas y 
anarquistas (Velázquez, G. 1997). 
41 Como lo ocurrido en otras ciudades argentinas, desde los años 1970 aumenta la participación del PBI 
terciario. En 1973 el PBI se dividía entre el sector primario 27%, secundario 26% y terciario 47%. El PBI 
secundario era fuertemente representando por la industria con 76% y el terciario por comercios y hoteles en un 
50%, seguido por el transporte, en un 23% (Lorenzo, C. 1979). 
42 Se fundó en 1964 y su denominación fue Universidad de Tandil, la cual se nacionalizó en 1975 y junto con las 
unidades académicas de Azul y Olavarria crearon la UNCPBA. 
43 De acuerdo a la clasificación funcional de las ciudades de J. Beaujeu-Garnier y G. Chabot (1963, 1975). 
38 
 
Siguiendo la Tabla 3 se observa que la categoría 1 mantuvo su poblaciónprácticamente estacionaria en términos absolutos, de 9 millones de habitantes en 1950, a algo 
más de 10 millones en 1980. Pero dado el importante aumento total de la población nacional, 
su participación en términos relativos disminuyó del 53,3% en 1950 al 36% en 1980. 
En esta categoría cabe detenerse en las ciudades pequeñas (de 20.000 hasta 49.999 
habitantes) que ven aumentar su población, duplicándola entre 1950 a 1980, pero con un 
crecimiento muy lento en la participación total de la población nacional, (Tabla 3). 
El crecimiento de población de esas ciudades puede explicarse por tres procesos 
interconectados (Vapñarsky, C. y Gorojovsky, N. 1990): el carácter despoblador de la 
actividad agropecuaria, los efectos demográficos de la demanda de empleo industrial y de 
actividades de comercio y servicios encadenadas a la industria y generadoras de empleo y el 
impacto del transporte automotor sobre la distribución de la población en zonas agrarias. Este 
último factor fue permitido por el desarrollo de la industria automovilística y por la 
ampliación, mejora y pavimentación de la red vial, haciendo posible la separación espacial 
entre residencia y lugar de trabajo. 
H. Carter (1972, 1983, p. 39) afirma que “la urbanización, como proceso, supone la 
concurrencia de dos elementos: la multiplicación de puntos de concentración de población y 
el aumento del tamaño de cada una de esas concentraciones. Aunque en todo caso, siempre 
tendrán una importancia crucial las correlaciones tecnológicas, económicas y sociológicas del 
proceso más que la determinación concreta de tamaños o dimensiones particulares”. En 
Argentina, los datos muestran que, entre 1950 y 1980, se ha multiplicado el número de 
aglomeraciones de tamaño intermedio (Tabla 2) y se observa un crecimiento de la población 
que reside en ellas (categoría II, Tabla 3). 
39 
 
TABLA 3: ARGENTINA. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN TRES CATEGORÍAS DE TAMAÑO DE AGLOMERACIÓN, 
1950 A 1980. VALORES ABSOLUTOS (MILES DE HABITANTES) Y PORCENTAJES (ENTRE PARÉNTESIS). 
 
Categoría 1950 1960 1970 1980 
I.a. Población dispersa y en 
pueblos pequeños 
(aglomeraciones de hasta 
1.999 habitantes) 
5750 
(34,2) 
4750 
(23,8) 
4800 
(20,7) 
4700 
(16,8) 
I.b. Población en pueblos 
grandes (aglomeraciones de 
2.000 hasta 19.999 habitantes) 
2300 
(13,6) 
3250 
(16,3) 
2850 
(12,2) 
3400 
(12,1) 
I.c. Población en ciudades 
pequeñas (aglomeraciones de 
20.000 hasta 49.999 
habitantes) 
950 
(5,6) 
1150 
(5,8) 
1450 
(6,2) 
1950 
(6,9) 
I. Población dispersa y en 
aglomeraciones de hasta 49.999 
habitantes 
Subtotal (Categoría I) 9000 
(53,3) 
9150 
(45,8) 
9150 
(39,0) 
10050 
(36,0) 
II.a. Población en ATIs 
menores: de 50.000 hasta 
399.999 habitantes 
1750 
(10,5) 
2450 
(12,3) 
3200 
(13,7) 
3950 
(14,1) 
II.b. Población en ATIs 
mayores: de 400.000 hasta 
999.999 habitantes 
950 
(5,7) 
1650 
(8,3) 
2600 
(11,1) 
4000 
(14,3) 
II. Población en aglomeraciones 
de tamaño intermedio (ATIs): de 
50.000 hasta 999.999 habitantes 
Subtotal (Categoría II) 2700 
(16,2) 
4100 
(20,5) 
5800 
(24,8) 
7950 
(28,4) 
III. Población en Aglomeración 
Buenos Aires, única de 1.000.000 
o más habitantes 
5150 
(30,5) 
6750 
(33,8) 
8450 
(36,2) 
9950 
(35,6) 
Total: población del país 
 
16.850 
(100) 
20000 
(100) 
23350 
(100) 
27950 
(100) 
 
Fuente: elaboración propia en base a Vapñarsky, C. y Gorojovsky, N. (1990) 
En 1950 esas aglomeraciones eran solamente 15 y para 1980, llegaban a 41 ciudades 
(Tabla 2). La población que habita esas ciudades casi se triplicó en esos treinta años (de 2,6 
millones en 1950 a alrededor de 8 millones en 1980) (Tabla 3). “Más notable aún es la 
creciente participación de las ATIs en la población del país; mas de 28 % en 1980, pero 
apenas poco más de 16 por ciento treinta años antes” (Vapñarsky, C. y Gorojovsky, N. 1990, 
p. 57). 
Hacia 1950 las ATIs menores alojaban casi el doble de población que las ATIs 
mayores, mientras que en 1980, dichas cantidades eran prácticamente iguales (Tabla 3). El 
aumento en el número de ciudades medias se ha ido dando como resultado del propio 
crecimiento de estas ciudades, y por las incorporaciones «desde abajo» de ciudades más 
pequeñas. 
Cabe remarcar que en 1980, 17 de las 42 ciudades consideradas ATIs se localizan en 
el área concentrada del país, teniendo en cuenta las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y 
40 
 
Córdoba. Ahora bien, en este proceso de crecimiento y redistribución de ciudades y 
población urbana, se observa, una vez más, una repartición espacial desigual en el territorio 
argentino, es decir, el 43% del total de ATIs existentes en 1980. Pero el aglutinamiento en 
este área, pareciera ser mayor si consideramos que estas 17 ciudades reúnen más de la mitad 
(54%) de la población urbana que habitaba en ATIs argentinas para 1980 (4.289 miles de 
habitantes). 
1.2.3. La metropolización de Buenos Aires 
M. Santos (1975, 1979, p. 223) señala que “el fenómeno metrópolis es inseparable de la gran 
ciudad o de la capital de un Estado moderno. La gran ciudad se volvió metrópolis, cuando se 
da la revolución del consumo en el mundo. Nuevas necesidades, tanto en la escala de las 
relaciones internacionales como en la escala de los simples individuos, no sólo aumentarán la 
dimensión de las ciudades sino también, provocará un hinchamiento y una diversificación de 
las actividades”. 
La existencia de un cierto proceso de deslocalización industrial entre 1950 y 1970 no 
modificó la concentración demográfica y económica en grandes conglomerados urbanos del 
área concentrada del país donde se observan las mayores densidades de flujos de excedente 
económico y la aceleración en la expansión del sector terciario (Rofman, A y Romero, L. A. 
1973, 1998). 
 El desarrollo de industrias de transformación y de consumo para el mercado interior 
necesitaba de mano de obra urbana, pero especialmente del potencial mercado de consumo 
que daban las grandes aglomeraciones. 
La población de la aglomeración Buenos Aires44 se duplicó en treinta años aunque 
disminuyó su participación relativa en el total de la población del país (Tabla 3). En dicha 
ciudad se observa un crecimiento del área urbanizada45: “las áreas que rodean la ciudad 
capital se estaban integrando económica y socialmente con ella, al mismo tiempo que se 
volvían, más y más, una sola aglomeración continua” (Recchini de Lattes, Z. 1975 a, p. 129). 
Esta misma autora indica que el llamado Gran Buenos Aires creció por su propio crecimiento 
 
44 Según C. Vapñarsky (1998) una localidad se define como una aglomeración, cuando se toma el criterio físico 
que se basa en la existencia de un conjunto de constructos materiales fijos al territorio, normalmente un 
entramado de edificios y calles. A partir del año 1991, el INDEC adoptó este criterio de definir la localidad 
como aglomeración (citado por R. Bertoncello, 2004). 
45 Según explican J. Beaujeu-Garnier y G. Chabot (1963, 1975) las Naciones Unidas, hablan de «área 
urbanizada», para referirse al fenómeno de desbordamiento de la ciudad propiamente dicha, que añade el área 
edificada contigua. 
41 
 
vegetativo, por población proveniente del resto del país46, del exterior47 y en especial del 
centro de la misma aglomeración. H. Bozzano (2007, p. 43) plantea que “entre 1940 y 1962 
la región metropolitana pasa de 680 a 1.450 km2. Esta situación significa que la superficie 
loteada de los partidos del Gran Buenos Aires se multiplica casi tres veces. De la expansión 
territorial resulta un espacio caracterizado por numerosos barrios alejados y mal vinculados 
con el centro de la ciudad”. 
Este crecimiento de la Capital Federal (hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y 
todo un conjunto de municipios y partidosde la provincia de Buenos Aires, que se encuentran 
localizados alrededor de la ciudad Capital, conforma lo que se denominó Región 
Metropolitana de Buenos Aires48. La superficie o área metropolitana49 más extendida es 
aquella que rodea a una gran ciudad y cuya población orienta sus actividades en función de 
ésta” (Beaujeu-Garnier, J. y Chabot, G. 1963, 1975, p. 34). 
La ciudad como núcleo de la aglomeración tuvo saldos migratorios prácticamente 
nulos desde antes de 1950, y su población hasta 1980 ha fluctuado en alrededor de 3 millones 
de habitantes. A. Rofman y L.A. Romero (1973, 1998) señalan que dicha población no 
disminuyó, porque la superficie que abarca la ciudad es enorme y la edificación aún era baja 
hacia 1950, lo que permitió la densificación de edificación y población por fuera del centro 
comercial y administrativo, expandiéndose la «aglomeración entera». 
 
46 A. Lattes (1975) señala que, entre 1947 y 1970, la mayoría de las corrientes migratorias internas tienen como 
lugar de destino el Gran Buenos Aires, cualquiera sea la distancia a este lugar. Hacia fines de 1970 y durante la 
década siguiente disminuyen las migraciones internas con un cambio de tendencia en esos movimientos que se 
reorientan preferentemente hacia las ciudades medias (Velázquez, G. 2008). 
47 Z. Recchini de Lattes (1975 a), afirma que son tres los componentes del crecimiento urbano: 1) el crecimiento 
vegetativo de la población urbana, 2) la migración neta hacia áreas urbanas y 3) la reclasificación de lugares 
que en un momento eran rurales en urbanas. Los dos primeros, tienen más peso que el tercero para la población 
urbana en su conjunto. 
48 R. Bertoncello (2004) explica que el INDEC ha dispuesto que a partir de agosto del año 2003 deje de usarse la 
expresión Área Metropolitana y se use la de Aglomerado Gran Buenos Aires (AGBA), que incluye la ciudad de 
Buenos Aires y 24 Partidos del Gran Buenos Aires. En este trabajo nos referiremos a la Región Metropolitana 
de Buenos Aires (RMBA) ya que la bibliografía especializada y usada aquí, toman esta denominación. 
Sin embargo este autor explica que “considerar a la población total de estos componentes, lleva sin embargo a 
otra definición, la que denominábamos hasta hoy Área Metropolitana de Buenos Aires, aunque ahora el INDEC 
propone reemplazarla por la denominación Gran Buenos Aires. Su población no es la misma que la de la 
aglomeración, pues incluye a quienes residen en los partidos pero fuera del área aglomerada; de todos modos su 
volumen es muy pequeño y puede considerarse residual. Pero también es distinta porque no se incluyen los otros 
seis partidos afectados por la aglomeración, pero que por alguna razón aún no se consideran parte del AMBA; y 
el volumen de población implicado no es menor”. Estos partidos son Pilar, Escobar, General Rodríguez, 
Presidente Perón, San Vicente Y Marcos Paz con un total de 605.047 personas para el año 2001. 
49 “El centro de investigaciones urbanas de la Universidad de California le da un sentido muy preciso: “es un 
agrupamiento de 100.000 habitantes como mínimo, conteniendo por lo menos una ciudad (área urbana contigua) 
de por lo menos 50.000 habitantes, más las divisiones administrativas (al nivel de condado) contiguas que 
presentan caracteres parecidos y donde, en particular, más del 65 por 100 de la población ejerce actividades no 
agrícolas” (Beaujeu-Garnier, J y Chabot, G. 1963, 1975, p. 34). 
42 
 
Para H. Torres (1993, 2006) existió hasta 1960 un proceso de «suburbanización 
económica» de tipo popular, generada especialmente por la subvención del transporte en los 
ferrocarriles suburbanos nacionalizados50 y por loteos económicos. En la Capital Federal en 
su conjunto se desarrolla una forma de densificación urbana de la que son protagonistas las 
clases medias (departamentos en «propiedad horizontal»51). 
El crecimiento de toda la región metropolitana se relaciona también con el traslado 
hacia otras localidades, de las industrias que requerían más espacio, lotes más económicos, 
mayor accesibilidad para residencias de obreros y menor congestión del tráfico. Además, con 
las restricciones normativas para la localización industrial en la Capital y en la primera 
corona, muchas empresas se instalan en la periferia (segunda corona)52. 
Asociadas a la expansión urbana y a las migraciones internas, surgen las denominadas 
«villas miserias», que en la Capital Federal se localizaban en ares centrales como la zona 
portuaria y ferroviaria, y en la zona sur, próxima al Riachuelo (Rio de la Matanza). En el 
Gran Buenos Aires, la zona de mayor concentración es un anillo disperso que 
aproximadamente coincide con los partidos de la "primera corona", alrededor de la Capital 
Federal53 (Torres, H. 1993, 2006, p. 21). 
Buenos Aires presentaba así una centralidad de toda índole, política, económica y 
social favorecida por el mercado de consumo en expansión, la economía de escala y la 
«economía de aglomeración». Así, una vez que existe una gran ciudad, ésta seguirá creciendo 
como resultado de los atractivos que ofrece en términos de ofertas de trabajo y de capital, de 
 
50 “A diferencia de otras metrópolis latinoamericanas, Buenos Aires tenía ya en la década de 1940 una 
importante red de ferrocarriles suburbanos que era básicamente utilizada para los desplazamientos cotidianos 
residencia-trabajo. La corona externa de la aglomeración, por lo tanto, reunía las condiciones para ser 
considerada potencialmente urbana” (Torres, H. 1993, 2006, p. 12). 
51 “Ambas situaciones posibilitaron que el porcentaje de propietarios en el área metropolitana experimentara un 
formidable incremento entre 1947 y 1960 (de 26,8% en la primera fecha a 58,1% en la segunda). En el Gran 
Buenos Aires esa proporción aumenta de 43,3% a 67,2%; en la Capital Federal el aumento de la proporción de 
propietarios es aún más espectacular: de 17,6% a 45,6%” (Torres, H. 1993, 2006, p. 14). 
52 J. Blanco (2005a, p. 2062) señala que “desde el punto de vista organizacional, la ciudad autónoma y los 
municipios del conurbano bonaerense son unidades muy consolidadas, con alta densidad de ocupación y que 
desde hace varias décadas conforman un ámbito de urbanización continuo y articulado, con variaciones de las 
densidades de población y empleo desde el centro hacia la periferia, bajo un esquema de un centro 
metropolitano fuerte y subcentros de menor jerarquía. De allí que se utilice habitualmente la denominación de 
“coronas” para dar cuenta de los distintos niveles de consolidación y de densidad de los municipios aglomerados 
a la ciudad central, partiendo de la premisa que la consolidación del conjunto urbano se dio a partir de ejes de 
expansión radiales, pero con un nivel tal de ocupación actual de los intersticios que el resultado son las 
mencionadas coronas”. 
53 Para apreciar su magnitud puede recurrirse a las estadísticas de 1976 para la Capital Federal (antes de los 
operativos masivos de erradicación),que registran una población de 225.000 personas y al Censo de Villas de 
Emergencia (1981, Provincia de Buenos Aires) que arroja, para el Gran Buenos Aires, una población de 290.000 
personas (Torres, H. 1993, 2006). 
43 
 
infraestructuras, de mercado, entre otras, que llevaría a una espiral ascendente de desarrollo 
(Carter, H. 1972, 1983). 
Entre 1960 y 1980, el desmantelamiento de la industrialización sustitutiva genera la 
disminución de la tasa de crecimiento metropolitano54, el debilitamiento del peso relativo de 
las migraciones55 y la reducción de las políticas públicas centrales en el anterior desarrollo 
urbano (Tella, G. 2007). 
Se fue conformando así lo que se llamó regiones metropolitanas (o áreas 
metropolitanas extendidas, o metrópoli-región) que corresponde a extensas áreas alrededor de 
una gran ciudad o metrópoli, en las cuales existen otras ciudades de menor tamaño e 
importanciay áreas rurales con actividades asociadas a las gran ciudad56 (Bertoncello, R. 
2004). Asimismo, es común hablar de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA), 
compuesta por la ciudad Autónoma de Buenos Aires, el llamado conurbano bonaerense y las 
áreas de expansión metropolitana más alejadas (Blanco, J. 2005a). 
Hasta los años 1960, las líneas de ferrocarril acompañaron y condicionaron una 
metropolización de Buenos Aires más relacionada a grupos de menores ingresos. Fue la 
existencia de autopistas radiales que se integran con una red de rutas secundarias y que 
permiten acceder al perímetro más externo de la aglomeración, lo que permitió una 
suburbanización residencial de grupos de mayor poder económico (Torres, H. 1993, 2006), 
en las décadas subsiguientes57. 
Se considera así que Buenos Aires en este período es la metrópolis argentina 
responsable de la macro organización del territorio. 
 
54 “A partir de 1960, el crecimiento del región metropolitana se desacelera (tasas de 2,1% para 1960-70 y de 1,6 
para 1970-80). 1970 constituye un punto de inflexión, cuando el peso de la población del área como porcentaje 
de la población del país llega a su máximo histórico (35,4%), manifestándose luego una tendencia débil a la 
disminución (Torres, H. 1993, 2006, p. 23). 
55 Entre 1970 y 1980, por primera vez el crecimiento vegetativo supera a las migraciones; entre los migrantes 
extranjeros, la proporción de los de los países limítrofes aumenta considerablemente (entre 1960 y 1980, de 8% 
a 27%)” (Torres, H. 1993, 2006, p. 23). 
56 Desde la década de 1960, en la medida que aumenta el tamaño del mercado interno argentino y 
específicamente del AMBA, comienza una tendencia de gran desarrollo de las actividades agrícola intensivas. 
“Se trata del período de expansión más importante de la producción hortícola y de la introducción de nuevas 
técnicas de producción intensivas en la región metropolitana: la floricultura desde 1958-1960 y la avicultura 
comercial desde 1966-1968” (Bozzano, H. 2007, p. 44). 
57 Entre fines de la década de 1960 y principios de la de 1970, se construyeron el Acceso Norte (con sus ramales 
a Tigre, Escobar y Pilar) y parte del Acceso Oeste (Blanco, J. 2005 a). 
44 
 
1.2.4. Estructura demográfica y estructura económica terciaria: algunos ejemplos en el 
área concentrada del país 
M. Santos (1981, p. 36) señala que “las características de la formación de la población urbana 
(migraciones y crecimiento natural) que nos ayudan a entender la estructura demográfica nos 
permiten también explicar su estructura económica”. 
Como ha señalado G. Germani (1971, p. 168) en Argentina a partir de los años sesenta 
“todo el sector secundario se estabilizó o incluso tendió a disminuir en términos porcentuales. 
Sin embargo, al mismo tiempo el surgimiento de nuevas necesidades –salud, educación, 
servicios sociales, recreación y horas libres, organización y administración- impulsó 
enormemente el sector de servicios. De este modo fue el intenso aumento de la productividad 
en la agricultura y en la industria lo que permitió el crecimiento del sector terciario”. 
El sector terciario, que incluye el comercio, el transporte y los servicios, representa en 
1970 el 48% de la PEA total de Argentina. Los servicios representan la proporción esencial 
de este terciario siendo además el que creció más rápidamente, de 23% en 1950 a 28% en 
1960 (Castells, M. 1973). Así, por ejemplo para el año 1980, la PEA de la Capital Federal en 
comercios y servicios era de 68,1% y la de Mar del Plata de 57,3 % (datos de CFI 1989, 
publicados en Nuñez, A. 2000). 
Esta autora expone que en Mar del Plata “el terciario será el sector económico que 
crecerá sostenidamente a expensas, por un lado, de la PEA expulsada de las actividades 
primarias y, por otro lado, del proceso de desindustrialización registrado entre 1974 y 1985, 
dado que hacia 1974 había en el Partido de General Pueyrredón 6,4 establecimientos 
comerciales por cada uno industrial, mientras que en 1985 esta cifra asciende a 12,2” (Nuñez, 
A. 2000, p. 61). 
Ahora bien en Argentina el porcentaje de «servicios personales» que incluye el 
doméstico, era para 1970 de 38% de los trabajadores en el total de servicios58. Los «servicios 
sociales», como la instrucción pública, médicos, asistencia social, etc., reúnen algo más de la 
cuarta parte de los trabajadores en servicios, proporción casi equivalente a la que representa 
la administración pública y la defensa (Recchini de Lates, Z. 1975b). 
La redistribución de la PEA fue acompañada por la inestabilidad y precariedad 
laboral, como puede observarse en Mar del Plata que “entre 1947 y 1980 los asalariados 
disminuyeron un 8,3%; los empleadores se reducen a la 1/3 parte” (Nuñez, A. 2000, p. 62-
 
58 En Mar del Plata, en 1947 los porcentajes de PEA trabajando en servicio doméstico eran casi nulos, mientras 
que para 1980 trepan al 4% de la PEA total. 
45 
 
63). El avance de la terciarización y del cuentapropismo (que se cuadruplicó entre 1947 y 
1980), se hace más profundo por el tipo y estacionalidad de sus actividades principales: la 
construcción en invierno, la pesca en primavera y, los servicios en el verano, por lo cual 
absorbió gran cantidad de migrantes59 (datos de CFI, 1989, publicados por Nuñez, A. 2000). 
Este terciario ha sido denominado “terciario primitivo” por J. Beaujeu-Garnier y 
“pseudo-terciario” por G. Germani (1971, p. 175) quien señala que “las personas en esta 
situación no solamente no ejercen actividades propias de un sector terciario moderno, sino 
que sus consumos y formas de vida (aunque no necesariamente sus aspiraciones) siguen en 
gran parte siendo marginales con respecto a la sociedad moderna”. 
Claramente el sector de comercio y servicios cumple un papel de “sector refugio” o 
“sector acogida” (Santos, M. 1981, p. 52) para una gran cantidad de población, en especial 
migrantes. 
Entre la década de 1950 y 1980 se observa en Argentina una transformación 
fundamental de la economía de la sociedad y de la organización del espacio, como resultado 
de la difusión de nuevas formas de consumo desconocidas hasta este momento. 
El crecimiento urbano de Argentina, y especialmente de algunas de sus ciudades, vino 
de la mano de profundas desigualdades socioespaciales con un crecimiento de actividades 
secundarias y en especial, terciarias que no necesariamente reflejaban la modernización 
tecnológica y el crecimiento económico. Lo indicado por M. Santos (1975, 1979) para las 
sociedades urbanas de los países subdesarrollados es relevante para las ciudades argentinas en 
especial las más grandes y con alto componente migratorio, como Buenos Aires y Mar del 
Plata: “la existencia de una masa de personas con salarios muy bajos o viviendas de 
actividades ocasionales, al lado de una minoría con rentas muy elevadas, crea en la sociedad 
urbana una división entre aquellos que pueden tener acceso de manera permanente a los 
bienes y servicios ofrecidos y aquellos que, teniendo las mismas necesidades, no tienen 
condiciones de satisfacerlas. Eso creó al mismo tiempo diferencias cualitativas y cuantitativas 
en el consumo. Esas diferencias son la causa y el efecto de existencia, o sea de la creación o 
de la manutención, en esas ciudades, de dos circuitos de producción, distribución y consumo 
de bienes y servicios” (Santos, M. 1975, 1979, p. 29). 
 
 
59 En Mar del Plata se observan cambios en este sector entre 1947 y 1980: disminuye el porcentaje de PEA 
empleadores de 19,5% a 8,3%; aumenta considerablemente el porcentaje de PEA por cuenta propia, de 7,6% a 
21.1% en el mismo período y disminuyen los asalariados en la PEA de comercios y servicios, de 71,6% a 61,2% 
(según datos publicados por Nuñez, A. 2000) 
 
46 
 
CAPITULO 2 
EL PERÍODO DE LA GLOBALIZACIÓNEN ARGENTINA Y SU ÁREA 
CONCENTRADA: OBJETOS, ACCIONES Y NORMAS DEL 
TERRITORIO DESDE 1990 
2.1. EL PERÍODO ACTUAL Y SUS VARIABLES DETERMINANTES: INFORMACIÓN, CONSUMO Y 
TÉCNICA 
Al período actual signado por la globalización60 D. Harvey (2000, 2004) lo analiza como un 
proceso, una condición y un tipo específico de proyecto político, abordajes que no son 
mutuamente excluyentes. Considera que el término globalización significa alguna cosa 
relativa a nuestra geografía histórica reciente, en el sentido de designar “una nueva fase de 
exactamente ese mismo proceso intrínseco de producción capitalista del espacio” (Harvey, D. 
2000, 2004, p. 81). Considera, entonces, al proceso de globalización como un proceso de 
producción de desarrollo temporal y geográfico desigual, y no como un proceso omnipotente 
y homogenizador, expresión ésta, opresiva y restrictiva. 
La globalización es un hecho consubstancial al propio capitalismo y al mismo 
mercado, que ha dado lugar históricamente a una corriente de flujos internacionales de 
mercancías, trabajo y capital. Sin embargo, el carácter internacional, mundial o global de este 
modo de producción no ha sido siempre el mismo adquiriendo nuevas dimensiones y 
características desconocidas. D. Harvey (2000, 2004) considera cuatro alteraciones o cambios 
que generan una nueva dinámica al período actual: la desregulación financiera, los profundos 
cambios tecnológicos y de innovaciones y mejoras de productos, el sistema de medios de 
transporte y de comunicaciones y el costo y el tiempo de transporte de mercaderías y 
personas 
 Entonces, la globalización es entendida como el estadio supremo de la 
internacionalización (Santos, M. 1994, 1997). En este sentido para O Ianni (1999, p. 34), “la 
historia del capitalismo puede ser vista como la historia de la mundialización, de la 
globalización del mundo”. 
Este proceso de internacionalización de la economía provoca una excesiva 
concentración de los medios de producción, de comercialización, financieros y de servicios, 
 
60 Algunos autores diferencian entre los conceptos de globalización y mundialización, e inclusive 
internacionalización. En este trabajo no abordaremos ese debate y utilizaremos el concepto de globalización en 
un sentido amplio porque pensamos que puede incluir a los demás términos. 
47 
 
en general (Uribe Ortega, G. 1993). M. Santos (1996, 2000, p. 172) señala que “ahora todo se 
mundializa: la producción, el producto, el dinero, el crédito, la deuda, el consumo, la política 
y, la cultura. Ese conjunto de mundializaciones -cada una sustentando, arrastrando, ayudando 
a imponer la otra- merece el nombre de globalización”. Asistimos así “a la universalización 
acelerada de los objetos técnicos, que atiende deliberadamente las acciones hegemónicas. Las 
órdenes emitidas llegan a los diferentes lugares simultáneamente, gracias a los flujos de 
información” (Almeida, E. 1997, p. 36). 
Bajo este proceso, el medio geográfico actual, a diferencia de los anteriores, posee una 
lógica global, permitida por la unión indisociable e inteligente entre ciencia, técnica e 
información, que acaba por ser impuesta diferencialmente a todos y a cada uno de los 
territorios. Este es el “momento en el cual se constituye sobre territorios cada vez más vastos, 
el medio técnico-científico-informacional, es decir, el momento histórico en el cual la 
construcción o reconstrucción del espacio se da en un contexto de ciencia y técnica” (Santos, 
M. 1996a, p. 106). El espacio geográfico del mundo actual puede considerarse como un 
medio técnico-científico-informacional, que es la expresión geográfica del proceso de 
globalización y que si bien posee muchas veces una presencia puntual, marca la totalidad del 
espacio (Santos, M. 1985, 1992 y 1996, 2000). 
La importancia de la técnica actual es tal que M. Santos (1996, 2000) considera que 
las transformaciones contemporáneas del espacio geográfico son explicadas sobre la base de 
tres unicidades: la unicidad técnica61, la unicidad del tiempo (con la convergencia de los 
momentos)62 y la unicidad del motor de la vida económica y social63. Con el transcurso del 
capitalismo, es menor el número de modelos técnicos existentes, ya que “el movimiento de 
unificación, intrínseco a la naturaleza del capitalismo, se acelera, para alcanzar hoy su punto 
 
61 Pero unicidad técnica no significa presencia única de una técnica única, ya que “cada nueva familia de 
técnicas no expulsa completamente las familias precedentes, sino que conviven juntas según un orden 
establecido por cada sociedad en sus relaciones con otras sociedades” (Santos, M. 1996, 2000, p. 162). 
62 El desarrollo de otras técnicas, como la de velocidad y medición del tiempo, hace posible conocer 
instantáneamente momentos lejanos y, por tanto percibir su simultaneidad. Desde posturas postmodernas (ver 
Harvey, D. 1989, 1998) son usadas numerosas metáforas, siendo los conceptos escasos y vagos. Entre el uso de 
metáforas las del espacio y el tiempo han tomado un lugar privilegiado. Así P. Virilo anuncia que la velocidad – 
símbolo del mundo actual- provoca una especie de pérdida del espacio material. Declara que “con los medios de 
comunicación instantánea (satélites, TV, cable de fibras ópticas, telemática…) la llegada toma el lugar de la 
partida: todo “arriba” sin que sea necesario partir” (Virilo, P. 1984: 15; citado por Santos, M y Silveira, M. L. 
1998, p. 102). Este autor no tiene en cuenta que para que se den los flujos inmateriales existen previamente 
soportes territoriales. 
63 Las dos unicidades anteriores no serían posibles sin la existencia de una unicidad del motor de la vida 
económica y social en todo el planeta, es decir “la emergencia de una plusvalía a nivel mundial (…) garantizada, 
directa o indirectamente, por la existencia sistemática de grandes organizaciones, que son los grandes actores 
actuales de la vida internacional” (Santos, M. 1996, 2000. p. 171). 
48 
 
culminante con el predominio, en todos los lugares, de un único sistema técnico, que es la 
base material de la globalización” (Santos, M. 1996, 2000, p. 161). 
De este modo, toda la superficie del planeta se vuelve funcional a las necesidades y 
usos de los Estados y de las empresas, lo cual lleva a que la compartimentación del espacio, 
que siempre existió, se comience a dar como fragmentación revelando “un cotidiano en que 
hay parámetros exógenos, sin referencia al medio. La asimetría en la evolución de las 
diversas partes y la dificultad o mismo la imposibilidad de regulación, tanto interna como 
externa, constituyen una marcada característica” (Santos, M. 2000, p. 81). 
Resulta fundamental afirmar que el proceso de globalización no homogeniza, no borra 
ni las desigualdades ni las contradicciones de la vida social, sino que por el contrario las 
profundiza y desarrolla64. 
Es así que para entender el mundo de hoy, dos variables se consideran centrales y 
determinantes: la información y el consumo, imperativos que son fundados bajo la misma 
ideología. M. Santos (1975, 1979, p. 28), expone que “por primera vez en la historia de los 
países subdesarrollados, dos variables elaboradas en el centro del sistema encuentran una 
difusión generalizada en los países periféricos”. Para L. E. Alonso (1999, p. 131), lo nuevo de 
este fenómeno es “la agresividad de su presentación retórica, la forma de propagarlo como 
una realidad que está por encima de los sujetos sociales, lo que le otorga un carácter de no 
opinable”. 
El papel de las empresas hegemónicas es fundamental porque “producen el 
consumidor antes que producir los productos. (….). Entonces, en la cadena causal, la llamada 
autonomía de la producción cede lugar al despotismo del consumo. De ahí, el imperio de la 
información y de la publicidad” (Santos, M. 2000, p. 48). 
En productos que no son deprimera necesidad, como son las bebidas gaseosas y las 
aguas saborizadas, la publicidad como «información» y las nuevas técnicas de elaboración y 
comercialización, juegan un papel esencial en el aumento de la producción y del consumo, 
manejado preferentemente por las grandes empresas globales del sector. Si bien en Argentina 
la elaboración de estos productos específicos está presente desde hace varias décadas, es a 
partir de los años noventa que la producción y el consumo crecen sostenidamente. Para el año 
1998, la facturación de bebidas en el país fue de 9.138 millones de pesos, siendo las gaseosas 
 
64 En este sentido, P. Veltz (1999, p. 104), afirma que “este mundo más organizado en redes, más independiente, 
es también un mundo más fraccionado, más dividido, en el que las diferencias crecen de forma dramática entre 
las zonas que participan en el gran movimiento de mundialización, y las que están excluidas, olvidadas”. 
 
