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CAPÍTULO 4 Cirugía de la litiasis de la vía biliar principal: coledocotomía B. MILLAT, F. BORIE, F. GUILLaN, Ph. HAUTERS 51 https://booksmedicos.org 50 La coledocotomÍa constituye la segunda vía deabordaje para extraer los cálculos en la VBP. El material y el instrumental, la colocación del paciente sobre la mesa de operaciones, la vía de abordaje y la organización de la intervención qui- rúrgica son similares a los de la colecistectomÍa y de la vía transcística. Por consiguiente, este capítulo es la continuación del capítulo anterior dedicado a la vía transcística. lND1CAC10NES La coledocotomía ha sido durante mucho tiempo el método de elección para la desobstrucción litiásica del colédoco mediante laparotomía. En la cirugía laparoscópica su indica- ción elude contraindicaciones o el fracaso de la vía transcís- tica (v. tabla 3.1) [1, 2]. No obstante, se requieren dos condiciones de realización necesarias: un colédoco accesible en el pedículo hepático según las condiciones de inflamación local y un colédoco dilatado como mínimo hasta 7-8 mm. La identificación y la preparación de la cara anterior de la VBP son, en efecto, más o menos fáciles según la infiltración grasa y la inflamación del pedículo, a veces mayor en caso de cole- cistitis aguda. Finalmente, el cirujano debe tener cuidado con el aumento aportado por la visión laparoscópica en la eva- luación del calibre de la VBP. EXPOS1C1ÓN DE LA VBP PED1CULAR Se precisa una buena exposición de la VBP para llevar acabo una coledocotomía supraduodenal. Las condiciones de expo- sición son las mismas que para la colecistectomía y el abor- daje transcístico de la VBP. Su principio consiste en exponer el pedículo hepático, elevando la cara inferior del hígado y bajando el bloque duodeno-pancreático. En el campo de la cirugía abierta una válvula maleable retrae el reborde del hígado hacia arriba mientras que la mano del auxiliar hace bajar la primera porción del duodeno (fig. 4./). Un despren- dimiento duodenopancreático ayudará a la exposición de la cara anterior del colédoco supraduodenal, permitirá palpar el colédoco en la totalidad de su trayecto y facilitará las manio- bras de la coledoscopia. En la cirugía laparoscópica el descenso del duodeno por un instrumento introducido en el trocar epi- gástrico procura una excelente exposición a la condición de ejercer una contratracción sobre el hígado mantenido hacia arriba. Para obtener esta elevación hepática sin inmovilizar un trocar se ha propuesto suspender el hígado con la ayuda del Cirugía de la litiasis de la vía biliar principal ligamento redondo. Esta suspensión se lleva a cabo con la ayuda de un hilo de sutura ensartado en una aguja recta, intro- ducido por vía percutánea y colocado lo más cerca posible del apéndice xifoides. El hilo de sutura se anuda en el exterior de la pared abdominal. La resección de la cara anterior de la vía biliar principal debe realizarse aproximadamente a unos 2 cm de manera que no se vea obstaculizada por el peritoneo pedi- cular durante el cierre (fig. 4.2). Esta resección se efectúa con tijeras o cuidadosamente con gancho coagulador. Incluso si la Exposición y resección de la vía biliar principal en el pedículo hepático en el transcurso de una laparotomía. Una válvula maleable eleva la cara inferior del hígado mientras que la mano del auxiliar desciende el bloque duodeno- pancreático, lo que permite exponer el pedículo hepático. Exposición y resección de la vía biliar principal en la laparoscopia. Un separador hepático eleva la cara inferior del segmento IV. 52 https://booksmedicos.org TÉCNICA DE LA COLEDOCOTOMíA norma es actuar con prudencia en toda electrocoagulación cerca de la pared biliar es indispensable tener una visión clara y no hemorrágica de la pared antes de abrir el colédoco o el conducto hepático común. TÉCN1CA DE LA COLEDOCOTOMiA Recomendaciones para la coledocotomía • Evitar cualquier lesión de la pared biliar posterior a la abertura del colédoco. • Toda coledocotomía debe ser inferior a la mitad de la circunfe- rencia total de la vía biliar. • Debe prestarse atención a la isquemia secundaria de la pared biliar. • No deben realizarse extracciones "a la fuerza» de cálculos grandes. • La coledocoscopia es un instrumento diagnóstico y terapéutico ineludible para la vía de abordaje