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DESARROLLO DEL SISTEMA ENDOCRINO

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DESARROLLO DEL SISTEMA ENDOCRINO 
MORFOLOGÍA DEL DESARROLLO 
El sistema endocrino forma parte de un sistema global de regulación de las funciones 
vitales básicas del organismo y de la relación del individuo con el ambiente y con los 
demás miembros de la especie. Este sistema global está integrado por los sistemas 
nervioso, endocrino, inmunitario y psíquico. El principal nexo entre los sistemas 
nervioso central y endocrino es el eje hipotálamo-hipofisario que a partir de la 
hipófisis, se ramifica en diversas vías de comunicación con las otras glándulas 
endocrinas y desde éstas, a todos sus órganos blanco (diana). 
 
Desarrollo de la Glándula Hipófisis 
La hipófisis es un órgano mixto involucrado en la integración neuroendocrina. Posee 
una porción neural o neurohipófisis y una glandular endocrina o adenohipófisis que 
poseen diferentes orígenes embrionarios pero estrechamente vinculados. Ya en la 3ra 
Semana de Desarrollo se identifica en la zona medial del área preplacodal, la región 
precursora de adenohipófisis 
Durante la 4ta SD se forma la placoda hipofisaria, un engrosamiento medial del 
ectodermo epidérmico, como resultado de interacciones del mesénquima cefálico de 
la línea media y el ectodermo del área preplacodal medial. La placoda se ubica por 
delante del extremo cefálico de la placa neural en cuya zona medial se ubica la región 
precursora de la neurohipófisis. Durante el plegamiento del embrión, en la región 
cefálica se forma la prominencia frontal que delimita el techo del estomodeo. La 
placoda hipofisaria es llevada entonces al fondo del techo del estomodeo, por delante 
de la membrana bucofaríngea (Fig. 12-1). La placoda rápidamente se in vagina en el 
mesénquima y forma una fosa hipofisaria que contacta estrechamente con el 
neuroepitelio medial del piso diencefálico. 
A continuación, la fosa se suelta del ectodermo y forma la bolsa de Rathke; ésta queda 
invaginada en el mesénquima de la región adosada al piso diencefálico (Fig. 12-1). Éste, 
a su vez, origina una prolongación tubular medial, el infundíbulo, que es el esbozo de 
la neurohipófisis. La bolsa de Rathke se “suelta” del ectodermo y se transforma en una 
vesícula epitelial incluida en el mesénquima cefálico, se profundiza en el mesénquima 
de la base de cráneo y cuando éste se osifica queda como una estructura intracraneal, 
alojada en la silla turca del esfenoides (Fig. 12-1.E-F). La silla turca se halla encima del 
techo de la faringe. El infundíbulo mantiene su contacto con el piso del diencèfalo que 
originará el hipotálamo. 
La bolsa de Rathke se localiza inmediatamente por delante de la neurohipófisis en 
desarrollo; por proliferación celular diferencial origina evaginaciones superolaterales 
que rodean el infundíbulo y forman la pars tuberalis. La porción de la bolsa cercana al 
infundíbulo permanece delgada y forma la pars intermedia. La porción ventral 
prolifera, se engruesa y forma la pars distalis. Por proliferación celular se obliteran 
todas las cavidades salvo la que separa la pars distalis de la pars intermedia que queda 
como una única cavidad; la hendidura residual. Mientras ocurren todos estos cambios, 
el infundíbulo se diferencia en el tallo pituitario y una porción dilatad que forma la pars 
nervosa del lóbulo posterior o neurohipófisis (Fig. 12-2). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fig. 12-1. Desarrollo de la hipófisis. Esquemas de cortes sagitales de embriones humanos que ilustran la 
relación de la placoda hipofisaria con el tubo neural, la formación de la fosa hipofisaria su crecimiento e 
interacción con el infundíbulo, su desprendimiento del ectodermo del techo del estomodeo y su 
ubicación en el cartílago esferoidal. La fila superior de la figura ilustra el proceso con bajo aumento. Los 
recuadros se representan con mayor aumento en la región inferior. En cada panel (A- F y A'-F’), los 
esquemas están en la misma escala. A. Mediados del PS (24 días). B. Principios de 5º SD (30 días). C. 