49 
 
las que más ganaron entre las bebidas y representaban casi la tercera parte del monto total 
(Datos de Bruzone, A. SAGPyA. 1999). 
Las ventas de gaseosas se triplicaron entre los años 1990 y 2000, en virtud de la 
diversificación de los productos y de las nuevas marcas, permitida por los cambios técnicos 
que llegaron precipitadamente con las políticas neoliberales de los noventa. Si bien el sector 
está concentrado en dos grandes empresas globales (Coca-Cola y Pepsi-Cola), con filiales 
locales que operan bajo el sistema de franquicias, existen más de cuarenta plantas que 
elaboran, envasan y distribuyen bebidas gaseosas (con diversas marcas), algunas de las cuales 
conservan un fuerte componente regional en su producción (Grillo Trubba, D. SAGPyA. 
2004). 
Como afirma M. Santos (1996) dos brazos permiten el desarrollo de la globalización 
en el período actual, uno político, la democracia de mercado y otro, económico, el 
neoliberalismo. Así M. Svampa (2005, p. 295), señala que en nuestro país “la relación entre 
neoliberalismo y globalización fue naturalizada, lo cual contribuyó a desdibujar el carácter 
político de las llamadas reformas estructurales. Este proceso acompañó el vaciamiento 
institucional de la democracia, identificada sin más con la democracia liberal y 
representativa, así como la consolidación de un Estado, apoyado sobre el triple eje 
«patrimonio-asistencialismo-matriz represiva»”. 
Los orígenes del medio técnico-científico-informacional en Argentina datan de 
mediados de 1970, pero es a partir de 1980 que asume profundamente esas características y 
se densifica ese medio de la globalización. 
Desde 1990 y hasta la actualidad, consideramos un mismo periodo del territorio 
argentino. Sin embargo, existen dos momentos en relación a los cambios económicos y 
políticos del país, separados éstos por la crisis 2001-2002. En estas dos etapas encontramos 
también modificaciones en el circuito espacial de las bebidas estudiadas, ya que aparecen 
nuevos «discursos» relacionados al consumo light, hay cambios en algunas técnicas usadas, 
se encarecen los costos de producción por la devaluación y se crea un nuevo producto, las 
aguas saborizadas. Estos dos momentos del país y sus implicancias en la actividad estudiada 
serán analizados en detalle a lo largo de este capítulo. 
2.1.1. Sociedad de consumo y sociedad excluyente en Argentina, en el período actual 
El consumo ha estado siempre presente a lo largo de la historia de la humanidad “sin 
embargo, sólo recientemente estamos asistiendo a una fuerte homogenización de las pautas y 
50 
 
formas de consumo, en sintonía con el proceso de globalización económica, social y cultural 
que afecta al mundo contemporáneo” (García Ballesteros, A. 1998, p. 50). 
Esta nueva etapa dominada por la información, el consumo y la técnica llevó a que 
numerosos autores consideren la existencia de una «sociedad de consumo» (Baudrillard, J. 
1969, 1971), «sociedad burocrática de consumo dirigido» (Lefebvre, H. 1968, 1972) o, 
«comunidad de consumidores» (Bauman, Z. 2000, 2003 y 1998, 2005). 
Para este último autor “en su etapa presente (…) la sociedad humana impone a sus 
miembros (…) la obligación de ser consumidores. La forma en que esta sociedad moldea a 
sus integrantes está regida, ante todo y en primer lugar, por la necesidad de desempeñar ese 
papel; la norma que les impone, la de tener capacidad y voluntad de consumir” (Bauman, Z. 
2000, 2003, p. 44). 
El consumo representa mucho más que una necesidad o una satisfacción es un proceso 
de significación, de comunicación, de clasificación y de diferenciación. La desigualdad 
social, traducida en diferentes capacidades y prácticas de consumo, se consolida y acrecienta 
con la aparición de nuevas formas de consumo de shoppings-centers y supermercados, de los 
objetos técnicos modernos, de los productos de primera marca y de una enorme cantidad de 
nuevas necesidades que el propio consumo fabrica constantemente. Éstas son accesibles a 
una clientela segmentada social y culturalmente, de la que quedan excluidos importantes 
grupos sociales. 
La sociedad argentina desde los noventa podría enmarcarse en los parámetros de la 
sociedad de consumo, «favorecida» por la convertibilidad65 de la moneda y la importación de 
productos, entre otros aspectos. Así, A. Wortman (2003) explica que la vida urbana de las 
clases medias argentinas en esa década estuvo marcada por los nuevos consumos típicos de la 
globalización y de las nuevas tecnologías de la información, como son nuevos consumos 
culturales, nuevas formas de comer y beber, etc. 
 
65 En marzo de 1991 se da comienzo al Plan de Convertibilidad “al establecer un tipo de cambio fijo, por ley, y 
convertir la moneda argentina en un apéndice del dólar, se renunció explícitamente a todo atisbo de política 
monetaria y cambiaria autónoma. Con este esquema de política económica se redujo sustancialmente la 
“frontera nacional a niveles quizás inéditos desde 1930, pues el Estado renunció no solamente a la emisión sin 
respaldo en reservas en oro y divisas para garantizar la Convertibilidad, sino que se comprometió a no financiar 
un eventual déficit con la citada emisión, por lo que el nivel de circulación interna dependió, desde entonces, del 
monto de recursos acumulados en el Banco Central en activos externos” (Roffman, A. y Romero, L. A. 1973, 
1998, p. 271-272). 
 
51 
 
Sin embargo, se trata de una sociedad excluyente, la cual se va conformando 
atravesada por una fuerte dinámica de polarización social, donde todas las clases sociales 
sufrieron grandes transformaciones66. 
Esta situación se profundiza con la crisis económica, política y social de Argentina, 
iniciada en el año 2001, ya que se acentúa la fragilidad de la cuestión social, siendo cada vez 
más difuso el límite entre la condición de vulnerabilidad y de exclusión social o desafiliación, 
según el término usado por R. Castel (1995, 1997). 
La brecha entre pobres y ricos se acentuó como consecuencia de las diferencias del 
ingreso, con grandes desigualdades en el poder de consumo. Algunos datos son que en 
Argentina del 2001 al 2002 la pobreza creció 40%, lo que produjo que más de la mitad de la 
población no pudiera acceder con sus ingresos a la canasta de alimentos y servicios básicos. 
La canasta básica que determina la línea de pobreza que mide el INDEC trepó de $599 a 
$716, pero además de subir esta cuota, la crisis bajó los ingresos a fuerza de desempleo. En 
efecto, desde mayo de 2001 hasta noviembre de 2002, se perdieron 750.000 puestos de 
trabajo. Según el INDEC 80% de los empleos destruidos corresponden a puestos formales y, 
de ellos, dos tercios son empleos asalariados y estables. En el mismo lapso, el 
cuentapropismo creció 11% su participación en el total de ocupados. 
De esta manera, las tendencias a la modernización, la llegada de diversas variables 
elaboradasen el exterior, la difusión de la información y de nuevas formas y pautas de 
consumo, profundizan la distinción en las sociedades urbanas, entre los que tienen acceso 
permanentemente a los bienes y servicios ofrecidos y los que aún presentando necesidades 
similares, no pueden satisfacerlas (Santos, M. 1996a) 
Se recrean así en las ciudades dos circuitos que afectan a la fabricación y al consumo 
de bienes y servicios. Para las bebidas gaseosas se puede reconocer un circuito que es 
resultado directo de la modernización de actividades en constante unión con el progreso 
tecnológico y un grupo de población que de él se beneficia, ya sea por la producción o por 
consumo (Santos, M. 1975, 1979). Es el circuito conformado por las grandes compañías 
transnacionales y algunas nacionales asociadas, que elaboran bebidas de primeras marcas, y 
 
66 M. Svampa (2005, p. 11) explica de manera detalla esta transformación: “mientras que los grupos 
pertenecientes a la cúspide de la sociedad aunaron alta rentabilidad económica y confianza de clase (…), una 
gran parte de la sociedad, perteneciente a las clases medias y populares, experimentó una drástica reducción de 
sus oportunidades de vida. Aún así, el proceso no fue de ningún modo, homogéneo, pues si bien es cierto que 
amplias franjas de la clase media experimentaron el empobrecimiento y la caída social, otras se acoplaron con 
mayor éxito al modelo y buscaron afirmar la diferencia por medio del consumo y los nuevos estilos de vida. Por 
último, las clases trabajadoras (…), atravesaron un proceso de descolectivización que arrojó a la situación de 
marginalidad y exclusión a vastos sectores, por vía del trabajo informal y el desempleo”. 
52 
 
por nuevas formas de distribución y consumo, como son los supermercados. Pero junto a este 
circuito superior, existe otro, el inferior, que también es el resultado de la modernización y 
del progreso tecnológico, pero un resultado indirecto. Incluye empresas locales que elaboran 
terceras marcas, una amplia red de pequeños comercios minoristas, como almacenes y 
despensas y el sector de la población que ingresa a este circuito por la producción, la 
distribución o el consumo. Sin embargo, la satisfacción de estos consumidores no es 
completa ya que no se logra acceder a primeras marcas o a productos modernos, cuyo valor 
simbólico añoran. 
2.1.2. El valor simbólico del consumo y los discursos “light” del período 
El consumo, la publicidad y la técnica actual necesitan un discurso que los anteceda con una 
cierta ideología (Santos, M. 2000). Por detrás de ciertos objetos que nos convocan a 
determinadas formas de comportamiento, hay «discursos» relacionados a la «vida saludable», 
el «estar en forma» y el «consumo light», entre otros. Z. Bauman (2000, 2003 a, p. 83) señala 
que, “si la sociedad de productores establece que la salud es el estándar que todos sus 
miembros deben cumplir, la sociedad de consumidores blande ante sus miembros el ideal de 
estar en forma. Los dos términos -“salud” y “estar en forma”- suelen ser usados como 
sinónimos; (…). Sin embargo considerarlos sinónimos es un error (…). La salud y el estar en 
forma pertenecen a dos discursos muy distintos y aluden a dos preocupaciones muy 
diferentes”. 
Estos discursos surgen como formas de totalitarismo que, fundamentados en la ciencia 
y en la técnica, contribuyen para impulsar el consumo de productos considerados saludables 
como por ejemplo las gaseosas dietéticas y el agua saborizada. A fines del año 2002 aparece 
en Argentina la primera agua saborizada marca Ser de la firma Danone. Desde el año 2003, el 
mercado de aguas saborizadas progresa creciendo el consumo en un 41% entre 2005 y 2006. 
A su vez, desde el 2005 las bebidas gaseosas light crecen más que las azucaradas. Se observa 
en todo el sector en general, una permanente innovación en tipos, marcas, sabores, ítems, 
logos y packaging. Como indica Z. Bauman (2000, 2003, p. 47) existe un aumento constante 
de la capacidad de consumo, ya que “no se debe dar descanso a los consumidores. Es 
necesario exponerlos siempre a nuevas tentaciones”. 
El poder de estos discursos actúa con fuerza en todos los eslabones del circuito 
productivo67: producción, distribución, comercialización y consumo. Es central, en las 
 
67 Queremos mencionar el trabajo de C. Cariola y M. Lacabana (1985) sobre los circuitos de acumulación como 
un antecedente imprescindible para cualquier investigación que se ocupe de estudiar circuitos productivos y en 
53 
 
actuales practicas de consumo, tanto el «valor simbólico» del objeto y de los lugares de 
consumo, como el de «la marca». Su obtención supone integrarse a un determinado grupo 
social68, jugando un papel importante la publicidad y los medios de comunicación. Así, A. 
García Ballesteros (1998, p. 52) señala que “los nuevos objetos de consumo comienzan 
siendo exclusivos de los estratos sociales de mayor poder adquisitivo y se convierten en 
objetos de aspiración, en necesidad/obligación, para las clases medias, pues la publicidad se 
encarga de realzar el ejemplo de los que poseen el objeto que se trata de difundir”. 
La publicidad centrada en esos discursos de la vida “sana y light” predominan en las 
bebidas gaseosas y aguas saborizadas, actividades en las que claramente la publicidad como 
acción, circula informando y desinformando, agravándose así, las relaciones de poder entre 
las empresas productoras. 
2.2. NUEVAS RELACIONES CONSTITUTIVAS DEL TERRITORIO ARGENTINO Y SU ÁREA 
CONCENTRADA 
Introducirnos en la historia presente del territorio argentino nos lleva a pensar cómo los 
sistemas de objetos, los sistemas de acciones y las normas que componen el espacio 
geográfico, presentan nuevas relaciones en un contexto de globalización a escala planetaria y 
de neoliberalismo a escala nacional. Las políticas económicas llevada a cabo por el gobierno 
de C. Menem (1989-1995 y 1995-1999) evidenciaron el accionar global69 que impuso el 
discurso de la competitividad neoliberal. 
Resulta central hablar aquí de sistema de normas “porque ellas, como los objetos a los 
cuales regulan, constituyen familias, solidarias internamente pero con vocación de sustituir el 
conjunto de imperativos vigente, en busca de volver más eficiente el uso del territorio y 
homogenizar las razones locales” (Silveira, M. L. 1999, p. 244). Así, el Plan de 
Convertibilidad del año 1991 fue acompañado de cuatro pilares fundamentales: la creciente 
 
especial su impacto regional. Para estos autores los circuitos de acumulación son “una forma de encarar el 
estudio de la dinámica económica y los aspectos sociopolíticos que de ella se derivan que supera el tradicional 
esquema de sectores económicos y relaciones técnicas entre ellos” (Cariola, C. y Lacabana, M. 1985, p. 68). 
Agregan además que “a través del estudio de la acumulación es factible reconocer en los circuitos los elementos 
relevantes para la comprensión del ámbito territorial, pero es preciso entender que éstos son una parte del 
conjunto territorial: no es solamente el estudio de los circuitos, sino la comprensión del funcionamiento global 
del ámbito territorial del cual ellos son una parte sustancial…” (Cariola, C. y Lacabana, M. 1985, p. 69). 
68 N. García Canclini afirma (1995, p. 65) que “los gustos de los sectores hegemónicos tienen esta función de 
“embudo”, desde los cuales se van seleccionando las ofertas externas y suministrando modelos políticos-
culturales para administrar las tensiones entre lo propio y lo ajeno”. 
69 Este gobierno al igual que otros en América Latina desplegó los principios del Consenso de Washington 
(1989) en el que los principales organismos internacionales como el Banco Mundialy el Fondo Monetario 
Internacional, formularon las recomendaciones y lineamientos de las políticas de ajuste estructural y más tarde, 
las financiaron. 
54 
 
desregulación de la economía, la acelerada privatización de empresas públicas productoras de 
bienes y prestadoras de servicios, la profundización del proceso de apertura externa y la 
flexibilización70. 
El régimen regulatorio impuesto por los gobiernos, conocido como desregulación71, 
permitió la actuación sin control de los actores globales. Como indica M. L. Silveira (1999, p. 
244) “presentado como una suerte de flexibilización de las instancias políticas nacionales, ese 
sistema de acciones significa, ciertamente, una neo-regulación que impone una rigidez ajena 
a los Estados-nación”. La desregulación significó el repliegue del Estado en el control y 
participación de los mercados, la aceleración de las privatizaciones, la reforma administrativa 
con la disminución de empleados públicos, la renegociación del pago de intereses de la deuda 
externa, el aumento de la recaudación impositiva, la apertura económica, la flexibilización 
laboral, la renegociación de las mejoras salariales en función del aumento de la 
productividad, la redefinición de las leyes de asociaciones profesionales de trabajadores y 
convenciones colectivas de trabajo, la modificación del sistema de las obras sociales y, como 
punto final, la reforma provisional. 
Entre varias consecuencias, vale puntualizar aquí que esa neo-regulación profundizó 
las desigualdades territoriales existentes en nuestro país y ayudó a consolidar la importancia 
de su área concentrada. De esta manera, “en los hechos, los agentes de mayor poder 
ampliaron sus grados de libertad, al tiempo que numerosos productores perdían sus tierras y 
miles de asalariados rurales y urbanos eran despedidos o suspendidos o, los más afortunados 
flexibilizados. De esta manera se agrava la situación, especialmente del agro extrapampeano” 
(Gejo, O. et. al. 2000, p. 110). 
A su vez, M. L. Silveira (1999) explica que “esa forma de regulación es un 
instrumento fundamental en el proceso de oligopolización de la economía y de re-
jerarquización del territorio en los años 90. (…). Es a partir de la reforma del Estado que las 
firmas hegemónicas pasan a comandar sectores importantes de la economía, como petróleo, 
gas, hidroelectricidad, energía nuclear, telecomunicaciones, informática, transportes aéreos y 
 
70 Se presentará aquí de manera sucinta esas políticas de los años noventa en Argentina ya que han ido 
profundamente estudiadas por diversos especialistas de varias disciplinas: Azpiazu, D. y Nochteff, H. (1994); 
Azpiazu, D. (2002); Basualdo, E. (2000, 2006, 2009); Manzanal, M. (2000); Morina, J. (2003) Morina, J. et. al 
(2005); Neffa, J. (1998); Rofman, A. (2000); Roffman, A. y Romero, L. (1998); Schorr, M. (2204, 2005) Schorr, 
M y Wainner, A (2006) y Silveira, M. L. (1999), entre otros. 
71 En el año 1991, se sanciona el Decreto de Desregulación, el cual comprende una diversidad de aspectos, como 
son: “disolución de los respectivos entes en el caso de ciertos productos agrícolas regionales (con la 
consiguiente supresión de gravámenes específicos), derogación de regulaciones al comercio (interior y exterior) 
de productos agropecuarios tradicionales, eliminación de derechos de exportación y de algunos de los regímenes 
de promoción industrial” (Aspiazu, D. y Nochteff, H. 1994, p. 177). 
 
55 
 
terrestres, rutas y ferrocarriles, siderurgia, finanzas y turismo”. Como también indicó M. 
Manzanal (2000) la desregulación incrementó la concentración económica, porque esta 
«liberalización» de las reglas, está dejada al accionar de quienes tienen el poder económico, 
financiero y productivo sobre el mercado. 
De manera solidaria a la norma anterior, se instala un proceso de privatizaciones de 
las empresas públicas que cobran una presencia dominante en el conjunto de las estrategias 
de ajuste neoliberal72. 
Las principales privatizaciones se llevaron a cabo en las telecomunicaciones, 
aeronavegación, ferrocarriles, carreteras nacionales, puertos, transporte, distribución del gas 
natural y de energía eléctrica, Obras Sanitarias de la Nación, siderurgia, extracción de 
petróleo y elaboración y distribución de sus derivados y petroquímica, de tenencias 
accionarias en empresas industriales, de empresas del área de Defensa y de otros muy 
diversos activos (como el Hipódromo, el mercado de la Hacienda de Liniers, más de 5.000 
inmuebles, etc.). R. Bustos Cara (2002) indica que las privatizaciones entre 1990 y 1996 
significaron un total de 17.804,7 millones de dólares. 
Existieron relaciones de cooperación entre grandes firmas y el Estado, ya que los 
compradores fueron asociaciones entre los grandes grupos económicos locales, empresas 
internacionales relacionadas a estas actividades en el extranjero, y también algunos de los 
principales bancos acreedores. El negocio73 de las privatizaciones provocó el inicio de una 
cuantiosa concentración capitalista y de la extranjerización de la economía del país74. 
Como indica M. L Silveira (1999, p. 261) con las privatizaciones y concesiones “se 
completa la perfección de los sistemas de ingeniería en los lugares no solamente por las 
normas técnicas y organizacionales, sino también en virtud de normas políticas que aseguran, 
en escala del Estado-nación, un cierto uso de los nuevos objetos técnicos”. 
Una vez más las normas afectan diferencialmente al territorio argentino agravando las 
diferencias existentes y beneficiando al área concentrada del país y algunos lugares 
 
72 Esta medida tenía como supuesto objetivo “reducir el déficit fiscal, incentivar el ingreso de capitales que 
permiten superar el atraso tecnológico, reducir el costo de los servicios básicos, y contribuir al fortalecimiento 
del mercado de capitales” (Obschatko, E. et. al. 1993, p. 31-32). 
73 Como indica J. Neffa (1998, p.352) si bien “las nuevas empresas privatizadas funcionaron de manera más 
eficiente en cuanto a la producción de bienes, la modernización de la infraestructura y la calidad en la prestación 
de servicios, el incremento de la productividad aparente del trabajo y la fuerte rentabilidad lograda, no se tradujo 
en una disminución de las tarifas ni en un incremento de los salarios, a pesar de que siguen recibiendo subsidios, 
como es el caso de las empresas ferroviarias”. 
74 Las privatizaciones argentinas les aseguraban a las empresas beneficios desconocidos en negociaciones 
similares en otros países, ya que se trataba de mercados cautivos con altísimas tasas de retorno, garantías 
jurídicas, usufructo de infraestructuras preexistentes, erogaciones estatales y, por ende, disminución para las 
empresas de la carga impositiva necesaria para afrontarlas. 
56 
 
específicos fuera de ese área. Así, M. Manzanal (1999 y 2000) explica detalladamente los 
efectos de las privatizaciones en el interior del país. El ferrocarril tenía una función social 
para las economías extrapampeanas por lo que su desaparición afectó enormemente esas 
regiones especialmente al noroeste argentino. Los peajes en rutas nacionales y provinciales 
llevaron al aumento de los costos de producción y traslado, en especial, para llegar al 
principal mercado de consumo, Buenos Aires. Para muchas ciudades del interior las 
actividades que se privatizaron constituían la única o la principal fuente de ingresos y de 
empleo por lo que una nueva racionalidad y organización, provocó el inmediato desempleo, 
estimándose en un 36% la reducción promedio del personal en todas las empresas 
privatizadas75. R. Bustos Cara (2002, p. 125) señala que “la rapidez del cambio y la 
profundidad con que fue operado sorprendió y desarticuló la estructura territorial anterior sin 
dar posibilidad a un retorno”. 
Otra de las acciones normadas que hicieron queel territorio nacional se incorpore más 
a la economía globalizada fue la apertura comercial, a través de la reducción gradual de los 
aranceles y barreras no arancelarias a la importación, la eliminación de impuestos a las 
exportaciones, y la integración regional en el MERCOSUR. El aumento del flujo exportador 
fue capitalizado por los grandes grupos económicos que disponían de recursos, tecnología e 
información suficientes como para insertarse con rapidez en los nuevos mercados abiertos 
(Rofman, A. 2000). 
La importación irrestricta de bienes tuvo consecuencias negativas sobre la estabilidad 
empresarial y laboral, desarticulándose la producción fabril local y llevando así, a una 
“sustitución inversa”, de manufacturas nacionales por importadas (Schorr, M. 2004). 
M. L. Silveira (2003) explica que, con el fin de propiciar las importaciones aparece 
una nueva forma de neo-regulación fiscal, el régimen de especialización industrial, que 
concretiza en los lugares un acontecer jerárquico; “se trata de un programa de Estado 
mediante el cual las empresas se comprometen a dejar de fabricar algunos productos76 y, al 
mismo tiempo, aumentar la producción de aquellas manufacturas obtenidas con mayor 
eficacia” (Silveira, M. L. 1999, p. 274). 
 
75 Como indica M. Manzanal (1999 y 2000) el caso más emblemático es YPF que redujo la cantidad de 
empleados entre los años 1991 y 1996, de 50.000 a 7.000 personas respectivamente, afectando localidades 
centradas en dicha actividad como sucedió en Salta con Tartagal, General Mosconi y Campamento Vespucio; en 
Neuquén, con Cutral-Có y Plaza Hiuncul; y con las ciudades de la cuenca del Golfo de San Jorge: Comodoro 
Rivadavia, en Chubut y Caleta Olivia, Pico Truncado y Las Heras, en Santa Cruz. 
76 Así, numerosas firmas, en particular las de gran tamaño, abandonaron sus producciones tradicionales para 
volcarse a la armaduría y/o el ensamblaje de piezas importadas, lo que llevó a que prácticamente dejen de ser 
industrias de producción y a la desintegración de la actividad manufacturera local en términos de la producción 
y del trabajo. 
57 
 
El Estado-nación alentaba y favorecía la inversión en los servicios públicos 
privatizados y en las finanzas, y desalentaba la inversión manufacturera. Los circuitos 
espaciales de producción de varios productos, se ven condicionados por la división del 
trabajo interna de las empresas transnacionales que controlan y comandan la organización de 
la producción local. 
Uno de los resultados fue una marcada reducción del segmento de las pequeñas y 
medianas empresas (PYMES) y también de las microindustrias77, presentándose solamente 
algunos emprendimientos exitosos en muy pocas actividades78. Estas empresas no podían 
afrontar las exigencias de adaptarse rápidamente a la nueva realidad y miles de pequeñas y 
medianas unidades productivas quedaron desprotegidas y fueron incapaces de competir. 
La crisis y desaparición de estos pequeños actores afecta profundamente a los lugares 
porque para su actividad la horizontalidad y la contigüidad espacial son centrales, a través del 
trabajo colectivo y solidario. 
Por último, nos detendremos en la flexibilidad laboral como norma organizacional del 
proceso de trabajo que supone cierta capacidad para escoger sus acciones, la que es desigual 
según el poder de decisión de los diferentes actores. M. L. Silveira (2003) considera que la 
rigidez es la cara oculta de la flexibilidad, ya que siendo una forma de fluidez acaba 
imponiendo acciones a los agentes no hegemónicos. Este discurso se impuso primero en las 
empresas y fue volcado luego, a diversos aspectos de la vida. 
La flexibilidad se volvió central en la nueva organización jurídica del trabajo en 
Argentina y se hizo norma en el año 1991 con la Ley de Empleo79 que garantizó el fin de los 
derechos de los trabajadores y la atomización de la capacidad de negociación de la masa de 
trabajadores (Silveira, M. L. 1999). 
Estas normas de organización del trabajo fueron acompañadas por «el silencio del 
sindicalismo argentino» que, había direccionado el trabajo con un papel protagónico en 
décadas anteriores. Estas posibilidades laborales flexibilizadas permitieron durante la década 
 
77 Estas consecuencias se tornan graves cuando se considera que, para el año 1993 las Pymes constituían el 30% 
del total de las plantas industriales, daban cuenta del 46% del empleo, 48% de los asalariados y una baja 
informalidad, además se trata de las firmas con mayor integración vertical (Kosacoff, B. y Ramos, A. 2001). 
78 Cabe recordar que en otros países las Pymes han sido agentes muy exitosos en el desarrollo económico 
nacional: generación de innovación e investigación en Estados Unidos; redes de Pymes organizadas en torno a 
grandes empresas como Toyota en Japón; el crecimiento de Pymes en algunas países del sudeste asiático como 
Taiwán; y el ejemplo más estudiado, el crecimiento y desarrollo de la industria en base a Pymes en Italia 
(Kosacoff, B. y Ramos, A. 2001). 
79 Esta ley introdujo una serie de medidas que “posibilita hacer un uso más flexible de tiempo del trabajo (tanto 
en términos de la duración de la jornada, de los días de la semana a trabajar, como de la forma y momento de 
otorgar las vacaciones), la introducción del “período de prueba”, la disminución del costo de despido para las 
pequeñas y medianas empresas, la reducción de los aportes patronales a la seguridad social y la modificación de 
las normas sobre accidentes y enfermedades laborales” (Beccaria, L. 2001, p. 211). 
58 
 
de los noventa el nacimiento y mantenimiento de una gran cantidad de empresas medianas y 
pequeñas que producían bebidas gaseosas económicas, cuestión que será explicitada a lo 
largo de esta tesis. 
Las consecuencias desde el punto de vista social son altamente costosas pudiendo 
resumirse en tres: el explosivo crecimiento del desempleo y el subempleo estructural; la 
tendencia cada vez más desalentadora en las condiciones de vida de la población y una 
distribución del ingreso con un perfil de creciente regresividad. 
Es posible observar en la Argentina de los años recientes aquello mencionado por C. 
Hamilton (2006, p. 25), como una especie de obsesión por el crecimiento, la cual se convierte 
en un “fetiche”, es decir, “un objeto sin vida venerado por sus aparentes poderes mágicos”. 
Los costos económicos y sociales, dados por epidemias de desempleo, trabajo excesivo e 
inseguridad, en la búsqueda de lograr mayores ingresos, son las bases del proyecto de 
crecimiento neoliberal que claramente ha fracasado y sus resultados han sido altamente 
desalentadores (Hamilton, C. 2006). 
2.2.1. Neoliberalismo y uso desigual del territorio en la actividad industrial 
La organización espacial de la industria argentina de los noventa es resultado tanto de la 
división territorial del trabajo anterior, de la etapa de sustitución de importaciones, como de 
la nueva división del trabajo bajo las políticas neoliberales. 
La producción histórica desigual del espacio nacional, con una primordial área 
concentrada del país y algunos puntos secundarios discontinuos en el territorio, se mantiene 
en los noventa80. En las jurisdicciones que conforman dicha área se localizaban el 75% de las 
empresas grandes81 del circuito superior de la economía urbana, distribuidas en un 44% en el 
Conurbano y Capital Federal y en un 31% en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y 
Córdoba. Pero también en ese área es denso el circuito inferior de la economía urbana 
conformado por el 83% de la PYMES, repartidas mayoritariamente en el Conurbano y 
Capital Federal (60%) (Ambrosio, F. 1999). 
La difusión de las inversiones es selectiva y específica, convirtiéndose el espacio en 
una condición y también en un resultado de las decisiones de inversión. Si bien continúa80 Para un mayor detalle de esta información en el territorio argentino pueden observarse en el Anexo el mapa I 
p. 272 y el mapa II p. 273. 
81 Ambrosio, F. (1999. p. 29) presenta la siguiente clasificación: 1. Grandes Empresas: aquellas empresas que 
emplean más de 200 ocupados y su VBP es mayor a $15 millones.2. PyMEs: aquellas empresas que ocupan 
entre 5 y 200 ocupados y su VBP se encuentra entre $500.000 y $ 15 millones. 3. No se consideran las 
microempresas (aquellas empresas que emplean hasta 5 ocupados) y que sólo representan en su totalidad el 5% 
de la producción industrial nacional. 
59 
 
siendo la región concentrada la que recibió las mayores inversiones, con un 84% del total del 
país en el período 1990-2001, es la denominada región patagónica82 la que más modifica su 
participación en el total nacional, triplicando su porcentaje de representatividad entre los años 
considerados (Ambrosio, F. 1999). 
En el área concentrada del país se encuentran los valores más altos de inversión en la 
industria pero también los mayores impactos de la desindustrialización nacional al ser el sub-
espacio que históricamente concentró dicha producción y vio disminuir, a casi la mitad, las 
inversiones al finalizar la década de 1990. 
2.2.2. Concentración, centralización y transnacionalización de la economía argentina y 
del circuito espacial de producción de bebidas 
A fines de 1990, la desindustrialización, transnacionalización y concentración del capital, 
resultan ser los procesos característicos de las actividades industriales que le imprimen un 
sello particular al circuito espacial de alimentos y bebidas. 
Un conjunto reducido de industrias nacionales y extranjeras, alrededor de cien, 
concentran el 50% de la producción total (Schorr, M. 2005). Además, muchas de esas firmas 
controlan empresas de servicios públicos privatizados y financieros. 
Como indica M. Santos (1996 a, p. 36) “el Estado prepara las condiciones para que 
estas grandes empresas se apropien de la plusvalía social local, que envían al exterior o 
utilizan para incrementar sus activos y aumentar, así, sus posibilidades de ampliar la propia 
plusvalía”. Las normas neo-regulacionistas y la apertura comercial permitieron el aumento de 
las exportaciones por parte de estos actores hegemónicos y la ampliación del consumo de los 
grupos sociales más ricos. El Estado posibilitó que las ventas de las principales empresas 
crecieran por encima de los niveles de producción industrial general y actuaran con cierta 
autonomía respecto a las crisis cíclicas del modelo de acumulación, en particular las de los 
años 1995 y 1998 (Schorr, M. 2004). 
La concentración del capital fue acompañada de la extranjerización del liderazgo 
empresarial argentino83, compuesto tanto por empresas transnacionales como por 
 
82 Las inversiones en la región patagónica evidencian la nueva división territorial del trabajo centrada en la 
estructura espacial de recursos naturales, observándose un fuerte crecimiento entre los dos subperíodos, con una 
alta concentración en la provincia de Neuquén que reúne el 60% de las inversiones de la región, siendo 
importante también el crecimiento de las provincias de Río Negro y Chubut, en toda la década de 1990. 
83 Cabe señalar que desaparecen las grandes empresas estatales de la producción que habían sido muy fuertes en 
la etapa anterior y disminuyen la proporción de empresas independientes y conglomerados de origen nacional. 
60 
 
conglomerados económicos extranjeros84, verdaderas verticalidades territoriales que poseen 
una racionalidad superior y un discurso pragmático (Santos, M. 1996, 2000). Las decisiones 
internas son tomadas desde el exterior respondiendo a lógicas globales ajenas al lugar y con 
claras intenciones rentistas y especulativas85. 
En la producción de alimentos y bebidas actúan grandes empresas oligopólicas 
nacionales y extranjeras: grupos económicos nacionales como Arcor, Molinos Río de La 
Plata y Mastellone Hermanos; conglomerados extranjeros, como Sistema Coca-Cola, La Plata 
Cereal y Cervecería Quilmes; empresas transnacionales, como Nestlé, Refinerías de Maíz y 
Swift Armour; empresas locales independientes, como Milkaut y San Sebastián, y 
asociaciones (entre grupos económicos locales e inversores extranjeros; denominada, joint 
venture
86, como Bodegas Peñaflor y Oleaginosa Oeste (Schorr, M. 2004). Las inversiones en 
la industria alimentaria alcanzaron 9.000 millones de dólares entre 1993 y 1998, de las cuales 
aproximadamente el 60% fueron realizadas por capital extranjero, especialmente de origen 
europeo. Compraron empresas nacionales con trayectoria, elaboradoras de alimentos y 
bebidas de marcas con una amplia aceptación en el mercado interno, siendo en los primeros 
años de los noventa las cervezas, aves, chocolates, gaseosas y panadería, los rubros de mayor 
inversión, y luego, aceites vegetales, lácteos y procesamiento de pescado. El 69% de las 
inversiones se concentraron en aceites, lácteos, galletitas y bizcochos, cervezas y gaseosas 
(Bruzone, A. SAGPyA, 1999). 
El sector de alimentos y bebidas orienta el 57% de sus inversiones totales a la apertura 
de nuevas plantas y a la ampliación y modernización de las existentes; el 32% a las compras 
de empresas y el 11% a las asociaciones de tipo joint venture (Bruzone, A. SAGPyA, 1999). 
Ésta ha sido una forma de ingreso al mercado nacional de varias empresas extranjeras que se 
asociaron con importantes y reconocidas empresas argentinas, como Nestlé Aguas con 
Quilmes para producir y distribuir aguas, y Danone con Mastellone para desarrollar 
productos lácteos frescos y aguas saborizadas (toda la línea Ser) y con Peñaflor, para vender 
el agua Villa del Sur. 
 