por coledocotomía. • Las indicaciones del drenaje biliar externo postoperatorio pue- den reducirse. La presencia de un drenaje biliar externo post- operatorio justifica una vigilancia específica. • La extracción prematura del drenaje es la complicación más grave (reintervención quirúrgica). Abertura del colédoco La abertura de la VBP puede realizarse con tijeras o con bisturí de lámina retráctil. La abertura de la vía biliar puede consistir en una coledocotomía propiamente dicha si la resección se efectúa en posición supraduodenal, o una hepatotomía si se lleva a cabo más proximalmente en el pedículo, a nivelo por encima de la desembocadura del conducto cístico (fig. 4.3). La elección de la orientación de la incisión en relación con el eje de la vía biliar, vertical o transversal. es controvertida. La coledocotomía hori- zontal respeta mejor la distribución de las ramificaciones vascu- lares de la pared. No debe sobrepasar más de la mitad de la circunferencia total y puede, por consiguiente, plantear proble- mas de extracción en caso de un cálculo voluminoso. La coledo- cotomía vertical interrumpe las ramificaciones vasculares que se distribuyen en la pared, expone a un riesgo de estenosis en caso de VBP fina, pero puede agrandarse según las necesidades. En la práctica, si la VBP se halla dilatada, lo que sucede con frecuencia en las indicaciones de la coledocotomía, la orientación de la inci- sión no tiene probablemente ninguna relevancia. Las reglas que deben respetarse, y que garantizan la calidad del cierre posterior y la prevención del riesgo de estenosis secundaria, son: - Evitar cualquier lesión de la pared biliar posterior sobre todo si utiliza un bisturí con lámina retráctil. - No sobrepasar más de la mitad de la circunferencia total de la vía biliar si se realiza una incisión horizontal. - No realizar una resección excesiva de las paredes de la vía biliar para evitar cualquier riesgo de isquemia secundaria, en caso de una incisión vertical. - No llevar a cabo una coledocotomía vertical si el calibre de la vía biliar se encuentra dentro de los límites de la nor- malidad. - Agrandar quirúrgicamente la coledocotomía según el caso en función del calibre de los cálculos que deben extraerse y no asumir el riesgo de desgarro de los ángulos de inci- sión para la extracción «a la fuerza» de un cálculo grande. 11I Visión quirúrgica de una coledocotomía laparoscópica. a. Incisión con bisturí de lámina retráctil. b. Ampliación de la incisión con tijeras. 51 53 https://booksmedicos.org 52 Extracción de los cálculos Sea cual sea el abordaje quirúrgico (laparotomía o lapa- roscopia), las condiciones de extracción de los cálculos son muy variables. La salida espontánea del o de los cálculos es po- sible desde que se practica una VBP bajo tensión después de inyectar el agente de contraste (fig. 4.4), lo que significa que debe estarse muy atento a esta maniobra para evitar una pér- dida intraperitoneal de los cálculos, en particular durante la exploración laparoscópica. Los cálculos pueden salir por pre- sión con maniobras externas aplicadas con un instrumento suave sobre la cara anterior de la vía biliar de abajo a arriba. Este método se aconseja si los cálculos son móviles en la BI Visión quirúrgica de una coledocotomía por laparotomía: eliminación espontánea de un cálculo de colédoco. .. Visión quirúrgica de una coledocotomía por laparotomía: extracción de una litiasis de colédoco con la ayuda de una pinza para cálculos. Cirugía de la litiasis de la vía biliar principal colangiografía. En la laparotomía la mano izquierda del ciru- jano colocada detrás del páncreas en el desprendimiento duo- denopancreático permite a menudo la expulsiónde los cálculos con el dedo. La desobstrucción instrumental mediante pinzas de Mirizzi en la laparotomía (fig. 4.5) puede reproducirse en la laparoscopia gracias a la introducción de una pinza fenes- trada en la VBP por el trocar epigástrico. Es posible incluso, si es necesario, utilizar las pinzas de Mirizzi retirando el trocar de 5 mm epigástrico, introduciéndolas a través de la pared y asegurando la estanqueidad del neumoperitoneo mediante compresión transitoria con el dedo. Las pinzas de Mirizzi deben introducirse muy suavemente y de manera progresiva ton el bocado abierto para evitar empujar de nuevo el cálculo y enclavarlo en la porción baja