Fines de 5 º SD (37 días). D. 6º SD (43 días). E. 7º SD (50 días). F. 8º SD (54 días). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Desarrollo de la Glándula Pineal 
La glándula pineal o epífisis también posee función de integración neuroendocrina. Su 
esbozo aparece, en la 6t SD como un engrosamiento en la placa del techo del 
diencéfalo, cerca del límite con el mesencéfalo. El esbozo está constituido por dos 
partes, una porción cefálica que crece como un brote sólido formado por cordones 
celulares y una porción caudal que crece como una evaginación sacular del techo 
diencefálico entre las comisuras habenular y posterior (véanse Figs.. 9-33 y 12-6). 
Desde la 7ma SD crece en dirección dorsal y caudal, y hacia el final de la 8va SD se 
ubica sobre el techo del mesencéfalo. La porción cefálica forma cordones que se 
ramifican en un mesénquima muy vascularizado y con su crecimiento queda 
dorsalmente a la porción caudal. Estos cordones se cavilan pero su luz no se comunica 
con la del tercer ventrículo. La cavidad de la porción caudal forma el receso pineal. 
Durante su desarrollo recibe inervación simpática proveniente del nervio pineal 
(conario), que posee ramificaciones perivasculares que ingresan radialmente en el 
parénquima atravesando la lámina basal y también recibe axones que ingresan desde 
la comisura habenular. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Desarrollo de la Glándula Tiroides 
La glándula Tiroides se localiza en la parte anterior del cuello a nivel de C5 y T1. 
Está compuesta por dos lóbulos derecho e izquierdo, unidos por una porción más 
estrecha el istmo, queda delante por de la laringe y la tráquea a nivel del 2do y 3er 
cartílago traqueal. 
Comienza a formarse a los 24 ± 1 días (4ta semana) como un engrosamiento del 
endodermo en la línea media del piso de la faringe primitiva, justo dorsal a la yema 
lingual medial (entre la 1ra y 2da bolsa faríngea)(fig. A). Este engrosamiento pronto se 
invagina en dirección caudal, introduciéndose entre el mesénquima que formará la 
lengua para constituir el divertículo tiroideo (fig. B). 
Durante la 5ta semana este divertículo va a crecer caudalmente por delante del 
hioides y los cartílagos laríngeos hasta el nivel del segundo o tercer cartílago de la 
tráquea, donde se bifurca y forma el primordio tiroideo (fig. C-D). En este momento el 
primordio tiroideo se mantiene unido a su punto de origen en el piso de la faringe 
primitiva por un estrecho conducto, el conducto tirogloso,. Desde la 7ma SD, el 
conducto tirogloso sufre regresión en toda su extensión y desaparece. La región del 
extremo terminal del conducto tirogloso queda como una pequeña prolongación 
cónica, el lóbulo piramidal (pirámide de Lalouette). El lugar de origen del divertículo 
tiroideo persiste como una pequeña depresión en el dorso de la lengua (en el vértice 
de la V lingual) conocida como “agujero ciego” (fig. E). La tiroides inicia su función 
recién en la 12a SD. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Desarrollo de la Glándula Paratiroides 
Durante la 4ta SD, la 3ra y 4ta bolsa faríngea proliferan y forman dos prolongaciones 
epiteliales endodérmicas macizas, una dorsal y una ventral. Los esbozos de las 
glándulas paratiroides se constituyen por la asociación del endodermo de las cuatro 
prolongaciones dorsales con el mesénquima branquial adyacente derivado en 
su mayor parte en la cresta neural craneal. Las prolongaciones ventrales constituyen el 
esbozo del órgano linfático central, el timo. Desde la 5ta SD, las prominencias dorsales 
se separan del epitelio de la bolsa faríngea, se introducen en el mesénquima e inician 
su histogénesis. 
Los esbozos derivados de la 3a bolsa faríngea se desplazan caudalmente, junto con el 
esbozo del timo, y por ello originan las paratiroides inferiores. El extremo distal del 
conducto tirogloso se ubica luego ventralmente a dichos tejidos y por ello las 
paratiroides inferiores quedan en la cara dorsalde la tiroides. Los esbozos derivados 
de la 4 a bolsa faríngea quedan en posición más cefálica y forman las paratiroides 
superiores. Éstas también quedan en el dorso de la tiroides que aún crece en dirección 
caudal 
 