84 Las empresas transnacionales circunscriben su ámbito operativo a un único sector, mientras que las los 
conglomerados económicos integran complejos empresarios conformados por una gran cantidad de firmas que 
operan en muy diversas actividades económicas (no sólo manufactureras) (Schorr, M. 2004). 
85 Así “según estimaciones oficiales, entre 1990 y 2000 ingresaron 78 mil millones de dólares de inversión 
extranjera directa, por lo cual el acervo de capital extranjero creció a tasas anuales superiores al 20 por ciento y 
superó los 80 mil millones en 2000” (Kulfas, M, et. al. 2002). 
86 Esta última forma de organización empresaria resulta ser beneficiosa para ambos tipos de empresas ya que 
“los grupos económicos no pueden excluir a los distintos tipos de capital extranjero porque no tienen capacidad 
económica ni financiera, ni incluso técnica para hacerlo. Sin embargo, y a pesar de esas ventajas, los capitales 
extranjeros tampoco pueden obviar la presencia de los grupos económicos, por el conocimiento del medio local 
y, por su capacidad para influir en las políticas estatales” (Basualdo, E. 2000, p. 83). 
61 
 
Este proceso de concentración, centralización y transnacionalización de la economía 
se verá profundizado a partir del fin de la Convertibilidad y en particular como resultado de la 
crisis de los años 2001-2002. 
2.2.3. La producción de bebidas en la década de los noventa, nuevas formas técnicas y 
organizacionales en el territorio 
La industria de alimentos y bebidas ha sido una de las actividades que más creció, como 
resultado de la estabilidad y apertura de la economía y de las ventas en supermercados. 
Además, comienzan en la década de 1990 las tendencias al consumo de bebidas más 
naturales como aguas, jugos, gaseosas light, con la aparición de nuevos objetos técnicos y de 
nuevas bebidas a partir del año 2003. 
Algunos datos oficiales (Bruzone, A. SAGPyA. 1999) muestran que, entre 1993 y 
1998, el valor de la producción de alimentos y bebidas creció un 19%, con una importante y 
creciente participación de las exportaciones agroalimentarias: 51,4% en ese quinquenio de 
años.Junto al crecimiento de la producción y del consumo se da una importante 
diferenciación y segmentación, debido a la aparición masiva de una diversidad de marcas 
para algunos productos. Éstas son denominadas corrientemente terceras marcas, siendo 
productos más baratos que no centran su competitividad en la publicidad que incluso pueden 
no realizar. Su diferenciación se centra en su bajo precio logrando atraer una amplia 
proporción del mercado, de hasta el 45% en el rubro alimentos para 1998. La aparición de 
pequeñas y medianas empresas productoras de estas marcas y una gran cantidad de población 
asociada por el trabajo y por el consumo, forman parte de un circuito superior marginal y un 
circuito inferior de la economía. 
Muchos productos de primeras marcas87 perdieron parte de su tradicional mercado por 
la aparición de bebidas de esas marcas más económicas, ya que su precio representó el 63% 
del de las primeras marcas y, para el caso de las marcas propias88 de los supermercados, esta 
proporción fue del 75%. Los productos de marcas propias de supermercados son más caros 
respecto a las terceras marcas, debido a que el nombre del supermercado tiene el valor 
simbólico de una marca. En las bebidas, en particular gaseosas, las terceras marcas crecieron 
 
87 Las primeras marcas corresponden a las fabricadas por las empresas líderes del circuito superior, firmas que 
también fabrican productos de segundas marcas, es decir, de menor calidad y precio. 
88 Corresponden a las marcas de supermercados o grandes mayoristas que surgieron por el enorme poder de 
negociación que poseen esas empresas. Se denominan marcas propias en oposición al término marcas privadas, 
es decir, a las de fabricantes tradicionales de alimentos y bebidas. 
62 
 
incorporando al mercado, nuevos grupos de consumo, pero también a expensas de las marcas 
hegemónicas (Datos de AcNielsen publicados en Romero, J. Revista Veintidos, 13/01/2000). 
Como se observa en el Gráfico 1, para el año 1998, la producción nacional de bebidas 
superó los 10.600 millones de litros, con una facturación cercana a los $9.000 millones 
(Bruzone, A. SAGPyA, 1999). Al interior de la producción de bebidas, existe una mayor 
producción de bebidas sin alcohol, con un 68% entre soda, gaseosas y jugos, en ese orden de 
importancia. 
GRÁFICO 1: PRODUCCIÓN ARGENTINA DE BEBIDAS. 1998. 
 
Fuente: elaboración propia en base a Bruzone, A. SAGPyA. 1999. 
Para 1998 la facturación de bebidas sin alcohol supera los $ 5.700 millones 
excediendo en un 43% a las de los productos alcohólicos. Las bebidas gaseosas fueron las 
que más vendieron dentro del total de bebidas, con un monto de $3200 millones para 1998 
(aunque su crecimiento en volumen es menor al correspondiente al rubro aguas), seguido en 
segundo lugar por los vinos, con $ 2000 millones (Bruzzone, A. SAGPyA, 1999). 
Se observa en la Tabla 4 el crecimiento sostenido en el consumo de aguas, (aunque 
aún con valores bajos), de las gaseosas y de los jugos frutales, y la caída en el consumo de 
soda, aunque sigue siendo la bebida sin alcohol más consumida. 
TABLA 4: CONSUMO DE BEBIDAS NO ALCOHÓLICAS (EN MILLONES DE LITROS) 
 
Fuente: elaboración propia en base a Bruzone, A. 1999. 
63 
 
El crecimiento de las aguas minerales, naturales y mineralizadas artificialmente está 
relacionado a los discursos de consumo más sano, impuestos especialmente por las empresas 
hegemónicas del sector que, en general, adquirieron alguna empresa ya existente en dicha 
actividad e incorporaron a sus líneas de producción, la elaboración de aguas minerales y 
mineralizadas. 
Si bien la soda es la bebida sin alcohol que más se produce (29%), la más consumida 
en el país con 3.250 millones de litros, y la tercera en facturación con $1500 millones, 
presenta un marcado descenso que puede explicarse por varios factores: el reemplazo por 
otras bebidas del sector en especial, las aguas no gasificadas y gasificadas89 y las gaseosas; el 
aumento en el consumo de bebidas gaseosas de terceras marcas (que reemplazan el 
tradicional jugo con soda); la caída en el consumo del vino de mesa, principal complemento 
de la soda; y, la alta atomización de la oferta de soda, dada por más de 2.200 fabricantes y el 
sistema de venta puerta a puerta, que permiten que el mercado de la soda se mantenga. 
M. Santos (1985, 1992, p. 12) explica que, “en cada época los elementos o variables 
son portadores (o son conducidos) por una tecnología específica y una cierta combinación de 
componentes de capital y de trabajo. Las técnicas son también variables, porque ellas 
cambian a través del tiempo”. Como se detallará más adelante, las innovaciones técnicas 
relacionadas a la aparición de los envases tipo PET (polietilen-tereftalato) produjeron una 
nueva organización del circuito espacial de producción de bebidas gaseosas, relacionadas a la 
aparición de un conjunto de normas que van a regir las relaciones de producción. 
2.2.3.1. El poder de las firmas globales en el lugar: bebidas gaseosas en Mar del Plata 
Los procesos económicos y espaciales como desindustrialización y concentración del capital 
se han hecho presentes en Mar del Plata de manera rotunda. Según los datos del Censo 
Económico de 1994 (INDEC) la rama industrial alimentos y bebidas era la principal, con una 
participación del 46,7% en el producto bruto industrial, correspondiendo el 24, 6% del mismo 
a la rama alimenticia no pesquera90 (Gennero de Rearte, A. y Ferraro, C. 2002). La 
elaboración de bebidas gaseosas representaba el 18,2% del valor bruto de la producción 
alimenticia y de bebidas (excluida la pesca), sólo superada en porcentaje de producción por 
los productos de panadería con un 22 % (excluidas galletitas e incluidos alfajores). 
 
89 Los datos de la SAGPyA (Bruzone, A. 1999), demuestran que del total de agua mineral, el 76% de las ventas 
totales corresponde a las aguas no gasificadas y el 24% a las gasificadas. 
90 Contribuye además con el 21,3% del empleo industrial y con prácticamente el 5% del total de puestos de 
trabajo (Gennero de Rearte, A. y Ferraro, C. 2002). 
64 
 
Mar del Plata participaba de la división territorial del trabajo de empresas globales 
de bebidas gaseosas, con dos embotelladoras, Refrescos del Sur para Coca-Cola y Sierras del 
Mar para Pepsi-Cola. Pero el proceso de concentración empresarial y espacial en 
megaembotelladoras como consecuencia, especialmente, de cambios técnicos provocó el 
cierre de la licenciataria de Coca-Cola en 1995 y de Pepsi-Cola en 1996. 
La firma marplatense Sierras del Mar S.A. era una embotelladora de aguas gaseosas 
que formaba parte desde el año 1964 de la división territorial del trabajo de Pepsi-Cola, 
participando en la zona centro-este de la provincia de Buenos Aires. Debido a la política de 
reestructuración regional impulsada por esa firma transnacional, la empresa marplatense 
vivió algunos cambios en los años subsiguientes. Así, en 1990 adquirió las embotelladoras y 
sus respectivas licencias para comercializar en un mercado más amplio que incluía Bahía 
Blanca y Trelew y en 1991 instalan una línea para el lavado y llenado de envases retornables, 
poniendo en marcha además un proyecto para extraer y envasar agua mineral. 
Sin embargo, las políticas de reorganización productiva y espacial de la firma global 
repercutieron en la planta de Mar del Plata cuando en 1993 fue comprada por la principal 
embotelladora de Pepsi-Cola en Argentina, BAESA91 (Buenos Aires Embotelladora Sociedad 
Anónima). Esa empresa formaba parte de una división territorial del trabajo transnacional ya 
que si bien producía y comercializaba para el centro y sur del país estaba muy bien 
posicionada dentro del Mercosur92. 
Pero una vez más las políticas de las empresas determinan y condicionan a los 
lugares, ya que en 1995 BAESA reestructura sus operacionesen el Mercosur y, a partir de 
1996, decide dejar de embotellar en Mar del Plata, concentrando la producción en una planta 
del Gran Buenos Aires. Mar del Plata pasó de ser centro de producción a centro de 
distribución. 
La otra empresa marplatense, Refescos del Sur, produjo hasta 1995 la línea Coca-
Cola en Mar del Plata hasta 1995, cuando se convirtió en distribuidora independiente de 
Coca-Cola denominada BASA (Bebidas Atlánticas, S.A) y pasó a distribuir estas bebidas en 
Mar del Plata, Miramar y otras ciudades de la costa atlántica. En 1999, fue adquirida por 
 
91 Este grupo realizó importantes inversiones en la planta de Mar del Plata, con el fin de adaptarla a las nuevas 
restricciones técnicas del envasado no retornable y a la necesidad de diversificar la producción incorporando el 
envasado de agua mineral, en importante crecimiento de ventas durante estos años. 
92 BAESA poseía la licencia para Brasil, Chile y Uruguay; manejaba 12 plantas de embotellamiento, tenía 
15000 empleados y controlaba un sistema de distribución masivo que alcanza 700.000 bocas de expendio en el 
Cono Sur (Gennero de Rearte, A y Ferraro, C. 2002). 
 
65 
 
Reginald Lee, una embotelladora argentina de Coca-Cola que, durante esos años, compró 
varias distribuidoras todas ex embotelladoras, como en Lobos y La Plata. 
La situación de esas dos empresas es una evidencia la acción del acontecer 
jerárquico (Santos, M. 1996a, p. 126) en los lugares que, “involucra una cotidianeidad 
impuesta desde fuera, comandada por una información privilegiada, una información que es 
secreto y que es poder”. Aquí dominan las fuerzas centrífugas y priman las normas políticas y 
de las empresas. Así, Mar del Plata dejó de participar del circuito superior de la producción 
de bebidas gaseosas, pero quedaron allí, resabios de una importante organización del trabajo 
material e inmaterial, que será central para explicar la existencia de las actuales empresas 
productoras de gaseosas pertenecientes al circuito superior marginal y al circuito inferior. 
2.3. CRISIS POLÍTICO-ECONÓMICA, INCIPIENTE REINDUSTRIALIZACIÓN, 
HIPERCONCENTRACIÓN Y CENTRALIZACIÓN DEL CAPITAL: ARGENTINA POST-
CONVERTIBILIDAD 
Desde fines de la década de los noventa la economía argentina presentaba signos de 
agotamiento del patrón de acumulación sustentado en la valorización financiera presente 
desde 1976, dando lugar a una dependencia extrema de Argentina con un endeudamiento 
externo insostenible. El nuevo gobierno de la Alianza en 1999 dio continuidad a las políticas 
neoliberales. Como indica O. Morina (2003) se profundizó uno de los regímenes tributarios 
más injustos y regresivos del planeta ya que se avaló y amplió el remate del patrimonio 
nacional practicado en años previos. Se presentó y aprobó una nueva reforma laboral, 
aplaudida por las grandes empresas y repudiada por los trabajadores, además, se redujeron los 
salarios estatales. Se mantuvo la reducción de los aportes patronales de bancos, 
hipermercados y empresas privatizadas y se siguió subsidiando a concesionarios de peajes, 
ferrocarriles y operadores fluviales, entre otras medidas. 
La violenta salida devaluacionista (Gobierno de E. Duhalde) de la Convertibilidad 
produjo una crisis de extraordinaria intensidad en el 2002, con gravísimas perturbaciones 
financieras y cesación de pagos sobre parte de la deuda pública 
De esta manera, se sucedieron una serie de eventos, siendo destacable el denominado 
«corralito»93 que evitó la caída masiva de un sistema financiero que era incapaz de devolver 
 
93 Se denominó corralito a la restricción a la extracción de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y 
cajas de ahorro impuesta por el gobierno de F. de la Rúa en el mes de diciembre de 2001.Cabe recordar que los 
mayores capitales nacionales y extranjeros del país, ya habían retirado sus depósitos en dólares o los habían 
transferido a bancos del extranjero. 
66 
 
todos sus depósitos y, menos aún, en moneda extranjera y que llevó a la posterior 
pesificación de los depósitos en dólares, produciéndose una de las crisis económica, política y 
social más profundas de Argentina 
Sin embargo, aunque la devaluación pareció haber cambiado de raíz la economía 
argentina es evidente que su estructura no se modificó sustancialmente ya que, “el nuevo 
sistema no modificó ningún aspecto esencial del orden imperante desde hace más de 
veinticinco años, como lo demuestra la distribución de beneficios entre los grupos 
económicos locales y extranjeros, las alianzas tejidas para administrar el cambio y, 
finalmente, pero no menos importante, el alineamiento externo del gobierno interino” 
(Sevares, J. 2002, p. 6). 
La evolución del sector externo fue el motor inicial que puso en marcha la 
reactivación económica de la post-convertibilidad (2003), por dos modificaciones sustantivas: 
la renegociación de una parte de la deuda externa pública y, especialmente, el substancial 
incremento del saldo de la balanza comercial94 sustentado en las ventas de productos 
primarios con ventajas comparativas naturales (energéticos, minería y productos 
agropecuarios). 
Pero la «salida exportadora» fue controlada por una «elite exportadora»95, que 
acompañó y avaló al gobierno interino. Fueron los mismos actores que en los años noventa 
lograron estos beneficios: los grandes grupos económicos de capital nacional y las grandes 
firmas de capital extranjero, que controlan la actividad fabril y, la agricultura, extracción 
petrolera y derivados de la minería96. 
Este nuevo contexto político y económico permitiría, junto al aumento de las 
exportaciones, un proceso de sustitución de bienes importados por la producción local, que se 
ha denominado “modelo nacional-industrial”97 (Schorr, M. 2005). 
 
94 O. Morina (2003) señala que en los primeros ocho meses del 2002, la balanza comercial arrojó un superávit 
de 13.826 millones de dólares, contra los 4.484 para igual período de 2001. 
95 Se trata de las cien empresas de mayor volumen anual de exportaciones. En los años de referencia estas 
compañías representaban menos del 1% de las firmas del país que realizaron ventas al exterior. 
96 “Dentro del selecto grupo de las veinticinco primeras del panel correspondiente al 2003 quedan incluidas once 
compañías oligopólicas del sector agropecuario y/o de la producción agroindustrial (Cargill, Bunge Argentina, 
Molinos Río de la Plata, Louis Dreyfus, Aceitera General Deheza, Vicentín, Nidera, La Plata Cereal, A.C. 
Toepfer, ADM Argentina y Asociación de Cooperativas Argentinas), siete que operan en la actividad petrolera y 
en la minería (Repsol, Petrobrás, Minera Alumbrera, Chevron San Jorge, Pan American Energy, Vintage Oil 
Petroleum y Refinería del Norte), tres ligadas con la industria siderúrgica (Siderca, Siderar y Aluar), dos 
automotrices (Volkswagen y Ford) y otras dos que se desenvuelven en el complejo químico-petroquímico (Dow 
y Compañía Mega)” (Schorr, M y Wainer, A. 2006, p. 4). 
97 Al respecto E Basualdo (2009, p. 357) señala muy claramente: “si bien el proceso actual comparte con la 
segunda etapa de sustitución de importaciones (1958-1975) el protagonismo industrial, es antagónico con la 
misma en la composición de la demanda porque durante la sustitución de importaciones el consumo de los 
asalariados asumía un protagonismo decisivo que hoy está ausente”. 
67 
 
Ahora bien, junto a la prosperidad de los capitales volcados a las exportaciones, se 
desplomó la economía popular con altos porcentajes de personas desempleadas y 
subempleadas (23% y 22% respectivamente para octubre de 2002 según lo relevado por la 
Encuesta Permanente de Hogares). La pobreza también creció y abarcó al 45,7% de los 
hogares y al 57,5% de las personas en el total de 31 aglomerados urbanos relevados98 (Datos 
del INDEC,2002, publicados en Morina, O. 2003). 
A partir del año 2003, bajo la presidencia de N. Kirchner, se observa una recuperación 
de la economía general, con una tasa acumulativa anual promedio de 8,2% entre 2002 y 2006 
y un crecimiento de esa tasa industrial del 39,5% entre 2002 y 2005, ganando participación 
en el PBI nacional (Kosacoff, B. 2007). 
El Estado-nación argentino logró recuperar sus ingresos a través de un control del 
sistema impositivo, generando un superávit primario superior al PBI que le permitió efectuar 
una propuesta de reestructuración del pago de la deuda externa y hasta el cancelamiento en 
un sólo pago, a principios de 2006, de la deuda mantenida con el FMI (Kosacoff, B. 2007). 
En la etapa 2002-2007 se recompuso el salario real promedio y la ocupación, ya que la 
reactivación de la producción industrial y de la construcción descendieron la desocupación 
(hacia fines del 2007 se ubica alrededor del 8% de la PEA), con importantes diferencias entre 
las ciudades (Basualdo, E. 2009). Hubo además, una recomposición salarial más acelerada en 
términos de los ingresos de los trabajadores no registrados que los registrados, lo cual implicó 
que en el 2007 la ocupación sea un 16% más elevada que en 2001, y que el salario real sea 
prácticamente igual al que regía en ese mismo año99. 
Sin embargo, “cuando estas transformaciones en el mercado de trabajo se traducen, 
sobre la base de las mismas estadísticas, en términos de la distribución del ingreso se constata 
una situación sorprendente, ya que su participación en el valor agregado (en la distribución 
del ingreso) es menor porque el PBI creció más que la masa salarial” (Basualdo, E. 2009, p. 
360). De esta manera, una vez más, es el gran capital en su conjunto quien sale favorecido, ya 
que se apropió de una porción mayor del valor agregado generado anualmente. 
 
98 La indigencia alcanzó al 19,5% de los hogares y al 27,5% de las personas. Estos resultados incluyen la 
percepción de ingresos por el Plan Jefas y Jjefes de Hogar. Sin ellos los valores serían más elevados, sobre todo 
en los hogares y personas indigentes (Datos del INDEC, 2002, publicados en Morina, O. 2003). 
99 Esta recomposición del trabajo es resultado de la acción del Estado-nación que tomo medidas referidas al 
aumento del salario mínimo, vital y móvil, la incorporación de los aumentos de salario de suma fija al salario 
básico, el impulso para que se retomaran las negociaciones colectivas de trabajo, la derogación de la 
denominada “Ley Banelco” a través de la Ley 25877 de 2004, que intenta reordenar el mercado laboral, el 
aumento de las jubilaciones mínimas, etc. 
68 
 
Esta fase productiva ascendente sigue estando asentada en las producciones con 
ventajas comparativas «naturales» y muchas veces desarticulada del total del conjunto 
productivo local y de las demás fases del circuito productivo, por encontrarse controlado por 
firmas de capitales extranjeras en la industria, comercio y servicios. 
El crecimiento económico y la regresividad en la distribución del ingreso se han dado 
junto a una mayor y acentuada concentración económica y centralización del capital: entre 
1995 y 2001, las ventas de las grandes firmas100 representan en promedio el 34,2 % del PBI, 
generando el 14,3% del valor agregado; entre 2001 y 2005, las ventas de esas empresas, 
pasan a representar el 49,7% del PBI y generan alrededor del 20,9% del valor agregado 
(Basualdo, E. 2009). 
2.3.1. Verticalidades y uso racional del espacio: nuevas formas técnicas y 
organizacionales 
El mercado de las bebidas gaseosas está dominado por empresas hegemónicas con productos 
de alto valor, por lo cual históricamente el consumo de gaseosas estuvo directamente 
vinculado con el poder adquisitivo de los consumidores. Sin embargo, a partir de la 
diversificación de embotelladoras pequeñas de alcance regional y algunas de importancia 
nacional, existen en el mercado bebidas de terceras marcas más económicas, creando otros 
circuitos de la economía. Junto al circuito superior característico de estas bebidas y dominado 
por las marcas hegemónicas, se va constituyendo un circuito superior marginal cuya escala 
espacial de acción es regional, y un circuito inferior de la economía, en el que la proximidad 
y co-presencia permiten su existencia. 
Estos circuitos, claramente existentes y delimitados durante la década de los noventa, 
son atravesados por la crisis económica, política y social, durante los años 2001 y 2002. Se 
produjo una disminución del consumo de esas bebidas por parte una sociedad cada vez más 
empobrecida, lo cual también llevó a cambios organizacionales y espaciales, en especial por 
parte de las grandes empresas de gaseosas. 
Durante el año 2002, se observó una disminución cercana al 16% en los volúmenes de 
venta y una baja en la elaboración, con un volumen cercano a 2.000 millones de litros (había 
sido de alrededor de 2600 millones de litros en los años 2000 y 2001) (datos de Franco, 
Daniel. SAGPyA 2003). A partir del año 2003 y con el crecimiento de la economía, la 
 
100 Representada por las 200 firmas de mayor facturación. 
69 
 
producción y el consumo de bebidas gaseosas volvió a crecer pero se han presentado 
importantes cambios. 
La devaluación aplicada en el 2002 produjo un importante encarecimiento en el costo 
del material de los envases PET, ya que la materia prima del envase (el grumo) cotiza en 
dólares, llegando hasta triplicarse su valor. Esto afectó a todas las empresas productoras de 
bebidas gaseosas, pero con diferencias sustanciales entre las acciones llevadas a cabo por las 
grandes y pequeñas empresas. 
Pero el cambio más notable para las bebidas sin alcohol y las gaseosas es la aparición 
de un nuevo producto en el año 2003, el agua saborizada, creado por la multinacional 
francesa, Danone para ser producida y consumida en Argentina. 
Dentro del mercado de aguas, para el año 2004, las aguas minerales sin gas (51,5%) 
ocupan el primer lugar con un 51,5% seguido de las aguas minerales con gas en un 29,5% y 
las aguas saborizadas en tercer lugar con 19%. Las dos primeras aguas decrecieron en su 
participación respecto al año 2003, siendo el agua saborizada la que más creció. Este 
producto surge como una manera de aumentar en el país el consumo de agua mineral, en este 
caso saborizada, cuyos montos no son tan altos como en otros países del mundo. Además, la 
empresa Danone y, más tarde Nestlé, introducen con este nuevo producto una fuerte 
competencia a las grandes empresas de gaseosas, bajo un contexto de discursos centrados en 
la vida sana y light. 
La producción de agua saborizada está controlada entonces por estas dos empresas 
transnacionales, que en realidad controlan el mercado de aguas del país, Aguas Danone de 
Argentina S.A. (53% del mercado) y Nestlé Waters (30%). La multinacional Danone es 
propietaria de las marcas Villavicencio, Villa del Sur (adquiridas en 1999) y Ser. 
De la asociación (joint venture) entre Quilmes Argentina (49%) y Nestle Watters 
(51%), se crea la empresa Eco de los Andes S.A. que es propietaria de las aguas, Eco de los 
Andes, Nestlé Pureza Vital y Glaciar. 
El explosivo crecimiento en el consumo de aguas saborizadas es resultado de un 
cambio de hábitos de consumidores de gaseosas, de consumidores de aguas minerales y de 
nuevos compradores que no consumían las bebidas mencionadas. De esta manera, las 
empresas de diferentes tamaños como Coca-Cola, Pepsi-Cola, Pritty, y PRODEA, entre otras 
productoras de bebidas gaseosas, comienzan a producir aguas y aguas saborizadas. Para las 
empresas más pequeñas que nacieron elaborando gaseosas económicas, no siempre ha sido 
posible embotellar aguas saborizadas. 
70 
 
2.3.1.1 Producción de preformas y especialización espacial: Área Aduanera Especial de 
Tierra del Fuego (AAEdTF) 
Dentrodel circuito espacial de producción de las bebidas gaseosas, la fabricación de los 
envases, es decir la botella PET y la tapa, tiene un lugar central que permitió cambios 
técnicos y organizacionales decisivos en dicho circuito. 
Para el año 2003, las empresas productoras de preformas PET en Argentina eran 25, 
de las cuales 8 producían para autoconsumo y 17 vendían su producción en el mercado 
(Ministerio de Economía y Producción, 10/11/2003). Entre las primeras, se encuentran 
grandes empresas del sector aunque como puede observarse en la Tabla 5, no todas las 
grandes embotelladoras producen sus propias preformas. 
TABLA 5: EMPRESAS PRODUCTORAS DE PREFORMAS PET, 2002. 
Empresa 
Millones de 
unidades 
Participación 
% 
Vinisa 636 14,4 
Cipet 600 13,6 
Amcor 540 12,2 
Alusud 300 6,8 
Molinos 300 6,8 
Baplast 280 6,3 
Syphon 250 5,7 
Aguas Danone 210 4,8 
Alpla 180 4,1 
Prodea 160 3,6 
Aceitera G. Deheza 120 2,7 
Marph 120 2,7 
Nidera 90 2,0 
ACNUR 60 1,4 
Valvulas Fadeva 60 1,4 
Peñaflor 60 1,4 
Pritty 60 1,4 
Eco de los Andes 60 1,4 
Emb. Comahue 60 1,4 
Lgomin 60 1,4 
Corplast 60 1,4 
Carmaq 60 1,4 
Altec 40 0,9 
Oropel 30 0,7 
Tucumán Pet 20 0,5 
Total Preformas de PET 4416 100,0 
 
Fuente: elaboración propia en base a Ministerio de Economía y Producción, 10/11/2003. 
71 
 
Ahora bien, la fabricación de PET se encuentra concentrada económicamente y 
espacialmente, ya que en el año 2003, la empresa australiana AMCOR (AMCOR LIMITED y 
AMCOR PET PACKAGING DE ARGENTINA S.A.) compró la empresa ALUSUD101, que 
estaba localizada en Tigre y que cesaría su actuación en el negocio PET, y la firma VINISA 
FUEGUINA S.A., que estaba controlada por ALUSUD. Así, desde ese año, AMCOR 
concentró el 33,3% de la capacidad de producción local de preformas PET o el 42,7%, si se 
tiene en cuenta sólo la capacidad instalada de las empresas que venden su producción de 
preformas PET a terceros. 
Esta empresa se localiza en Tierra del Fuego, formando parte del régimen de Área 
Aduanera Especial, por lo cual cuenta con la posibilidad de adquirir la resina PET, libre de 
aranceles aduaneros, luego procesarla en forma de preformas PET para venderlas libremente 
en el país. Mientras tanto, el resto de las empresas que se localizan en el interior del territorio 
argentino y no cuentan con este régimen especial, deben pagar por dicha resina un arancel 
externo del 18,5%. 
En el AAETdF hay tres plantas (una de ellas fabrica para autoconsumo), que han 
registrado un crecimiento del 153% al producir 16.676 toneladas durante el año 2000 y 
44.644 toneladas, durante el año 2004. Sin embargo, es muy bajo el nivel de empleo que 
genera, que es menor al 10 % del personal empleado en el territorio continental (Cámara de 
Diputados de la Nación, 19/9/2005). 
Las empresas distribuidas en el resto del territorio son diez, que operan con 13 
fábricas, siendo de 23,5% el aumento del consumo de PET producido por éstas. La mano de 
obra empleada en forma directa por estas firmas es de aproximadamente 1000 personas, 
distribuidas entre las provincias de Buenos Aires (50 %), Santa Fe (10 %), Córdoba (10 %), 
Catamarca (10%), Mendoza (5%) y un 15 % restante distribuido entre Tucumán, Santiago del 
Estero, Salta y Jujuy (Cámara de Diputados de la Nación, 19/9/2005). 
 