del colédoco. Un lavado biliar mediante una sonda de enjuague suele permitir movilizar y expulsar los cálculos siempre y cuando el tamaño de la cole- docotomía permita un reflujo libre de líquido inyectado. La sonda de Dormia es igualmente un instrumento de elec- ción que se introduce a ciegas en la coledocotomía (figs. 4.6. y 4.7) o a través del canal quirúrgico de un coledoscopio (fig. 4.8). Las precauciones de utilización son las mismas que por vía transcística. La extracción de los cálculos bajo control coledoscópico exige una segunda cámara y un segundo moni- tor. El coledoscopio se introduce por el trocar de 10 mm situado bajo el reborde costal derecho. El extremo interno del trocar se sitúa en contacto con la coledocotomía, lo que per- mite introducir directamente el coledoscopio dentro de la VBP (fig. 4.9). Formalmente está desaconsejado emplear una pinza metálica con garfio para la manipulación del coledos- copio debido a la fragilidad de la vaina. La presión de irriga- ción en el interior del colédoco provoca una movilización de los cálculos más pequeños y no es excepcional que este lavado permita la salida de los cálculos aliado del coledoscopio o en el momento de retirarlo. Si los cálculos no salen mediante lavado, será preciso utilizar una sonda de Dormia introducida por el canal de irrigación. Existen en el mercado endoscopios provistos de un canal quirúrgico de 2 mm, lo que permite sin 11I Sonda de Dormia de 5 filamentos. 54 https://booksmedicos.org TÉCNICA DE LA COLEDOCOTOMíA IEII Desobstrucción litiásica instrumental con la sonda de Dormia en el transcurso de una coledocotomía laparoscópica. Q. Introducción a ciegas de la sonda de Dormia a través de la coledocotomía. b. Extracción litiásica. .a Sonda de Dormia de cuatro filamentos utilizada por el canal quirúrgico de un coledoscopio flexible. lID Coledoscopia peroperatoria en el transcurso de una coledocotomía laparoscópica. Q. Exploración de la porción inferior del colédoco. b. Visión endoscópica de una litiasis de colédoco en posición suprapapilar. lIlI Captura de un cálculo de colédoco con la sonda de Dormia bajo control coledoscópico a través de una coledocotomía laparoscópica. a 53 55 https://booksmedicos.org 54 dificultad hacer pasar una sonda de Dormia conservando un buen caudal de irrigación. Con la ayuda combinada de movi· mientos de rotación del coledocoscopio sobre sí mismo y del dispositivo de soporte, el cirujano consigue visualizar el cál· culo que desea asir (fig. 4.10). El segundo auxiliar introduce la sonda de Dormia dentro del canal quirúrgico y se hace des- cender por debajo del cálculo, con la cesta abierta y bajo con- trol visual. Pueden emplearse dos métodos para coger el cálculo: la retirada de la sonda con cesta a la que se imprimen pequeños movimientos de torsión sobre su eje, o la retirada Cirugía de la litiasis de la vía biliar principal en «monobloque» de la sonda y del coledocoscopio. El cierre de la cesta que aprisiona el cálculo se efectúa bajo control visual y el conjunto endoscopio·sonda se hace retroceder bajo control laparoscópico hasta que se ve salir el extremo de la sonda de Dormia, que contiene el cálculo. Se recomienda lIe· var a cabo la maniobra tantas veces como sea necesario. En la desobstrucción se puede emplear igualmente una sonda con balón de tipo Fogarty introducida a ciegas y a cielo abierto (fig. 4.11) o por laparoscopia (fig. 4.12). No obstante, conviene estar atentos para prevenir la migración de los cál· culos en las vías biliares altas por cualquier método de obs- trucción transitoria (fig. 4.13). Las maniobras de extracción deben evitar fragmentar los cálculos, lo que puede ser difícil en caso de cálculos friables, y enclavarlos en la porción baja del colédoco o el receso papilar. Por consiguiente, no es pre· ciso descender a ciegas en la vía biliar sin asegurarse de ante· mano que no implican un riesgo de empujar y bloquear el cálculo en la parte baja del colédoco. En caso de una litiasis enclavada un método interesante, pero no siempre disponi· ble, consiste en fragmentar el cálculo bajo control coledo· coscópico mediante litotricia endoluminal de contacto hidro· electrolítico o con láser pulsado [3]. La sonda de litotricia se colocará en contacto con el cálculo, evitando cualquier con- tacto con la pared biliar debido al riesgo de hemobilia o de perforación. En ausencia de litotricia se podrá optar entre la conversión con un abordaje transduodenal de la papila o la esfinterotomía endoscópica postoperatoria. Las dificultades con que tropieza el cirujano serán las mismas para el endoscopista, con riesgo de fracaso y de reintervención para el paciente. 