 
 
Desarrollo de la Glándula Suprarrenal 
La corteza y la médula de las glándulas suprarrenales (glándulas adrenales) tienen 
orígenes distintos (fig. A) 
La corteza se desarrolla a partir del mesodermo y la médula, a partir de las células de 
la cresta neural. A lo largo de la sexta semana, la corteza aparece en forma de un 
grupo de células mesenquimales a cada lado de! embrión, entre la raíz del mesenterio 
dorsal y la gónada en desarrollo (fig. C). 
Las células que constituyen la médula proceden de un ganglio simpático adyacente 
que deriva de las células de la cresta neural. Inicialmente, las células de la cresta neural 
forman una masa en el lado medial de la corteza embrionaria (fig. B). 
A medida que la corteza las rodea, estas células se diferencian hacia células secretoras 
de la medula suprarrenal. Más adelante aparecen células mesenquimales adicionales a 
partir del mesotelio (una capa única de células aplanadas), las cuales rodean la corteza. 
Estas células originan la corteza permanente de la glándula suprarrenal (fig. C). 
Mediante inmunohistoquímica se ha identificado una «zona transicional» localizada 
entre la corteza permanente y la corteza fetal. 
Se ha sugerido la posibilidad de que la zona fasciculada proceda de esta tercera capa. 
La zona glomerulosa y la zona fasciculada están presentes en el momento del 
nacimiento, pero la zona reticular no puede identificarse hasta el final del tercer año 
(fig. H). En relación con el peso corporal, las glándulas suprarrenales del feto son entre 
10 y 20 veces mayores que en una persona adulta y también son más grandes 
comparadas con los riñones (figs. 12-3 y 12-8). 
Estas glándulas suprarrenales grandes resultan de! importante tamaño de la corteza 
suprarrenal fetal, que produce los precursores esteroideos que utiliza la placenta para 
la síntesis de estrógenos. La médula suprarrenal mantiene un tamaño relativamente 
pequeño hasta el nacimiento. Las glándulas suprarrenales disminuyen rápidamente de 
tamaño a medida que la corteza fetal involuciona durante el primer año de vida (fig. 
H). Las glándulas pierden, aproximadamente, la tercera parte de su peso durante las 
primeras 2-3 semanas después del nacimiento y no vuelven a recuperar su peso 
original hasta el final del segundo año. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Desarrollo del páncreas 
El páncreas se desarrolla entre las capas del mesenterio desde las yemas pancreáticas 
dorsal y ventral del endodermo, que se originan a partir del extremo caudal del 
intestino primitivo anterior (fig. 11-10 A y B y fig. 11-9). 
La mayor parte del páncreas procede de la gran yema pancreática dorsal que aparece 
al inicio y se desarrolla a una corta distancia craneal a la yema ventral. 
La yema pancreática ventral, más pequeña, se desarrolla en la proximidad de la zona 
de entrada del colédoco en el duodeno y crece entre las capas del mesenterio ventral. 
A medida que el duodeno rota hacia la derecha y adquiere su característica 
configuración en «C», la yema pancreática ventral se desplaza dorsalmente junto con 
el colédoco (fig. 11-10 C a G). Al poco tiempo queda situada por detrás de la yema 
pancreática dorsal y después se fusiona con ella. La yema pancreática ventral forma el 
proceso unciforme y parte de la cabeza del páncreas. A medida que rotan el 
estómago, el duodeno y el mesenterio ventral, el páncreas queda situado en la pared 
abdominal dorsal (en una posición retroperitoneal). Cuando las yemas pancreáticas se 
fusionan, sus conductos se anastomosan o se abren el uno en el otro (fig. 11-10 C). 
El conducto pancreático se forma a partir del conducto de la yema ventral y de la parte 
distal del conducto de la yema dorsal (fig. 11-10G). La parte proximal del conducto de 
la yema dorsal persiste a menudo a modo de conducto pancreático accesorio, que se 
abre en la papila duodenal menor, localizada unos 2 cm por encima del conducto 
principal (fig. 11-10 G) 
 
 
 
Páncreas endocrino 
Hasta la 8va SD no es posible identificar células endocrinas. Desde la 9na o 10,5ta SD la 
inmunocitoquímica permite identificar la aparición de los diferentes tipos celulares de 
los islotes pancreáticos. Estos primeros se hallan entremezclados con células de los 
túbulos epiteliales. 
Desde la 11,5ta SD en adelante aumentan las células granulares en los túbulos y 
aparecen grandes grupos (islotes) en el intersticio intertubular. Los diferentes tipos 
celulares aparecen en distintos momentos y en distintos lugares de los islotes. A las 
9na SD se encuentran células A; las células D lo hacen en la 10,5ta SD en posición 
preferentemente periférica. 
Las células B también aparecen en la 10,5a SD, pero principalmente en el centro de los 
islotes (algunas se ven en las paredes de los túbulos); las células PP aparecen recién en 
la 17ma SD en la región periférica de los islotes. 
Las proporciones relativas de tipos celulares se modifican durante el desarrollo. Por 
ejemplo, en la 8va SD, el 50% de las células son células A, y luego disminuyen a un 15-
20% en el adulto; el porcentaje de células D decrece desde un 20-25% en el neonato a 
un 5% en el adulto. 
 
 
 
 
 
 
 
Eje hipotálamo-hipófisis 
El hipotálamo y la hipófisis guardan estrechas relaciones anatómicas y funcionales, 
regulan la función de diversas glándulas endocrinas como tiroides, glándulas 
suprarrenales, gónadas 
La Neurohipófisis 
Las neuronas magncelulares, cuyos somas se localizan en los núcleos supraóptico y 
paraventricular del hipotálamo, sintetizan las hormonas neurohipofisarias ADH 
(hormona antidiurética) y oxitocina 
La Adenohipófisis 
Son cinco clases de células en la adenohipófisis que sintetizan, almacenan y segregan 
seis hormonas adenohipofisarias: 
1. Prolactina 
2. Hormona de crecimiento (GH) 
3. Hormona Foliculoestimulante (FSH) 
4. Hormona Luteinizante (LH) 
5. Hormona Tiroestimulante (TSH) 
Corticotropina ( ACT)

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