 
 
 
101 Es una empresa controlada directamente por ALCOA LATIN AMERICAN HOLDINGS CORPORATION, 
sociedad constituida en las Islas Vírgenes Británicas. 
72 
 
CAPITULO 3 
EL PROCESO ACTUAL DE URBANIZACIÓN Y LA DENSIFICACIÓN 
DEL MEDIO TÉCNICO-CIENTÍFICO-INFORMACIONAL EN 
ARGENTINA Y SU ÁREA CONCENTRADA 
3.1. EL CRECIMIENTO DE LAS CIUDADES ARGENTINAS BAJO EL NEOLIBERALISMO 
La población argentina en el período actual se asienta especialmente en centros urbanos, 
siendo una de las sociedades más urbanizadas del mundo, por encima de la media de Europa 
y Estados Unidos. Para el año 2001, la población urbana total era del 89,3% (INDEC. 2001). 
El crecimiento urbano continúa aumentando en todo el país, observándose que para el 
año 2001 todas las regiones presentan niveles de urbanización superiores al 75%102, aunque 
con diferencias entre ellas, como puede observarse en la Tabla 6. 
TABLA 6: ARGENTINA. TASAS REGIONALES DE URBANIZACIÓN. AÑOS 1991 Y 2001 
 
1991 2001 
Metropolitana 99,81 99,81 
Pampeana 86,82 89,75 
Noroeste 74,41 78,58 
Nordeste 70,81 78,15 
Cuyo 78,90 82,01 
Patagonia 83,81 87,69 
 
Fuente: elaboración propia en base a INDEC. 1991 y 2001 
Entre esas décadas se observa una desaceleración general de la tasa de crecimiento 
urbano, que se debe en gran medida al muy alto nivel ya alcanzado por la tasa de 
urbanización. La región tradicionalmente denominada pampeana comienza a mostrar un 
estancamiento en su tasa de urbanización a favor de otras áreas103. La provincia de Buenos 
Aires venia declinando su crecimiento urbano, siendo en los años noventa inferior al 
promedio nacional. 
A. Lattes y P. Caviezel (2007) explican que, en el período 1990-2000, se presentan 
menores tasas de crecimiento de la población total, como consecuencia del menor 
 
102 Según señala R. Bertoncello (2009) a escala provincial sólo dos provincias Misiones y Santiago del Estero 
poseen menos de dos tercios de su población en la condición urbana. 
103 R. Bertoncello (2009, p. 41) considera que, “las provincias del noroeste y nordeste mantienen altos niveles de 
crecimiento general, lo que se expresa claramente en el hecho de que las tasas de ambas regiones son ahora las 
más altas tasas del país y se aproximan al doble del promedio nacional. Nuevamente se destaca la situación de 
muy alto crecimiento de Catamarca, La Rioja y San Luis”. 
73 
 
crecimiento vegetativo y migratorio. De esta manera, las tasas de redistribución de la 
población entre las grandes regiones variaron mucho menos que en etapas anteriores. Las 
provincias con las mayores tasas de migración positiva fueron Santa Cruz, Tierra del Fuego, 
Catamarca, La Rioja y San Luis104, se trata de las provincias que ya habían sido beneficiarias 
de la promoción industrial. 
Un estudio realizado por A. Portes y B. Roberts (2005) considera que las ciudades 
bajo el libre mercado en algunos países latinoamericanos presentan algunos cambios, 
relacionados al crecimiento de las ciudades de tamaño intermedio, a la red urbana, la 
primacía urbana, el desempleo urbano y empleo informal, la pobreza y la desigualdad. 
La clasificación propuesta por C. Vapñarsky en tres categorías de asentamiento, fue 
actualizada por G. Velázquez (2008) y R. Bertoncello (2009) para los años 1991 y 2001. Para 
el año 1991, la población se distribuía de forma relativamente equilibrada entre esas 
categorías, con aproximadamente un tercio de la población en cada una de ellas (Tabla 7). 
TABLA 7: ARGENTINA. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN TRES CATEGORÍAS DE TAMAÑO DE AGLOMERACIÓN, 
1991 Y 2001. VALORES ABSOLUTOS (MILES DE HABITANTES) Y PORCENTAJES (ENTRE PARÉNTESIS) 
 
Categoría 1991 2001 
I. Población dispersa y en 
aglomeraciones de hasta 49.999 
habitantes 
10431 
(32,0) 
11206 
(30,9) 
II. Población en aglomeraciones de 
tamaño intermedio (ATIs): de 
50.000 o más habitantes excepto 
Gran Buenos Aires 
10875 
(33,4) 
13007 
(35,9) 
III. Población en Aglomeración 
Gran Buenos Aires 
11298 
(34,7) 
12047 
(33,2) 
Total: población del país 32604 
(100) 
36280 
(100) 
 
Fuente: elaboración propia en base a Bertoncello, R. (2009) 
R. Bertoncello (2009) señala que, dado que el crecimiento medio del país es muy 
superior al que muestra la primera categoría, se observa que la participación de este grupo en 
el total disminuye constantemente. El porcentaje de población rural sigue siendo bajo y está 
representado mayoritariamente por la población rural dispersa en un 68% y “prácticamente 
todala disminución de la proporción rural respecto a la población total se debe a lo que 
 
104 Fueron 11 las provincias con tasas de migración positiva que obtuvieron valores que oscilan entre 4 por mil y 
10 por mil (Lattes, A y Caviezel, P. 2007). 
74 
 
disminuye la población rural dispersa. La población rural aglomerada, en cambio, incrementa 
su proporción dentro del total rural, y prácticamente se mantiene igual respecto del total 
nacional” (Bertoncello, R. 2009, p. 57). 
La aglomeración de Buenos Aires, cuya tasa de crecimiento venía siendo menor que 
la total desde 1970, presenta una disminución del porcentaje de población que allí reside que 
llegó a casi un 33% en el 2001105. 
La población en aglomeraciones de tamaño intermedio (ATIs) es la que más ha 
crecido en ese período reuniendo para el año 2001 el mayor porcentaje de población nacional 
con un 35,9% (Tabla 7). R. Bertoncello (2009) explica que, dentro de esta categoría son las 
grandes ciudades del sistema urbano argentino (más de 250.000 habitantes, INDEC. 2001) las 
que incrementaron su participación total y representan el 57,8% de la población total del país 
y el 65% de la población urbana. Sin embargo, en este conjunto de ciudades, la aglomeración 
Gran Buenos Aires ocupa un peso enorme ya que representa el 57% de la población que 
habita en grandes ciudades. 
Junto a estas pocas grandes ciudades se verifica un elevado número de 
aglomeraciones urbanas menores que suman un total de 890 de las cuales casi el 70% tienen 
menos de 10 mil habitantes y reúnen el 31,7% restante de la población total, representando el 
35,5% de la población urbana nacional (Bertoncello, R. 2009). 
3.1.1. La red urbana de Argentina en las últimas décadas 
El sistema urbano argentino comienza a presentar un paulatino abandono del patrón del 
modelo agroexportador radiocéntrico, especialmente por el aumento, diversificación y 
distribución espacial de ciudades de tamaño intermedio. 
La red urbana argentina posee una ciudad primada con tendencia a la disminución. El 
índice de primacía (sobre el total de la población urbana) elaborado por N. Meichtry (2007) 
sigue mostrando una fuerte concentración demográfica en el Aglomerado Urbano Buenos 
Aires (Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires), pero denota una 
disminución, pasando de 39,7% en 1991 a 37,1% en 2001. Además, el índice denominado 
 
105 G. Velázquez (2008) asocia la progresiva disminución de la proporción relativa de población de esa 
aglomeración con algunos factores: 1) los efectos selectivos del modelo de exclusión desde mediados de los 
setenta; 2) deseconomías de aglomeración en especial en la provisión de servicios y, 3) cuestiones vinculadas 
con la calidad de vida (costo prohibitivo de vivienda, revalorización de lo «natural»; sensación de alienación e 
inseguridad, etc.). 
75 
 
“dos ciudades”, que permite ver la primacía de Buenos Aires sobre la segunda ciudad, señala 
que Buenos Aires es 9,3 veces Gran Córdoba para 1991 y 8,8 veces para 2001106. 
Si bien Buenos Aires puede denotar una disminución en su primacía medida en datos 
poblacionales, continúa siendo el lugar de comando político y económico y la puerta de 
entrada y de salida de Argentina hacia el mundo. 
Las tradicionales explicaciones industrialistas de la urbanización y por lo tanto de la 
disminución del crecimiento de población de Buenos Aires por desindustrialización y su 
consecuente reducción de fuentes de empleo especialmente para inmigrantes, como la 
planteada por A. Portes y B. Roberts (2005), esconden el papel del sector terciario y del 
consumo en el crecimiento urbano. Estas actividades del circuito inferior cumplen la función 
de acogida en las grandes ciudades como Buenos Aires. 
Los aspectos de la red urbana, caracterizados por la macrocefalia y por el aumento y 
dinamismo de ciudades medias, son en gran parte consecuencia de factores de concentración 
y dispersión y de la división territorial del trabajo. En el presente período “los factores de 
concentración son, esencialmente, el tamaño de las empresas, la indivisibilidad de las 
inversiones y las “economías” y externalidades urbanas y de aglomeración necesarias para 
implantarlas” (Santos, M. 1985, 1992, p. 29). 
La Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) mantuvo estos factores de 
concentración y su papel central como condición para la división territorial del trabajo 
nacional. Las nuevas actividades modernas e intelectuales aunque se difundan y extiendan al 
resto del territorio argentino se establecen allí, sede del medio técnico-científico-
informacional. 
Junto a los factores de concentración actúan los de dispersión como las condiciones de 
difusión de informaciones y de modelos de consumo (Santos, M. 1985, 1992) que se 
distribuyen en cada vez más cantidad de puntos y lugares. 
Resultado de estos factores y de la división territorial del trabajo actual, la red urbana 
argentina revela el crecimiento del número de ciudades intermedias (Tabla 8) que en 2001 
eran 63 y presentaban una distribución un poco más homogénea en el territorio nacional. Por 
primera vez en la historia territorial argentina, todas las provincias cuentan con ciudades de 
este tipo, aunque continúan las disparidades regionales, ya que el área concentrada del país 
aglutina la mitad de estas ciudades (Mapa 3). 
 
 
106 Cabe recordar que para el año 1980, Buenos Aires era 10,1 veces Córdoba. 
76 
 
TABLA 8: ARGENTINA. POBLACIÓN EN 2001 DE AGLOMERACIONES DE TAMAÑO INTERMEDIO (ATIS: 50.000 
HASTA 999.999 HABITANTES) 
 
Aglomeración* 
Población (miles de habitantes) en: 
2001 
2. Córdoba 1368 
3. Rosario 1159 
4. Mendoza 847 
5. La Plata 682 
6. Tucumán 736 
7. Mar del Plata 542 
8. San Juan 421 
9. Santa Fe 452 
10. Salta 469 
11. Bahía Blanca 272 
12. Resistencia 359 
13. Santiago del Estero-La Banda 328 
14. Corrientes 316 
15. Paraná 248 
16. Posadas 280 
17. Neuquén-Cipoletti 290 
18. San Salvador de Jujuy 278 
19. Río Cuarto 149 
20. San Nicolás de los Arroyos 125 
21. Comodoro Rivadavia 136 
22. Concordia 137 
23. Formosa 198 
24. Catamarca 171 
25. Tandil 101 
26. San Rafael 105 
27. San Luis 162 
28. Pergamino 85 
29. Villa María-Villa Nueva 89 
30. Zárate 86 
31. La Rioja 144 
32. Olavarría 83 
33. Necochea-Quequén 79 
34. Junín 82 
35. San Francisco-Frontera 69 
36. Coronel Rosales/Punta Alta 57 
37. Campana 78 
38. Rafaela 82 
39. Trelew 88 
40. Santa Rosa (La Pampa) 102 
41. Gualeguaychú 75 
42. Villa Mercedes (San Luis) 97 
43. Bariloche 89 
44. Reconquista-Avellaneda 83 
45. San Martín-La Colonia (Mendoza) 79 
46. Río Gallegos 79 
47. Luján 78 
48. General Roca 70 
49. Presidencia Roque Sáenz Peña 76 
50. Venado Tuerto 69 
51. San Ramón de la Nueva Orán 67 
52. Goya 66 
53. Viedma-Carmen de Patagones 65 
77 
 
54. Concepción del Uruguay 64 
55. Villa Carlos Paz-San Antonio-Villa Rio Icho 61 
56. Puerto Madryn 58 
57. Tartagal 56 
58. San Pedro (Jujuy) 55 
59. Chivilcoy 53 
60. Azul 53 
61. Río Grande 53 
62. Mercedes (Buenos Aires) 52 
63. General Pico 52 
64. Oberá 51 
Totales 13.056 
*El orden de las aglomeraciones remite al de la Tabla 2 
Fuente: elaboración propia en base a Velázquez, G. (2008) 
En la Tabla 8 tras Buenos Aires se destacan Córdoba y Rosario que, desde el año 
1991, son millonarias y actúan como verdaderas metrópolis regionales al poseer también una 
fuerte conectividad con Buenos Aires. Luego le siguen trece ciudades grandes las que, en su 
gran mayoría, son capitales provinciales, con la sola excepción de dos aglomeraciones 
localizadas en el área concentrada del país Mar del Plata y Bahía Blanca (Tabla 8, Mapa 3). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
78 
 
MAPA 3: ARGENTINA. DISTRIBUCIÓN DE LAS AGLOMERACIONESDE TAMAÑO INTERMEDIO 
(ATIS: 50.000 HASTA 999.999 HABITANTES). 2001. 
 
Fuente: elaboración propia en base a Velázquez, G. (2008) y Vapñarsky, C. y Gorojovsky, N. (1990) 
La ciudad de Mar del Plata contaba en el año 2001 con 541.733 habitantes (INDEC 
2001) concentrando el 96% de la población total del Partido de General Pueyrredón. Cabe 
destacar que esta ciudad que tenía un importante crecimiento poblacional en las últimas 
décadas, presenta desde 1991 la tasa de crecimiento más baja desde fines del siglo XIX (0,5% 
anual). P. Lucero (2004) explica que el saldo migratorio entre los años 1991 y 2001 fue 
negativo (-68,5%) pero fue compensado por el saldo vegetativo positivo. 
79 
 
El resto de las aglomeraciones de tamaño intermedio (ATIs) podrían dividirse en dos 
subgrupos: 12 ciudades medias que poseen entre 100 mil y 250 mil habitantes y 34 ciudades 
locales con población entre 50 mil y 100 mil habitantes (Tabla 8 y Mapa 3). 
La población urbana de Tandil era en 1991 de 91.101 habitantes y reunía el 89,2 % de 
la población urbana del partido. Para 2001 la ciudad contaba con 101.208 habitantes, que 
corresponde al 93,4% de la población urbana, la cual reside en esa ciudad ya que no existen 
otras localidades consideradas urbanas, es decir, que superen los 2000 habitantes (INDEC). 
La población rural107 de ese partido se encuentra agrupada en algunos pueblos, siendo los 
más grandes María Ignacia Vela (1822 habitantes) y Gardey (521 habitantes). 
La forma espacial de la red urbana argentina (Mapa 3), compuesta por las principales 
ciudades según su tamaño poblacional, es condición para la división territorial del trabajo y 
acompaña la difusión más o menos densa del medio técnico-científico-informacional. Pero 
también esa red urbana es reflejo de la división territorial del trabajo de las grandes empresas 
que localizan algunas de sus fases productivas preferentemente en ciudades del área 
concentrada que les aseguren la creación, apropiación y circulación del valor excedente. 
3.2. NUEVOS CONTENIDOS MATERIALES Y ORGANIZACIONALES EN ARGENTINA Y SU ÁREA 
CONCENTRADA 
Para que la transnacionalización y modernización del territorio argentino sea efectiva, el 
Estado prepara las condiciones que las grandes empresas necesitan para usar el territorio con 
su máxima fluidez. Es la referencia a la materialidad y a la organización del territorio, que 
como indica M. L. Silveira (1999, p. 125) “revelarían la tensión entre globalidad y localidad, 
entre homogenización y fragmentación, manifestando las contradicciones de cada situación 
geográfica”. 
En la época actual el territorio argentino adquiere nuevos contenidos, conformándose 
sistemas de objetos, que pueden ser pensados como redes por su materialidad pero, también, 
por su acción coordinada. Se va definiendo el medio técnico-científico-informacional que se 
presenta a veces, homogéneo y otras veces, discontinuo (Santos, M. 1985, 1992). Este medio 
es así, condición y condicionante de las formas que adquiere el capital, ya sea como capital-
dinero, capital-productivo y capital-mercancía (Harvey, D. 1982, 1990). 
 
107 El INDEC diferencia entre «población rural agrupada» en localidades de menos de 2000 habitantes y 
«población rural dispersa» en campo abierto. 
80 
 
Sin la existencia del sistema de objetos no se asegura la presencia del sistema de 
acciones que lo acompaña de manera simbiótica, es decir, las acciones que comandan y 
organizan las otras instancias de la sociedad, en especial la económica y la política, actúan 
como subordinado y subordinante a la instancia más material de la sociedad, que es el espacio 
(Santos, M. 1978, 1990). D. Hiernaux y A. Lindón, (1993, p. 104) consideran al respecto que 
“el espacio tiene la posibilidad de influir sobre la totalidad social. Esto hace que el espacio 
pase a ser condicionante de los procesos sociales, lo cual no es contradictorio con la esencia 
social de la instancia espacial”. 
Una vez más, el papel de las normas es central ya que lejos de ser la acción de la 
“mano invisible del mercado” la que moldea el territorio nacional en el periodo actual de 
internacionalización de la economía y neoliberalismo, es el Estado y la “mano visible de las 
corporaciones” (como lo denomina Chandler, citado por Harvey, D. 2006, p. 39) la que 
normatiza a favor de las grandes compañías. Así, con las privatizaciones y/o concesiones, se 
inició un importante proceso de modernización de ciertos sistemas de ingeniería, y con la 
apertura económica y llegada de grandes compañías transnacionales, se fueron conformando 
redes modernas informacionales, de consumo y financieras, entre otras, que constituyen un 
territorio pensado por los interés del gran capital, con altas tasas de retorno a su favor. 
Si bien el territorio argentino se va convirtiendo en un «espacio de la globalización», 
las desigualdades regionales existentes en Argentina, se mantienen y se profundizan. 
Queremos detenernos aquí en el área concentrada del país, donde algunas variables que 
caracterizan al medio técnico-científico-informacional poseen mayor presencia y densidad 
que en otras áreas de Argentina. 
La red de transporte y comunicaciones del territorio argentino está conformada por las 
infraestructuras viales y ferroviarias, que permiten los flujos de personas, bienes y servicios. 
La red ferroviaria se redujo drásticamente en las últimas décadas108 como resultado de un 
proceso de desinversión y cierre de ramales. En el año 2003, la red estaba concesionada a seis 
empresas de transporte de cargas y a cuatro que operaban los servicios de pasajeros en la 
Región Metropolitana de Buenos Aires, mientras que algunos tramos, como Buenos Aires-
Mar del Plata o Viedma-Bariloche, estaban en funcionamiento bajo la administración de los 
gobiernos provinciales. 
 
108 Para el año 2004 su extensión era de 28.841 km mientras que en el año 1957 su extensión era de 49.938 km 
(Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. 2008) 
81 
 
La mayor densidad de redes ferroviarias, tanto de carga109 como de pasajeros, 
coincide con el área concentrada del país (ver Mapa III del Anexo, p. 274) existiendo en ese 
área la única extensión que es exclusiva de pasajeros y une Buenos Aires con algunas 
localidades de la costa atlántica, especialmente Mar del Plata. En el interior del país, en 
especial el Noroeste y Noreste, es muy amplia la red que, en la actualidad, se encuentra sin 
operación. La estructura ferroviaria converge en Buenos Aires, ya que se mantiene la 
infraestructura que fue planificada bajo el modelo agroexportador y de sustitución de 
importaciones. 
Ahora bien, como indica M. Santos (1996, 2000, p. 149) “la vida de las técnicas es 
sistémica y su evolución también lo es” por lo cual, un sistema de técnicas puede tomar el 
lugar de otro, como ocurre con el sistema vial, tanto de pasajeros como de carga, que 
reemplazó al ferrocarril en Argentina110. 
Las rutas poseen una extensión de alrededor de 500.000 km111 estando pavimentadas 
menos del 15%, las que son, fundamentalmente, rutas nacionales. El Ministerio de 
Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios (2008) señala que un porcentaje 
importante presenta condiciones intransitables de manera permanente o temporaria y ciertos 
tramos presentan problemas de capacidad, fundamentalmente los accesos urbanos y a puertos 
como Rosario y Buenos Aires. El sistema técnico vial refleja la importancia de Buenos Aires, 
remarcando el viejo patrón de organización aglutinado en el área concentrada, perdiendo 
densidad hacia el norte y sur del territorio (Ver Mapa IV del Anexo, p. 275). 
Los elementos fijos en cada lugar, que actúan a modo de sistema como las rutas, 
permiten la existencia de flujos que recrean las condiciones sociales y redefinen cada lugar. 
“Los flujos sonel resultado directo o indirecto de las acciones y atraviesan o se instalan en 
los fijos, modificando su significado y su valor, al mismo tiempo que también se modifican” 
(Santos, M. 1994, 1997, p. 50). En el área concentrada de Argentina se evidencia la 
 
109 Muchos de estos tramos ferroviarios continúan en funcionamiento porque las empresas que los 
concesionaron son justamente sus principales usuarios como por ejemplo el transporte de carga de los ex-
ferrocarriles Mitre y Roca. 
110 Cabe señalar que en los países más desarrollados el ferrocarril es usado ampliamente por el enorme beneficio 
que tiene entre otros aspectos, para largos trayectos, virtud que podría ser sumamente aprovechada en Argentina 
debido a su extensión Norte-Sur. 
111 De esos 500.000 km de rutas 400.000 km son caminos municipales, 195.695 km provinciales y 38.800 km 
nacionales. Las rutas acogieron en el año 2004 unos 6.609.525 vehículos, de los cuales 75% corresponde a 
automóviles, 18% a vehículos livianos, que se desplazan alrededor de núcleos urbanos y sus áreas 
metropolitanas y, un 7% de vehículos de carga, de los cuales un 95% realizan viajes interprovinciales y un 5% 
atraviesan fronteras (datos del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. 2008). 
82 
 
importancia de estos fijos y flujos con un movimiento principal de cargas y de pasajeros 
sobre el corredor Buenos Aires-Córdoba-Rosario (Ver Mapa IV112 del Anexo, p. 275). 
M. L. Silveira (1999, p. 135) señala que “el aumento de circulación terrestre de 
personas y de nuevos productos en Argentina se desenvuelve en una red material que obliga a 
conexiones dispendiosas en tiempo y en dinero. Las redes existentes más densas en 
equipamientos y más rentables para la explotación pasan a ser controladas por nuevas 
organizaciones, como por ejemplo, un sistema de peaje a favor de ciertas empresas 
particulares”113. 
Cabe realizar una mención sobre el sistema fluvio-marítimo y el aéreo, ya que el 
primero cumple un rol muy importante en la región del Mercosur, sustentando el 15% de las 
cargas que llegan al puerto de Rosario a través de la hidrovía Paraná-Paraguay114 para el año 
2004. 
Un reducido grupo de empresas con líneas regulares presta los servicios 
aerocomerciales, que también configuran un espacio aéreo radiocéntrico con alta frecuencia 
de trafico de cabotaje e internacional sobre la ciudad de Buenos Aires. Al interior del país, 
esta ciudad sólo se conecta por avión con algunas pocas ciudades como Córdoba, Mendoza, 
Ushuaia, Comodoro Rivadavia, Neuquén, Tucumán, Salta, Puerto Iguazú, San Carlos de 
Bariloche y Calafate (Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. 
2008)115. 
El equipamiento moderno del territorio, que nos permite estudiar la densificación del 
medio de la globalización, abarca también las telecomunicaciones que implican una 
importante expansión de los soportes territoriales, que son terminales (telefónicas e 
informáticas), redes y servidores. 
 
112 En dicho mapa los flujos se presentan a partir del tránsito medio diario anual en rutas nacionales para el año 
2004, es decir, el volumen de vehículos que circula para cada tramo de la red. 
113 D, Azpiazu (2002, p. 116) señala que “a fines de 1990, la concesión bajo el sistema de peaje involucró casi 
9.000 km de rutas nacionales (el 32% de la red nacional pavimentada donde, al momento de la privatización, se 
concentraba más de las dos terceras partes del tránsito vehicular) y constituyó uno de los primeros pasos del 
vasto programa de privatización desarrollado en el país. Así, se adjudicaron en concesión 18 corredores viales 
nacionales a 13 consorcios en los que se integran las principales empresas de la construcción que, como 
producto de su larga experiencia como contratistas del Estado, contaban –y cuentan– con una sólida capacidad 
de lobbying”. 
114 Argentina cuenta con 118 puertos, de los cuales 25 son marítimos y 70 son fluviales (Ministerio de 
Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. 2008). 
115 Argentina cuenta con un total de 57 aeropuertos, de los cuales 33 operan con vuelos de cabotaje y 24 están 
habilitados para operar vuelos internacionales (Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y 
Servicios. 2008). 
83 
 
La modernización e innovación en telecomunicaciones fue acompañada de los 
avances ocurridos a escala global, permitidos por la privatización116 y la desregulación117 de 
la telefonía desde 1990. Durante esa década aumentaron las líneas telefónicas en un 152% 
pasando de más de 3 millones en 1990 a más de 7,5 millones en 1998. 
Sin embargo, a principios del 2000 comienza a estancarse118 a favor del crecimiento 
espectacular de un nuevo objeto técnico, el teléfono móvil o celular que, si bien se hace 
presente en Argentina en 1989, su difusión fue posterior, a partir del 2003. 
La telefonía celular abarcaba sólo el Área Metropolitana de Buenos Aires119 hasta 
1994, año en que comenzó a operar una empresa en el interior del país120. Desde 1999, con la 
norma de desregulación de las telecomunicaciones, el territorio comienza a ser usado por las 
empresas de manera competitiva aunque con una fuerte oligopolización121. 
El aumento de la telefonía celular o móvil en el país ha sido exponencial con un 
crecimiento del 296% en cinco años, ya que en el 2001 había 6, 5 millones de líneas y en el 
2006 casi 26 millones122 (Noticiasdot.com 11/7/2003 y 13/2/2004 y Pergamino Virtual 
18/12/2006). 
 
116 En 1990 se privatiza la empresa estatal de telefonía nacional Entel, licitada por las empresas Telefónica de 
Argentina y Telecom, que actuaron, hasta el año 1999, como verdaderos monopolios territoriales de las 
telecomunicaciones en la formación socioespacial argentina. Se dividieron el territorio nacional (y también la 
ciudad de Buenos Aires) en dos partes, el Norte, donde operaba Telecom y, el Sur, donde operaba Telefónica. 
117 A partir de 1999 se finalizaría la política a favor del monopolio de las empresas de telecomunicaciones por 
una política de desregulación por la cual nuevas empresas podrían competir en lo referido a redes de larga 
distancia nacional e internacional. Sin embargo, esta neoregulación sólo posibilitó en ese momento el acceso de 
dos grandes empresas líderes, Movicom (respaldada por Bellsouth, Motorola y BGH) y CTI (un consorcio 
integrado por GTE Moblinet y el grupo multimedio local Clarín). 
118 Los datos de la Comisión Nacional de Comunicaciones señalan que, en mayo de 2003, la cantidad de líneas 
fijas era de 7.670.000, un año después este total era de 7.960.000 líneas. 
119 Este servicio era prestado por una sola compañía Movicom Argentina que también actuaba como monopolio 
territorial hasta el año 1993 cuando ingreso al mercado la empresa Miniphone. Esta firma era propiedad en un 
50% de las dos operadoras de telefonía fija nacional de la Argentina, Telecom y Telefónica, siendo destacable 
mencionar que esta licencia de telefonía celular había sido otorgada conjuntamente con la concesión de la 
telefonía fija en el año 1990, pero no podía comenzar a operar hasta 1993 para permitir a la empresa Movicom 
el uso monopólico y su consolidación. 
120 Se trató de la empresa CTI Móvil que actuó también de manera monopólica. A partir del año 1996, 
Telefónica de Argentina y Telecom comenzaron a dar este servicio con la segunda licencia de telefonía celular 
para el interior del país. Lo hicieron de manera independiente, llevando a la desaparición en 1999, de la empresa 
Miniphone. Esas empresas usaron la misma repartición del territorio que tenían para la telefonía fija, ya que al 
sur actuaba Telefónica a través de Unifón y al Norte, actuaba Telecom a través de Personal. 
121 Es interesante mencionar también que, en 2003, la compañía América Móvil adquirió CTI Móvil, que operó 
conel servicio de CTI hasta el año 2008 cuando decidió actuar en Argentina como Claro. En el año 2005, 
Unifón compró el 100% del paquete accionario de Movicom Argentina y comenzó a operar bajo el nombre 
comercial de Movistar. 
122 La razones de tan fuerte crecimiento de la telefonía móvil en Argentina son los adelantos tecnológicos de los 
equipos, la incorporación al mercado de jóvenes y personas de menores ingresos, la mayor rapidez de 
contratación del servicio en relación a la telefonía fija; las enormes promociones de las empresas para aumentar 
las líneas. 
84 
 
Así, en la actualidad, Argentina sigue siendo el escenario de unas pocas empresas 
globales que usan y se disputan oligopólicamente el territorio, estando el mercado liderado 
por la empresa Claro, seguida por Movistar, Personal y Nextel (Diario El Cronista Comercial 
el 2/11/2009). 
Como indica M.L. Silveira (1999, p. 143) “una misma innovación técnica, la fibra 
óptica, viene no apenas a revolucionar las frecuencias de las redes domésticas, sino, sobre 
todo, aumentar la participación de Argentina en la globalización de las telecomunicaciones a 
través de las redes hegemónicas”. La difusión material de la fibra óptica permite el aumento 
de la fluidez informacional a través del acceso a Internet, cuya cobertura ha aumentado 
enormemente desde principios del 2000 hasta la actualidad. Así, en junio de 2001, había 2 
millones de PC conectadas a Internet, valor que llegaba a 3,3 millones a fines de 2008 
correspondiendo 99% a banda ancha. Una vez más, este contenido del territorio se presenta 
desigualmente ya que el 71% de las conexiones a Internet se concentran en Capital Federal y 
Gran Buenos Aires (Bilbao, H. en Clarin.com Especial e IProfesional.com 27/4/2009). 
Entre las principales innovaciones, cabe destacar aquellas que representan una 
solidaridad técnica entre diversas modalidades de comunicación, como son por ejemplo la 
telefonía con el acceso a Internet. Así, la innovación constante en telefonía celular123 es el 
cambio tecnológico más importante de los últimos años, tanto por su crecimiento 
espectacular en cantidad de teléfonos y usuarios, como por las posibilidades de 
telecomunicación que estos objetos técnicos tienen en la actualidad. 
Desde el año 2007, existe en Argentina la tecnología denominada 3G, red de tercera 
generación, en los nuevos teléfonos celulares, que incluyen la posibilidad de realizar 
videollamadas entre celulares, «chatear», bajar e-mail, navegar por la Web, hacer streaming 
de audio o video, actualizar un fotolog o un videolog, jugar en línea, descargar contenidos, 
entre otras funciones. Además son cuatribanda de GSM, es decir, que pueden conectarse a las 
redes americanas y europeas124. 
Pero para permitir esta fluidez comunicacional y virtual es necesario que el territorio 
contenga redes de banda ancha móvil, que fueron inauguradas en Argentina a mediados del 
año 2007 por la empresa Movistar. 
 