11II Desobstrucción litiásica mediante sonda con balón a través de una coledocotomía por laparotomía. a b esobstrucción litiásica mediante sonda con balón por una coledocotomía laparoscópica. a. Sonda con balón que sigue una trayectoria hacia arriba, lo que permite la extracción de cálculos de colédoco a través de la .coledocotomía. b. Fin de la extracción mediante sonda con balón. 56 https://booksmedicos.org TÉCNICA DE LA COLEDOCOTOMíA Introducción de una boulette de tejido localizado por medio de un filamento coloreado (azul) de gran calibre con el fin de evitar la migración del cálculo en las vías biliares intrahepáticas altas en el transcurso de una desobstrucción litiásica con sonda de balón durante una coledocotomía laparoscópica. El tampón se bloquea dentro del conducto hepático común, se localiza su filamento y se dispone fuera de la coledocotomía. Control peroperatorio de la vacuidad de la vía biliar principal Mientras el método transcístico da prioridad al control escó- pico, la coledocotomía lo da al coledocoscópico de la desobs- trucción biliar litiásica [4, 5]. La CPO por vía transcística se asocia con un riesgo de falsos positivos, relacionado con las burbujas que se introducen a través de la coledocotomía. El diámetro del colédoco permite siempre utilizar coledocosco- pios de calibre 5 mm. Estos instrumentales son más sólidos que los codecoscopios finos y sobre todo poseen un canal quirúr- gico que permite simultáneamente una buena irrigación intra- coledocal y el paso de una sonda con cesta para recuperar un cálculo residual bajo control visual. La visualización de los cál- culos en el colédoco es aún mejor si se emplea una de las pin- zas de prensión para garantizar una estanqueidad relativa de la coledocotomía alrededor del coledocoscopio. Contrariamente a la vía transcística, la exploración coledo- coscópica mediante coledocotomía es fácil y completa en todo el árbol biliar. Se recomienda primero un control de las vías biliares altas intrahepáticas ya que es posible que los cál- culos migren hacia arriba durante las maniobras de explora- ción. Con el fin de evitar las dificultades de un posible dispositivo de soporte notable y los riesgos de traumatismo con el coledocoscopio, para esta exploración de las vías biliares Control coledoscópico al final de la desobstrucción litiásica durante una coledocotomía laparoscópica. a. Exploración de las vías biliares altas. b. Visión endoscópica de las convergencias biliares secundarias derechas. altas en laparoscopia recomendamos introducir el coledocos- copio a través del trocar umbilical dentro del cual se halla la óptica del laparoscopio. La introducción del coledocoscopio por el trocar umbilicalpermite ascender sin dificultad por el interior de las vías biliares altas que se explorarán de forma completa y sistemática (fig. 4.14). Si en esta fase se detecta un cálculo intrahepático, se lleva a cabo su extracción con la ayuda de una sonda de Dormia, que se hace avanzar por el canal qui- rúrgico o por el lado del endoscopio, bajo control visual directo. El control de la vía biliar baja se efectúa de abajo a arriba una vez que se ha identificado el orificio papilar (fig. 4.15), sin intentar franquearlo. Se aconseja emplear una segunda columna de videoscopio al permitir ésta asociar al máximo todo el instrumental quirúrgico con las maniobras de exploración y de extracción. a 55 57 https://booksmedicos.org 56 Cirugía de la litiasis de la vía biliar principal a Control coledocoscópico de la desobstrucción biliar litiásica durante una coledocotomía laparoscópica. a. Exploración de la porción baja del colédoco. b. Visión endoscópica peroperatoria de la papila. b Cierre de la coledocotomía Existen cuatro posibilidades de cierre de la coledocotomía: cierre de un drenaje biliar externo en T, sutura primitiva de la coledocotomía bajo cubierta de un drenaje biliar externo transcístico o bajo cubierta de un drenaje biliar interno por endoprótesis, y cierre primitivo de la coledocotomía sin dre- naje biliar [6]. El drenaje biliar externo ha sido el método recomendado con mayor frecuencia. Supone garantizar una mejor seguridad postoperatoria evitando los riesgos de una fuga biliar intra- peritoneal y permite una colangiografía de control. En con- trapartida, aumenta los riesgos de contaminación bacteriana de la VBP, puede implicar una depleción hidroelectrolítica, expone a los riesgos de extracción prematura, hace más com- pleja la recuperación en el postoperatorio y prolonga la hos- pitalización. El drenaje externo de la vía biliar se complica aproximadamente en el 5% de los casos. Son posibles dos métodos: cierre de la coledocotomía sobre un drenaje de Kehr o drenaje transcístico por encima del cierre de la cole- docotomía. El drenaje externo por drenaje en T (denominado de Kehr) se aconseja en caso de angiocolitis con pared de colé- doco inflamatoria, de maniobras de extracción traumatizan- tes para la papila y de cálculos múltiples o de fragmentos por la extracción debido al riesgo de cálculo residual. Cierre en un drenaje biliar externo en T El drenaje en T de Kehr debe ser de látex, de modo que se favorezcan las adherencias peritoneales y se reduzca el riesgo de fuga biliar intraperitoneal durante su retirada. En ausen- cia de infección biliar es suficiente un drenaje calibre 10 a 12. Los brazos de la T se han seccionado previamente en canal, lo que las hace más flexibles para la retirada ulterior del dre- naje. Una longitud de 1 cm para cada una de las ramas hori- zontales es suficiente. En la laparoscopia sólo puede introducirse su extremo en T dentro de la cavidad abdominal con una longitud de rama vertical suficiente por el trocar suple- mentario colocado inmediatamente por encima de la vía biliar. El extremo distal del drenaje, situado en el exterior del abdomen, se pinza para evitar la fuga del neumoperitoneo. Los dos brazos deben situarse a ambas partes de la coledoco- tomía en la VBP. ID Colocación de un drenaje de Kehr en una coledocotomía laparoscópica.58 https://booksmedicos.org TÉCNICA DE LA COLEDOCOTOMíA Sutura de una coledocotomía laparoscópica tras la colocación de un drenaje de Kehr en la vía biliar principal. Se observa el drenaje de Kehr empujado hacia la parte superior de la incisión de la coledocotomía y la sutura realizada de arriba abajo. utura con puntos separados e hilo de sutura reabsorbible de una coledocotomía laparoscópica con colocación de un drenaje de Kehr. Se han descrito mecanismos para la introducción del drenaje en T dentro de la vía biliar en la laparoscopia. Habitualmente, es suficiente sujetar el extremo de uno de los brazos de la T y de empujarlo en el interior de la vía biliar alta hasta que la tota- lidad de la longitud del brazo horizontal de la T se encuentre dentro de la luz biliar (fig. 4.16). A continuación se retira la pinza y se sigue suavemente el drenaje por su rama vertical para colo- car los dos brazos de la T a ambos lados de la coledocotomía. El drenaje se dispone en el ángulo externo de la coledocotomía (abertura horizontal) o hacia su ángulo superior (abertura ver- Visión quirúrgica al final de la sutura por puntos separados de una coledocotomía laparoscópica con colocación de un drenaje de Kehr. Una prueba con azul de metileno permite controlar la estanqueidad de la sutura. tical) con o sin punto de cierre del ángulo a nivel del cual se habrá dispuesto (fig. 4.17). La coledocotomía se refuerza con puntos separados o con sobresutura con filamento trenzado 4 o 5/0 (fig. 4.18). El hilo de sutura trenzado tiene el inconveniente de no deslizarse tan bien como el hilo de sutura monofilamento. No obstante, es más fácil de manipular y de anudar. Para garantizar la estanqueidad de la sutura puede inyedarse suero por el drenaje en T bajo control laparoscópico (fig. 4.19). Un método simple consiste en «aplastan> el drenaje de caucho con una pinza de prensión justo en la salida de la vía biliar, lo que permite pasar un punto adicional sobre los márgenes de la cole- docotomía. Cuando se libera la presión sobre el drenaje su elas- ticidad garantiza la estanqueidad de la sutura. El drenaje se exterioriza a través de una contraincisión en la cirugía abierta o en el orificio del trocar del reborde costal derecho en la lapa- roscopia siguiendo una trayedoria direda, pero dejando en posi- ción intraabdominal un bucle «de seguridad» para prevenir cualquier