123 Para el año 2006, los aparatos de telefonía móvil representan el 61% de las importaciones de todo el sector de 
telecomunicaciones, siendo el principal proveedor Brasil con el 50.5% del total de las ventas, seguido por 
México, con el 38% y Suecia con el 3,1%. 
124 Es importante señalar que para participar de dicha red se necesita contar con un teléfono celular que tenga un 
dispositivo de tercera generación es decir, que disponga de la tecnología UMTS/HSDPA (Universal Mobile 
Telecommunications System/High Speed Downlink Packet Access), como el Samsung A706, que es 
comercializado por la misma empresa, Movistar. 
85 
 
Esta red, que permite nuevas y más rápidas interconexiones, se presenta de manera 
reticular y discontinua en el territorio (Ver Mapa V del Anexo, p. 276). Comenzó abarcando 
sólo la zona Norte, Sur y Este de la Capital Federal, el Aeropuerto de Ezeiza y algunos 
partidos del Gran Buenos Aires. A fines del año 2007, la red se amplió a toda la RMBA y a 
las ciudades de Rosario, Córdoba y Mendoza. La red de cobertura 3 G presenta una difusión 
aglutinada en el área concentrada del país y en algunas otras ciudades del interior del país. 
Como señala B. Latour (1991, 2005) estas redes técnicas poseen un aspecto local y 
una dimensión global, donde el componente territorial es muy fuerte ya que “están 
compuestas de localidades particulares, alineadas a través de una serie de conexiones que 
atraviesan otros lugares y que precisan de nuevas conexiones para continuar extendiéndose” 
(Latour, B. 1991, 2005, p. 115). 
K. Morgan (1992) cree que estaríamos viviendo la denominada «era de las 
telecomunicaciones», basada en la combinación entre la tecnología digital, la política 
neoliberal y los mercados globales. M. L. Silveira (2003, p. 19) agrega que “los objetos se 
presentan, hoy como camadas de sistemas técnicos cuya manifestación más visible es, tal vez, 
el equipamiento reticular del territorio. Objetos que provocan nuevos objetos, estableciendo 
solidaridades técnicas entre puntos escogidos para un desarrollo más eficiente de las 
actividades hegemónicas”. 
3.3. LA ORGANIZACIÓN ESPACIAL DE LAS CIUDADES DE BUENOS AIRES, MAR DEL PLATA Y 
TANDIL: FORMA, FUNCIÓN, ESTRUCTURA Y PROCESO 
Proponemos profundizar aquí, aunque nuestra pretensión no sea exhaustiva, sobre la 
organización espacial actual de las tres ciudades seleccionadas en este trabajo, para lo cual 
usaremos las categorías analíticas del espacio geográfico propuestas por M. Santos (1985, 
1992): forma, función, estructura y proceso. Los cambios abruptos sufridos en la sociedad 
argentina desde la década de los noventa llevaron a que las ciudades asuman nuevas 
funciones y transformaciones en sus formas espaciales interiores y en su participación de la 
red urbana. De esta manera, éstas presentan una nueva organización espacial en la que la 
estructura social y económica atribuye determinados valores a las formas y funciones. 
Si bien el movimiento de la sociedad es totalizador y global, los cambios ocurren a 
diferentes niveles y en diferentes tiempos: “la economía, la política, las relaciones sociales, el 
paisaje y la cultura cambian constantemente, cada cual siguiendo una velocidad y dirección 
86 
 
propias –siempre, además, inexorablemente vinculadas unas a las otras” (Santos, M. 1985, 
1992, p. 53). 
Estas dimensiones de la totalidad social presentan diferentes combinaciones y tiempos 
en las ciudades de Buenos Aires, Mar del Plata y Tandil, que les dan una cierta organización 
espacial. M. Santos (1985, 1992, p. 53) nos enseña, respecto a las categorías analíticas, que 
“cuando se estudia la organización espacial, estos conceptos son necesarios para explicar 
como el espacio social está estructurado, como los hombres organizan su sociedad en el 
espacio y como la concepción y el uso que el hombre hace del espacio sufre cambios. La 
acumulación del tiempo histórico nos permite comprender la actual organización espacial”. 
La forma es el aspecto visible, exterior, de un objeto, sea visto aisladamente, o 
considerando un conjunto ordenado de objetos, formando un patrón espacial. La noción de 
función implica una tarea, actividad o papel a ser desempeñado por el objeto creado, la 
forma. Pero es necesario ir también insertando forma y función en la estructura social, sin la 
cual no captaremos la naturaleza histórica del espacio. La estructura hace referencia a la 
naturaleza social y económica de una sociedad en un momento dado del tiempo; es la matriz 
social donde las formas y funciones son creadas y justificadas. El proceso, finalmente, es 
definido como una acción que se realiza de modo continuo, buscando un resultado 
cualquiera, implicando tiempo y cambio. Los procesos ocurren en el ámbito de una estructura 
social y económica y resultan de las contradicciones internas de las mismas. En otras 
palabras, el proceso es una estructura en su movimiento de transformación (Santos,M. 1985, 
1992 y 1996). 
Nos interesa buscar algunas situaciones urbanas que nos permitan ver, en parte, la 
reorganización del espacio en Buenos Aires, la mayor metrópolis nacional, en Mar del Plata, 
ciudad grande (ATIs mayor) y en Tandil, ciudad media (ATIS menor). Sin embargo, no 
perdemos de vista que la verdadera dinámica es la de la totalidad, es decir, la formación 
socioespacial. 
La ciudad de Buenos Aires, el núcleo central de la RMBA125, al igual que otras 
regiones metropolitanas de Latinoamérica, está siendo profundamente afectada por las 
transformaciones comprometidas con la economía global y las tendencias que ésta aclama y 
por las condiciones políticas y económicas internas. C. de Mattos (2002) considera que, en 
este nuevo escenario se produjo una revalorización del papel de las áreas metropolitanas 
principales y una recuperación de su crecimiento, expansión y transformación La magnitud 
 
125 Denominada administrativamente por el INDEC desde el 2003, Aglomeración Gran Buenos Aires 
87 
 
ha sido tal que se han propuesto nuevas denominaciones para estas ciudades: ciudad 
informacional (Castells, 1989), ciudad difusa (Indovina, 1990), ciudad global (Sassen, 1991), 
metápolis (Ascher, 1995), ciudad postmoderna (Amendola, 1997), metrópolis desbordada 
(Geddes, 1997), ciudad reticular (Dematteis, 1998), postmetrópolis (Soja, 2000), ciudad 
dispersa (Monclus, 1998) (citados por de Mattos, C. 2002). 
Si bien el centro del análisis será la ciudad de Buenos Aires, cabe realizar una breve 
consideración respecto a la forma espacial que adquiere toda la aglomeración bajo su proceso 
de metropolización, ya que al ser un continuo territorial explica en parte la organización 
espacial de la ciudad capital. 
De esta manera, siguiendo a P. Cicolella y L. Baer (2008) y G. Tella (2007) (Mapa 4) 
la Región Metropolitana de Buenos Aires está conformada por: a) la Ciudad Autónoma de 
Buenos Aires, con un área de 200 km2 y una población actual de 3.100.000 habitantes; b) el 
Gran Buenos Aires, conformado por las jurisdicciones correspondientes a la primera y 
segunda corona de expansión urbana, que posee un área de 3.680 km2 y una población actual 
aproximada de 9.000.000 de habitantes; y c) el resto de la Región Metropolitana, constituida 
por la tercera corona y una cuarta corona (según Tella, G. 2007)126, con un área aproximada 
de 15.800 km2 y una población actual de 1.600.000 habitantes. 
Con respecto a la forma que adquiere la metrópolis, J. Blanco (2005a,) plantea que el 
crecimiento de la región metropolitana se ha dado como coronas con fuerte consolidación y 
densidad de los municipios aglomerados a la ciudad central (Mapa 4). Sin embargo, ese 
mismo autor considera que, el término «corona» se torna insuficiente para los espacios más 
alejados del núcleo central: “en estos casos el crecimiento y la incorporación metropolitana se 
realiza por corredores, de manera selectiva, sin formar aún una continuidad concéntrica que 
habilite a considerarlas como bandas o coronas” (Blanco, J. 2005a, p. 2062). Si bien el primer 
crecimiento en torno a la ciudad central fue en forma de corona, ya el segundo borde 
comienza a evidenciar un cierto crecimiento tentacular, el cual se hace evidente en la tercera 
y cuarta corona, pues no hay conexión funcional, organizacional y comunicacional entre los 
espacios. 
 
 
126 La primera corona está conformada por: Avellaneda, Gral. San Martín, La Matanza (Norte), Lanús, Lomas 
de Zamora, Morón, Ituzaingó, Hurlingham, Tres de Febrero, San Fernando, San Isidro y Vicente López. La 
segunda corona está formada por Almirante. Brown, Berazategui, E. Echeverría, Ezeiza, Presidente Perón, 
Florencio Varela, Malvinas Argentinas, José C. Paz, San Miguel, Merlo, Moreno, La Matanza (centro y Sur), 
Quilmes y Tigre. La tercera corona está integrada por Cañuelas, Escobar, Gral. Rodríguez, La Plata, Marcos 
Paz, Pilar y San Vicente. Finalmente la cuarta corona se compone de Exaltación de la Cruz, Zárate, Campana, 
Luján y Brandsen (Tella, G. 2007). 
 
88 
 
MAPA 4: CONFORMACIÓN DE LA REGIÓN METROPOLITANA DE BUENOS AIRES. 
 
Fuente: elaboración propia en base a Cicolella, P y Baer, L (2008) y Tella, G. (2007) 
El Mapa 4127 presenta la conformación de la RMBA128 siguiendo la clasificación de 
coronas señalada anteriormente, abarcando 38 jurisdicciones, en un área total de 19.680 km2 
y una población actual aproximada de 13.700.000 habitantes (Cicolella, P y Baer, L. 2008). 
En opinión de P. Cicolella (1999, p. 3) “se ha pasado de un espacio metropolitano 
compacto, que avanzaba en forma de "mancha de aceite", con una morfología, bordes o 
tentáculos bastante bien definidos, hacia un crecimiento metropolitano en red, conformando 
 
127 La Matanza se ha incluido en la primera corona pero en realidad la parte Norte pertenece a la primera corona 
y la Centro y Sur a la tercera corona. 
128 En el trabajo de G. Tella (2007) puede encontrarse una rica explicación a través de mapas que demuestran la 
expansión de la mancha urbana de Buenos Aires desde antes de 1947 hasta la actualidad, según coronas y 
tentáculos. 
 
89 
 
una verdadera ciudad-región, de bordes difusos, policéntrica, constituyendo en algunos casos, 
verdaderas megalópolis o archipiélagos urbanos. (…) un territorio estructurado 
tridimensionalmente y verticalmente por medio de redes y en forma de red”. 
El municipio de Mar del Plata, con 541 mil habitantes en 2001, se encuentra 
netamente urbanizado con una ocupación casi total y bien consolidada de su espacio urbano. 
Posee una amplia extensión a la largo de la costa marítima, dada por dos de sus funciones 
urbanas más tradicionales, la pesquera y la turística. Si se tienen en cuenta las localidades 
menores del partido, se puede considerar la existencia de un fenómeno de suburbanización, 
por el cual nacen y crecen pequeños asentamientos urbanos del espacio rural permitidos por 
la fluidez del territorio que generan las rutas de acceso a la ciudad. P. Lucero (2004) señala 
que, de esta manera, se va constituyendo la gran aglomeración urbana, incorporando los 
barrios de un amplio espacio periurbano. 
J. M. Mantobani (2004) explica que se observa un proceso de urbanización de Mar del 
Plata al ampliarse considerablemente su superficie (unos 150 km) e incorporar nuevas áreas 
adyacentes o discontinuas a lo largo de los ejes de expansión. Este autor señala además que, 
“entre 1980 y 1991 según el INDEC se incorporaron a Mar del Plata ocho nuevas áreas que 
cumplían con la definición de “localidad” o “aglomeración” pasando a ser consideradas como 
parte integrante de la ciudad cabecera. Es de destacar que todas las áreas incorporadas se 
localizan fuera del ejido oficial de la ciudad de Mar del Plata” (Mantobani, J.M. 2004, p. 97). 
De esta manera, la ciudad cabecera más estas localidades configuran el “Aglomerado de Mar 
del Plata” (Lucero, P. 2004 y Mantobani, J.M. 2004). 
Ese aglomerado crece en forma de corona de expansión adyacente a los límites del 
ejido de la ciudad cabecera y en corredores siguiendo las principales rutas (Mapa 5). Sin 
embargo, Mar del Plata “a pesar de su dinamismo demográfico no constituye una 
metrópolis…. Es decir, que no “domina” sobre una vasta región, ni constituye un mercado de 
trabajo potencial para el área de su influencia. Sus actividades más tradicionales, el turismo y 
la pesca, derivan del mar y no de la producción de la región pampeana, con lo cual desde ese 
aspecto se encuentra poco vinculada” (Cignoli, A. 1997, p. 70). 
 
 
 
90 
 
MAPA 5: PARTIDO GENERAL PUEYRREDON. MAR DEL PLATA. 2009 
 
Fuente: elaboración propia en base a Lucero, P. 2008. 
Siguiendo los trabajos de M. Sagua (2004 y 2008), C. Mikkelsen (2007) y J. M. 
Mantobani (2004) los ejes de crecimiento de la periferiadel aglomerado Mar del Plata se 
corresponden con cinco rutas. El eje de la ruta provincial N°88 concentra el 41% de la 
población total de las localidades menores concentrada especialmente en Batán129 (con 9.597 
habitantes). Corresponde al eje industrial del partido en el que se localiza el Parque Industrial 
M. Savio, con un escaso desarrollo. 
El eje Norte litoral de la ruta provincial N°11 vincula a Mar del Plata con otros 
centros balnearios y reúne el 23,8% de los residentes en localidades menores, 
fundamentalmente asociada a Parque Camet, que presenta segundas residencias con fines 
turísticos y de escasa consolidación. Sin embargo, esta misma ruta que une hacia el Sur a Mar 
 
129 Se habla frecuentemente del aglomerado Mar del Plata-Batan, por ser éste el universo territorial de aplicación 
de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC. La EPH del segundo trimestre de 2007 estimaba que esta 
población era de 618.000 habitantes (Datos publicados en Lucero, P. 2008). 
91 
 
del Plata con Miramar, aglutina sólo el 6% de esa población, asociada a actividades turísticas 
y recreativas. 
Un eje interior de crecimiento es la ruta nacional N° 226, con el 14,7% de la 
población permanente en localidades menores y una importante afluencia de turistas 
preferentemente asociados a Sierra de Los Padres. La autovía provincializada N° 2130 es el 
quinto eje interno de expansión de la aglomeración con 14,5% del conjunto de esa población. 
Se convierte en el de mayor fluidez al conectar Mar del Plata con la RMBA y localizarse allí 
el aeropuerto. 
Tandil es una ciudad media que contaba con 101.208 habitantes en 2001131y es la 
cabecera del Partido homónimo, que posee 108.109 habitantes (INDEC. 2001). Esa ciudad 
tiene dos ejes de crecimiento, uno hacia el arco Noroeste-Norte- Noreste, y otro, hacia el Sur. 
El primero, corresponde al área de expansión de la ciudad con mayor disponibilidad 
de terrenos y con importantes vacios urbanos que permitió la suburbanización de las clases 
populares. Corresponde al área de expansión urbana tradicional e histórica de la ciudad. El 
segundo, coincide con la expansión urbana que parecía finalizada por la imposición de una 
barrera natural, como son las sierras de Tandil. Sin embargo, en las últimas décadas crece 
hacia las sierras en función de las clases más acomodadas, que construyen sus viviendas allí 
y, del turismo, debido a la amplia expansión de hospedajes tipo cabañas y hoteles-spa. 
Son los nuevos contenidos técnicos, científicos e informacionales de ese territorio, los 
que han permitido que ese medio que era «natural», se convirtiera en objeto de especulación 
y consumo de tipo privatista. Juega, además, un rol importante aquí la aptitud paisajística, es 
decir un “conjunto de datos psiconaturales y técnicos de un lugar que constituyen el dominio 
de lo visible, esto es, el paisaje. (Silveira, M.L. 1999 p. 197). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
130 Fue concesionada en 1990 y finalizada en el año 2005. 
131 Las estimaciones realizadas señalan que para el año 2009 la población residente en la ciudad llegaría a 110 
mil habitantes. 
92 
 
MAPA 6: CIUDAD DE TANDIL. 2009 
 
Fuente: elaboración propia 
3.3.1. Urbanización, inversiones y renovación del territorio en Buenos Aires, Mar del 
Plata y Tandil 
En estas ciudades del área concentrada del país las inversiones por parte de empresas 
privadas, nacionales y extranjeras, asumen un rol central. 
Llamamos la atención sobre las inversiones realizadas porque han sido masivas y 
tendientes a la modernización espacial, en tanto materialidad, de partes selectivas de áreas 
urbanas, en especial metropolitanas, conformando un denso y moderno medio construido que 
se convierte en un factor destacado de explicación de los circuitos espaciales de las bebidas 
gaseosas y aguas saborizadas. 
Las normas neoliberales permitieron que las empresas sean quienes modelen y 
reorganicen el espacio, pudiéndose aplicar la idea de M. Santos (1993, 2008, p. 120) respecto 
a “urbanización corporativa”, es decir, promovida por los intereses de las grandes firmas que 
93 
 
orientan y deciden sobre los recursos públicos en detrimento de los gastos sociales. La 
especulación inmobiliaria cumple aquí un rol central, junto a la renovación de la materialidad 
dirigida al consumo banal, en especial en Buenos Aires. 
Las variables claves de este período, la información, el consumo y la técnica, entre 
otras, son centrales en la organización espacial de las ciudades y en especial de la metrópolis. 
Las inversiones sujetas al accionar del capital privado, nacional y extranjero apoyadas por un 
Estado que promueve y genera las condiciones para el ejercicio de éstas, fueron direccionadas 
una vez más en la historia territorial argentina, hacia el área concentrada del país. 
Para fines de los noventa, la RMBA agrupó casi un 60% del total de las inversiones 
realizadas en el país, teniendo en cuenta las inversiones extranjeras directas (IED), las 
fusiones, adquisiciones y privatizaciones y, la inversión directa de origen nacional. 
La urbanización corporativa de Buenos Aires fue llevada a cabo, primero, mediante la 
compra por capitales extranjeros de servicios públicos privatizados y, luego, por toda una 
oleada en hotelería internacional, reconversión industrial y grandes proyectos urbanísticos. 
Las inversiones locales se hicieron presentes en particular en las nuevas urbanizaciones 
periféricas (barrios cerrados, marinas, etc.) y en la redefinición del sistema de autopistas y 
accesos rápidos (Cicolella, P. 1999). Según las investigaciones de este autor se ha dado una 
considerable expansión y reestructuración de la actividad industrial, financiera, servicios a la 
producción, informática, vinculadas a shopping centers, supermercados e hipermercados, 
centros de espectáculo, hotelería internacional, restaurantes, parques temáticos, construcción 
y marketing de barrios privados, entre otras (Cicolella, P. 1999). 
Las inversiones efectuadas en Buenos Aires provocaron una reorganización espacial 
selectiva. Se han concentrado en un 80% hacia el Centro y Norte de la ciudad y del área 
metropolitana, siendo la renovación y modernización de sistemas de ingeniería 
correspondientes al transporte y circulación132, los que han tenido un enorme impacto en la 
reestructuración espacial de toda la RMBA y en la refuncionalización de ese espacio. 
J. Blanco (2005a, p. 2066) señala la existencia de “una estrecha asociación entre la red 
de autopistas y los sitios preferenciales de localización industrial, en los que se conjugan la 
disponibilidad de terrenos especialmente acondicionados con la accesibilidad rápida en 
transporte automotor hacia todo el espacio metropolitano y hacia las principales vías de 
conexión con los mercados regionales supranacionales”. Se revitalizaron y consolidaron 
 
132 Se han construido y finalizado nuevas autopistas como Acceso Oeste (1999), Ezeiza-Cañuelas (2001), 
Buenos Aires–La Plata (2002), entre otras y se han remodelado otras como General Paz (2001, 2008, 2009), 
Acceso Norte (1994-1996) y sus ramales. Estos enormes sistemas de ingeniería han sido construidos a través del 
sistema de concesión y peaje. 
94 
 
algunos nuevos espacios industriales133 y se produjeron nuevos procesos de suburbanización 
de las elites134 (Tella, G. 2007) con «nuevas urbanizaciones» o «urbanizaciones cerradas», 
siendo el epicentro los partidos del eje Norte Pilar, Escobar, Tigre y Malvinas Argentinas135. 
C. Barros y P. Zusman (1999) señalan que en toda esa «zona (rural?)» que rodea a la 
gran metrópolis aparecen esas segundas residencias y barrios cerrados junto a una cantidad 
apreciable de emprendimientos vinculados al turismo rural. Estas autoras explican que “los 
principales gestores del procesode consolidación del fenómeno de segunda residencia han 
sido los promotores inmobiliarios privados, quienes frecuentemente adquieren propiedades 
rurales para convertirlas en countries, más recientemente en «chacras» donde cada casa 
individual dispone de un espacio verde particular amén de aquellos que son de uso colectivo, 
como por ejemplo los campos de golf. Countries y «chacras» son, en la actualidad, los 
fenómenos más expresivos de una neoruralidad que tiene el efecto secundario de revitalizar el 
uso de antiguas segundas residencias aisladas” (Barros, C. y Zusman, P. 1999, p. 76). 
La renovación selectiva de urbanizaciones cerradas es acompañada de grandes centros 
comerciales, hipermercados, edificios inteligentes, centros empresariales o de negocios y 
oficinas de última generación, que P. Cicolella (2004) ha denominado «distritos de 
comando». También, por colegios y universidades privadas, emprendimientos educativos, 
hoteles cinco estrellas y centros de convenciones (Svampa, M. 2004). 
En el mismo sentido, es lo que M. Santos y M.L. Silveira (2001), denominaron “uso 
privatista del territorio”, ya que los sistemas de ingeniería públicos de autopistas vuelven el 
territorio más fluido, para quienes pueden usarlo con mayores beneficios. Aquí, una 
modernización coopera con otras: la autopista-el country-el nuevo espacio de consumo-los 
negocios-el colegio privado. Todo esto es permitido por un patrón de movilidad que J. Blanco 
(2005) ha llamado “automóvil-intensivo”136. Sin embargo, es imprescindible remarcar que el 
 
133 Se destacan, según J. Blanco (2005 a) el Parque Industrial La Cantábrica, en Morón, que ocupa las 
instalaciones de esa antigua laminadora de acero; el Parque Industrial CIR-2 en la ex planta Peugeot de 
Berazategui; el parque Industrial de Pilar, el de Tortuguitas y el Parque Oks. 
134 Se podría señalar como situación extrema del proceso mencionado las ciudades privadas, como Nordelta de 
15.000 hectáreas, o Puerto Trinidad, con 350 hectáreas, respectivamente al Norte y al Sur del eje fluvial 
metropolitano. Otra de estas urbanizaciones es Área 60, que se está construyendo en la localidad de Brandsen 
(en el kilómetro 64 de la ruta nacional N° 2), que es emprendimiento de 815 hectáreas en las que se erigirá una 
“ciudad autónoma e inteligente”, que podrá albergar 20.000 personas (la ciudad de La Plata tiene un total de 
1.100 hectáreas) (Corsalini, C. Revista Fortuna, 27/12/2008). 
135 Según considera S. Vidal Koppmann (2006, p.4), “en el orden socio-demográfico el éxodo protagonizado por 
las elites no ha alcanzado cifras relevantes, ya que, se estima que alrededor de 130.000 personas (Diario La 
Nación, 2004) se han instalado, en forma permanente en la periferia de la región. No obstante esta cifra podría 
duplicarse y aun triplicarse si se considera la capacidad locativa potencial del parque habitacional instalado”. 
136 J. Blanco (2005) explica el patrón automóvil-intensivo “se basa en un tipo de transporte individual, de 
disponibilidad inmediata, libre de horarios y, sobre todo, sin dirección prefijada de movimiento, es decir que 
sobre la base de la red vial (en todos sus niveles) cada usuario traza su red particular de utilización. La 
95 
 
proceso de suburbanización de las elites no reemplaza al de suburbanización popular 
histórico de la RMBA, sino que se encuentra en vigencia el doble proceso de suburbanización 
(Blanco, J. 2002137). Para C. Barros y P. Zusman (1999, p. 76) se va dando un proceso de 
“repoblamiento protagonizado por habitantes de origen y actividades urbanas en un área que 
se había caracterizado por un notable proceso de despoblamiento rural”138. 
En la ciudad de Buenos Aires se ha dado un proceso creciente de verticalización y 
modernización, provocando una importante renovación y modernización material del área 
central de dicha ciudad. Entre los emprendimientos más notables se encuentran las inmensas 
torres de oficinas inteligentes (microcentro), la hotelería internacional139 (especialmente en 
Barrio Norte y Recoleta140) y edificios y conjuntos residenciales, conocidos como countries 
verticales (en especial en los barrios de Belgrano, Caballito, Palermo y Núñez). S. Vidal 
Koppmann (2006), señala que en la ciudad de Buenos Aires se han comenzado a construir en 
los últimos años más de doscientos edificios en torre de alta calidad (Reporte Inmobiliario, 
2005). 
También se han inaugurado y modernizado en todo Buenos Aires, inclusive en los 
barrios del Sur, centros comerciales e hipermercados especialmente durante la segunda mitad 
de la década de los noventa y a partir del año 2003. 
Resultado de esta renovación material y simbólica del territorio, el área central de la 
metrópolis evidenciaría un triple proceso de cambios en la actualidad según P. Cicolella 
(1999 y 2004): densificación del distrito central histórico (Microcentro y Catalinas); derrame 
o extensión de ese área hacia el Este y el Sudeste de la ciudad (Costanera Sur, Montserrat, 
San Telmo y La Boca), en lo cual han influido las operaciones urbanísticas de Puerto Madero 
 
denominación de intensivo se refiere a dos aspectos: por un lado, a la necesidad de contar con, al menos, un 
vehículo por hogar; por otro lado, a que todas las actividades deben ser realizadas en automóvil dada la 
dispersión de localizaciones. Vinculando ambos aspectos se obtiene una tercera idea de intensidad: un único 
automóvil por hogar resulta ser claramente insuficiente”. 
137 J. Blanco (2002. p. 59) menciona que, “el hecho de que junto con Pilar y Escobar (epicentros de las nuevas 
urbanizaciones) crezcan rápidamente partidos como Florencio Varela, Presidente Perón o Marcos Paz da cuenta 
de que los procesos de suburbanización más típicos de la Región Metropolitana de Buenos Aires –los 
encarnados por sectores de ingresos bajos y medio-bajos- no han cesado”. 
138 Estas autoras afirman que “de ninguna manera podría considerarse que este repoblamiento viene a compensar 
al anterior proceso de despoblamiento rural, tanto porque la mayor parte de las veces no se ha podido recuperar 
el número de habitantes que las diferentes unidades político administrativas habían llegado a alcanzar, como 
porque las características de estos nuevos habitantes difieren en mucho de aquellos que abandonaron el área 
tiempo antes” (Barros, C. y Zusman, P. 1999, p. 76). 
139 Según datos de P. Cicolella (1999, p. 8), “entre los hoteles internacionales (4 y 5 estrellas) históricos 
adquiridos por firmas transnacionales del sector (caso Plaza Hotel, adquirido por Marriott), los nuevos hoteles 
construidos en los noventa (Hyatt, Caesar Park, Intercontinental, etc.) las ampliaciones (Sheraton, 
Panamericano, etc.) y los proyectos hasta el año 2000 (Complejo Hilton de Puerto Madero, Holiday Inn del 
Abasto, etc.), las inversiones rondan los 1.000 millones de dólares en la década para el sector”. 
140 Ver Mapa VI del Anexo, p. 277 (Barrios de la ciudad de Buenos Aires). 
96 
 
y Retiro; y nuevos “subcentros complejos” en la periferia de la aglomeración, en los espacios 
mencionados anteriormente. 
Más allá de los procesos de urbanización corporativa y modernización selectiva en la 
periferia de la metrópolis cabe mencionar la función central de poder y comando que 
mantiene la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ya que como señala P. Cicolella (1999, p. 
10) “este fenómeno no afecta ni disputa la hegemonía del corredor corporativo Retiro- 
Catalinas-Microcentro-Puerto Madero. Este seguirá conservando al menos dos terceras partes 
de las sedes empresariales y servicios avanzados en un corredor denso y continuo, a 
diferencia del resto de los equipamientos excéntricos que tienen una distribución espacial 
relativamente dispersa”. 
En la ciudad de Buenos Aires comoen otras grandes ciudades, la globalización 
provoca tres consecuencias según H. Herzer (2008, p. 15) “la suburbanización de los sectores 
medios, la renovación de las áreas centrales, y el incremento de la pobreza urbana en áreas 
intersticiales de la ciudad. Estas tres características no son excluyentes sino, por el contrario, 
complementarias”. 
Los barrios del Sur de la ciudad, como Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo, 
han sido históricamente rezagados, presentando los mayores problemas sociales y 
habitacionales, con falta de infraestructura social en especial escuelas, hospitales y viviendas. 
Concentran una gran cantidad de población asentada en villas miserias141 situadas en las 
zonas más insalubres de estos barrios como son las orillas de algún arroyo, basurales o bordes 
de las vías del ferrocarril. 
Sin embargo, en estos barrios existe un claro ejemplo de que las inversiones son 
dirigidas por el Estado y por las firmas hacia la ciudad económica en detrimento de la ciudad 
social (Santos, M. 1993, 2008): en el año 2006, en sólo 90 días, se construyó el Complejo 
Multipropósito dentro del Parque Roca en el Barrio Villa Soldati, para ser sede de la Copa 
Davis142. 
Con respecto a la ciudad de Mar del Plata, su función turística es la que prevalece y la 
convierte en la ciudad turística más importante del país. Si se quiere captar algunas 
singularidades de su actual reorganización espacial, es fundamental tomar todas las categorías 
analíticas, ya que si por ejemplo consideráramos sólo su principal función, la turística, aislada 
 
141 La población asentada en villas miseria en el total de la ciudad ha aumentado un 65% entre 1991 y 
1999.Entre las villas más grandes del barrio Villa Lugano cabe mencionar, Villa 20, Villa 15 (llamada Ciudad 
oculta), Villa 19 y Villa 17. 
142 El proyecto se adjudicó a través de una licitación pública a la empresa Astori Estructuras, en donde la 
primera etapa tuvo un costo aproximado de 1.400.000 dólares. 
97 
 
de las demás, haríamos una mera descripción sin comprender que sólo en combinación con la 
estructura económica y social aunada al tiempo (proceso), podríamos entender su actual 
organización espacial. 
Así, Mar del Plata fue la ciudad de «turismo de elite» a fines del siglo XIX y las 
primeras décadas del XX, para convertirse en la ciudad de «turismo de masas» a mitad del 
siglo XX, entrando en una nueva etapa, a partir del modelo económico neoliberal 
profundizado en los noventa. Como explica R. Bertoncello (2006) este modelo puso fin al 
turismo masivo vinculado al mundo del trabajo, además, el aumento de la pobreza redujo la 
posibilidad de practicar turismo y la flexibilización laboral incidió en el acceso al tiempo 
libre. La ciudad de Mar del Plata se vio enormemente perjudicada ya que “esta situación tuvo 
su máxima expresión en los destinos turísticos de sol y playa, y si bien los afecta a todos, lo 
hace en mayor proporción en aquellos cuyos turistas provenían fundamentalmente de la clase 
media baja y los sectores asalariados… Destinos turísticos en crisis pierden paulatinamente 
su atractivo a medida que van degradándose sus condiciones materiales y simbólicas” 
(Bertoncello, R. 2006, p. 329). Así, las actividades vinculadas al turismo habrían reducido su 
participación en el producto bruto geográfico (PBG) correspondiente al sector terciario, 
pasando de aportar 187.292 en 1993, a 167.918 en 1999 (en miles de pesos corrientes) 
(Leiva, M. E. 2005). 
La ciudad en crisis de la década de los noventa y la post-convertibilidad143, que veía 
deteriorada su capacidad receptiva dirigida desde décadas atrás a los sectores populares, 
realiza un intento de volver a aquel «turismo de elite». G. Cicalese (2005, p. 1) explica que, 
“se dio paso a una táctica basada fundamentalmente en “relanzar” la ciudad mediante la 
calificación de su oferta de ocio y recreación por lo cual se preparó, tradujo o aplicó, un 
paquete de normas preexistentes y nuevas emanadas desde distintas escalas estatales, con el 
fin de convocar y facilitar la inversión de agentes privados”. 
Mar del Plata ha recibido importantes inversiones públicas, municipales, provinciales 
y nacionales para modernizar algunas partes de la ciudad muy retrasadas y también, 
inversiones privadas que provocarán realmente su nueva configuración territorial. 
Muchas de las inversiones públicas han sido resultado de la elección de Mar del Plata 
como sede de importantes eventos internacionales, como fueron los XII Juegos Deportivos 
Panamericanos Mar del Plata en 1995, la IV Cumbre de las Américas en 2005, la Copa Davis 
 