arrancamiento. La fijación a la pared debe ser sólida pero evitando estrangular la luz del drenaje. Se empalma con un coledor para conseguir un drenaje en declive, sin aspiración y durante el final de la intervención se comprobará que asegura un drenaje efedivo. Sutura primitiva de la co1edocotomia con drenaje transcistico El cierre primitivo de la VBP por debajo de un drenaje trans- cístico se sustenta en la hipótesis de que el drenaje transcís- tico y sus riesgos serían menores que el del drenaje de Kher, lo que no se ha demostrado de manera formal. Este método permite una sutura protegida de la vía biliar principal. La téc- 57 59 https://booksmedicos.org 58 nica de colocación de un drenaje transcístico se describe en el capítulo 3. Una prueba con azul de metileno permite igual- mente evaluar la estanqueidad de la sutura. El drenaje se suelda con el muñón cístico de manera estanca con un hilo de sutura de reabsorción rápida y de pequeño calibre. Una fija- ción demasiado sólida obligaría a diferir la ablación más allá de las demoras habituales. Los cuidados y la vigilancia post- operatorios de un drenaje de Kehr y de un drenaje transcís- tico son los mismos. Este método combina, en efecto, los ries- gos de una sutura del colédoco y los inconvenientes del drenaje biliar externo. Sutura primitiva de la vía biliar sin drenaje biliar [7] Se preconiza un cierre primitivo de la coledocotomía si la pared del colédoco es de buena calidad y si se tiene la certeza de haberse logrado una vacuidad completa de la vía biliar prin- cipal. sin traumatismo de la papila. La sutura en la coledo- cotomía no tiene particularidades técnicas. Puede realizarse con puntos de sutura separados o mediante una sobresutura, con hilo de sutura monofilamento o trenzado reabsorbible 5/0. Bajo laparoscopia los extremos de la sobresutura se anudan en posición endocorpórea, o bien se bloquean conr pequeños clips reabsorbibles. Es posible controlar la estanqueidad de la sutura y la vacuidad de la vía biliar inyectando un agente de contraste al que se añade azul de metileno por el muñón cís- tico, como en la colangiografía clásica. Si la sutura es estanca y si se cumplen las condiciones para un cierre primitivo sin dre- naje, se refuerza a continuación el muñón cístico con dos c1ips. Puede colocarse un drenajede aspiración de pequeño calibre lID Representación esquemática de un drenaje biliar interno por endoprótesis colocada a través de una coledocotomía laparoscópica con sutura primitiva. Cirugía de la litiasis de la vía biliar principal por detrás del pedículo hepático y saliendo por el orificio cutá- neo del trocar lateral derecho. Este drenaje permitirá la obser- vación postoperatoria de la ausencia de fugas biliares y se retirará a las 48 h de la intervención quirúrgica. Sutura primitiva de la VBP con drenaje biliar interno por endoprótesis [8] Una alternativa al drenaje biliar externo que permite evitar una depleción biliar postoperatoria al asegurar una descom- presión biliar eficaz consiste en suturar el colédoco después de haber efectuado una endoprótesis transpapilar por la coledo- cotomía en el postoperatorio (fig. 4.20). El cirujano debe confiar en la calidad de su desobstrucción Iitiásica. Esta técnica no es probablemente ideal en caso de pancreatitis aguda Endoprótesis biliar flexible multiperforada con anillo metálico de localización para su control de ubicación bajo colangiografia peroperatoria de control. 1m Endoprótesis biliar flexible multiperforada con anillo metálico de localización para su control de ubicación bajo colangiografia peroperatoria de control. 60 https://booksmedicos.org CONSECUENCIAS POSTOPERATORIAS biliar o de maniobras traumáticas de la papila durante la desobstrucción instrumental. Se utiliza una prótesis de plástico endoscópica flexible de pequeño tamaño (en general, calibre 7) (fig. 4.2/) que se hace deslizar sin forzarla a través de la cole- docotomía sobre un mandril metálico flexible transpapilar con el fin de evitar todo traumatismo biliar. La buena ubicación transpapilar de la prótesis se comprueba al final de la inter- vención mediante colangiografía de control. Esta técnica no permite un control colangiográfico postoperatorio en busca de un cálculo residual. La prótesis debe retirarse secundaria- mente mediante endoscopia después de 15 a 21 días (fig. 4.22). COMPL1CAC10NES PEROPERATOR1AS DE LA COLEDOCOTOM1A Las principales dificultades que se plantean en la coledo- cotomía alusiones refieren a la extracción de los cálculos. Una complicación relativa de esta extracción es la fragmentación de un cálculo grande único y de múltiples fragmentos que será preciso, no obstante, recuperar. La «complicación» más fre- cuente (estimada en torno al 3-5%) consiste en la persisten- cia de una litiasis residual, responsable de colestasis, de angiocolitis o de fístula biliar en la sutura de colédoco. En fun- ción de la edad, del riesgo quirúrgico del paciente y de las con- diciones locales, la mayoría de veces la elección terapéutica será la de una SE postoperatoria. Una segunda fuente de complicaciones está asociada con la incisión de la coledocotomía. Siempre debe ser inferior a la mitad del diámetro de la VBP en caso de incisión horizontal. El cierre debe ser estanco. Una abertura demasiado grande y una fístula biliar postoperatoria son causas potenciales de estenosis secundaria. La inflamación de la pared de colédoco da lugar a la coledocotomía hemorrágica, a veces a causa de hemorragia no abundante pero persistente, molesta, de una arteriola en el borde de la incisión. Una hemostasia electiva debe conseguir que este borde deje de sangrar para permitir una sutura en buenas condiciones técnicas. La luz del colédoco inflamatorio hace que la mucosa sangre al menor contacto de los instrumentos: pinzas, sonda de Dormia y coledocoscopio. Esta hemorragia en la luz hace más difícil la exploración mediante coledoscoscopia y más incierta la verificación de la vacuidad. Una hemorragia más importante puede ser la causa de hemobilia postoperatoria con obstrucción relativa de la VBP y del drenaje biliar externo a causa de coágulos. La hemobi- lia puede ser una causa de angiocolitis postoperatoria, que siempre es grave. Para evitar esta complicación, se reco- mienda proceder con mucha prudencia en caso de inflama- ción pedicular. Una hemorragia cuyo origen sea la inflamación de la mucosa de la vía biliar principal constituye una indica- ción para optar por un drenaje en T de gran calibre, superior al calibre 100 12 habitual, para el drenaje biliar externo. El riesgo de la sutura primitiva del colédoco sin drenaje es la fístula biliar. Se estima en un 1-2%. Cuando no se acompaña de ningún síntoma clínico o biológico, una fístula biliar exte- riorizada por el drenaje intraperitoneal colocado al final de la intervención se tratará con una mera vigilancia clínica hasta su desecación. Una ecografía transcutánea verificará la ausen- cia de colección intraperitoneal y confirmará la calidad del dre- naje. En ausencia de drenaje peritoneal postoperatorio, la fuga implica un «biloma» subhepático o una coleperitonitis secun- daria. La colección biliar localizada subhepática es accesible a una punción percutánea con ecografía. La coleperitonitis generalizada supone una reintervención, que finaliza por regla general colocando un drenaje biliar externo. Según el estado general del paciente y las condiciones locales, esta reintervención puede efectuarse bajo laparoscopia si ha tenido esta vía de abordaje en primera intención. La extracción pos- toperatorio prematura de un drenaje biliar externo puede tra- tarse del mismo modo. Se ha propuesto la colocación de una endoprótesis biliar por vía endoscópica para paliar estas fugas biliares. Sin embargo, no trata el derrame biliar intraperito- neal. Por consiguiente, será necesario asociarlo el mínimo la colocación percutánea ecográfica de un drenaje peritoneal. Una re intervención precoz puede ser la solución más fácil y rápidamente eficaz. CONSECUENC1AS POSffiPERAffiR1AS El control tras la exploración de la VBP de la amilasemia y la lipasemia carece de interés salvo si existen síntomas dolo- rosos que hagan pensar en un diagnóstico de pancreatitis post- operatoria. La vigilancia postoperatoria general y local está en función de la técnica utilizada. En caso de vía transcística o de cierre primitivo de la coledocotomía, se considera que la cer- tidumbre de la vacuidad de la vía biliar se ha adquirido en el período peroperatorio. Ninguna exploración biliar se ha jus- tificado a priori. La vigilancia del drenaje aspirativo subhepá- tico verifica la ausencia de cualquier fuga biliar. Un drenaje biliar externo postoperatorio justifica una