143 Ciudad en crisis no sólo por las actividades relacionadas al turismo, sino porque se vio fuertemente afectada 
su economía en general, en relación a disminución de la pesca y al cierre de industrias, en especial alimenticias 
y textiles. 
98 
 
en 2008 y el XXIII Festival de Cine Internacional en el 2009. Cabe mencionar también, las 
mejoras en los balnearios de La Perla y paseos públicos de este barrio, la recuperación de 
espacios públicos turísticos, la renovación del aeropuerto y la finalización de la autovía N° 2, 
como las más importantes144. La nueva terminal ferroautomotora, relocalizada hacia el Norte 
junto a la vieja estación ferroviaria, se constituirá en una de las nuevas macroestructuras que 
provocará cierta reorganización espacial de la ciudad. 
Pero la oleada de inversiones privadas, locales, nacionales y en algunos casos 
específicos, también extranjeras, son las de mayor impacto y la que le dan a esta ciudad 
nuevas formas, es decir, una nueva configuración espacial a partir de una estructura, que 
podríamos calificar de «impuesta», lo que muchas veces se opone a las formas espaciales 
existentes que no siempre podrán quedar integradas a lo nuevo145. 
Los principales cambios que ocurren hacia la zona sur del litoral, comenzaron con la 
«privatización» de las playas, seguidas por los barrios cerrados146 y torres lujosas147, 
complejos comerciales y polos gastronómicos con la llegada de importantes cadenas 
nacionales e internacionales y la instalación de nuevos hoteles de alto nivel148. Muchos de 
estos objetos, que darán cuenta de este nuevo paisaje urbano149, eran inexistentes en Mar del 
Plata hace sólo unos años atrás. 
Existen algunos megaproyectos que resulta interesante mencionar, como son la 
construcción de un centro de convenciones y un polo gastronómico en el histórico edificio de 
La Normandía, en Playa Grande que contara con prestigiosas cadenas de restaurantes; la 
 
144 Entre las obras públicas financiadas por los gobiernos nacional y provincial, que se están desarrollando en la 
actualidad cabe mencionar: el arreglo de calles, semáforos y luces; las mejoras en las plazas; la obra del colector 
noroeste que consiste en la construcción de tres conductos que corren de norte a sur; planes de viviendas para 
erradicar villas miserias y ampliación de la red cloacal (Castagnoli, A. Diario La Capital. 18/8/2009). 
145 Cabe mencionar a modo de ejemplo, que la relocalización de la Estación terminal de Ómnibus está 
provocando el cierre masivo de una gran cantidad de pequeños comercios que eran actividades concatenadas a 
la Terminal. 
146 Con respecto a los barrios cerrados, hay dos en funcionamiento, el complejo Rumencó y el Marayui Country 
Club que es el barrio más exclusivo de la zona; también hay dos en construcción, el emprendimiento Arenas del 
Sur y el Club de Campo, Barrancas de San Benito. 
147 La construcción de torres de lujo frente al mar suma un total de seis para el año 2006 y están localizadas en 
las inmediaciones del Campo de Golf y Playa Grande, pudiendo mencionarse Las Torres del Golf147 y Barrancas 
de Playa Grande y la remodelación del antiguo hotel Tourbillón, que será reconvertido en un edificiode 
viviendas de lujo. 
148 La oferta hotelera ha recibido nuevas inversiones, como por ejemplo la reapertura del hotel cinco estrellas 
Provincial, hoy llamado NH Gran Hotel Provincial148 y el Hotel y Spa Boutique Sainte Jeanne, contando en la 
actualidad con un total de cinco hoteles de la máxima categoría. 
149 Estos proyecto sumaban para el año 2006, 100 millones de dólares (Diario La Nación, 6/11/2006). 
99 
 
construcción de un centro cultural y comercial en el predio donde funcionaba la terminal de 
ómnibus de Mar del Plata150 y la construcción de un “Puerto Madero marplatense”151. 
Por último, Tandil asume en el período actual una reorganización de su espacio a 
pesar de la crisis de la actividad industrial local, ya que crecen y se modernizan amplios 
sectores de la sociedad. Posee una economía diversificada distribuida entre el sector 
industrial (alimenticio y metalmecánico, especialmente), las actividades agrícolas y todo tipo 
de establecimientos comerciales y de servicios al campo (agronegocios152) que le dan 
importancia regional. Además, crecen actividades asociadas a la vida urbana y a la 
refuncionalización del turismo, como comercios, alojamientos y transporte, entre otros153. 
Los cambios sociales y económicos van acompañados de nuevas formas y funciones en los 
objetos geográficos, tanto en los existentes como en lo nuevos, y la suma de todas estas 
transformaciones crea una nueva organización de ese espacio urbano. 
R. Bertoncello (2006 p. 330) explica que, en los últimos años, el turismo en Argentina 
se va redefiniendo paulatinamente de manera tal que, “los procesos de degradación -no sólo 
objetiva sino también, o más aún simbólica- de los destinos y modalidades turísticas 
tradicionales se aceleran, al tiempo que se promocionan nuevos destinos y nuevas ofertas en 
algunos puntos tradicionales para el disfrute de los «sectores ganadores»”. 
Ese es el caso de Tandil, donde comienzan a observarse transformaciones en la 
concepción y en el uso que la sociedad local y la externa tienen del espacio tandilense, 
revalorizando la belleza paisajística de las sierras, la tranquilidad, el ocio y la relativa buena 
calidad de vida. Muchas de estas cualidades turísticas corresponden a los deseos e 
 
150 Corresponde a una inversión extranjera, del español Roig Grupo Corporativo que desembarcará en la 
Argentina con un ambicioso proyecto en el que invertirá US$ 23 millones. El emprendimiento tendrá una 
superficie total de 18 mil m2 e incluirá un centro comercial, una sala de exhibiciones de arte, salas de cine con 
mil butacas, 300 cocheras, espacios gastronómicos y terrazas al aire libre. 
151 Este proyecto incluiría un puerto deportivo y único en esta ciudad, paseos comerciales y gastronómicos, y 
además, un hotel. Todo a un paso de la Escollera Norte, espacio elegido por el municipio, el Consorcio Regional 
Portuario y el gobierno nacional para construir la futura terminal de cruceros, hasta ahora la única de las 
propuestas que está acordada y con posibilidades claras de próxima ejecución (Diario La Nación 26/10/2009). 
152 Como explican D. Elias y R. Pequeno (2009, p 4) “el agronegocio globalizado representa un papel 
fundamental para la intensificación de la urbanización y para el crecimiento de ciudades locales y medias, 
fortaleciéndolas en términos demográficos y económicos. En estas ciudades se realiza parte de la 
materialización de las condiciones generales de reproducción del capital de los agronegocios globalizados, 
cuando pasan a ejercer nuevas funciones urbanas y a componer importantes nodos de las redes agroindustriales, 
a partir de las cuales abastecen parte de la mano de obra, de los recursos financieros, de los insumos químicos, 
de las máquinas agrícolas, de la asistencia técnica agropecuaria, etc., dinamizando la economía urbana y la 
reorganización urbano-regional”. 
153 Los últimos datos del Producto Bruto Geográfico 2003, publicados por la Dirección Provincial de 
Estadísticas y Censos de la provincia de Buenos Aires, señalan la siguiente estructura económica del partido, 
siendo los más representativos: Industria manufacturera (18,9%); Agricultura, ganadería, caza y silvicultura 
(15,4%); Transporte, almacenamiento y comunicaciones (14,1%); Servicios inmobiliarios, empresariales y de 
alquiler (12,4%); Comercio al por mayor, al por menor y reparaciones (10,8%); Administración pública, defensa 
y seguridad social obligatoria (5,6%); Construcción (4,9%). 
100 
 
imaginarios de clases sociales más favorecidas que son los principales turistas que visitan 
Tandil. Se observa así, un proceso de apropiación privada de un espacio que era público 
como son las sierras. 
Tandil se convierte así en un lugar de nuevas inversiones, por parte de actores locales 
y también, otros ajenos al lugar. El gobierno local fomenta las inversiones privadas 
acompañando la producción urbana de este espacio con importantes inversiones públicas que 
van atendiendo las necesidades de modernizar la ciudad154. 
Los nuevos procesos de urbanización del espacio de Tandil, especialmente en el 
centro comercial y financiero y en la zona sur aledaña a las sierras, son resultado del accionar 
del capital privado, destacándose el crecimiento de la verticalización, a partir de la 
construcción de edificios en altura; de barrios cerrados y emprendimientos de alojamiento y 
servicios turísticos (Lan, D. et al. 2010). 
Entre los años 2000 y 2009155 se produce la densificación del centro de la ciudad 
debido a la construcción de 27 torres, que representa un aumento del 129% en sólo 10 años. 
Este fenómeno es más elocuente si mencionamos que 23 de los 27 edificios se construyen a 
partir del 2005 (Lan, D. et al. 2010). Este tipo de emprendimientos que van dirigidos a 
sectores de altos ingresos genera nuevas formas en el paisaje urbano, que no son tan comunes 
en otras ciudades de estas dimensiones. 
La producción de barrios cerrados constituye unas de las transformaciones más 
significativas en el proceso de urbanización de esta ciudad, presentando cierta singularidad al 
localizarse en las zonas serranas disponiendo de grandes predios y aprovechando las ventajas 
del entorno natural. Configuran verdaderos enclaves, cuyas barreras económicas, sociales y 
físicas producen una ruptura de la estructura urbana tradicional. Los barrios cerrados en 
funcionamiento son dos, uno que data desde el año 1997 Country Sierras de Tandil y otro, del 
año 2002 Altos Aires156. No obstante, a éstos se le deben sumar cuatro proyectos aprobados 
 
154 En forma muy general, este apoyo se ve materializado en principio por la revalorización del patrimonio 
natural, determinando jurídicamente “Zona Protegida” al sector de sierras que se encuentre por encima de de los 
220 metros sobre el nivel del mar. También, el estado local incide en el acondicionamiento del espacio público 
asociado a la práctica del turismo (paseos como, La movediza, Paseo de los Pioneros, Lago del Fuerte, etc.). Se 
encarga, además, de institucionalizar las actividades económicas asociadas a la práctica turística bajo la 
concepción del turismo como motor de desarrollo comunitario. Un ejemplo de ello lo constituyó la creación del 
Instituto Mixto de Turismo, como organismo específico encargado de impulsar y apoyar las iniciativas a favor 
del turismo. 
155 Cabe señalar que en 40 años, de 1960 a 1999, se habían construido en Tandil sólo 21 edificios. 
156 “Estos barrios cerrados se caracterizan básicamente por la construcción de viviendas tipo chalet en predios 
parquizados, generalmente con piscinas, servicios centrales, loteo con una única entrada, cerramiento perimetral 
y guardia. El tamaño promedio de los lotes es de 700m2 para el Country Sierras de Tandil y de 2000m2 para 
Altos Aires, y en ambos casos se detecta un aumento considerable de los lotes construidos en los últimos tres 
años” (Lan,D. et al.2010). 
101 
 
bajo el concepto de urbanizaciones especiales próximo a convertirse en futuros barrios 
cerrados. 
La reorganización del espacio local, en función de las nuevas pretensiones 
relacionadas a turismo de clase alta, se evidencia con las nuevas inversiones concentradas en 
complejos de cabañas, hosterías y apart hoteles de alta categoría. El número de cabañas casi 
se duplicó en sólo tres años, pasando de 53 a 95 complejos entre 2006 y 2009 y la oferta de 
apart hoteles se triplicó, de 4 a 13 durante el mismo período de años. Otras importantes 
inversiones vinieron con nuevos hoteles como son uno en red, denominado Elegance y 
especialmente, el Hotel Amaike, que cuenta con golf y spa de alta categoría. Este último caso 
denota con fuerza algunas de las ideas de ciudad privatizada en las sierras, ya que en el 
mismo predio se combinan el conutry (Altos Aires), el hotel (Amaike), y la cancha de golf, 
con las mayores categorías de la ciudad. 
3.4. POBREZA, DESIGUALDAD SOCIAL Y FRAGMENTACIÓN TERRITORIAL 
Mucho se ha estudiado el fenómeno de la generación de una sociedad cada vez más pobre, 
excluyente y sin trabajo, como es la argentina de la mano del neoliberalismo exacerbado que 
terminó con una de las crisis más profundas de su historia. 
A principios de la década de los noventa se creía en el pronóstico del Consenso de 
Washington, según el cual las nuevas inversiones de capital y las políticas de reforma 
estructural del Estado, llevarían a descensos sostenidos del desempleo y el subempleo. Sin 
embargo, ya a fines de esa década y en especial durante la crisis del 2001-2002, esta profecía 
se derrumbó. 
O. Morina et. al. (2005) presentan algunos datos que muestran la grave situación 
social de la población argentina. Señalan que, ya hacia fines del siglo XX, el nivel de pobreza 
sextuplicaba el de 1974 (3,2%) y duplicaba el de 1980. La Encuesta Permanente de Hogares 
(EPH) de octubre de 1997 había calculado que, para el Gran Buenos Aires, un 38,3% de los 
hogares y un 47,4% de las personas se encontraban bajo la Línea de la Pobreza. 
En lo respectivo a la incidencia de la pobreza por jurisdicción provincial, las 
provincias tradicionalmente pobres, del NOA y NEA, son las que se vieron más afectadas, 
con altísimos porcentajes para 2001 (más del 50%) de población por debajo de la línea de 
pobreza: Corrientes (58,8%), Chaco (58%), Entre Ríos (56%) y Formosa (58,4%). La 
pobreza e indigencia también se aglutinó en el área concentrada del país, por su mayor 
porcentaje de población urbana y por los impactos económicos de la desindustrialización y 
102 
 
flexibilización. En octubre de 2001 había alrededor de 16 millones de personas por debajo de 
la línea de la pobreza, de los cuales 8 millones vivían en el área concentrada (datos de 
Morina, O. et. al. 2005). 
A la situación de pobreza157, desempleo e informalidad laboral158 se podría agregar la 
profundización de la desigualdad social, es decir, el aumento en la brecha entre los ingresos 
de los grupos más pudientes y los más pobres: para el año 2002 esta brecha era de 20,4 veces 
para el total del país, observándose importantes desigualdades entre las provincias (datos del 
PNUD, 2003, publicados en Morina, O. et. al. 2005)159. 
La relación entre pobreza urbana y la falta de empleo formal trae como consecuencia 
la creación, mantenimiento y aumento del circuito inferior de la economía urbana en países 
subdesarrollados como Argentina, en especial en una situación de crisis profunda como la 
acontecida al inicio de ésta década. 
3.4.1. Las ciudades grandes como abrigo de la pobreza y del circuito inferior de la 
economía: Buenos Aires y Mar del Plata 
En la ciudad de Buenos Aires la fragmentación territorial y social se hacía evidente: “entre 
1991 y 2002, la diferencia entre los recursos recibidos por 20% de la población con menores 
ingresos y 20% de la población con mayores ingresos pasó de 9,2 a 14,5 veces. Entre 1992 y 
2001, la población bajo la línea de pobreza e indigencia pasó de 27,4% a 52,4%” (Pirez, P. 
2005, p. 7). M. F. Prévot Schapira (2002) señala que, en los suburbios y en particular en 
algunos municipios de la segunda corona es donde la pobreza alcanza los niveles más 
altos160. 
 
157 No es el objetivo de este apartado profundizar en el amplio y rico debate sobre los estudios de pobreza y en 
particular de la pobreza urbana. Para un mayor análisis de esta última en Argentina y desde una perspectiva 
geográfica se recomienda el trabajo de N. Formiga (2008) dónde se encuentran reunidos los principales aportes 
conceptuales y metodológicos de esta temática. 
158 Para el año 2001, a escala nacional, 44% de los trabajadores eran informales (Portes, A. y Roberts, B. 2005). 
Entre los años 1998 y 2001, el desempleo abierto creció cerca del 39%, la pobreza subió aproximadamente un 
31% y la indigencia nada menos que el 89%; además el 27,7% de los jefes de hogar con niños menores de 18 
años eran pobres (datos de la EPH octubre de 2001, publicados en Morina, O. et. al. 2005). 
159 Estos autores señalan que, “en 2002, doce provincias superaban la media del país. En situaciones críticas de 
desigualdad, aparecen Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Resto de Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Formosa 
(52,7 veces), Neuquén y Salta, entre otras. Por otra parte, en varias jurisdicciones, la profundización en la brecha 
de ingresos supera el 100%, agravándose abismalmente en la provincia de Formosa (361,4%) (…). En el 
extremo opuesto se encuentra la provincia de Santa Cruz, en el cual el porcentaje fue negativo” (Morina, O. et. 
al. 2005, p. 47). 
160 “En mayo de 2002, la población por debajo del límite de pobreza representaba el 48% de las familias en el 
Conurbano, y sobrepasa el 60% en los municipios de La Matanza, Florencio Varela, Merlo, Tigre y Moreno, 
contra un 13,4% de las familias en la Capital. Es sin embargo ahí donde el empobrecimiento es más rápido…” 
(Prévot Schapira, M. F. 2002, p. 5). 
103 
 
Los porcentajes de desocupación de la ciudad de Buenos Aires han sido más bajos que 
los promedios nacionales, aunque elevados para sus propios registros históricos. Este 
indicador ha sido verdaderamente grave en el resto de la RMBA, en especial, en la primera y 
segunda corona, llegando a casi el 23% para el año 2002161. 
En lo relativo a la estructura económica P. Pirez (2005) ha estudiado que, durante los 
años noventa, junto al proceso de desconcentración de la población de la ciudad de Buenos 
Aires hacia su periferia, se ha dado la concentración económica del centro asociada a las 
actividades terciarias, en particular, servicios de todo tipo y comercio, y también a pequeñas 
industrias, para las cuales la ciudad presenta la mejor ecología. 
P. Cicolella (2008) señala que, toda la RMBA y, en especial, la ciudad de Buenos 
Aires, han salido muy rápidamente de la crisis post-convertibilidadl162 impulsada fuertemente 
por el sector de la construcción y, también, por la búsqueda de rentas diferenciales mediante 
el «boom inmobiliario», con la incorporación de pequeños y medianos propietarios 
extranjeros de bienes inmuebles163 en la ciudad. 
La región metropolitana y en especial la ciudad de Buenos Aires, se convierte en la 
sede central del medio técnico-científico-informacional, con actividades económicas 
fuertemente partícipes de un circuito superior de la economía de esta ciudad. En muchos 
casos, es un circuito con fuertes alineamientos internacionales, con actividades relacionadas a 
los nuevos patrones de consumo y servicios modernos especializados además, de las 
actividades industriales. Pero esta misma modernización trae, como consecuencia, la creación 
y engrosamiento del circuito inferior de la economía ya que, a las tradicionales actividades y 
grupos relacionados por el trabajo y el consumo a este circuito de la pobreza, como son los 
vendedores ambulantes, los pequeñoscomercios, los trabajos de oficios, entre otros, se suman 
nuevas actividades relacionadas a los nuevos parámetros de la economía y del consumo: 
servicios de mantenimiento a las empresas, obreros de la construcción, servicio doméstico, 
 
161 A. Portes y B. Roberts. (2005, p. 25) señalan que “la clase trabajadora formal empleada en las grandes 
empresas del Área Metropolitana de Buenos Aires, se redujo de cerca de la mitad de la población 
económicamente activa (PEA) en 1980, hasta menos de un tercio, en el 2001. Por otra parte, la clase trabajadora 
informal aumentó del 13 por ciento al 34 por ciento de la PEA durante el mismo período (…) y al 44 por ciento 
si se tiene en cuenta (…) la falta de cobertura social”. 
162 P. Cicolella (2008, p. 648) plantea que según datos del Ministerio de Economía y Producción, “entre 1993 y 
2006, el aporte de la ciudad de Buenos Aires al PBI Nacional osciló entre un mínimo de 23,6 en 2002 (plena 
crisis) y un máximo de 25,9 en 2000, muy cerca del valor actual (25,6%). Es decir que la ciudad aporta algo más 
de una cuarta parte del PBI argentino, mientras que el conjunto de la RMBA, lo hace en un 55,1% (2006)”. 
163 M. Svampa (2004, p. 96) considera que, los cambios inmobiliarios tienen que ver con “proyectos de lujo”, e 
indica que, “existe una explosión inmobiliaria que se está dando en un pequeño radio de 44 manzanas, situadas, 
entre Barrio Norte y Palermo, donde hay 14 edificios lujosos en construcción” (según el Informe Inmobiliario, 
publicado en el Diario Clarín 11/01/2004). 
 
104 
 
mensajeros, paseadores de perros, distribuidores de pizzas y de comidas en general, 
mensajeros, por sólo nombrar algunos de estos trabajos. Como indican M. Santos y M. L. 
Silveira (2001, p. 285) en la ciudad grande las “actividades son mucho más numerosas, y por 
eso la superposición de las diversas curvas de oscilación del empleo correspondiente hace 
que tiendan prácticamente a superponerse y anularse. Esa es la razón por la cual la ciudad 
grande se vuelve mucho más capaz de acoger actividades a las que llamamos circuito inferior 
de la economía y sus respectivos agentes, entre ellos lo pobres”. 
Mar del Plata es una de las ciudades donde más se han sentido las consecuencias 
económicas y sociales indeseables de la economía de mercado. Resultado del turismo, las 
actividades terciarias son las predominantes (76% del total del PBG), destacándose las 
comerciales, inmobiliarias, empresariales y de alquiler, las que se han visto afectadas por el 
mal desempeño del turismo interno en los años noventa. La producción pesquera presentó 
una fuerte caída (-25%) en sus actividades extractivas, por el agotamiento del recurso 
pesquero (Gennero de Rearte, A y Ferraro, C. 2002). La industria, centrada en las ramas 
alimentación pesquera y no pesquera, textil y metalmecánica, tuvo en general un desempeño 
desfavorable con disminución de su valor agregado en un 21% promedio entre 1993 y 1999. 
La construcción ha sido la actividad secundaria que más creció en los noventa (19%) por el 
importante incremento de las obras públicas y en los últimos años, por las inversiones 
privadas. 
La crisis de inicios del siglo golpeó profundamente a esta ciudad, en la que se 
verificaba un alto nivel de pobreza en el año 2002: “un 38% de los hogares en los que 
habitaban y un 46% de los habitantes del partido se encuentran bajo la línea de pobreza” 
(Lanari, M. E y López, M. T. 2005, p. 61). Esta situación se agrava si se suma que el 
desempleo afecta principalmente a los hogares más pobres: “la tasa de desocupación de 
quienes están bajo la línea de pobreza casi alcanza a quintuplicar a las de quienes son 
considerados no pobres (31 % vs. 7%)” (Lanari, M. E y López, M. T. 2005, p. 63). La tasa de 
desocupación, que mostró valores altísimos en el año 2002 llegando al 25% de la PEA, fue 
descendiendo en los últimos años hasta llegar a un 11% de la PEA para el año 2007, aunque 
esta tasa sigue siendo una de las más altas del país (Lucero, P. 2008)164. 
 
164 Cabe señalar aquí que en Mar del Plata como en el resto de las ciudades argentinas, “se resolvió enfrentar la 
emergencia social reorientando los recursos existentes hacia tres líneas programáticas: a) emergencia 
alimentaria, b) emergencia sanitaria y c) emergencia ocupacional. Para este último componente se diseñó el Plan 
Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, con una asignación única e $150, mensuales… La aplicación de estos 
programas de subsidios logró hacer descender los niveles de pobreza por ingresos, ocultando la real situación de 
desocupación y la falta de acceso a la canasta básica de bienes y servicios, o tan sólo la capacidad mínima de 
105 
 
Las desigualdades sociales entre los grupos sociales más pobres y más ricos de la 
sociedad marplatense pueden denotarse con el dato de la brecha de ingresos: “mientras el 
20% de los hogares reciben apenas el 6% y 4% de los ingresos generados, según se 
consideren ingresos más per cápita familiar o ingresos totales, el 20% de los hogares más 
ricos reciben el 42% y el 49% de los mismos” (Lanari, M. E y López, M. T. 2005, p. 66). 
Las ciudades grandes como Mar del Plata son propicias para recibir y acoger gente 
pobre y ofrecerle diferentes tipos de ocupaciones, que son empleos temporarios o no son 
necesariamente empleos. Podríamos decir como M. Santos y M. L. Silveira (2001, p. 286) 
explicaron para las ciudades brasileñas que, “las grandes ciudades también crean gente pobre: 
la extrema variedad de capitales en ellas presentes, tanto fijos como variables, asegura la 
posibilidad de una extrema variedad de trabajo” (Santos, M y Silveira, M.L. 2001, p. 286). 
Mar del Plata presenta una economía urbana en la cual la existencia del circuito 
inferior resulta ser un abrigo esencial para un enorme grupo de la sociedad ya sea por medio 
de la actividad directa en relación al trabajo, o por su vinculación en relación al consumo. 
Según datos de P. Lucero (2008) el 52% de los trabajadores marplatenses forman parte del 
sector formal urbano y el restante 48% del sector informal urbano. El circuito inferior de esta 
ciudad estaría conformado por pequeñas empresas industriales, muchas de ellas familiares, 
una enorme cantidad de cuenta propistas trabajando en oficios sencillos, servicio doméstico, 
trabajadores en actividades comerciales y de servicios relacionados a la temporada turística, 
vendedores ambulantes, entre otras actividades. Si bien los trabajos estacionales son 
atractivos en temporada, muchos de ellos son de baja calificación, precarizados y 
flexibilizados y son los desempleados marplatenses los que cubren estas actividades. 
 
 
 
 
cubrir los alimentos, es decir, la verdadera emergencia en la que está inmersa una gran parte de los hogares” 
(Lucero, P. 2008, p. 265). 
106 
 
 
 
 
 
 
SEGUNDA PARTE: 
 
 
 
 
CIRCUITOS DE LA ECONOMÍA URBANA DE BEBIDAS 
GASEOSAS Y AGUAS SABORIZADAS: TECNICA, CAPITAL 
Y ORGANIZACIÓN 
 
107 
 
CAPITULO 4 
DIFUSIÓN Y USO DESIGUAL DE LAS TÉCNICAS EN EL CIRCU ITO 
ESPACIAL DE PRODUCCIÓN DE BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS 
SABORIZADAS 
4.1. PRODUCCIÓN , FLEXIBILIDAD Y RIGIDEZ DE LA TÉCNICA : DEL VIDRIO AL PET, DEL PET 
AL VIDRIO 
J. Ellul (1954, 1968. p. 1) inicia su libro afirmando que “ningún hecho social, humano, 
espiritual, tiene en el mundo moderno, tanta importancia como el hecho técnico”, y señala 
que una de las diferencias con la técnica pretérita es que “la técnica asume hoy en día la 
totalidad de las actividades del hombre, y no apenas su actividad productiva”. 
Así, para H. Marcuse (1954, 1993, p. 53) la técnica es en cada caso un proyecto 
histórico-social “en él se proyecta lo que una sociedad y los interesesen ella dominantes 
tienen el propósito de hacer con los hombres y con las cosas”, a partir del dominio que la 
técnica ejerce sobre la naturaleza y sobre los hombres. “Un dominio metódico, científico, 
calculado y calculante” (Marcuse, H. 1954, 1993, p. 53). 
La técnica actual no existe de manera aislada sino que se conforma y actúa como 
familias, como grupos de técnicas, es decir verdaderos sistemas; “esas familias de técnicas 
transportan una historia, cada sistema técnico representa una época” (Santos, M. 1996, 2000 
p. 24-25). 
Desde la década de los noventa, en el circuito de producción de las bebidas gaseosas, 
una nueva técnica, relacionada a una nueva forma de hacer gaseosas, pero también de 
venderlas y consumirlas, ha sido un factor central de explicación. Como indica M. Santos 
(1996, 2000, p. 150) “las épocas se distinguen por las formas de hacer, es decir, por las 
técnicas. Los sistemas técnicos comprenden formas de producir energía, bienes y servicios, 
formas de relación entre los hombres, formas de información, formas de discurso e 
interlocución”. 
La introducción de la botella de PET (polietilen-tereftalato) es el nuevo objeto técnico 
que permitió el aumento de la producción y del consumo. Como afirma M. Santos (1996, 
2000) un objeto se convierte en técnico, al considerar el criterio de su posible uso, de manera 
tal que hasta los objetos naturales podrían ser incluidos dentro de los objetos técnicos. A su 
vez, G. Simondon (1958, 2008, p. 41) considera que si bien el objeto técnico está sometido a 
una génesis, sólo puede definírselo “por su pertenencia a una especie técnica; las especies son 
108 
 
fáciles de distinguir de modo sumario, para el uso práctico, en tanto que se acepte aprehender 
al objeto técnico a través del fin práctico al cual responde”. 
Históricamente, la técnica precedió a la ciencia, pero en esta etapa no sólo la técnica 
está íntimamente unida a la ciencia, sino que esta relación debe ser invertida, ya que “la 
técnica, en tanto, sólo recibirá su impulso histórico después de la intervención de la ciencia. 
La técnica deberá, entonces, esperar por el progreso de la ciencia” (Ellul, J. 1954, 1968. p. 6). 
De este modo, cada vez es menos clara la frontera entre trabajo técnico y trabajo científico. J. 
Habermas (1968, 1994, p. 86) explica que “desde fines del siglo XIX se impone cada vez con 
más fuerza (…), la cientifización de la técnica. (…) el progreso científico y el progreso 
técnico han quedado asociados y se alimentan mutuamente. Con la investigación industrial a 
gran escala, la ciencia, la técnica y la revalorización del capital confluyen en un único 
sistema”. 
El uso de estos envases comenzó con el descubrimiento científico de la posibilidad de 
emplear la resina tereftalato de polietileno165, conocida como PET, para producir un tipo 
especifico de plástico que, entre otros objetos, permitió elaborar las preformas PET166, que 
son un producto intermedio en la fabricación de esas botellas. Esta resina167 comenzó a 
utilizarse en la Argentina desde el año 1980 como material de envase de gaseosas pero sólo 
por algunas de las grandes empresas. Sin embargo, su difusión fue a partir de los años 
noventa permitida por las políticas aperturistas (Centro de Estudios para la Producción. 
2004). 
Estamos estudiando las bebidas gaseosas y aguas saborizadas, no sólo a partir de las 
divisiones territoriales del trabajo, sino también de los circuitos espaciales de producción, los 
cuales están formados por las diversas etapas que atraviesa un producto, desde el comienzo 
del proceso de producción hasta llegar al consumo final. Por tanto, es necesario realizar el 
estudio de varios puntos diferentes como son, por ejemplo, el origen de la materia prima, el 
almacenamiento, el transporte, la distribución, la comercialización y el consumo. “Como la 
localización de las diversas etapas del proceso productivo (producción, propiamente dicha, 
 