vigi- lancia específica. El drenaje de la bilis se lleva a cabo por gra- vedad en un receptáculo que se mantiene a presión normal. La primera vigilancia de un drenaje biliar externo se refiere al caudal: - Si el caudal del drenaje es pequeño, es preciso comprobar que no existen acodaduras, que su fijación sobre la piel no es demasiada apretada y que no hay fugas biliares en el drenaje aspirativo que se ha colocado por detrás del pedí- culo al final de la intervención quirúrgica. Ante la menor duda, y en particular si los signos clínicos o biológicos lo 59 61 https://booksmedicos.org 60 inducen: dolores, fiebre, alteraciones de las pruebas bioló- gicas hepáticas (bilirrubina, fosfatasa alcalina) hay que ace- lerar el control colangiográfico para comprobar si el drenaje está bien colocado en la vía biliar. Un desplazamiento pre- coz del drenaje es casi siempre una indicación para rein- tervenir al paciente. - Si el caudal del drenaje es importante, superior a 600 o 700 mi cada 24 h, es preciso pensar en un obstáculo infe- rior y, en primer lugar, en un cálculo residual. El diag- nóstico se establecerá mediante colangiografía. La relevancia de la fuga biliar puede tener rápidas conse- cuencias metabólicas (deshidratación, fuga de sodio y de bicarbonatos) que se tolerarán peor cuanto mayor sea la edad del paciente. Las pérdidas se compensan preventi- vamente gracias a los aportes por vía intravenosa u vía oral. La colangiografía de control mediante drenaje biliar externo es sistemática. Si no se aprecian signos particulares se llevará a cabo 3-4 días después de la intervención quirúrgica. La ausen-cia de anomalías durante la colangiografía de control permite el pinzamiento del drenaje 24 h después de la colangiografía y Bibliografia [1] DIoNYM, RATELLE R, MORIN J, GRAVEL D. Common bile duct exploration: the place of laparoscopic choledochotomy. Surg Laparosc Endose 1994, 4: 419-424. [2] GIGOT JF, NAVEZ S, ETIENNE J et al. A stratified intraopera- tive surgieal strategy is mandatory during laparoscopic eommon bile duct exploration for common bile duct sto- nes: lessons and limits from an initial experience of 92 patients. Surg Endose 1997, 11: 722 -728. [3] CARROLL S, CHANDRA M, PAPAIOANNOU T et al. Siliary litho- tripsy as an adjunet to laparoscopic common bile duct stone extraction. Surg Endose 1993, 7: 356-359. [4] MOTSON RW, WETIER LA. Operative choledochoscopy: common bile duct exploration is incomplete without it. Br J Surg 1990, 77: 975-982. [5] PHILLlPS EH, CARROLL SJ, PEARLSTEIN AR et al. Laparoscopic choledochoscopy and extraction of common bile duct sto- nes. World JSurg 1993, 17: 22-28. Cirugía de la litiasis de la vía biliar principal la salida del paciente con el drenaje pinzado. El drenaje siem- pre debe dejarse abierto en las 24 h siguientes a la colangiografía de control debido al riesgo de infección biliar por microorga- nismos a veces resistentes [7]. Un pinzamiento demasiado pre- coz del drenaje después de la colangiografía puede ser una causa de angiocolitis grave. No se recomienda acompañar sistemáti- camente esta colangiografía de una profilaxis antibiótica. Cuando el drenaje está pinzado se aconseja mantener al paciente bajo vigilancia durante otras 12 a 24 h a fin de comprobar la tole- rancia: ausencia de dolores de tipo biliar y de fiebre. Los drenajes biliares externos, transcísticos o los drenajes en T, se retiran en régimen ambulatorio. Para retirarlos sin que se produzcan complicaciones es preciso que se hayan formado alrededor del drenaje adherencias peritoneales, que deberán evitar cualquier fuga de la bilis hacia la cavidad. Para que se creen adherencias es preciso tener en cuenta la elección del material: drenaje de látex y no de silicona, la técnica quirúr- gica empleada y respetar una demora postoperatoria suficiente [10]. La cirugía laparoscópica crea menos adherencias. En la cirugía por laparotomía se recomienda aguardar 3 semanas para retirar un drenaje biliar externo. [6] MILLAT B, FINGERHUT A, DELEUZE A et al. Prospective evalua- tion in 121 consecutive unselected patients undergoing laparoscopic treatment of choledocholithiasis. Br J Surg 1995,82: 1266-1269. [7] DECKER G, SORIE F, MILLAT B et al. One hundred laparosco- pic choledochotomies with primary closure of the common bile duct. 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