165 La resina PET es fabricada a partir del MEG (monoetilen glicol), el DMT (Dimetil tereftalato) y el PTA 
(ácido tereftálico) derivados del petróleo cuyo precio en el mercado internacional determina en gran medida, 
junto al valor del dólar, el precio local de los insumos indicados (Ministerio de Economía y Producción 
11/11/2003). 
166 Las preformas PET consisten en un pequeño tubo plástico (el material es polietileno-tereftalato, PET) con 
una rosca en el cuello, elaborado a partir de una resina del mismo material (Ministerio de Economía y 
Producción. 11/11/2003). 
167 Las empresas productoras de resinas PET son grandes grupos a nivel mundial siendo los más destacables 
Voridian SRL; M&G; KP Chemical; Far Easterm; Nan-Ya; Enka; Tongkook y Reliance (datos del Ministerio de 
Economía y Producción 11/11/2003). 
109 
 
circulación, distribución, consumo), puede ser geográficamente disociada gracias a la fluidez 
del territorio y autonomía, aumenta la necesidad de complementación entre los lugares, 
generando circuitos productivos y flujos, cuya naturaleza, dirección, intensidad y fuerza 
varían según las formas productivas, la organización del espacio preexistente, los impulsos 
políticos presentes y las condiciones del mercado mundial y nacional” (Santos, M. 1988, 
1996, p. 49). 
Es interesante aquí introducir la concepción de fenómeno técnico, que es explicada 
por J. Ellul (1954, 1968) a partir de la idea de operación técnica, es decir el trabajo hecho con 
cierto método en el que intervienen la conciencia y la razón: “la razón mide los resultados, 
tiene en cuenta ese fin preciso de la técnica que es la eficacia. (…) Este es el aspecto más 
nítido de la razón en su aspecto técnico” (Ellul, J. 1954, 1968. p. 20). La conciencia 
interviene de manera que, “hace aparecer claramente a los ojos de todos los fenómenos las 
ventajas de la técnica, y lo que gracias a ella se puede hacer en determinado dominio. (…) La 
toma de conciencia produce, por tanto, la rápida y casi universal extensión de la técnica” 
(Ellul, J. 1954, 1968. p. 21). Planteada así la operación técnica produciría el fenómeno 
técnico. 
M. Santos (1996, 2000) considera que fenómeno técnico no significa, sólo, tener en 
cuenta los objetos técnicos, sino los otros objetos fijos y fijados en el espacio, y las acciones 
que son autorizadas por las técnicas que, a su vez, posibilitan la creación o llegada de éstas. 
Aquí, interviene la política como acción, que permite que el fenómeno técnico suceda. Así se 
afirma que la política es el par histórico de la técnica. 
En Argentina, las políticas neoliberales aperturistas permitieron la importación a muy 
bajo costo de la resina PET que no se produce en el país y representa el 80% del valor final 
de una preforma PET. Esto permitió que varias empresas nacionales comenzaran a fabricar 
estos envases. Además, dichas políticas favorecieron la importación de maquinarias de líneas 
de soplado y embotellado168 PET de bebidas gaseosas, lo cual aumentó notablemente la 
capacidad de producción. 
Esto no implicó sólo un cambio operacional, sino que produjo un verdadero fenómeno 
técnico porque la aparición de los envases PET permitió reducir la escala de la producción de 
las empresas, los costos relacionados al peso, deterioro y rotura del envase de vidrio y los 
gastos de almacenamiento no siendo necesario mantener un gran stock de botellas vacías para 
 
168 La mayoría de las Envasadoras adquirieron máquinas que además del llenado realizan el soplado de la 
preforma; el soplado es un proceso relativamente simple y produce un importante ahorro de costos de transporte, 
ya que las preformas son mucho más pequeñas que los envases PET, por lo que resulta rentable transportarlos y 
soplarlos en las propias fabricas 
110 
 
satisfacer la demanda. Además, bajaron en un 57% los requerimientos energéticos en la 
elaboración de los envasesy se generó un ahorro del 39% en los costos de transporte, como 
resultado del menor consumo de combustible asociado a la caída en el peso de la carga 
(Ministerio de Economía y Producción 11/11/2003). 
La difusión de esta ventaja técnica redujo significativamente los costos de producción 
y distribución, dando lugar al surgimiento de una gran cantidad de pequeñas empresas de 
gaseosas de diferentes tamaños y a la reducción del número de plantas embotelladoras de 
marcas transnacionales. 
El nuevo sistema técnico que se implanta lo hace como sistema integrado (Santos, M. 
1996, 2000) en el sentido de que es representativo del sistema económico hegemónico e 
intenta instalarse en todas partes, ya sea, desalojando a los sistemas autónomos o 
incluyéndolos en su lógica. El sistema técnico PET desplazó, durante la década del noventa, 
casi totalmente a los sistemas técnicos anteriores, tanto el creado en torno a la producción de 
bebidas en botellas de plástico de PVC (policloruro de vinilo), envase que no fue muy 
difundido en las bebidas gaseosas, como el existente alrededor de la producción de estas 
bebidas en vidrio, que era el más propagado en el embotellado. Así, prácticamente 
desapareció la fabricación de esas botellas para gaseosas con la excepción de dicha 
producción en algunas ciudades del interior del país y en particular para el mercado 
refrigerado (bares, restaurantes y hoteles) de la RMBA. El reemplazo del PET por el vidrio 
fue tan rápido que, para la segunda mitad de los noventa, el 80% del volumen total de 
gaseosas se comercializaba con envases PET. Pero además, esto produjo un cambio en la 
organización de la distribución, en nuevas formas de comercialización y en diferentes 
posibilidades de consumo de bebidas gaseosas. 
Otro objeto técnico que registró un importante crecimiento en la misma década fue la 
lata de aluminio, ocupando casi el 10% del mercado de bebidas gaseosas. Este envase 
también fue posibilitado por la importación de su principal materia prima, el aluminio, pero 
se estableció un sistema técnico restringido a unas pocas grandes empresas sin difusión a las 
medianas y pequeñas, tanto por las limitaciones de importar otra maquinaria de altos costos, 
diferente a la que embotella PET, como también porque fue recién en 1996 cuando se instaló 
la primera fábrica local de latas de aluminio169. 
 
169 Las principales empresas que proveen de latas de aluminio son Aluplata localizada en el Parque Industrial de 
Pilar y Reynolds Argentina, localizada en Burzaco (Gran Buenos Aires) que le envasa a Pepsi-Cola. Coca-Cola 
FEMSA posee una planta destinada a fabricar estos envases radicada en Monte Grande, CICAN (Ministerio de 
Economía de la Provincia de Buenos Aires. 2001). 
111 
 
Los sistemas técnicos del período actual se caracterizan, entre otros aspectos, por el 
autocrecimiento, es decir que “la técnica llega actualmente a tal grado de desarrollo que se 
transforma y prosigue casi sin intervención decisiva del hombre” (Ellul, J. 1954, 1968. p. 88). 
La técnica es, además, autopropulsora y muchas veces invasora, en el sentido de que su 
hegemonía le permite ir expandiéndose a sí misma por las sucesivas necesidades que va 
creando. El sistema técnico actual se caracteriza por la rapidez de su difusión, en el sentido 
geográfico (Santos, M. 1996, 2000), cumpliendo un papel central las técnicas de la 
información y de la comunicación. Esta particularidad de la técnica actual “lleva a que las 
invenciones técnicas sean idénticas, en el mismo momento, en numerosos países, y, en la 
medida en que la ciencia asume cada vez más un aspecto técnico (los descubrimientos 
científicos son en realidad comandados por la técnica) esos descubrimientos ocurren en todas 
partes al mismo tiempo” (Ellul, J. 1954, 1968. p. 90). 
Pero como indica M. Santos (1996, 2000) si bien el sistema técnico actual busca 
afirmarse con más fuerza aún que los precedentes, su generalización no significa 
homogenización. 
Así, la innovación de la botella PET permitió ampliar la capacidad de producción 
tanto en las empresas embotelladoras de marcas líderes, como en las nuevas empresas 
pequeñas y medianas que nacieron bajo esta tecnología. Pero, sin embargo, la casi absoluta 
generalización del PET no llevó a la homogenización en la elaboración ya que existen 
enormes diferencias entre las empresas productoras de estas bebidas, según tamaño y poder. 
Una de las exigencias al momento de ser otorgada la franquicia es que utilicen 
tecnologías similares a la de su casa matriz, la cual debe ser prácticamente en su totalidad 
importada. Por su parte, las empresas menores, utilizan tecnologías más baratas y nacionales 
invirtiendo menos en maquinarias e importando sólo la parte de las líneas de embotellado que 
no se fabrican internamente. De esta manera se amplia y profundiza la «brecha tecnológica». 
También, las empresas se diferencian técnicamente en las líneas de embotellado según 
las fases de la producción que permiten realizar. Una línea completa corresponde a las etapas 
de inyección, soplado, llenado, tapado, etiquetado y embalaje, pero no todas las líneas tienen 
esta tecnología de manera integrada. 
Así, una de las principales diferencias técnicas entre las empresas es que hay algunas 
grandes corporaciones que poseen inyecto-sopladoras170 y, por lo tanto, producen las 
 
170 Según datos del Ministerio de Economía y Producción (11/11/2003) para ese año existían cinco o seis 
fabricantes de inyectoras de preformas PET en el mundo, que también son fabricantes de moldes, destacándose 
Husky (Cánada), Krupp (Alemania), Sipa (Italia) y Nestald (Suiza). 
112 
 
preformas para consumo propio. Sin embargo, la mayoría de las empresas, tanto algunas 
grandes como la totalidad de las pequeñas envasadoras, poseen sólo sopladoras y compran la 
preforma PET a firmas que las fabrican y venden en el país. 
En lo referente a la elaboración de las preformas PET, las resinas atraviesan un 
proceso donde son fundidas e inyectadas en un molde que les dará la forma y el peso, de la 
preforma. Estas se diferencian por la calidad de las resinas y por el tipo de molde, la primera 
determina la calidad de la preforma y el segundo, las características físicas de la misma 
(Ministerio de Economía y Producción. 11/11/2003). 
De ese modo, las diferencias técnicas y en calidad de las botellas, según tipo de rosca, 
volumen y espesor de la botella y tipo y calidad de la tapa, determinará en gran parte al 
producto final. Las empresas que poseen las máquinas inyectoras tienen la capacidad de 
adaptar diferentes moldes a sus máquinas y diferenciar las botellas, tanto al interior de sus 
propios productos, como respecto a los productos elaborados por las otras empresas. 
Si bien todas las empresas embotelladoras realizan el llenado, tapado y etiquetado de 
las bebidas, las empresas más grandes se distancian cada vez más de las pequeñas por su 
capacidad productiva, como por ejemplo por la cantidad de picos de llenado. Respecto al 
embalaje, este puede hacerse de manera automatizada y robotizada o manual, según el nivel 
técnico alcanzado por las empresas. 
En la elaboración de gaseosas se utilizan materias primas tales como agua de red 
procesada y filtrada, jugos de frutas concentrados, edulcorantes o azúcares, colorantes, 
conservantes, ácido fosfórico, caramelo, cafeína, extractos vegetales, gas carbónico y un 
jarabe específico (Bruzone, A. SAGPyA, 1997). Las grandes empresas transnacionales de 
gaseosas importan el jarabe desde la casa matriz171, mientras que las pequeñas y medianas 
empresas compran el jarabe a fabricantes en el país que les elaboran una fórmula propia. 
Entre estos componentes que juegan un rol clave en la diferenciación del producto, los más 
importantes son el agua y el endulzante, azúcares o edulcorantes sintéticos.Debido al alto porcentaje de agua que se emplea en el proceso de producción de las 
bebidas gaseosas, la industria tiene especial cuidado a la hora de seleccionar la fuente de 
origen acuífera, siendo éste un factor de localización central, en especial para las empresas 
del circuito superior. En líneas generales, el sector de las gaseosas requiere que el agua 
cumpla con estándares de calidad más estrictos que los del agua potable en relación a su 
 
171 Tanto Pepsi-Cola como Coca-Cola, desde el año 1999 importan el jarabe desde la Zona franca de Manaos. 
113 
 
turbidez, los sólidos disueltos, materia orgánica, contenidos microbiológicos y alcalinidad 
(Grillo Trubba, D. SAGPyA, 2004). 
El segundo componente en importancia de las gaseosas lo constituyen los endulzantes, 
que son para el caso de las bebidas regulares la sacarosa o azúcar común y para las bebidas 
dietéticas o de bajas calorías (light) los edulcorantes intensivos como el aspartamo o el 
acesulfame K, aprobados como seguros por organismos internacionales. Se utiliza, asimismo, 
gas carbónico o dióxido de carbono para darle la calidad «espumosa» o, el efecto 
«burbujeante» (Grillo Trubba, D. SAGPyA, 2004). 
4.1.1. Crisis económica, limitaciones y soluciones técnicas internas. La posibilidad de 
flexibilizar las técnicas de las grandes empresas: la vuelta al vidrio y los nuevos envases 
PET 
Cada sistema técnico es apropiado de un modo específico por el espacio preexistente, por lo 
cual los objetos técnicos tienen que ser estudiados conjuntamente con su entorno. El espacio 
“determina los objetos: el espacio visto como un conjunto de objetos organizados según una 
lógica y utilizados (accionados) según una lógica. Esa lógica de instalación de las cosas y de 
realización de las acciones se confunde con la lógica de la historia, a la que el espacio asegura 
la continuidad” (Santos, M. 1996, 2000, p. 36). Así, en la Argentina post-convertibilidad, la 
devaluación de la moneda nacional, sumada a la crisis económica y social de los primeros 
años del siglo actual, condicionó el sistema técnico PET montado en los noventa. 
De esta manera, aquel objeto técnico «barato» se vio fuertemente afectado por el 
encarecimiento en el costo del material del envase, el cual tiene una importante participación 
en el precio final de estas bebidas. Esto había permitido, en gran parte, la existencia de las 
gaseosas de terceras marcas muy económicas y también la relativa disminución del precio de 
estas bebidas de primeras marcas las que habían sido sólo accesibles para grupos sociales de 
cierto nivel económico. 
Ahora bien, el progreso técnico es inevitable, tanto por la plusvalía que genera, como 
por la fuerza del imaginario que acarrea (Santos, M. 1996, 2000). También, es irreversible 
(Ellul, J. 1954, 1968) porque cada invención técnica lleva a otras en nuevos dominios, sin 
retrocesos ni paradas. La irreversibilidad se refiere al conjunto de las técnicas, a los 
fenómenos técnicos y no a una técnica en particular, para las cuales hay barreras. 
Las grandes empresas dominantes del sector tuvieron la posibilidad de flexibilizar la 
técnica de producción y volver a usar el sistema técnico con el que contaban pero ahora 
modernizado, el del vidrio. Este producto que se fabrica en el país permitió reducir los costos 
114 
 
acrecentados por el aumento del PET. Estas soluciones técnicas le permitieron, a algunas 
empresas líderes que contaban con esta capacidad técnica, sumar ahora las líneas de llenado 
de vidrio a las líneas de PET. Se inicio, así, un proceso de recambio hacia la botella de vidrio 
retornable de 1,5 litros, dado que el peso del material hace inmanejables esas botellas de 2,5 o 
3 litros. 
Cabe introducir aquí la diferenciación que G. Simondon (1958, 2008) realiza entre 
objeto técnico concreto y objeto técnico abstracto que son aquellos de las primeras fases de la 
historia humana. M. Santos (1996, 2000) en base a dicho autor, afirma que cuanto más 
tecnificado sea el objeto, más perfecto es, lo cual permitiría ser más eficazmente dominado 
por la humanidad. “En el nivel industrial, el objeto ha adquirido su coherencia y el sistema de 
las necesidades es menos coherente que el sistema del objeto; las necesidades se moldean 
sobre el objeto técnico industrial, que adquiere de este modo el poder de modelar una 
civilización. La utilización se convierte en un conjunto tallado sobre las medidas del objeto 
técnico” (Simondon, G. 1958, 2008, p. 46). 
La botella PET de bebidas gaseosas puede considerarse dentro de los parámetros de 
un objeto técnico concreto que, “es aquel que ya no está en lucha consigo mismo, aquel en el 
cual ningún efecto secundario perturba el funcionamiento del conjunto, o es dejado fuera de 
ese funcionamiento. De esta manera y por esta razón, en el objeto técnico convertido en 
concreto, una función puede ser cumplida por varias estructuras asociadas sinérgicamente 
mientras que, en el objeto técnico primitivo y abstracto, cada estructura se encarga de cumplir 
una función definida, y generalmente una sola” (Simondon, G. 1958, 2008, p. 56). Este autor 
señala que lo que hace concreto al objeto técnico es la organización de subconjuntos 
funcionales en el funcionamiento total. “En el objeto técnico concreto todas las funciones que 
cumple la estructura son positivas, esenciales, e integradas al funcionamiento del conjunto” 
(Simondon, G. 1958, 2008, p. 56). 
Pero, como señala M. Santos (1996, 2000, p. 36) “cada vez que el objeto se integra en 
un conjunto de objetos y su operación se incluye en un conjunto de operaciones -formando en 
conjunto un sistema-, la hipertelia del objeto técnico concreto se vuelve condicionada”. Así 
este autor afirma que “la evolución de los objetos técnicos manifiesta fenómenos de hipertelia 
que dan a cada objeto técnico una especialización exagerada y lo desadaptan en relación con 
un cambio, incluso ligero, que se produzca en las condiciones de utilización o de fabricación” 
(Simondon, G. 1958, 2008, p. 71). 
Esta idea referida a la hipertelia de los objetos técnicos concretos, nos sirve para 
explicar el caso de las empresas de bebidas que nacieron bajo la tecnología PET, es decir, 
115 
 
bajo esa especialización que no les permite tan fácilmente readaptarse a los cambios técnicos 
devenidos. Presentan, así, enormes dificultades para adoptar sus líneas a las «nuevas» 
botellas de vidrio, ya que la maquinaria de soplado de preformas PET no puede sustituir este 
tipo de producto por otro, sino que para elaborar botellas de vidrio es necesario instalar un 
sistema alternativo de envasado con altos costos, todo lo cual resulta ser una importante 
barrera, imposible de traspasar para la mayoría de las empresas. 
Otra significativa limitante para el traspaso a la técnica del vidrio es que estas 
empresas nacidas en los noventa contaban con que el envase PET es descartable y más 
liviano, por lo cual su transporte es más económico y seguro. Con las gaseosas en envases 
descartables la venta por parte del envasador termina con la entrega al cliente, ya que no 
involucra una recuperación de los cajones y de los envases. Además, la distribución de 
gaseosas en botellas de vidrio demandaría una circulación de entre 7 y 9 envases por cada 
gaseosa que se vende, lo cual es imposible de asumir por las pequeñas y medianas 
embotelladoras, nacidas bajo la tecnología PET. 
Si bien las empresas medianas y pequeñas no cuentan aún con facilidades para 
producir gaseosas en vidrio porque su tecnología no lo permite, los fabricantes de soda por la 
solidaridad entre las técnicas podrían más fácilmente readaptar sus maquinarias para el 
llenado de gaseosas. Así, es posible encontrar un espacio caracterizado por la coexistencia de 
objetos técnicos de diversas edades, ya que estas empresas -especialmente pequeñas soderías- 
que envasaban soda en sifonesde vidrio172, continúan realizando esta producción tanto en el 
interior del país como en el Gran Buenos Aires. 
Ahora bien, debido a que en el valor final de una gaseosa la botella ocupa una 
importante proporción del costo, aparte de la solución técnica interna del recambio hacia las 
botellas de vidrio las empresas globales del sector implementaron modificaciones 
sustanciales en el formato y calidad de la botella, creando nuevos envases PET. Cabe aquí 
mencionar que, para el caso de estas grandes empresas representativas del circuito superior, 
también los gastos en publicidad forman una gran parte de los costos. 
El caso más significativo es el de Coca-Cola que posee un formato de botella único y 
distintivo a escala mundial, permitido bajo las normas de la corporación transnacional Coca-
Cola Company. Sin embargo, como consecuencia de la crisis interna del país, algunas de las 
embotelladoras de Coca-Cola en Argentina tuvieron el permiso de producir sus gaseosas con 
 
172 Este comentario fue realizado por el Gerente de la Empresa PRODEA (Productos de Agua), quien 
consideraba la posibilidad de contratar soderías para el envasado de gaseosas en vidrio (Entrevista realizada el 
20/8/2009). 
116 
 
otros moldes que abaratarían el precio final. Así, se comenzaron a elaborar gaseosas en 
botellas «tipo tubo», muy similares a las botellas estándar, usadas por marcas económicas. 
Introdujeron botellas de 3 litros familiar y una botella tubo de 2 litros, fabricada sólo para 
Argentina, que por su tamaño y forma permite armar packs de 8 botellas, por lo que 
consiguieron un precio bastante menor y la denominaron «Coca-Cola villera». 
Todas estas medidas técnicas son llevadas a cabo por las grandes empresas para no 
perder una parte significativa del mercado que, en un momento de crisis económica, dejaría 
de consumir sus marcas para optar por marcas económicas. 
Por su parte, la mayoría de las empresas pequeñas de terceras marcas que compran las 
preformas a otras firmas se vieron perjudicadas por el aumento del precio del PET, el cual no 
puede trasladarse al precio final del producto ya que compiten en el mercado de gaseosas por 
ser muy económicas. Esta situación benefició enormemente a la empresa transnacional que 
fabrica preformas localizada en Área Aduanera Especial de Tierra del Fuego (AAETdF) ya 
que, como se ha explicado anteriormente, sin el pago de aranceles de importación, le confiere 
al producto terminado «origen nacional», lo que luego permite su venta al territorio 
continental a precios de dumping encubierto. De esta manera, algunas empresas que 
fabricaban sus propias preformas dejan de hacerlo y junto a firmas grandes, como así también 
medianas y pequeñas, comienzan a comprarlas a esta empresa australiana localizada en el 
AAETdF, ya que a pesar de la enorme distancia, el precio del transporte no resulta 
significativo en relación al precio del producto, conviniendo adquirirlas en ese área aduanera. 
4.1.2. La solidaridad técnica entre bebidas gaseosas y aguas saborizadas 
Como parte del fenómeno técnico analizado hasta aquí, en el que gran parte de las 
innovaciones fueron y son permitidas por la técnica (Gaudín, T. 1999), incluimos el 
surgimiento de una nueva bebida, como es el agua mineral saborizada, que fue acompañado 
por un fuerte discurso de «vida sana y light». 
La idea de J. Ellul (1954, 1968) de solidaridad de las técnicas hace alusión a que “en 
primer lugar: un descubrimiento técnico tiene repercusiones y acarrea progresos en varias 
ramas de la técnica y no en una sola rama; en segundo lugar, las técnicas se combinan entre 
ellas y cuanto más datos técnicos a combinar hay, mayor es el número de las combinaciones 
posibles” (Ellul, J. 1954, 1968, p. 94). El sistema técnico y su nuevo objeto, la botella PET, 
trajeron un cambio substancial no sólo en las bebidas gaseosas, sino también en la producción 
de agua embotellada en general y, en particular, en el agua saborizada, observándose así una 
solidaridad en las técnicas. 
117 
 
Se debe diferenciar brevemente entre el agua mineral natural que es aquella que puede 
obtenerse de un yacimiento (manantial) o de un estrato acuífero (napa), mediante surgencia 
natural o perforación173; el agua mineralizada artificialmente, que se elabora con agua de red 
urbana a la que se adicionan minerales de uso permitido; y, el agua envasada, que designa al 
grupo de productos que contempla las aguas de origen subterráneo o proveniente de un 
abastecimiento público, que se comercializa envasada en botellas u otros contenedores. Las 
dos primeras pueden presentarse con o sin gas (Grillo Trubba, D. SAGPyA, 2006). 
Las aguas saborizadas son aguas minerales a las que se han adicionado sustancias 
aromatizantes naturales de uso permitido, con un valor de entre 5% y 10% de jugo natural y 
pueden ser gasificadas o no (Grillo Trubba, D. SAGPyA, 2006). 
La elaboración de bebidas gaseosas y aguas saborizadas es una de las industrias que 
más consume jugo concentrado de limón (Bruzzone, I. SAGPyA. 7/2005) y jugo concentrado 
de naranja, ambos producidos en el país. Del volumen total de jugo concentrado de naranja 
destinado al mercado interno (4 mil toneladas), la mitad es adquirido por las fábricas de 
bebidas gaseosas y el resto distribuido entre jugos y saborizadas (Bruzzone, I. SAGPyA. 
6/2007). La fabricación de estas bebidas utiliza también jugo concentrado de manzana, que lo 
mezclan o lo utilizan como edulcorante para gaseosas (Bruzzone, A. SAGPyA. 7/2005). 
El agua envasada se comercializaba en botellas de vidrio y estaba dirigida a un 
consumo más restringido relacionado con la salud, por lo cual se vendía preferentemente en 
farmacias. Luego, con el uso de envases de plástico en botellas de PVC, el consumo se 
amplió a un mayor mercado hasta que, en la década de los noventa, comenzaron a utilizarse 
los envases PET. Este cambio técnico, junto a los discursos impuestos y algunos problemas 
reales con el consumo de agua de red, ha llevado a un aumento notable del consumo de agua 
en los años recientes. 
En este contexto, las aguas saborizadas son una nueva bebida creada por la Empresa 
Danone, que comienza a ser producida, exclusivamente para el mercado argentino en el año 
2003, bajo la tecnología PET. Por ser un agua mineral, su botella no puede superar los dos 
litros, según lo establecido por el Código Alimentario Argentino, y su dispositivo de cierre 
debe ser hermético inviolable. Además, el uso de la botella PET es irremplazable por otro 
plástico, para el caso de las aguas con gas. 
 
173 A diferencia del agua potabilizada o agua común para beber, el agua mineral natural posee pureza 
microbiológica original, cuya calidad está determinada por la ausencia de parásitos (en 250 cm3), escherichia 
coli (en 250 cm3), estreptococos fecales (en 250 cm3), anaerobios esporulados sulfito reductores (en 50 cm3) y 
pseudomonas aeruginosa (en 250 cm3). 
118 
 
Como señala M. L. Silveira (1999, p. 57) “al mismo tiempo que se establecen 
solidaridades entre objetos técnicos, se desarrolla una solidaridad entre capitales”. Así, con la 
introducción en el mercado de esta bebida, otras grandes y medianas empresas tanto del 
sector de aguas, como del sector gaseosas, comenzaron a elaborar aguas saborizadas, ya que 
las mismas líneas de envasado PET de gaseosas pueden ser adaptadas para envasar aguas 
saborizadas. Sin embargo, la limitación fue para las pequeñas empresas de gaseosas, porque 
como el agua saborizada es agua mineral (natural o mineralizada), con estándares de calidad 
no fáciles de alcanzar por estas empresas y, con agregados de minerales, vitaminas, jugos, 
necesitan de personal técnico-profesional en las plantas. 
La unión entre técnica y ciencia, de la mano de la investigación, o cientifización de la 
técnica (Habermas, J. 1968, 1994)pasó a tener una función determinante en la moderna 
elaboración de bebidas gaseosas y, en especial en las aguas saborizadas, introduciendo 
constantemente nuevos sabores y nuevos componentes, que permiten ampliar las 
posibilidades de participar en el mercado. 
4.1.3. El factor técnico en la producción y los circuitos de la economía 
Entre las variables que permiten diferenciar los circuitos de la economía urbana, tres son las 
centrales: la tecnología, el capital y la organización. Respecto a la primera variable, M. 
Santos (1975, 1979, p. 33) indica que “el circuito superior utiliza una tecnología importada y 
de alto nivel, una tecnología “capital intensiva”, en cuanto que en el circuito inferior, la 
tecnología es “trabajo intensiva” y frecuentemente local o localmente adaptada o creada. El 
primero es imitativo, en cuanto que el segundo dispone de un potencial de creación 
considerable”. 
En la elaboración de bebidas gaseosas y aguas saborizadas, el factor técnico permitió 
la creación de una porción diferenciada y marginal del circuito superior y de un circuito 
inferior de la economía en muchas ciudades del país; y ese mismo factor técnico dividió y 
profundizó las distancias respecto al circuito superior constituido por grandes empresas 
modernas de bebidas gaseosas y aguas. Así, la técnica que es un dato constitutivo del espacio 
y del tiempo, lo es también, por lo tanto, de los circuitos de la economía urbana. 
119 
 
4.2. ENTRE “ LO VIEJO ” Y “ LO NUEVO ”: INNOVACIONES TÉCNICAS , VERTICALIDADES Y 
HORIZONTALIDADES EN LAS INSTANCIAS DE DISTRIBUCIÓN Y CONSUMO 
4.2.1. El aumento de la producción y la necesidad de transformarlas en flujos: las 
nuevas formas modernas de distribución y consumo 
Durante los noventa, la producción de bebidas gaseosas fue en crecimiento, admitida por el 
aumento en la capacidad de producción resultado de la nueva técnica PET, que permitió una 
ola de inversiones en líneas de embotellado. Así, para 1997 la elaboración había crecido un 
100% con respecto a 1990, como consecuencia de un aumento sostenido del consumo, 
alentado por la diversificación de productos, marcas, sabores, precios, entre otros factores. 
Desde la década de los noventa y hasta la actualidad, sólo se observó una leve disminución 
del consumo en los años 2001 y 2002, como consecuencia lógica de la reducción del poder 
adquisitivo. 
El consumo en Argentina en 1997 se estimaba en un valor ligeramente superior a 65 
litros per cápita al año, mientras que para el 2006, dicho consumo fue de 83 litros per cápita 
al año, siendo los países con mayor consumo de gaseosas, Estados Unidos (201 litros per 
cápita), México (149 litros per cápita), y Reino Unido (92 litros per cápita) (datos de Grillo 
Trubba, D. SAGPyA, 2004). Respecto a las aguas saborizadas su crecimiento ha sido 
violento, ya que entre los años 2003 y 2004 las ventas crecieron en un 410%, pasando de 
obtener el 3,7% al 19% del mercado en sólo un año. 
El aumento de la producción y del consumo no hubiera sido posible sin cambios 
transcendentales en las fases intermedias de los circuitos espaciales de producción: 
distribución y comercialización. 
Para C. Marx (1959), las relaciones de distribución deben ser examinadas desde una 
nueva lógica que involucra el proceso general de la circulación del capital; así describe el 
proceso de expansión del valor como una secuencia de metamorfosis, cambios de estado. 
Retomando a C. Marx, D. Harvey (1982, 1990, p. 79) afirma que, “la forma más simple de 
ver esto es como un proceso en el que se pone en circulación el dinero para obtener más 
dinero. (…) Al final del proceso hay más dinero que al principio, y el valor de la mercancía 
producida es mayor que el valor de las mercancías usadas como insumos”. 
El capital-mercancía debe ser transformado continuamente en capital-dinero, para que 
pueda conservar su carácter de capital. Si bien esta relación siempre fue así, en el período 
actual, y con la modernización de las técnicas de todo tipo, hay una búsqueda desenfrenada 
de acortar el tiempo de circulación, es decir, el tiempo durante el cual el capital asume la 
120 
 
forma de mercancías. Esta disminución junto a la del tiempo de rotación, permiten una más 
rápida tasa de ganancia. 
Las nuevas técnicas y los progresos en la distribución y especialmente en la 
comercialización son centrales en la explicación del proceso de circulación del capital. 
Aparecen nuevos actores hegemónicos que utilizan varias técnicas modernas, siendo el 
autoservicio una de las primeras innovaciones introducidas. 
Según T. B. Salgueiro (1996) el libre servicio o auto-servicio se caracteriza por el 
libre acceso de los clientes a las mercaderías que luego pagan en las cajas colocadas en la 
puerta de salida del establecimiento. “Requiere embalajes uniformados y obliga a un arreglo 
diferente de la tienda, pues los artículos tienen que quedar accesibles al cliente que camina 
entre los estantes; de este modo, desaparece la división provocada por el mostrador entre el 
atrio, donde están los clientes, y el espacio, donde se apila la mercadería, permitiendo un 
mayor aprovechamiento del espacio, con la exposición de mayor volumen de artículos” 
(Salgueiro, T. B. 1996, p. 56). 
Si bien en Argentina esta técnica de venta se introdujo en la década de los sesenta y 
setenta con los primeros supermercados174, su mayor difusión fue a partir de la década de los 
noventa175 con la llegada de las principales cadenas de supermercados e hipermercados. Para 
fines de los años noventa se hacen presentes en Argentina las principales cadenas de 
supermercados del mundo, Carrefour, Wal-Mart, Auchan y Cencosud (Jumbo y Disco). 
Desde entonces, su propagación se dio en muy pocos años modernizando e incentivando la 
comercialización que, además, podía hacerse más rápidamente. 
La técnica de autoservicio que inicialmente estaba ligada al comercio de mercaderías 
se difundió a otras ramas176 y también en la distribución mayorista como los denominados 
Cash and Carry, que son tiendas de grandes dimensiones, donde los comerciantes minoristas 
van a abastecerse, quedando, en la mayoría de los casos, el transporte de los artículos por 
 
174 Fueron los supermercados medianos y grandes, los que tuvieron mejor desarrollo, e incluso durante los años 
setenta y principios de los abrieron Supercoop (del Hogar Obrero), Coto, Sumo y Hawai.. Fue muy importante 
aquí, la experiencia del supermercadismo cooperativo, como es el caso de la Cooperativa Obrera, en Bahía 
Blanca, Mar del Plata y Tandil, entre otras ciudades. 
175 Estas grandes empresas se instalan especialmente en la década de los noventa en toda América Latina, debido 
“en primer lugar, a las limitaciones históricas al avance de los monopolios de la comercialización minorista en 
los Estados Unidos (donde las cinco mayores redes controlan apenas el 32,6% contra el 70 % en Francia y el 
60% en Argentina, en parte por las leyes antimonopólicas, en parte por la resistencia de comunidades locales a 
la entrada de los hipermercados), en segundo lugar, la saturación del mercado europeo y las nuevas leyes en 
Francia (la Ley Galland prohibió la instalación de comercios mayores de 300 m2, equivalentes a un autoservicio 
de barrio) han precipitado a los conglomerados de la comercialización minorista a invertir en Asia y 
Latinoamérica” (Coraggio, J. y Cesar, R. 1999). 
176 Como la venta de discos, libros, ropa, perfumerías, y hasta materiales de construcción, como los 
denominados Home Centers, siendo el más importante en Argentina la cadena denominada Easy (del grupo 
Cencosud, propietarios también de Jumbo y Disco). 
121 
 
cuenta de los clientes. Hay importantes cadenas transnacionales de autoservicios mayoristas 
siendo la más importante, Makro, que instaló su primera sucursal en Argentina en el año 
1988; además existen grandes cadenas nacionalescomo Maxiconsumo, Diarco, Vital y 
Yaguar, y algunos distribuidores independientes que comercializan mediante el autoservicio. 
Estas cadenas de autoservicios mayoristas presentan una difusión espacial aún restringida, 
por lo cual su presencia está limitada a las ciudades más grandes del país. 
En la distribución de bebidas gaseosas de terceras marcas, estas grandes tiendas 
cumplen una función cada vez más importante, ya que algunas de ellas poseen marcas 
propias de gaseosas que sólo se comercializan en sus locales y que son elaboradas por 
embotelladoras de tamaño medio. 
Junto a la presencia de estas cadenas nacionales y extranjeras de autoservicios 
mayoristas, continúan operando los distribuidores tradicionales, que median entre los 
productores y los comercios minoristas tradicionales, y que se caracterizan por realizar la pre-
venta a sus clientes para luego distribuir, con sus propios transportes, las mercancías en los 
locales. Estos distribuidores tienen una importante presencia especialmente en las ciudades de 
tamaño mediano y pequeño de Argentina. 
Para que los productos puedan ser auto-comercializados se dieron transformaciones en 
la producción, ya que en primer lugar las mercaderías deben comercializarse en diferentes 
tipos de embalajes propios e inducir al consumo. Como señala G. Cleps (2005, p. 87) 
“«atrás» de un producto expuesto en una góndola de autoservicio, existe todo un estudio de 
mercado para producirse un producto que venga a satisfacer las necesidades del consumidor, 
sean ellas reales o imaginarias. Colores, formas, embalajes, disposición en las góndolas, en 
los corredores centrales, en la entrada de la tienda, entre otras, constituyen algunas de las 
estrategias que llevan al consumo”. 
En las bebidas gaseosas dos cuestiones fueron centrales para que se «auto-
comercialicen»: las posibilidades dadas por el envase PET, que pesa menos, no se rompe y 
permite ser embalado en packs y los nuevos diseños de las etiquetas, que deben poseer cierta 
«información» sobre el producto y también sobre las intencionalidades de este objeto de 
consumo, como por ejemplo, información gráfica o escrita que avale el discurso de la «vida 
sana». 
Frente a estos nuevos objetos y acciones, siempre aparecen nuevas normas, como son 
por ejemplo las que rigen sobre las etiquetas; estas normas son además un importante punto 
de disputa de mercado entre las grandes empresas. Un ejemplo fue que Coca-Cola demandó a 
Danone por el diseño de la etiqueta de sus aguas saborizadas de marca Ser, porque la 
122 
 
inclusión de figuras de frutas en la etiqueta no respetaba las normas de Lealtad Comercial. La 
proporción de jugo de fruta no superaba el 5% de la bebida y la Ley de Defensa del 
Consumidor exige que una bebida tenga por lo menos 25% de jugo natural para poder llevar 
la imagen de la fruta en la etiqueta (Rizzuto, L. 2005). 
En Argentina con la difusión de los supermercados e hipermercados y más 
recientemente los autoservicios mayoristas, se han dado procesos de concentración y 
transnacionalización. Es el acontecer jerárquico el que explica la relación entre estas nuevas 
formas de consumo y los lugares, el cual “es resultante de las órdenes y de la información 
provenientes de un lugar y realizándose como trabajo en otro” (Santos, M. 1996, 2000, p. 
140). Para estos actores económicos del circuito superior de la economía la racionalización de 
las actividades es central, está direccionada desde arriba y es, muchas veces, concentrada. 
Para las empresas productoras de bebidas, los supermercados pueden significar la 
posibilidad de aumentar sus ventas enormemente o el obstáculo a su crecimiento. La 
capacidad de producción de los fabricantes del circuito inferior de la economía no les permite 
abastecer a los supermercados que generalmente realizan las compras de manera centralizada 
para toda su red de tiendas. Para las embotelladoras del circuito inferior y de la porción 
marginal del circuito superior, el nulo o muy bajo capital de giro es una limitante económica 
y financiera muy difícil de superar. La presencia de bebidas gaseosas en los supermercados 
por parte de empresas del circuito superior marginal es una determinante de su peculiar 
situación en esta franja transicional de los circuitos de la economía. 
4.2.2. La interdependencia entre la ciencia, la técnica y la información en la distribución 
y comercialización 
Estas actividades modernas de comercialización y distribución han agregado, junto a la 
técnica de autoservicio, otras innovaciones que actúan de manera solidaria, y que son 
permitidas por la alianza entre técnica, ciencia e informática en el período actual. En este 
caso como en otros, el progreso de la ciencia y de la técnica “depende la otra variable más 
importante del sistema, es decir el progreso económico” (Habermas, J. 1968, 1994, p. 88). 
Números autores hablan del período actual como la era de la información o, como 
considera M. Castells (1997, 1999) estaríamos viviendo bajo el paradigma de la tecnología de 
la información, con la siguientes características: la información es su materia prima; es 
altamente penetrable en otras nuevas tecnologías; posee una lógica de redes; está basado en la 
flexibilidad y, es creciente la convergencia de tecnologías específicas para un sistema 
123 
 
altamente integrado. Así, la microelectrónica, las telecomunicaciones, y las computadoras 
están todas integradas a los sistemas de información. 
 La informatización es así el nuevo modo dominante de organización del trabajo, tanto 
para la circulación material de las mercancías, su organización y su regulación, como para la 
circulación de esa inmaterialidad, presente en los círculos de cooperación, como por ejemplo 
el dinero. 
En la comercialización, al autoservicio se suman las actividades de logística, que 
buscan ganar competitividad a través de la mayor eficiencia de estas operaciones, 
condicionando el precio del producto en el mercado. La importancia dada a estas operaciones 
se relaciona con el pasaje del modo de producción fordista al de producción flexible 
(postfordista), particularmente en lo que respecta al almacenaje y gestión de los stocks, en 
operaciones que disminuyen los tiempos de almacenaje, para lo cual la informática y las 
nuevas tecnologías de la comunicación, son instrumentos decisivos. 
Las actividades de logística incluyen las actividades de transporte, la constitución y 
gestión de stocks y, el sistema logístico de información. Cada vez se terciarizan más 
contratando firmas especializadas. 
La simultaneidad e instantaneidad en la circulación de informaciones pasan a ser un 
elemento fundamental para la logística y organización del comercio y de la distribución. 
Otra de las nuevas tecnologías introducidas, aunque de difusión más restringida, es el 
código de barras aplicado a los productos de gran consumo y, por ende, al uso de cajas 
registradoras con lector óptico. 
A su vez, dentro del circuito superior, hay diferencias tecnológicas entre el uso de 
etiquetas con código de barra y la última tecnología denominada RFID (Radio Frecuency 
Identification), que es la identificación con base en la lectura por medio de radiofrecuencia. 
“Se trata de una etiqueta que transmite señales con su contenido. En lugar de requerir un 
contacto “visual” o en línea directa como ocurre con el tradicional código de barras, puede 
ser leída por antenas o puntos de captura ubicados a distancias que varían según la 
implementación y equipamiento disponibles, pero que son sin duda mayores a las que permite 
el código de barras con los lectores convencionales” (Mercado Digital, 2007, p. 2). La 
tecnología RFID177 es utilizada por la cadena detallista más grande del mundo, Wal Mart, 
 
177 Un sistema RFID se compone de una antena y de un dispositivo conocido como transeiver (por su 
característica “transmiter-receiver”o transmisor-receptor), el cual lee la información y la transmite a otro 
dispositivo capaz de procesar esa información recogida. La etiqueta o “tag” es en realidad un transponder 
(término que combina transmitir y responder) o dispositivo capaz de transmitir y recibir señales de radio, en un 
esquema similar al de un satélite y que contiene un circuito integrado tamaño minúsculo. RFID pertenece a la 
124 
 
para la logística de distribución y reposición en sus puntos de venta, seguimiento de las 
mercaderías y detección de faltantes, aunque existen otros usos178. 
El sistema financiero acompaña el lucro del circuito superior a través de la posibilidad 
de pago por medio de tarjetas magnetizadas, ya sea de débito o de crédito, y de tarjetas 
propias de los supermercados, creada con el objetivo de aumentar la lealtad del cliente. 
Cabe señalar, por último, dos innovaciones tecnológicas relacionadas a estas grandes 
firmas del circuito superior, los esquemas electrónicos de alarma y la «televenta», ya sea 
recurriendo a la televisión normal o por cable, al teléfono o vía Internet179. 
Sin embargo el comercio electrónico por vía del desarrollo de las denominadas TICs 
(tecnologías de la comunicación y de la información) ha tenido un amplio uso en relación a 
los proveedores, ya que los sistemas informáticos agilizaron significativamente y mejoraron 
la eficacia en el manejo de stocks, almacenaje, preparación de pedidos, distribución y 
transporte (Rabetino, R. et. al. 2003). 
4.2.3. Generalización de la técnica autoservicio versus diversificación de las técnicas 
tradicionales en el cotidiano homologo 
Si bien la modalidad autoservicio ya se ha incorporado en los hábitos y costumbres de las 
personas, una parte importante del abastecimiento de la población continua siendo asegurada 
por el comercio tradicional que no vende con la modalidad autoservicio y por otras tantas 
formas populares de venta, permitidas por la existencia del circuito inferior de la economía. 
En los comercios tradicionales sigue existiendo un comerciante que vende 
directamente los productos a sus clientes, generalmente hay una distancia entre el consumidor 
y las mercaderías, siendo los «mostradores» y los vendedores, los intermediarios entre estos. 
Aquí continúan las relaciones interpersonales entre los clientes, generalmente sus vecinos, y 
 
categoría de las comunicaciones DSRC (Dedicated Short Range Communications o Comunicaciones Dedicadas 
de Corto Alcance). Así como en el código de barras hablamos del Código Universal de Producto, en RFID 
denominaremos a esa identificación EPC, por Electronic Product Code o Código Electrónico de Producto 
(Mercado Digital, 2007) 
178 El principal uso actual se está dando en la industria de la manufactura y en especial en las de ensamblaje 
intensivo, tal como ocurre con la fabricación de automotores. Por ejemplo, algunos fabricantes de autos usan 
sistemas RFID para mover las unidades a través de una línea de ensamblaje (Mercado Digital, 2007) 
179 “Respecto a la venta a través de Internet, el comercio electrónico (el e-business) en su sentido amplio, 
permite transacciones comerciales en tiempo real y liberaliza el comercio mundial de bienes y servicios. Pero 
sólo es accesible a unos lugares y sectores sociales muy específicos (…)” (García Ballesteros, A. 1998, p. 59). A 
nivel mundial, reconocidas cadenas tienen importante presencia en Internet179; en Argentina por la crisis 
económica de los últimos años esta tendencia internacional ha llegado de manera retrasada “se hacen unas 480 
mil compras virtuales por año, los jugadores son pocos pero grandes: Le Shop, Discovirtual y Coto Digital” 
(Diario Clarín. 29/6/2005). 
125 
 
el vendedor, el cual continúa realizando una atención personalizada con conocimiento de los 
gustos, preferencias y necesidades de sus clientes. 
Estos almacenes y despensas son los agentes representativos del circuito inferior de la 
economía de la comercialización minorista. Entre sus características cabe destacar que es el 
jefe o jefa de familia quien dirige este negocio, instalado en edificios alquilados o de su 
propiedad que muchas veces coincide con la vivienda familiar. Además estas actividades del 
circuito inferior, son «trabajo intensivas», siendo en general los allegados y/o familiares, 
quienes trabajan sin figurar en ningún tipo de registro fiscal (Carreras, C. 1995). Estos 
establecimientos poseen un tamaño reducido y el tipo de gestión cotidiana los aleja del perfil 
de una empresa comercial. Se trabaja con pequeñas cantidades y el margen de oscilación de 
los precios es muy importante. Así, el consumidor se encuentra con poca variedad y precios 
relativamente caros, pero a su favor tiene un trato personalizado, una relación que excede lo 
comercial y, a menudo, sistemas de pago no reglados, como «el fiado», que permite alargar 
su capacidad de compra. 
Sin embargo, si bien el autoservicio como técnica de venta se ha generalizado en 
diversos comercios más pequeños los cuales disponen sus productos en góndolas, ampliaron 
su mix de oferta y poseen una caja de pago a la salida de su local, estos establecimientos no 
disponen de las innovaciones tecnológicas asociadas, presentes en los comercios del circuito 
superior: no poseen la lectora óptica de códigos de barras en sus cajas registradoras. Este 
sería un importante salto tecnológico para la mayoría de los pequeños comercios. 
Para estos pequeños agentes del circuito inferior la proximidad no hace referencia 
únicamente a una cuestión de distancias, sino a la vinculación entre personas en una 
contigüidad física, donde son importantes la intensidad de las interrelaciones personales, 
dadas por la vecindad y el cotidiano (Santos, M. 1996, 2000). Se crean así horizontalidades, 
ya que su integración es local, mantienen relaciones privilegiadas con el lugar, siendo la 
contigüidad espacial un dato central. 
En momentos de crisis, son en especial los agentes del circuito inferior los que 
demuestran mayores formas adaptativas y de sobrevivencia, acogiendo antiguas y nuevas 
formas comerciales. Así, en las ciudades argentinas con la agudización de la crisis en el año 
2002, se multiplicaron nuevos espacios de canje usando una antigua técnica como es el 
trueque180. También, crecieron las denominadas ferias callejeras de los barrios, que habían 
sido prácticamente abandonadas en la década del noventa y se realizaron compras 
 
180 A mediados del año 2002, los Centros de Trueque, registraban visitas de más de cinco mil personas por día 
(Confederación Argentina de la Mediana Empresa. CAME. 31/3/2002). 
126 
 
comunitarias en el Mercado Central y, también volvió el canal de venta directa, puerta a 
puerta181 (Diario Clarín. 25/5/2002). 
Primero en Buenos Aires y luego en otras ciudades del país, se hacen presentes en los 
últimos años nuevos actores conocidos como «supermercados asiáticos», siendo creciente su 
participación en las ventas minoristas. Estos supermercados tienen características distintivas 
tanto del circuito superior como del inferior, pudiendo encontrarse entonces en la franja 
marginal. Algunas de las características de los supermercados asiáticos son que: utilizan 
trabajo familiar, sólo contratan empleados esporádicamente, no poseen puestos gerenciales, 
poseen técnica de autoservicio y tecnología con lector de código de barra, las tiendas son muy 
austeras, trabajan con distribuidores minoristas, entre otras. 
A. Moreno Jiménez y S. Escolano Utrilla (1992, p. 154) han señalado que, junto a la 
implantación de grandes superficies periféricas, se ha producido un redescubrimiento de la 
proximidad, siendo sus ventajas “mayor comodidad por la cercanía, no hay gastos, de 
desplazamientos, es un comerciomás humano que reanima las relaciones de vecindad, se 
acomoda mejor al tejido urbano, etc.”. Esta idea de proximidad es una variable que juega a 
favor de los comercios tradicionales, porque justamente los caracteriza, pero también de las 
otras formas comerciales mencionadas como ferias barriales, venta directa, etc. 
Así, los grandes grupos de distribución de supermercados crean las denominadas 
tiendas de proximidad ya sea «tiendas de descuentos»182, en las cuales se combinan la 
proximidad con los bajos precios y las «tiendas de conveniencia»183, que poseen un horario 
más extenso, son relativamente pequeñas y ofrecen artículos de uso frecuente. Estas 
 
181 “En octubre, el sistema de comercialización puerta a puerta alcanzó el nivel de participación más alto del 
año en el mix de canales y se llevó el 5,8% del total de las ventas, como resultado de tres meses de paulatino 
pero sostenido crecimiento. En la medición contra el mismo mes de 2002, el sistema de venta directa o, puerta a 
puerta incorporó 440.000 hogares nuevos, superando a otros canales más consolidados, como el de las tiendas 
de descuento” (Ministerio de Economía. Monitoreo Sectorial. 1/2004: 21). Además, se aumentó un 10% el 
surtido en relación con el año 2002, ampliando la venta en productos como lácteos, agua mineral, y gaseosas. 
182 Las tiendas de descuento o hard discount (HD), son formatos comerciales ubicados en el interior de las 
ciudades, que poseen una gama de ítems no muy extensa, alrededor de 1000, ofrecen pocos servicios, trabajan 
con marcas propias en numerosos productos y utilizan una política de precios muy agresiva. 
183 Las tiendas de conveniencia “tienen su origen en los Estados Unidos en la década de los 1950. Los 
propietarios de puestos de combustible de las grandes ciudades norteamericanas pasaron a percibir que podrían 
aumentar sus lucros, disponiendo diferentes productos junto al área física del puesto. Primeramente fueron 
cigarrillos, bebidas, y comidas rápidas, pues son productos de fácil consuno y precios bien accesibles a todos los 
vehículos que circulaban por los puestos… Las mercaderías vendidas, ganaron un espacio sólo para ellas y a 
partir de entonces, comenzaron a ofrecer no solamente productos, sino también servicios como fotocopias, 
revelaciones de fotografías, farmacia (…)”. (Costa da Silva, C. 2003ª, p. 144-145). Este autor realiza una 
investigación sobre las tiendas de conveniencia, es decir el comercio 24 horas en San Pablo, Brasil, explicando 
como el comercio minorista brasileño crea nuevos métodos para distribuir las mercaderías en el espacio urbano, 
siendo las tiendas de funcionamiento 24 horas, una de las últimas novedades creadas por el comercio en busca 
de la ampliación del lucro. 
127 
 
relaciones parecen mostrar un acontecer homólogo ya que realizan como trabajo en el lugar 
las órdenes de otro lugar (Santos, M. 1996, 2000). 
De esta manera, ciertos agentes del circuito superior aprovechan las relaciones de 
proximidad, que eran una condición y una ventaja de los comercios del circuito inferior, 
observándose un avance del circuito superior sobre partes de la ciudad que eran típicas del 
circuito inferior. 
 
128 
 
CAPITULO 5 
CAPITAL, FINANZAS Y PUBLICIDAD EN LOS CÍRCULOS 
DE COOPERACIÓN DE BEBIDAS GASEOSAS Y AGUAS 
SABORIZADAS 
5.1. CAPITAL Y PODER EN EL USO DEL TERRITORIO: TIPOS, ORÍGENES Y ESCALAS 
Como ya se ha mencionado, los circuitos de la economía urbana se diferencian por tres 
variables principales, la tecnología, el capital y la organización. Nos proponemos analizar 
aquí las cuestiones referidas al capital junto a las finanzas y la publicidad en las bebidas 
gaseosas y aguas saborizadas. 
Pensar en el capital en el período actual en Argentina nos lleva a hacer referencia a su 
elevada concentración y al diferente poder de las empresas que usan el territorio permitido 
por un Estado que, bajo normas neoliberales, hacen de Argentina un espacio nacional de la 
economía internacional (Santos, M. 1996, 2000). 
Según orígenes y escalas de los capitales, la producción de las bebidas gaseosas y 
aguas saborizadas, está integrada por empresas que poseen las licencias para embotellar las 
marcas líderes mundiales que son mayoritariamente extranjeras, con la única excepción de 
Reginlad Lee Coca-Cola. Junto a estas embotelladoras actúan empresas de origen nacional 
que elaboran gaseosas de marcas nacionales y poseen diferentes tamaños: grandes empresas, 
medianas empresas y hasta microempresas. Estos actores usan de manera diferencial el 
territorio, a partir del dinamismo de la economía y de la sociedad; crean así un orden espacial, 
que va a responder a un orden económico y a un orden social establecido (Santos, M. y 
Silveira, M.L. 2001). 
Las empresas extranjeras que participan de la producción nacional de bebidas 
gaseosas son Coca-Cola y Pepsi-Cola y en las aguas saborizadas, Danone y Nestlé. Estas 
empresas son formas líderes de dominación y expansión del capital en el territorio e 
importantes actores hegemónicos a escala global. Si bien se les ha dado, entre otros nombres, 
empresas transnacionales o multinacionales184 y empresas red185, las actuales poseen una 
 
184 D’Entremont (1997, p. 438) señala que, “las características que mejor definen a la compañía multinacional (o 
empresa transnacional), son aquellas que se refieren al hecho de que se trata de una empresa que tiene la 
particularidad de instalarse físicamente en muchas naciones al margen del país de origen, de traspasar fronteras 
con relativa fluidez y facilidad dentro del marco de una operación económica, financiera y comercial a gran 
129 
 
organización más centralizada, en comparación con sus antecesoras las transnacionales, lo 
que hace que suela apodárselas como empresas globales. 
Las corporaciones de bebidas gaseosas son verdaderas empresas globales, ya que 
actúan a escala planetaria a través de sus redes informacionales, comerciales, bancarias, 
políticas, etc. M. L. Silveira (1999, p. 251) explica que, “la empresa global es una 
organización reticular, basada en un sistema informacional propio, que le posibilita la 
circulación de una información secreta. Esta es la clave de singularidad de la firma en el 
mercado mundial (...). La empresa global es también red porque funciona en base a normas y, 
al mismo tiempo, normatiza el comportamiento de la sociedad. De ahí la nitidez del acontecer 
jerárquico”. La empresa se convierte por sí misma en actor global debido a que es la que 
posee el mayor poder de decisión sobre la sociedad: producen acción global, distribuyendo 
filiales por todo el planeta e imponiendo sus propias normas a los países (Silveira, M. L. 
1999). 
A mediados de la década de los noventa, el mercado argentino de bebidas gaseosas se 
encontraba muy concentrado en lo que respectaba a marcas pertenecientes a las empresas 
globales, ya que las dos firmas más importantes, Coca-Cola y Pepsi-Cola, sumaban el 93% de 
dicho mercado (62% y 31%, respectivamente). La empresa argentina Peñaflor186 era la 
tercera en orden de importancia, elaborando, desde décadas atrás, las marcas Crush, Gini y 
Schweppes, pertenecientes a la empresa transnacional Cadbury. 
Sin embargo, la concentración de este mercado en manos de Coca-Cola se acentuó 
desde fines de la década de 1990 y, tal como explica P. Sylos Labini (1956, 1966, p. 18), 
habría que distinguir entre tres tipos de concentración: “la concentración referida a las plantas 
(que se podría llamar “concentración técnica”), la referida a las empresas (“concentración 
económica”) y la referida a empresas que producen beneficios irregulares, o a grupos de 
empresas unidas entre sí por participaciones de acciones (“concentración financiera”)”. Este 
autor explica que “cuando en muchas industrias la concentración técnica y la económica han 
llegado a sermuy elevadas, surgen las premisas para la concentración financiera, no 
 
escala en lo que toca a fines, objetivos y grados de influencia. Esto se consigue mediante el establecimiento de 
filiales en distintos países, siempre en el marco de la propiedad privada, que es uno de los elementos definitorios 
y distintivos del capitalismo”. 
185 M. Castells (1997, 1999) las denomina así, señalando que se organizan de esta manera tanto internamente 
como en sus relaciones. En ellas el capital fluye y sus actividades inducidas de 
producción/gerenciamiento/distribución se esparcen por redes interconectadas de geometría variable. 
186 Esta empresa nacional era líder en otras bebidas, como en vinos con la marca Termidor, por ejemplo, y en 
jugos, con las marcas Cepita y Carioca, entre otras. 
130 
 
solamente entre empresas del mismo ramo, sino también entre empresas de distintos ramos” 
(Sylos Labini, P. 1956, 1966, p. 18). 
Algunas embotelladoras de Coca-Cola, como la argentina Reginald Lee, provocaron 
concentración técnica, al cerrar algunas de sus plantas productoras y concentrar la producción 
en una sola planta en el Gran Buenos Aires. La embotelladora mejicana de Coca-Cola, 
ARCA187 compró entre los años 2007 y 2008 las dos embotelladoras argentinas que 
funcionaban en el Noreste y en el Noroeste del país (Grupo Yege y Grupo Guerrero, 
respectivamente), logrando con estas adquisiciones una concentración económica por parte 
de esa empresa extranjera. 
En acciones llevadas a cabo por la empresa global norteamericana Coca-Cola se 
pueden encontrar resultados de concentración financiera, ya que adquirió las marcas de la 
empresa transnacional, Cadbury, fuera de los Estados Unidos, Francia y Sudáfrica. Esta 
compra impactó enormemente en Argentina ya que, si bien “las acciones son cada vez más 
ajenas a los fines propios del hombre y del lugar” (Santos, M. 1996, 2000, p. 68), impactan 
enormemente y crean otras acciones. Esto llevó a la concentración a escala local, ya que las 
marcas Schweppes, Crush y Gini de la empresa Cadbury eran embotelladas por las empresas 
argentinas Peñaflor y Pritty, las que perdieron la licencia a favor de las embotelladoras de 
Coca-Cola en Argentina. 
 De esta manera, esta última empresa global pasó a aglutinar aún más el mercado de 
gaseosas porque, en el segmento de las naranjas, sumó la marca Crush a Fanta que es la 
marca sabor naranja más vendida y además Schweppes le permitió ingresar al segmento de 
las tónicas que estaba dominado por Paso de los Toros de Pepsi-Cola. 
Durante los noventa, la concentración de las plantas por parte de embotelladoras de 
Coca-Cola y de Pepsi- Cola fue resultado de la implantación del sistema técnico PET en 
reemplazo del de vidrio, ya que permitió reunir la producción en megaembotelladoras y 
provocó el cierre de diversas plantas más pequeñas que se encontraban repartidas por el 
territorio. Es ésta, sin duda, una concentración técnica, como la denomina P. Sylos Labini 
(1956, 1966). 
Junto al poder de las embotelladoras de las grandes marcas globales, se han 
diversificado las empresas que elaboran bebidas gaseosas de marcas económicas, siendo el 
territorio objeto de divisiones del trabajo superpuestas por las diferentes empresas según su 
tamaño y poder. La categoría territorio usado nos permite ver esa acción llevada a cabo por 
 
187 Es la segunda empresas en importancia en América Latina, tras FEMSA; ambas mejicanas. 
131 
 
todos los actores sociales, personas, instituciones y empresas ya que, en su definición, se 
tiene en cuenta esa “interdependencia e inseparabilidad entre la materialidad, que incluye la 
naturaleza, y su uso, que incluye la acción humana, esto es, el trabajo y la política” (Santos, 
M. y Silveira, M.L. 2001, p. 247). 
Así, la expresión división territorial del trabajo pasa a ser un concepto plural, porque 
“cada actividad y cada empresa, produce su propia división del trabajo. Cada empresa, cada 
actividad necesita de puntos y áreas que constituyen la base territorial de su existencia, como 
datos de producción y de circulación y de consumo: la respectiva división del trabajo tendrá 
una manifestación geográfica” (Santos, M. y Silveira, M.L. 2001, p. 290). 
Junto a las empresas embotelladoras de marcas líderes, de capitales nacionales y 
extranjeros, actúa un grupo heterogéneo de empresas nacionales con menor poder, 
pudiéndose mencionar en el área concentrada del país las siguientes: Pritty y PRODEA 
(Productos de Agua), entre las más grandes; empresas medianas de alcance regional, como 
Nutreco (Sierra de los Padres) o Mar del Plata Soda (IVESS), y pequeñas empresas con 
alcance local como Spring-up y Tandil Jugos (TIX), entre otras. De este modo, el territorio 
usado incluye además del Estado, todos los actores con diferentes tamaños; todas las 
empresas sin importar su poder o fuerza. Esta desigualdad es la que enriquece la categoría, 
territorio usado y niega la de espacio de flujos, que ve sólo el actuar de los actores con mayor 
capacidad de movimiento (Santos, M. y Silveira, M.L. 2001 y Silveira, M. L. 2008). 
Las empresas actúan según su poder, por lo cual el territorio aparecerá como una 
especie de reticulado, con divisiones del trabajo superpuestas. Tendríamos así, empresas 
líderes extranjeras y nacionales, que generan divisiones del trabajo ocupando el territorio a 
partir de lógicas globales; empresas argentinas menores, que operan siguiendo lógicas 
nacionales y/o regionales y otras empresas más pequeñas, que se limitan a áreas menores, 
pudiendo llegar a ser su mercado sólo el interior de una ciudad. Este es el poder de las 
empresas para usar el territorio e ir seleccionando la base territorial necesaria para su 
subsistencia (Santos, M, y Silveira, M.L. 2001). 
La búsqueda fundamental es la plusvalía (Silveira, M. L. 2008) para lo cual las 
empresas más poderosas “ejerciendo su poder, eligen los puntos que consideran más 
competitivos, mientras que el resto del territorio es el espacio dejado a las empresas menos 
poderosas” (Santos, M. y Silveira, M. L. 2001). Cada empresa actúa en el mercado según su 
fuerza y las firmas más pequeñas usan aquellos territorios/mercados abandonados por las más 
poderosas limitadas especialmente por los elevados precios de sus productos. Sin embargo, 
cada vez más las grandes marcas quieren penetrar en estos mercados que años atrás no eran 
132 
 
de su interés, realizando estrategias que les permitan acercarse a ellos como gaseosas en 
vidrio, segundas marcas, botellas de 3 litros, entre otras. Esto es así porque el deseo de 
consumo impuesto por estas empresas, a través del trabajo ideológico de la propaganda, se 
inmiscuye en todos los lugares, sin distinción de clase social, aunque la capacidad de 
consumo sea desigual. 
5.2. EL SISTEMA FINANCIERO COMO NEXO Y DIVISIÓN DE LOS CIRCUITOS DE LA ECONOMÍA 
J. Baudrillard (1968, 1997, p. 179) analiza el papel del crédito como un signo, a través del 
cual se ofrecen y proponen los objetos. Considera que el crédito “es más que una institución 
económica: es una dimensión fundamental de nuestra sociedad, una ética nueva”, ya que 
antes se trabajaba soñando con adquirir, mientras que “hoy en día los objetos se encuentran 
allí antes de haber sido ganados, son un anticipo a la suma de esfuerzo y de trabajo que 
representan, su consumo precede, por así decirlo, a su producción”. En este sentido Z. 
Bauman (2000, 2003, p. 55) dice que “la nuestra es una comunidad de tarjetas de crédito, no 
de libretas de ahorro. Es una sociedad de “hoy y ahora”; una sociedad que desea, no una 
comunidad que espera”. 
En la actualidad, la lógica del mercado lleva a que el consumo pase a ser un 
denominador común para todos los individuos,